miércoles, 20 de noviembre de 2019

Los juicios de Nuremberg. 'Vencedores o vencidos'



Tal día como hoy, 20 de noviembre, en 1945, comenzaban los famosos juicios de Nuremberg.
Finalizada la Segunda Guerra Mundial, los aliados llevaron a cabo un macrojuicio condenatorio contra jerarcas nazis acusados de provocar las barbaridades que ya todos conocemos. 
Stanley Kramer, cuyo oficio fue solvente a lo largo de su trayectoria aunque resultó más interesante como productor que como director con películas como 'Solo ante el peligro' o 'El motín del Caine', se situó tras la cámara en 1961 para rodar 'Judgment at Nuremberg', llamada en España 'Vencedores o vencidos' gracias a algún lumbreras o alguien con la censura en el cogote. 
Lo hizo con un reparto espectacular, en el que un enorme Spencer Tracy crepuscular encarnaba al juez de la corte que juzgaba los crímenes, Burt Lancaster al nazi Ernst Janning, Maximilian Schell como abogado de la defensa y todo un abanico de secundarios de lujo, como Montgomery Clift o Marlene Dietrich. Comenzaban a estilarse las películas de juicios y la industria hollywoodiense no iba a desaprovechar una de las vistas más importantes del siglo XX... 
¿Y la música? La banda sonora corrió a cargo de Ernest Gold, que ya había probado las mieles del éxito tan solo un año antes al ganar el Oscar por la potente banda sonora para 'Éxodo'. Nada más dispar respecto a ella fue el siguiente trabajo de Gold para Stanley Kramer. El compositor decidió dejar que el silencio imperara en casi todo el filme, especialmente en las numerosas secuencias en la sala de juicio. Colocar música en ellas durante los tensos interrogatorios a los personajes que iban pasando ante el tribunal podía mermar la sensación del espectador de encontrarse sentado en una de las sillas del público, de modo que Gold y Kramer prescinden de ella durante la mayor parte de la película para acercar al público de manera más realista lo que está sucediendo. 
Para comenzar y terminar el filme, así como en alguna otra ocasión, emplearon himnos alemanes cantados en la época nazi. De hecho, el inicio de la película parece un documental de exaltación nacionalsocialista. 
 Entonces, ¿qué hizo Ernest Gold, además de sacrificar sus conocimientos y posibilidades de lucimiento? Arregló las piezas militares ya existentes, compuso música muy incidental y el tema más destacado a mi juicio es el llamado 'Guilty Or Not Guilty' (Culpable o no culpable) que es el único que suena en todo el juicio, precisamente cuando el juez declara los casos vistos para sentencia. En ese momento, tras tantas sesiones de tensión, el tema rompe dramático, clásico, solemne... y cortado, tan solo unos quince segundos cuando en su minutaje completo dura 1'15''. 
 En el vídeo que os he montado esta noche podéis ver todos estos momentos: lo iniciamos con los créditos del comienzo con una canción nazi. Posteriormente, saltamos hasta la secuencia en la que el juez Dan Haywood (Spencer Tracy) pasea con Marlene Dietrich tras coincidir en el teatro, en su papel de una mujer alemana misteriosa, que parece tratar de influir sobre el magistrado americano... Lo curioso es que Kramer y Gold hacen un guiño a Marlene en esa secuencia, porque en lugar de emplear música original, recurren al famoso 'Lili Marleen', la canción que indefectiblemente identificamos con Dietrich a lo largo de su carrera como actriz y cantante. Los compases del estribillo de este tema también los utiliza Gold casi al final de la película de una magnífica forma, informando al espectador sin media palabra que Tracy coge el teléfono para llamarla a ella. La siguiente escena de Dietrich sentada a contraluz, con el plano secuencia que hace Kramer en esos instantes, es extraordinaria. 
Como demostración del valor del silencio en este filme, os he montado en el vídeo el momento del interrogatorio a Montgomery Clift. La frase "forme una oración con las palabras liebre-cazador-campo" con la que le increpa un Maximilian Schell oscarizado por su papel como también algo teatral, forma parte inmortal del filme, así como la genial interpretación de Clift dejando entrever la difusa discapacidad mental que se le achaca y que el abogado defensor trata de demostrar para justificar lo que los nazis hicieron con él. Como el tema que os comenté 'Guilty Or Not Guilty' no está completo en la película, os lo ofrezco entero en el vídeo para que lo disfrutéis, así como finalmente una canción llamada 'Liebeslied' que podría pasar por una de tantas románticas de tradición alemana, si bien es original de Ernest Gold. 
 La BSO de 'Judgment at Nuremberg' tuvo una edición Deluxe en 1998 con el cartel de la película en el interior y un CD Rom con fotos y vídeos, editado por el sello Ryco. Yo la adquirí en su día, desconozco si aun existen ejemplares o está descatalogada.

El Museo del Prado en el cine: 'La hora de los valientes'



El cine ha mostrado el Museo del Prado en más ocasiones de las que podemos imaginar. 
Para celebrar que hoy, 19 de noviembre de 2019, se cumplen 200 años de su apertura, recurro nuevamente a uno de mis cineastas de cabecera, Antonio Mercero, que con guión de él mismo y Horacio Valcárcel (es decir, el mismo tándem de 'Verano Azul'), llevó al cine, en 1998, 'La hora de los valientes', película que gira en torno a un trabajador del Museo del Prado -interpretado por Gabino Diego- en la Guerra Civil, en un momento en el que los cuadros son trasladados a Valencia para protegerlos de los bombardeos y efectos del conflicto. 
Con la historia del autorretrato de Goya y el anarquismo de fondo, la historia cuenta con un protagonista mayor como si 'estuviera vivo' y que sirve de escenario privilegiado para los acontecimientos. Ese es, precisamente, el Museo del Prado. 
¿Y la música? La banda sonora original fue compuesta por el músico vasco Bingen Mendizábal, que desgraciadamente se prodiga poco como compositor, cuando su obra ha sido siempre interesante. Es probable que su mejor banda sonora sea 'La madre muerta', la película de Juanma Bajo Ulloa, pero la partitura de 'La hora de los valientes' cumple con creces con las necesidades del filme. 
En el montaje de esta noche os ofrezco cuatro momentos para comprobarlo. Comienza el vídeo con los créditos. La extraordinaria labor de diseño de producción de Gil Parrondo ya se aprecia desde los instantes iniciales. La música se enmarca en un estilo tan marcial como propio de himnos tanto militares como nacionales, con toques y llamadas de trompetas que apostillan el carácter bélico de lo que sucede en la película. 
El segundo clip nos traslada a la rápida protección de los lienzos del Prado para su traslado, todo ello también con música amenazante militar remarcada por el tambor. No obstante, observad cómo resuelve el director y el compositor esta secuencia, al surgir una de las obras cumbres del Prado: las Meninas de Velázquez. El cuadro aparece trasladado en escena desde la derecha hacia la izquierda en un plano general y desaparece la música militar, que se transforma en una composición más amarga, mientras el personal del teatro se queda paralizado, de espaldas, observando la maniobra, firmes. La cultura, sus trabajadores, 'se cuadran' ante el arte supremo, no ante el poder militar
Una tercera secuencia del vídeo muestra un momento en el que Mercero nos enseña el museo en general. Me resulta llamativo que el tema que coloca Bingen Mendizábal en ese instante tenga similitudes con el preludio que Jerry Goldsmith compuso en 1965 para la película 'El tormento y el éxtasis', sobre la historia de Miguel Ángel Buonarroti, en donde precisamente el filme nos está comenzando a mostrar las excelencias artísticas del Vaticano. Os lo he puesto también en el vídeo para que lo comprobéis. 
Finalmente, Mendizábal culmina la película con un precioso tema en el que el oboe intensifica el efecto dramático de un final de despedida de la chica y el joven dirigiéndose hacia el autorretrato de Goya: "Salud, compañero".

martes, 19 de noviembre de 2019

Museo del Prado y Real Teatro de las Cortes


Hoy, 19 de noviembre, se dan dos felices circunstancias culturales. 
El Museo del Prado cumple 200 años, y por otro lado, el Real Teatro de las Cortes de San Fernando, emblemático lugar del parlamentarismo moderno y de la cultura, fue declarado Monumento Histórico Artístico el 19 de noviembre de 1935. Es uno de los pocos teatros de España que ostenta dicha catalogación. 
Dos conmemoraciones unidas por la cultura y por una fecha. Hubiera sido una magnífica ocasión para celebrar un evento en San Fernando con la participación del Museo del Prado a través de su patronato, que preside el ex ministro socialista Javier Solana. Claro que hubiera sido más fácil si el Real Teatro de las Cortes, en lugar de ser ahora mismo centro de polémicas laborales, hubiera contado con su patronato para ser gestionado, tal y como se aprobó por el Pleno municipal de esta ciudad ¡en febrero de 1999! Es decir, hace más de 20 años... 
Una ocasión perdida (otra). Seguro que en próximos años, para otros doscientos más del Museo del Prado o cualquier otra conmemoración de nuestro coliseo isleño, los gobernantes de la ciudad y sus asesores, que para eso deben de estar, piensan en una conmemoración como se merece nuestro edificio cultural e histórico más emblemático y la fecha de hoy. 
Ilustro mis palabras con una fotografía de tiempos felices en el Teatro de las Cortes. 
#hacefaltanivel

lunes, 18 de noviembre de 2019

Cumpleaños de Scorsese. Felicidades con la BSO de 'La última tentación de Cristo'



Martin Scorsese regresa a mi muro, en esta ocasión con motivo de su 77 cumpleaños en este 17 de noviembre. Lo felicito por ello y me sirve de justificación para la banda sonora que despide su día de celebración.
Es probable que, de todas las películas dirigidas por Scorsese en su carrera, la que posea una banda sonora más interesante sea 'La última tentación de Cristo' (1987). Un filme polémico en su momento para mentes estrechas que, como suele ser habitual, no quisieron entender el mensaje de la película y del libro anterior, quedándose con las imágenes narrativas dentro del imaginario mundo de Nikos Kazantzakis -la relación carnal de Jesús con María Magdalena, la bajada de la cruz por su propio pie ayudado por la niña/el demonio, su oficio de carpintero que hace cruces para los romanos- cuando, en realidad, la historia culmina con la victoria de Cristo sobre esa tentación que le pone en bandeja el diablo y de la que finalmente reniega.
¿Y la música? Cuando Scorsese no hace películas de mafiosos no emplea canciones ya hechas. En 'La última tentación de Cristo' contó con Peter Gabriel, el fundador del grupo 'Génesis', que apenas tiene compuestas cuatro bandas sonoras a pesar de haber manifestado en algunas ocasiones que le apasiona esta tarea. Es comprensible, se trata de un músico centrado durante toda su carrera en experimentar. Y para una película sobre Jesús tan inusual, con un salto temporal de dos mil años y en una localización tan definida étnicamente, contó con un caldo de cultivo que dio como resultado un excelente score.
Se trata de una banda sonora en la que la percusión juega un papel fundamental, en la que los sonidos y ritmos autóctonos se conjugan en ocasiones y muy acertadamente con instrumentación sintetizada y de una gran riqueza descriptiva. Peter Gabriel decidió además emplear instrumentos autóctonos de diversas culturas y países, como el duduk, una especie de flauta armenia; el surdo -bombo-; la tabla -unos tambores de origen indio-; el kamancheh, un instrumento de cuerda iraní, o el sintetizador analógico Profeta 5, del que por cierto existen muy pocas unidades en el mundo.
En el vídeo que he montado para ilustraros lo que os comento incluyo cuatro momentos de importante presencia musical: los créditos iniciales, donde ya el desarrollo del tema deja entrever el papel de los instrumentos de percusión tras un leit motiv que se repite en varias ocasiones en el filme de fuerte sentido étnico y dramático. Tras los créditos vais a ver la secuencia en la que Jesús -interpretado por un extraordinario Willem Defoe- predica en una de las ocasiones y contempla contrariado como la gente se marcha alentada por él pero soliviantada y con fines bélicos. Frustrado tras sus palabras, se acerca María Magdalena y Cristo decide aliviarle los pies ante la atónita mirada de los discípulos. Suena un hermoso tema con ribetes amorosos que, aun conservando sus mismas notas, el compositor lo transforma magníficamente en un signo de suma de fuerzas al introducirle percusión para la siguiente secuencia, que enlaza con el mismo tema.
 La tercera secuencia que os he elegido nos enseña a María Magdalena curando las heridas de Jesús en el inicio de su nueva vida tras renegar de la muerte en la cruz. Lo más lógico es que, en el comienzo de una secuencia de amor de esta índole, Peter Gabriel hubiera empleado el mismo tema con desarrollo que el anterior del alivio de los pies de la mujer. Pero no. El compositor no nos lo pone tan fácil y se decide por el tema de los créditos iniciales. ¿Con qué intención? Me decanto por pensar que el tema principal no deja de estar formado por golpes de percusión atormentada, que con un 'in crescendo' psicológico nos va mostrando la pugna interior de Cristo en sus dudas sobre su destino. Cuando Jesús yace en el lecho de la Magdalena, Gabriel no quiere escena de amor convencional, sino un amor que forma parte de ese atormentado destino y nos lo recuerda con la música de inicio del filme.
La cuarta secuencia nos lleva al final de la película. Jesús en su madurez descubre 'el pastel', es decir, que todo era un invento del demonio para tentarle, y le ruega encarecidamente al Padre regresar a la cruz para cumplir con su misión que ahora comprende a la perfección. Vuelve a sentirse en ella, a una regresión en nuestro tiempo -no en el suyo-, se observa crucificado y sonríe. Todo está cumplido, incluyendo haber superado su última tentación. Peter Gabriel acompaña todo ello con un tema minimalista de compases con cuatro notas que suenan en una misma escala que una campana de iglesia repicando por motivo gozoso, y nos muestra musicalmente que estamos no ante un final, sino ante un principio que comenzará con la resurrección.



sábado, 16 de noviembre de 2019

Ver 'El irlandés' en el 1,2% de los cines españoles que la proyectan puede llegar a costarte más de 50 euros


En España existen un total de 3.593 pantallas de cine distribuidas en 723 salas o multisalas. Son datos extraídos de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) publicados en mayo de este mismo año.
La nueva y esperada película de Martin Scorsese, 'El irlandés', se ofrece en 45 salas. Es decir, en tan solo un 1,2% del total de las pantallas repartidas por el país.
¿Por qué ocurre esto? ¿Qué consecuencias para el espectador está teniendo la batalla de Netflix con las exhibidoras, después de que la plataforma se haya negado a demorar la emisión de 'El irlandés' los preceptivos tres meses y los responsables de las salas no quieran exhibirla porque creen que los números no les van a salir? Ya sucedió con 'Roma' en 2018, pero cada vez las plataformas de streaming producen más películas y, defendiendo su naturaleza, orientan el mercado a estrenar para sus abonados.
¿Significa esto el fin del cine en las salas? ¿Existen fórmulas que incentiven al espectador a ir al cine a la vez que visionar la película en su casa?
En este nuevo vídeoreportaje en el canal #UltimoEstreno te explico la situación de la manera más diáfana posible. Y también te cuento lo que significa para nosotros que 'El irlandés' no podamos verla en nuestras provincias, ciudades, municipios...
Ver en el cine la película de Scorsese te puede costar entre 41,74 y 54,48 euros según el estudio que he realizado con datos absolutamente fidedignos que podrás calcular a la vez que ves el vídeo en tu situación particular dependiendo de donde vivas. En mi caso, al residir en Cádiz, el cine más cercano donde se exhibe 'El irlandés' se encuentra en Sevilla, a 122 kilómetros por autopista más algunos otros hasta llegar a zona este.
Entrada+transporte+peaje...¿? euros. Si a ello le sumas aparcamiento en una ciudad sumamente complicada para estacionar y solo una botella de agua en 7 horas...¿? euros. Las interrogaciones se revelan en el vídeo.
Es absolutamente demencial. Particularmente, no estoy dispuesto a pagar esas cantidades porque a Netflix y a los cines les dé la gana. Los que llevan el negocio tendrán que solventar esta situación o el cine, tal y como lo tenemos concebido hoy día, se nos muere y quedará para ver películas en el ordenador o en casa en pantallas limitadas.
Lo siento. No habrá crítica de 'El irlandés' hasta verla en Netflix. No admito esto. Y no me llaméis 'tieso', pero ver una película no puede costarnos 50 euros a nuestro bolsillo. Es inadmisible y no es ético.
Pincha y te lo cuento. Ojo, siéntate y escucha. No es un vídeo de un par de minutos, pero creo que es necesario contar esta situación tan grave de esta manera.

https://www.youtube.com/watch?v=_Cvo1bUcMzs


jueves, 14 de noviembre de 2019

Roy Webb en la fecha del cumpleaños de Veronica Lake



El 14 de noviembre de 1922 nacía una de las mujeres más perturbadoras -y escasamente soportable por sus 'partenaires' cinematográficos- en toda la historia del Séptimo Arte. Veronica Lake, con su rabiosa belleza, su rubia melena y su crudo humor negro tuvo tantos hombres tras ella como enemigos en la industria del cine. 
Su vida fue un poema, el alcohol acabó con ella, enfrentada a sus hijos y sola, muriendo a los 50 años y con sus cenizas esparcidas en el mar. Lake hizo un puñado de películas maravillosas como 'Me casé con una bruja', dirigida en 1942 por René Clair. Su temática dio pie años después a la popular serie 'Embrujada' y a nosotros nos invita esta noche a recordar con justicia al compositor de esta película, Roy Webb. 
Nominado al Oscar a la mejor banda sonora por 'Me casé con una bruja', lamentablemente Webb no está ubicado en el lugar que le corresponde como creador de música cinematográfica. Parte de esta injusticia fue provocada por su masiva creación de partituras para la RKO, remezclando composiciones anteriores, mermando su capacidad creativa ante la extensa producción de la compañía, tanto que llegó a componer una media de doce bandas sonoras por año en la década de los cuarenta. Ríase usted de Morricone... 
Uno de sus scores más conocidos fue para la película 'Encadenados', de Hitchcock. Pero centrémonos en 'Me casé con una bruja'. 
Deliciosa película y banda sonora de gran interés por varias razones que comparto con vosotros y que podéis comprobar a través del vídeo que he montado con secuencias del filme con cuatro partes diferenciadas. En una primera, los créditos iniciales, en los que Roy Webb juega maravillosamente con la marcha nupcial introduciéndola a modo de guiño en su tema principal, en el que juega con notas que piruetean en tonos 'mágicos'. Una magia 'blanca', como se puede comprobar. En solo un minuto es capaz de ello, y también a mi juicio tengo claro que Webb fue un espectador consumado de 'Fantasía' tan solo dos años antes, en 1940, con especial atención a su aprendiz de brujo... Precisamente el segundo clip del vídeo os da muestras además de una característica del estilo compositivo de Roy Webb: el llamado 'mickeymousing', apelativo -no siempre cariñoso- con el que se le conoce al método por el que los compositores apostillan cada movimiento en escena con su música sincronizados al máximo. No es de extrañar: Webb fue ayudante de Max Steiner, el gran compositor que en su haber posee uno de los ejemplos de 'mickymousing' más diáfanos: su 'King Kong' de 1931. En 'Me casé con una bruja' vemos al gato entrar en la casa, corretear, subirse al sofá con Veronika Lake, la puerta se cierra.. Oid la música y veréis, aunque parezca paradójica la frase. 
Un tercer corte del vídeo nos muestra a Veronica Lake cantando en versión original y el cuarto y final me parece enormemente interesante. Solo lanzo una afirmación sin explicar más allá: estoy plenamente convencido de que Steven Spielberg y John Williams vieron esos minutos finales de 'Me casé con una bruja' antes de rodar y musicalizar 'ET'.

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Nueve años sin Berlanga. Recordando 'Tamaño natural'



El 13 de noviembre de 2010 nos dejaba uno de los grandes cineastas de nuestro país: Luis García Berlanga. 
 'El verdugo', 'Bienvenido Míster Marshall', 'Plácido' o 'La escopeta nacional' son algunas de sus obras maestras. Bajo una exposición de motivos que en la mayoría de las ocasiones se basaba en apariencias temáticas grotescas, se encontraba una talentosa y mordaz manera de exponer y criticar situaciones vinculadas a la sinrazón humana, a la política mal entendida, a la insolidaridad, a la obligada desesperanza o al sexo incomunicativo. 
Este es el caso de una de sus películas más retorcidas, 'Tamaño natural'. En las ocasiones en las que compartí con él alguna mesa redonda, cenas y charlas en general, era muy común que habláramos mucho de este filme con el que el maestro se divertía sobremanera recordándolo. No hay que olvidar que era un gran aficionado a todo lo relacionado con el sexo. 
'Tamaño natural' contaba la historia de un dentista perturbado por una muñeca hinchable. Michel Piccoli (que en diciembre cumplirá nada menos que 94 años) encarnaba a un ser capaz de sustituir a su esposa por una muñeca, en la que busca no solo sexo, sino comprensión y ternura, con las consiguientes reacciones de quienes lo rodean al conocer su existencia. Desde su mujer, que en un acto de humillación -y un ejercicio guionístico extraordinario- se hace pasar por otra muñeca para recobrar el cariño de su marido -impagable el plano de ella inmóvil llorando al comprobar la reacción de él- a su familia, que actúa de la misma manera que podemos ver la película en un principio: como una astracanada burda y forzada, cuando en realidad se convierte en un ejercicio de exposición humana de la incomunicación, la soledad y el desencuentro emocional. 
¿Y la música? Aquí tenemos otra curiosidad. El célebre compositor francés Maurice Jarre escribió la banda sonora, siendo la única ocasión en la que hizo música para una película española. Al creador de grandes scores como 'Lawrence de Arabia' o 'Doctor Zhivago' no lo relaciona nadie con Berlanga, pero ya véis... 
La banda sonora de 'Tamaño Natural' no está editada. Creo haber visto una edición pirata hace muchos años que no logré adquirir. Apenas algo más de 17 minutos hizo Jarre con especial dedicación a la aparición de la muñeca en pantalla por vez primera y en el impagable final cuando flota sobre el agua tras la caída del coche. En ambas partes -que os ofrezco en un vídeo que he montado extraído de la copia que tengo de la película- se juega con el mismo leit motiv, un tema sensual para el que lógicamente Jarre emplea el instrumento más sexual que existe, el saxo, acompañado de órgano, sinuoso y que resulta pegadizo. Su perceptivo inicio de corte erótico va dando paso en su desarrollo a una sensación, provocada por la música, de soledad, tristeza y vacío a pesar de lo que contemplamos, revelándonos por lo tanto Jarre que el protagonista involuciona en su insatisfacción aunque no se percate de ello y adelantándonos un final infeliz.


jueves, 7 de noviembre de 2019

Cuarenta años del estreno de 'Apocalypse Now' en España

Hoy, 7 de noviembre, se cumplen 40 años del estreno en España de una obra maestra del cine. Reconozcamos que 'Apocalypse Now' no es una película de fácil digestión. Necesitamos prepararnos para adentrarnos en su historia, adecuarnos a su ritmo y paulatinamente dejarnos cautivar por una película monumental que, cuando de su música hablamos, nos dejamos llevar por dos momentos estelares: el inicio con la canción 'The End' de The Doors y especialmente la utilización que Francis Ford Coppola hizo de la cabalgata de las valkirias de Wagner en su secuencia más famosa. 
Sin embargo, la banda sonora original de 'Apocalypse Now' no es especialmente conocida. Es lógico, porque lo que compuso Carmine Coppola para la película de su hijo es una música absolutamente incidental, atmosférica, que contribuye a adentrarnos en ese viaje iniciático y asfixiante en busca de respuestas a una sorprendente decisión. "El horror...". 
Quince temas originales posee la edición discográfica de la BSO de 'Apocalypse Now'. En el siguiente vídeomontaje os muestro tres momentos: el primero, en el que suena el tema 'The Voyage', que es el que acompaña al capitán Willard en la llegada a su destino. Música átona, influenciada por las tendencias progresivas y experimentales de aquellos años, perfecta para el momento y con percusión final al ritmo de nuestro órgano vital. Llega el momento en el que Willard se adentra en "el corazón de las tinieblas" y la música nos lo corrobora. Las otras dos secuencias corresponden al bombardeo a los sones de Wagner y el olor a Napalm por la mañana. Inolvidable.