Hay que esperar que pasen dos horas inanes en «Nosferatu» para al menos salvar de la quema una brillante resolución fílmica del sacrificio de Ellen, digamos de manera rimbombante por la humanidad, y el de Nosferatu por emplearse a fondo en la cama con la chica. Eggers logra una secuencia en la que el vampiro abiertamente prefiere seguir el fornicio con mordisco mortal incluido antes de salir por patas aun sabiendo que el gallo ya ha dado el anuncio del amanecer, lo que nos provoca hasta lástima por él, y Ellen se deja para que el bigotudo deje de soltar ratas por el mundo y la peste desaparezca. Interesante transformación y eclosión romántica además del tema musical de la BSO que identifica a Nosferatu desde el inicio.
lunes, 30 de diciembre de 2024
«Nosferatu» de Robert Eggers. Nada nuevo bajo el sol que mata al vampiro y la conexión musical Hans Erdmann-Robin Carolan-Wojciech Kilar
lunes, 23 de diciembre de 2024
Y los medios dicen que lo de «Pone mil euros, pero es que un chico me ha dicho que...» es una anécdota
Lo de la niña liando el taco en el Sorteo de Navidad es tan surrealista que llama la atención que los medios de comunicación tilden lo sucedido como una «anécdota». Habría que explicarle a los doctos editores de El País, El Mundo y compañía que el «error» de Yadira Quinde (que así se llama la chiquilla) es mucho más que algo entretenido o curioso, que son las dos acepciones que, según el DRAE, enmarcan cualquier hecho acaecido en el ámbito de lo anecdotario.
Los responsables del sorteo se han visto obligados a emitir un comunicado que realmente no aclara nada, porque tan solo habla del error de la chica y que en la bola que extrae aparece diáfanamente la cifra de los mil euros preceptivos y no los cuatro millones con los que in voce salió por peteneras una vez dictada la sentencia del bombo. Pero la nota de prensa omite la frase que ha provocado que el personal ande más escamado que un pavo el día antes de Nochebuena. «Pone mil euros, pero es que un chico me ha dicho que cante los cuatro millones...». Y el bizcotur de la mesa (según la obra cumbre de Cela) la hace callar repitiéndole «mil euros, son mil euros. Mil euros». Y a otra cosa. A otra bola, vamos. «Jueguen, jueguen» sobre el césped de los bombos infinitos y caprichosos. O no.
Criaturita, se ha equivocado. Eso les pasa a todos, este año a los niños de la Lotería más que nunca. Pero ¿de qué enigmático chico habla la niña? ¿A quién o a qué se refiere? ¿Es una gracia para hacerse famosa? Basta verle la cara cuando canta los cuatro millones tan convencida y su reacción para comprobar que la chiquilla no iba de maletilla en plaza navideña. Entonces, ¿qué quiso decir? ¿El chico es un amigo con el que el día antes se apostó el chiste o un productor sin escrúpulos reviviendo «El show de Truman»? Cuando en el transcurso del sorteo en directo se escuchan perfectamente las palabras pronunciadas por los protagonistas del inquietante (no anecdótico, qué puñetas) momento, ¿los locutores y locutoras que generalmente dicen pamplinadas melífluas durante la emisión no se percatan de lo sucedido ni comentan nada acorde con la situación? Al terminar el sorteo, ¿ha habido algún periodista con interés por localizar a la niña para que aclare de qué chico está hablando o practican el «yo no me meto en ná» como santo y seña de la comunicación actual?
Todo esto es muy extraño. Y lo digo yo, que no soy nada conspiranoico. Pero en un país en el que la Lotería de Navidad mueve millones de euros hasta límites inimaginables, lo sucedido no puede ser catalogado de «anécdota». Es tan ridículo como quienes, contribuyendo a las barbaridades que campan a sus anchas por las redes sociales, culpan al presidente del Gobierno. Y lo hacen convencidos, oiga. Pero lo sucedido en el sorteo de la Lotería de Navidad hay que aclararlo con mayor rigor -no lanzando notas de prensa para iniciados- y por respeto a millones de españoles que, ilusionados, esperan una mañana a que la vida les dé un giro copernicano. Por lo legal y sin sospechas de ningún tipo.
jueves, 19 de diciembre de 2024
Cosas cotianas del día
lunes, 16 de diciembre de 2024
Entrevista en #UltimoEstreno a Jaime Córdova, investigador y descubridor de la película perdida de John Ford «La gota escarlata» (1918)
miércoles, 11 de diciembre de 2024
La ROSS volverá a interpretar «El señor de los anillos» dos décadas después
jueves, 5 de diciembre de 2024
Memorias de África
Es una buena oportunidad para disfrutar de esta bellísima obra de Barry en su totalidad. Ya se puede reservar, por ejemplo, en la web de Rosebud Tienda de Cine.
martes, 3 de diciembre de 2024
Pepe Pettenghi
Siento mucho la muerte de Pepe Pettenghi. La última vez que nos vimos fue en la Feria del Libro de San Fernando, él firmaba con sus colegas ejemplares de «Histeria de Cádiz» y yo de «Las bandas sonoras para despedir los días». Nos dio mucha alegría vernos y nos hicimos esta foto de recuerdo.
Lo conocí en su etapa de concejal del PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz, allá a inicios de los años 2000. Hablaba con sabiduría cuando se tocaban temas de educación y jamás le vi un exabrupto en sus intervenciones plenarias. De todas maneras, la política no era un buen caldo de cultivo para un hombre insobornable como él. Mantuvimos un relación de periodista a político estupenda, y después de amigos, que me llevó a seguir sus obras literarias, desde los libros hasta sus caústicos artículos en medios de comunicación. Me declaré fan incondicional de los inventos perfectamente prescindibles de la humanidad que publicaba en Diario de Cádiz y después me he reído mucho en redes con su «San Toral», ese vademécum gamberro y cáustico de santos con historias inventadas -y no tanto- cuya recopilación dio lugar a su penúltimo libro. Hace tan solo unos días se publicaba «Histeria sagrada», obra colectiva con su grupo de amigos con los que ha escrito cosas muy divertidas, molestas para mentes estrechas, interesantes y desmitificadoras en una tierra tan ombliguera como la nuestra.
Descansa en paz, Pepe. O que la tierra te sea leve, empléese la fórmula preferida por cada uno de quienes te apreciábamos.