lunes, 20 de abril de 2020

Confinamiento útil. El libro avanza...


Trato de pasar el confinamiento lo mejor posible, alejado de la crispación reinante que, imagino, habrá en el exterior -no converso con nadie y el móvil es un instrumento que aborrezco- y escurriéndome entre bombardeos que, al abrir redes sociales como esta, te aparecen en pantalla, explotándote en la cara y llenándote en la mayoría de las ocasiones de veneno y basura. 
Lo más útil que puedo hacer ahora -la utilidad social de cada uno de nosotros es algo fundamental para construir una sociedad que funcione y avance- es aprovechar e incrementar el ritmo de escritura de mi libro. 
Ya estoy llegando al final. Es algo tan apasionante como complicado. No se trata de un diccionario de compositores, aunque se reflejen en él 365 autores, hacerles una ficha con breves apuntes biográficos y listo. Creo que quienes aman la música de cine ya pueden encontrar por ahí excelentes recopilaciones sobre nombres, apellidos y qué obras han compuesto los Goldsmith, Steiner, Horner, Williams y compañía. 
El calendario de los días del año me está sirviendo de excusa para recordarlos a través de momentos que a muchos se nos escapan cuando vemos una película que han musicalizado, esos instantes que no valoramos precisamente porque, estamos tan metidos en la historia ante la pantalla, el trabajo del compositor ha funcionado tan bien, que nuestra mente acoge lo que realmente es el cine: un conjunto sincronizado de elementos, un todo que si funciona es lo más maravilloso del mundo. Por eso como espectadores no nos detenemos a valorar aisladamente porqué Herrmann utiliza esos violines agudos cuando Norman asesina a Marion en la ducha, Rozsa usa el órgano cuando aparece Jesucristo en Ben-Hur o Bill Conti refleja en su música la involución-evolución del personaje de Rocky en su película.
Para entenderlo y poder contarlo con el ilusionado objetivo de contagiar a los lectores de la pasión hacia la música cinematográfica, hay que volver a ver las películas, escuchar sus bandas sonoras tanto en las secuencias como fuera de ella, coger libreta y bolígrafo y apuntar. Apuntar mucho, hilar fino, resumir y tratar de no meter la pata guardando el máximo respeto tanto a los compositores como a los profesionales de la música para no ver lo que no hay en unas notas y ver lo que realmente hay en ellas. También consultar, claro, con tus amigos-músicos de cabecera.
Y todo esto es francamente complicado, conlleva mucho tiempo (repaso diariamente una media de tres películas) pero a la vez no solo es enriquecedor personalmente, sino ilusionante ante el hecho de poder trasladar y compartir con los demás, cuando llegue el momento, las sensaciones que se experimentan, contribuir con ello a valorar más el género y ser sensibles ante un legado musical y cultural extraordinario.
En más de una ocasión, como anoche, interrumpes la película o la audición porque te salta el aviso del messenger de facebook al recibir mensajes privados que te ayudan a completar felizmente el día, gente que no conoces y que te recuerdan durante tantos años en la radio y se sienten felices por encontrarte. Y en estos días, todo lo que sea ser útil desde nuestras distintas posiciones y objetivos y alegrar a las personas que te valoran, son acciones fundamentales para salir adelante.



viernes, 17 de abril de 2020

La banda sonora para despedir el día... 'Juego de tronos'/'Iron Man'


El 17 de abril de 2011 se estrenaba, con el primer capítulo, la serie 'Juego de Tronos'
Su permanencia en pantalla hasta 2019 con sus correspondientes temporadas fue la mejor prueba de que millones de espectadores quedaron enganchados a esta lucha de poder aventuresca, comparada indefectiblemente con 'El señor de los anillos', y para la que se contrató a un joven compositor que, con 37 años, escribió una de las intros más famosas de la historia de la televisión
Ramin Djadawi ya había tenido cierta fama especialmente con la banda sonora de 'Iron Man' (2008) y años antes había llamado la atención de Hans Zimmer que, como todos sabemos, construyó su imperio Media Ventures -ahora llamado Remote Control- en el que tiene a toda una legión de compositores clónicos que, como en una gran fábrica de ¿churros?, van realizando partituras para películas. 
El 'sonido 'Djadawi' es, obviamente, identificativo de la factoría zimmeriana: ampulosidad electrónica, notas largas sintetizadas, huecos con ruido y también algunas cosas inspiradas que hacen las delicias de otros tantos millones de aficionados. En el vídeo de hoy vamos a ver la intro de 'Juego de Tronos' y después varias secuencias de 'Iron man', la película protagonizada por Robert Downey Jr. de la que obviaré opinar.
Vayamos a las bandas sonoras... 'Juego de tronos' es enormemente pegadiza. Lo logra gracias, principalmente, a un distintivo musical también muy característico de la factoría Zimmer: el uso de ostinatos, es decir, la repetición de una figura melódica que se reitera una y otra vez en el desarrollo de un tema. En este caso hablamos de un patrón identificativo desde el primer momento, con variaciones a mayor o menor, que no desaparece jamás y da paso al chelo, posteriormente a las cuerdas... todo muy minimalista pero enormemente retentivo por su, como indica su nombre técnico en música, 'obstinación'.
'Iron Man' es más curiosa. La película ya se inicia mostrándonos a un personaje peculiar y tan machista como James Bond. Tanto que una periodista le pregunta algo y...a la cama. ¿Y qué parece sonar en las notas del 'folleteo' entre ambos? Efectivamente. Digamos que Djadawi homenajea a Bond... Pero lo más llamativo es que las notas que dan paso a la intro de 'Juego de tronos' ya las escuchamos en 'Iron Man'. En el vídeo las tenéis, cuando Tony Stark se prueba por vez primera el traje-armadura que se ha construido. ¿Las detectáis? :-) Todo ello tres años antes... 
El vídeo continúa con Stark golpeando un martillo construyendo la primitiva armadura y un tema muy bien ajustado al uso de esta herramienta, sonando al más puro estilo 'Remote Control', y finalizamos con la secuencia del rescate del protagonista en el desierto y su llegada al aeropuerto, con un tema solemne, heróico pero sobre todo, zimmeriano.

jueves, 16 de abril de 2020

La banda sonora para despedir el día...'Sed de Mal'/'Desayuno con diamantes'/'Basil el ratón superdetective'


El popular compositor Henry Mancini nació el 16 de abril de 1924.
Su capacidad para crear bellas composiciones, especialmente en la década de los sesenta, con la elegancia por bandera y sin necesidad del empleo de amplias orquestas –su condición jazzística la reflejó constantemente en el cine- lo convirtieron en un músico proclive a la capacidad retentiva en nuestra memoria. ‘Charada’, ‘Dos en la carretera’, ‘Días de vino y rosas’ y, especialmente, ‘Moonriver’, han sido canciones que ya han pasado a ser consideradas sagradas en el mundo del celuloide. 
Consciente de que puedo ser apedreado e incluso quemado en la gran plaza pública que conforman los aficionados a la música de cine, diré que Mancini no está entre mis predilectos, lo que no es obstáculo para que reconozca lo que anteriormente he expuesto.
El vídeo que os he montado hoy recoge secuencias de cuatro películas con bandas sonoras de Mancini, dos de ellas porque la primera, ‘Sed de mal’ (1958), es su primer score, y la segunda, al tratarse de quizá la más conocida y apreciada.
La secuencia con la que se inicia la película y que Orson Welles mantiene durante minutos sin cambiar de plano es antológica y en las escuelas de cine y cursos de montaje la hemos analizado obligatoriamente. Mancini hizo lo que mejor sabía hacer como ya demostró desde entonces: manejar el ritmo brillantemente y, con los compases que le da el reloj de la bomba que posteriormente explota, desarrolla el tema con sones jazzísticos. 
Lo que siempre me he preguntado es porqué puñetas Orson Welles no volvió a trabajar con Bernard Herrmann en ‘Sed de mal’. ¿Qué obra maestra hubiera compuesto Herrmann para esta joya con este inicio y la temática de la película?
Después os ofrezco un puñado de momentos de ‘Desayuno con diamantes’. En los créditos iniciales ya suena el tema principal que proliferará en la película hasta en la sopa, apareciendo constantemente como os recuerdo en algunas secuencias que os muestro en el vídeo.
No soy nada amante de un filme sobrevalorado que no soporta más de un visionado con amabilidad. A pesar de inmortalizar a Audrey Hepburn, el papel no estaba escrito para ella, sino para Marilyn Monroe, como quería el autor de la novela, Truman Capote, que se encontró en la pantalla con una versión edulcorada de su libro, en el que “boyera repugnante” es de las frases más suaves que se pueden leer. La protagonista, Holly Golightly, es prostituta, drogadicta y bisexual, si bien, y como en Hollywood “todos los sueños son posibles”, la historia se cambió para suavizar los devaneos de la Hepburn en un papel ciclotímico, en el que habla por los codos y dice y hace demasiadas estupideces que ralentizan algunas secuencias de una película con el clamoroso fallo de casting femenino y también masculino, con un George Peppard hierático y perdido. 
‘Desayuno con diamantes’ le dio a Henry Mancini dos de sus cuatro Oscar de una tacada, por la banda sonora y la pesada canción ‘Moonriver’. Sí hay dos momentos interesantes musicalmente hablando en el filme que os muestro en el vídeo: los dos protagonistas en la tienda cuando roban las máscaras de animales, cuyos compases preludian lo que Mancini compondría al año y medio después con ‘La pantera rosa’, y los minutos finales de la película. Ahí el compositor sí demuestra ser brillante. Peppard sale del coche, deja a la insoportable Hepburn dentro y ésta va en su busca al encendérsele la bombilla. Es, de nuevo (y van…), el tema principal, pero cambiado de tono, es decir, lo ‘baja’ a menor para contribuir a la gravedad de la secuencia. Al instante, tras el encuentro con él y con su gato al que lo putea minutos antes en otro ataque de esta histérica insoportable, el tema vuelve a su tono normal, aportándonos la sensación de feliz conclusión de una historia con forzados momentos en su desarrollo a lo largo de su metraje.
La última secuencia pertenece a los créditos de ‘Basil el ratón superdetective’ (1986), que me sirve para recordaros que Mancini trabajó también para la animación, en este caso con la Disney. El tema principal es más sinfónico y a lo largo del filme el compositor experimenta un poco más allá de sus influencias jazzísticas. Es muy recomendable. 

(Texto perteneciente al libro ‘Las bandas sonoras para despedir los días’, de próxima publicación)

martes, 14 de abril de 2020

Bill Conti y la música de 'Rocky'


Queridos y queridas, lo prometido es deuda: celebro el 78 cumpleaños del compositor Bill Conti citando en este nuevo vídeo reportaje del canal #UltimoEstreno en Youtube algunas de sus bandas sonoras, pero sobre todo dedicando la mayoría de su contenido a analizar la música que escribió para 'Rocky'. 
Su emblemático tema 'Gonna Fly Now' se convirtió en un himno, pero hay más que esta animosa canción en la película. Aunque en la retina tengamos el entrenamiento del boxeador ya preparado para combatir dando saltos de alegría en las escaleras del Museo de Arte de Filadelfia y la secuencia final, hay momentos extraordinarios en los que Conti juega un papel importantísimo. Esas mismas escaleras las conoció Rocky antes, cuando no estaba aun 'a tope', y el compositor nos deja claro que el boxeador se hallaba hundido física y mentalmente. Pero eso y otras cosas más os la explico en el vídeo. Aquí tenéis el enlace y espero que disfrutéis.
¡Ah, y si no lo estáis, suscribíos al canal, leñe, que nos falta poco para llegar a los mil! 😆

domingo, 12 de abril de 2020

Mi relación amor-odio con 'La última tentación de Cristo'


Siempre dije que mi relación con 'La última tentación de Cristo', de Martin Scorsese, es de amor-odio. 
Desde los inicios del cine, reflejar en pantalla la figura de Jesús fue una tónica habitual porque se trata de un personaje de gran relevancia histórica, pero encontrar una buena película sobre él es sumamente difícil. Las hay entrañables por lo que supusieron (las 'superproducciones' de principios de siglo de Ferdinand Zecca y Alice Guy), ortodoxas y acartonadas ('Rey de Reyes', con un Nicholas Ray en un momento bajo), edulcoradas ('Jesús de Nazaret' de Zefirelli), horteras ('Jesucristo Superstar' de Jewison), feas y videocliperas ('La Pasión' de Gibson)... Probablemente la mejor fuera 'La Pasión según San Mateo', de Pasolini.
Jesús atrae mediáticamente pero su historia es arriesgada en el cine. Se sabe lo que sucede y se conoce el final. Así no tiene gracia, juegas en desventaja al hacer una película sobre él, a no ser que aportes nuevas visiones bien en el desarrollo narrativo que minimice todo lo posible algo ya manido o le des una vuelta de tuerca guionísticamente y hagas algo interesante. Y como Scorsese es un tipo con cine muy interesante, se interesó por la novela de Kazantzakis, en la que Cristo hace cruces para los romanos y los judíos lo odian, mantiene relaciones sexuales con María Magdalena, Judas es su mano derecha, el demonio lo tienta hasta vencerle -aparentemente- y las majestuosas bandas sonoras de Rozsa, Jarre y compañía daban paso a sones étnicos con instrumentos de la zona palestina
¡Apasionante! ¡Algo distinto y con Harvey Keitel y David Bowie en el elenco! Pero cuando a Scorsese le da por ponerse trascendental más allá de lo cinematográficamente permisible y además se acompaña en el tratamiento del guión por Paul Schrader, que en ocasiones también se las trae, entonces lo que debe ser apasionante se convierte en algo 'que pudo haber sido y no fue'. Y 'La última tentación de Cristo' pudo haber sido una obra maestra -sin entrar en disquisiciones religiosas, tan solo cinematográficas- y se quedó en la película más interesante y atípica sobre Jesús pero plagada de minutos vacíos, pulsaciones a cero y vacilaciones guionísticas que no salvan ni un enorme Willem Defoe ni la estupenda Barbara Hershey, más 'puesta' en la película como elemento impostado y aislado para justificar la debilidad de Cristo cuando llega el momento que como personaje crucial del que extraer su jugo novelístico. Y todo eso me da muchísimo coraje. 
No obstante, la de Scorsese se ha convertido en una de mis películas de cabecera sobre el personaje y un filme imprescindible para los amantes del cine de verdadero interés más allá de los convencionalismos respecto a Cristo y del cine mismo. Hace ya un tiempo monté un pequeño vídeo sobre las bondades de la estupenda banda sonora de Peter Gabriel. Os lo dejo aquí.

viernes, 3 de abril de 2020

Nunca el abandono


Creo que todos los que participamos intensamente de la Semana Santa tenemos el 'Viernes de Dolores' como la fecha de inicio de nuestros días más esperados, la antesala del Domingo de Ramos en la que además hay ciudades en las que ya procesionan hermandades. 
Van a ser días muy duros para nosotros, especialmente para quienes llevamos toda la vida revistiéndonos con nuestra túnica. Desconozco qué sensaciones experimentaré cuando, a la hora en la que debería estar alzando mi cirio anunciando a mi titular, me encuentre confinado, en mi casa. Ni siquiera me atrevo a pensar en los días anteriores, en el luminoso Domingo de Ramos, en las visitas a los templos con mi padre, en la radiante ilusión en el rostro de Aurora el Lunes y el Jueves Santo, en cómo nos miraremos confinados en las horas en las que San Benito va de regreso o el Cachorro vuelve por el puente. No sé qué nos diremos con los ojos, sentados en el sofá, mientras la Macarena permanece a oscuras en su camarín. Cruel paradoja en la noche en la que cada año más llamas de fe iluminan las calles del mundo... 
Lo que yo quería decir es que, en estos días tan difíciles, quiero pensar que será especialmente duro para los miembros de las juntas de gobierno, con sus respectivos hermanos mayores a la cabeza, que trabajan todo un año para la culminación que significa la estación de penitencia. Por eso quiero mostrarles mi reconocimiento y consideración, animándoles a continuar trabajando, dándoles mi aliento para que la desilusión, y aun peor, la tristeza -qué palabra con significado tan profundo- no penetre en su corazones. Estoy seguro de que las palabras de cariño de los hermanos de cada corporación les ayudará a seguir dictando el futuro de nuestras hermandades. Hago especial énfasis con este mensaje de aliento en los dirigentes de las hermandades a las que pertenezco, de todo corazón.
De la misma manera que estoy convencido de que los hermanos mayores y juntas de gobierno sentirán el cariño de quienes los apoyamos, los hermanos de cada cofradía también necesitan sentirse arropados por sus dirigentes, que les llegue el calor de alguna de las maneras posibles de quienes se sientan en las mesas de junta, recibir unas líneas escuetas pero sinceras sobre todo lo que está sucediendo e invitarles a vivir la Semana Santa de otra manera para posteriormente continuar participando de nuestras corporaciones hasta donde cada uno pueda o considere oportuno.
Miles, quizá millones de penitentes y nazarenos repartidos por el mundo, hacen posible cada Semana Santa. Y en estos días necesitamos no solo los recibos habituales del pago de cuotas, sino también las manos tendidas, unos y otros, para sentirnos en comunión y apoyados cuando nuestros titulares se van a quedar en sus templos, las túnicas en nuestros armarios, la fe sin expresarse... Pero nunca el abandono entre hermanos.
Muchos abrazos a todos los cofrades de mi parte.

miércoles, 1 de abril de 2020

La banda sonora para despedir el día...'En ángel azul'/'Sabrina'



El 1 de abril de 1930 se estrenaba la película 'El ángel azul'. Hace nada menos que 90 años. 
Era una de las primeras grandes apuestas de Alemania por el cine sonoro, y lo hizo con una historia bastante escabrosa y con un guión que difícilmente hoy podría llevarse al cine, sopena de que al director y a la productora se les acuse de ser machistas como calificativo más amable.
Lo que sí daba pie 'El ángel azul' era a continuar utilizando el expresionismo que caracterizaba al cine alemán y los decorados lúgubres, deformados, espigados, de sombras toscas y primeros planos dramáticos forzados. Sea como fuere, el filme de Josef von Sternberg es una obra maestra, cruda y desgarradora. El profesor recto y cincuentón, poco a poco enamorado de una cabaretera, capaz de echar su vida por tierra por tal de conseguir el amor de una mujer sin remilgos, descarada y que, en las carnes y huesos de Marlene Dietrich, provocó síncopes en los más puritanos al verla en la pantalla con las piernas al aire y con esa salvaje sensualidad germana tan del gusto de la época.
¿Y la música? La banda sonora de 'El ángel azul' es del compositor inglés Frederick Hollander. De origen judío, se fue a Alemania a trabajar, huyó de los nazis marchándose a Estados Unidos y regresó al país teutón a mediados de los cincuenta. En su primera etapa le tocó musicalizar 'El ángel azul', para la que compone poca música. La película solo cuenta con un tema introductorio muy al estilo de las representaciones teatrales livianas de la época más que relacionado con la temática que visionamos después. Sí se le aprecia un leit motiv que volveremos a escuchar después en alguna canción o al final, pero se trata de una composición 'aislada', tengamos en cuenta la procedencia de Hollander, hijo de un compositor de operetas, y especialmente el momento del sonoro en el que nos hallamos. La canción 'Lola Lola' también os la ofrezco en el vídeo, es la más famosa de la película, y fragmentos de otras varias después. Hay que esperar al final del filme para escuchar nuevamente música, un tema de tintes celestiales, con el que se acompaña la muerte del profesor asido con su mano a su mesa en su regreso al aula de la escuela para recuperar algo de su dignidad. No solo las imágenes 'perdonan' a Enmanuel Rath en esa estéril vuelta a sus orígenes, sino también la música.
Me fascinan muchas cosas de 'El ángel azul' que podéis ver en el vídeo: la simbología de la sirena sonando desde el muelle cercano al cabaret cada vez que el profesor va en busca de su amada por esas calles tan expresionistas, esos decorados 'torcidos'... El payaso que aparece estratégicamente en la película, prediciendo el desgraciado futuro de Rath, incomodándonos como espectadores; su desgarrador lamento cacareando como un desgraciado ante el público...
Os ofrezco también en el vídeo los créditos iniciales de 'Sabrina' la película de Billy Wilder con Audrey Hepburn, con un maravilloso vals compuesto por Frederick Hollander, y una secuencia estupenda de 'Los 5.000 dedos del doctor T' (1953), una inclasificable película musical, a ratos tremendamente hortera pero con una banda sonora excepcional que le valió al compositor una nominación al Oscar a mejor banda sonora.

martes, 31 de marzo de 2020

La banda sonora para despedir el día... 'Tesis'/'Los otros'/'Mar adentro'/'Mientras dure la guerra'



Alejandro Amenábar cumple hoy, 31 de marzo, 48 años.
Siempre he creído que lleva un enfervorizado amante del cine dentro, un apasionado de este mundo. Algunas cosas, como 'Los otros', le salen prácticamente redondas; otras fueron demostrativas de la eclosión de su futuro talento, como 'Tesis', a algunas les pierde su academicismo, como 'Ágora' o 'Mientras dure la guerra', pero no cabe duda de que si estrena película hay que ir a verla. Porque como sucede con el espejo en el que se mira sin disimulo -Steven Spielberg- Amenábar siempre tiene algo que contar y lo hace con atinadas maneras cinematográficas.
Se hartó, se fue de la Facultad tras recibir el suspenso de un profesor al que 'homenajeó' en 'Tesis' colocándole su nombre al malo de la película, y nunca se licenció en Imagen y Sonido. Ni falta que le hacía, como a muchos otros que han demostrado sobradamente que nacen con la virtud de saber hacer cine.
Pero el tema diario son las bandas sonoras, y aquí llegamos a un polémico asunto. Amenábar siempre fue un confeso melómano, y le dio también por componer las músicas de sus películas. Tras los cortos experimentales, llegaron sus scores para 'Tesis', 'Los otros', etc.
No tiene ni idea de solfeo, lo confiesa, no sabe escribir en el pentagrama, lo hace de oídas... pero dice que compone música. ¿Cómo se hace eso?
Entre las respuestas, la que considero más cercana se encuentra en los créditos finales de las películas o en los libretos de los CDs de sus bandas sonoras. Basta ver que 'Los otros' cuenta con cuatro orquestadores, entre ellos Xabier Capellas y Lucio Godoy, este último productor y muy presente en la trayectoria musical de Amenábar. Es decir, que es muy probable que a nuestro director-músico se le 'ocurran' temas, melodías, los grabe y el desarrollo y plasmación en los pentagramas sea trabajo de los 'chicos' que orquestan, que son brillantes compositores y técnicos.
¿Es justo entonces decir que Amenábar es compositor? Hay respuestas de todo tipo, porque hacer música es muy complejo. Pero lo cierto es que sus bandas sonoras cumplen generalmente y con creces en sus películas.
Amenábar tiene preferencial talento para crear melodías armónicas cuya belleza se basa en alargar las notas especialmente con las cuerdas, y le funciona con solvencia en 'Mientras dure la guerra' o 'Mar adentro', y en otras temáticamente más próximas al cine tensional de terror las ha resuelto con leit motivs también pegadizos con los que ha demostrado saber de sicología musical cinematográfica. En 'Los otros', en su tema principal -podéis comprobarlo en el vídeo de hoy adjunto- juega con el misterio en sus notas a través del instrumento de viento y pasa inmediatamente a unos compases similares a una nana infantil, reflejando por lo tanto el elenco protagonista del filme. Os pongo seguido a este tema la secuencia final, clamorosa en el desarrollo musical del convencimiento del personaje de Nicole Kidman con los pequeños de qué es lo que son ellos realmente. El tema adquiere en determinado momento tintes 'espirituales' con unos tímidos coros que revelan de qué naturaleza son nuestros tres protagonistas...
Antes, en 'Tesis', más que la calidad musical, Amenábar demostraba su perfecto sincronismo con las imágenes y el estado tensional del filme. En 'Mar adentro' resulta espeluznante el momento de la muerte de Sampedro, y al tema os enlazo la orquesta con los sones gallegos inspirados en el origen del protagonista. Finalmente, en 'Mientras dure la guerra' os ofrezco la mejor secuencia de la película: la demostración de 'las dos Españas' presentes en los dos personajes que discuten. España representada en la guitarra que coloca Amenábar de fondo del debate, hasta eclosionar con las cuerdas.