sábado, 3 de octubre de 2020

'Rifkin's Festival', ¿el canto de cisne de Woody Allen?



Es probable que 'Rifkin's Festival' sea el canto de cisne de Woody Allen. Camino de los 90 años, la agudeza y la inteligencia con la que, según sus seguidores, mostraba los devaneos de la existencia humana, el amor o los complejos en películas inolvidables apenas se ven reflejadas en su último filme, estrenado este viernes tras su pase en San Sebastián.
Si Allen deja de dirigir porque ya se autojubile, a mí, que nunca me ha entusiasmado el director neoyorkino, me hará un favor y no tendré que ir a ver sus películas, que generalmente me aburren como una ostra. Si sigue rodando, volverá a darle vueltas y vueltas a lo de siempre. Porque al fin y al cabo, Allen lleva toda su vida haciendo la misma película, tratando el mismo tema.
En 'Rifkin's Festival' cruza a cuatro protagonistas y construye una pareja difícilmente creíble al espectador: la que conforman el alter ego del director encarnado por un Wallace Shawn de geriátrico y una Elena Anaya a la que parece ser Allen le decía durante el rodaje que era "la peor actriz del mundo". Yo le hubiera dicho que usted es uno de los directores de actores más malos de la historia del cine y hubiera salido el sol por donde saliera.
Más allá de la casi lástima que da el personaje de Shawn, la morbosísima Gina Gherson y las referencias al cine de Buñuel o Ingmar Bergman que hace Allen aunque con sal gorda, sin rodeos, 'Rifkin's Festival' no ofrece nada. Bueno, sí: las ganas de Allen de rodar en Nueva York y en París antes que en San Sebastián, por mucho paisaje de cuadro que aparezca de Donosti.
La secuencia de Sergi López, por cierto, es bastante sonrojante.
Por lo demás, mañana habremos olvidado, que es lo peor que le puede suceder a un Allen agotado.
Os dejo la videocrítica recién grabada para el canal #UltimoEstreno de Youtube, invitando a todos/as a suscribiros si aun no lo habéis hecho.

jueves, 1 de octubre de 2020

Nos dejó Quino, creador de Mafalda, personaje que ha aparecido en las pantallas de cine solo una vez



¿SE ATREVERÁ ALGUIEN A HACER UNA 'LIVE-ACTION' DE MAFALDA?
Seguimos recibiendo noticias que nos hace desear que 2020 se vaya a la mismísima mierda.
Joaquín Salvador Lavado 'Quino', creador de Mafalda, ha fallecido en la jornada de este 30 de septiembre, justo cuando hace 56 años ideó este personaje de inteligentes y lapidarios comentarios, de incómodas y retóricas preguntas y que sirvió de conciencia para millones de personas que buscan un mundo mejor gracias a la paz, el amor pero también la acción por la justicia social.
¿Sabéis que en realidad solo existe una película para cine producida sobre Mafalda? Es argentina y se estrenó en 1981 y junto con Quino trabajó el reconocido animador del país de la plata 'Catú'. Se han hecho capítulos televisivos sobre este personaje, pero para el impacto que ha tenido, se me antoja que una película es realmente escaso.
¿Y si el fallecimiento de Quino provoca un revival de Mafalda y algun cabeza pensante le da por hacer incluso una 'live action' de ella y sus colegas? ¡Que espanto! Cruzad los dedos.
Mientras lo hacemos, os presento un nuevo videorreportaje en el canal #UltimoEstreno de Youtube en el que os cuento cosas del filme argentino y también de otras cosas de animación que hizo Quino. No solo de Mafalda comió el hombre.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

Nick Mason: Saucerful of Secrets y todos contentos



Siempre me cayó bien Nick Mason. Parecía el miembro de Pink Floyd con el carácter más lánguido, quizá porque fue el que menos participó en los litigios autodestructivos del grupo. El que tenía más claro que, ocurriera lo que ocurriera, él era (de) Pink Floyd y nadie iba a privarle de ser miembro de pleno derecho de la banda de su vida.
En aquellos momentos de la batalla más cruda entre Roger Waters y David Gilmour, tras la publicación del álbum 'The Final Cut' (1983), Mason se puso de canto pero dejó claro que él seguiría en el grupo con su batería. Si en lugar de Waters se hubiera largado Gilmour, hubiera continuado dándole a las baquetas y responsabilizándose de la mastodóntica percusión de la banda o lo que quedara de ella.
Cuando Gilmour decidió publicar un nuevo trabajo de Pink Floyd tras la ruptura y las batallas en los tribunales con Waters ('A Momentary Lapse of Reason', 1987), en el diseño interior de la carpeta de este disco apareció una gran fotografía con solo dos de los cuatro miembros de la banda: el propio Gilmour... y Nick Mason. Richard Wright quedaba en segundo plano en esta incierta etapa y ni siquiera su imagen formó parte del 'nuevo grupo' resultante de aquel amargo litigio.
Las aguas se calmaron al paso de los años. Gilmour está en constante actividad haciendo doblete con Pink Floyd y sus propios temas, Waters sus satisfactorias giras donde miles de espectadores esperan escuchar lo mejor de la que fue su banda. Wright murió de cáncer. Casi todos contentos comercialmente hablando, pero quedaba Mason como un verso suelto que también quería ser parte del millonario soneto que siempre ha sido Pink Floyd.
Ahora, el baterista aparece con una banda creada ex profeso para interpretar repertorios floydianos. ¿Y qué dicen sus excompañeros? Imagino que nada que desapruebe la iniciativa, porque lo que Mason ofrece son temas de Pink Floyd de aquellos primeros años, antes de 1972, piezas hoy de culto entre quienes ya bien suman sobradamente el medio siglo de cumpleaños, nacidas de la mente de Syd Barret, la mayoría desaconsejables de tocar en directo al público de Gilmour o Waters que prefieren vibrar con la gloria que les dieron temas como 'Pigs', 'Money' o 'Another Brick in the Wall'. Salir al escenario con 'The Scarecrow' convertiría en témpanos de hielo a más de la mitad de los espectadores actuales de Waters o Gilmour. Los que peinan canas y sus hijos y nietos.
Esa 'tajada' de música lisérgica de aquellos Floyd iniciáticos, con apasionantes baterías experimentales, es la que reclama, con su habitual mano izquierda, Nick Mason. Y le han dejado. De esta manera, además, los tres ya tienen sobre los escenarios todo el repertorio, único e inmortal, que deparó Pink Floyd y fomentará la venta de los discos de hace justamente cincuenta años, que es por donde más puede flojear el negocio porque trabajos como 'Wish You Were Here' o 'The Wall' se venderán siempre sin despeinarse.
De manera que ahora sí: todos contentos.