domingo, 1 de noviembre de 2020

Sean Connery, el hombre que pudo reinar... hasta 1987


Curioso caso, el de Sean Connery. La calidad de sus películas en los últimos treinta y tantos años es inversamente proporcional a sus virtudes interpretativas. Creo que desde 1986 estuvo divirtiéndose sin más, tras su culmen en 'El nombre de la rosa', preludiado por sus maravillosos papeles entre 1975 y 1976.

Resulta casi innecesario recordar la prestancia, la elegancia de Connery en cada uno de sus movimientos dentro y fuera de la pantalla. El cine está a falta de señores con el marchamo de aquellos Gary Cooper, Cary Grant y la sublime versatilidad en ejercicios actorales inalcanzables esgrimidos por Paul Newman o Marlon Brando. Por eso, cuando se nos marchan estrellas como Connery, no solo se nos va el actor en sí, sino también el halo de la celebridad intocable ganada a pulso. Eso también provoca una sobrevaloración de sus obras en algunos casos, y uno de los más llamativos es el de Connery. El personaje supera a su obra, y es justo hacer un ejercicio de contención para proporcionar en su medida los halagos al protagonista en cuestión.

No obstante, hay que admitir que Connery no necesitó títulos a decenas para corroborar su eficiencia ante la cámara y su magnetismo en pantalla. Pero no deja de provocar desasosiego que en estas últimas horas tras su óbito, la vista se quede corta en el tiempo, exactamente en todos esos años en los que, como dije al inicio, pienso que el actor se dedicó a mirar desde arriba el cine que venía. Incluso el Oscar le vino por una película coral en la que solamente resultaba imprescindible la dirección de De Palma. Otorgarle la estatuilla por su papel en 'Los intocables' es ese ejercicio de humillación cometido con grandes como Paul Newman, al que le concedieron el premio viniendo ya de vuelta y cuando 25 años antes ya había sido un sublime Eddie Felson.

Y es que, ¿qué más da participar en cosas infumables como 'La roca', 'La casa rusia', 'El primer caballero', 'Los vengadores' y todo un lote de títulos de vergüenza ajena si ya has sido el mejor Bond de la historia, el Robin Hood más entrañablemente crepuscular o el aventurero Daniel Dravot?

Descanse en paz.

sábado, 31 de octubre de 2020

Intrada remasteriza y amplía la banda sonora 'En busca del valle encantado', una de las joyas de James Horner



Intrada acaba de publicar una ampliación de una banda sonora que es una obra maestra cinematográfica.
En 1988, y bajo los auspicios de Steven Spielberg, el director Don Bluth presentaba 'En busca del valle encantado'. Las aventuras de 'Piecito' en este filme y en sus secuelas se convirtieron en alternativas a la Disney -de donde procedía Bluth- dentro del cine de animación comercial. Demasiado similares, aunque la ñoñería proliferaba más en las producciones de la Amblin que en las de Disney, que por aquellos años trataba de aclarar su incierto futuro ante las últimas debacles en sus estrenos. Tan solo tuvieron que pasar unos meses para que 'La sirenita' abriera una nueva etapa. El resto, desde entonces, ya lo conocemos.
Decía que 'En busca del valle encantado' es una obra maestra porque el compositor James Horner ya había iniciado una carrera basada en su marcado estilo sinfónico, su característico uso de los coros y una excelsa música admirablemente capaz de describir las imágenes y acentuar las emociones que veíamos en pantalla en películas como 'Krull', 'El nombre de la rosa', 'Alien' o 'Willow'. Horner sale airoso con suficiencia en sus partituras para animación. Es complicado elegir entre 'En busca del valle encantado' o las andanzas del ratoncito Fievel, entre Diana Ross cantando 'If We Hold On Together' o Linda Ronstadt con 'Dreams to Dream' en Fievel va al oeste'. Sea como fuere, el nombre de Horner está especialmente unido a aquellos años entorno a la creación de 'En busca del valle encantado', en los que el maestro fue capaz de crear grandes obras como 'Tiempos de gloria', 'Buscando a Bobby Fisher', 'El hombre sin rostro' o 'The Rocketeer'.
A los amantes de la música de Horner no puedo invitarles a descubrir 'En busca del valle encantado' porque con seguridad la conocerán sobradamente y su CD lo tendrán entre las estanterías de bandas sonoras, pero a pesar de ello creo que esta versión extendida merecerá la pena por lo que he indagado. A quienes aun no la conocen... ya estáis tardando en disfrutar de esta joya.
¡Cómo se echan de menos aquellos tiempos en la música de cine!
(En la web de Intrada podéis adquirir el CD, aquí os dejo la carátula y una foto mía de no se cuántos años hace ya con Don Bluth).



viernes, 30 de octubre de 2020

Ya puede visionarse el documental 'Por ti, Antonio...Veinte años después' en memoria de Antonio Ferrandis


 

'Por ti Antonio...Veinte años después' es un videorreportaje documental dedicado al actor Antonio Ferrandis al cumplirse, en este mes de octubre, dos décadas de su fallecimiento. Intervienen personas que conocieron muy de cerca al intérprete, principalmente su asesor personal, Juan Valverde, quien es protagonista de una extensa entrevista y nos hará recorrer los lugares más relacionados con Ferrandis, además de nombres como Miguel Ángel Valero, el famoso 'Piraña' de la serie Verano Azul. Realizamos, en una primera parte del videorreportaje, un repaso a la trayectoria artística de Ferrandis.

lunes, 26 de octubre de 2020

Todo es absorbente en 'La voz humana'...



Pedro Almodóvar vuelve por los fueros de la narrativa interior atormentada como lo hizo en ‘Dolor y Gloria’, personajes defenestrados por los fracasos del pasado, por la pugna que aun mantienen con esas situaciones que los han llevado al límite.

En este caso, con el papel encarnado por una impoluta Tilda Swinton en plenitud interpretativa formando la dupla que mantiene en la cima este bellísimo ejercicio de Almodóvar: porque a Swinton se suma Alberto Iglesias, el compositor, capaz de condensar en los apenas 30 minutos de la película toda su capacidad para entender el universo de Almodóvar desde que musicaliza sus obras y en este caso no abandonar a la protagonista al silencio, sino conducirnos no solo a las situaciones sino también a los estados de ánimo de una mujer que espera la llegada de su pareja a recoger las maletas para marcharse para siempre entre amargos pero bellísimos temas musicales o indispensables para los momentos más angustiosos de la protagonista.

Tilda Swinton es físicamente esa versión femenina de David Bowie que llena de blancura la pantalla, contrastada por los tonos enormemente vivos que siempre gusta utilizar a Pedro Almodóvar y tratados por el estupendo director de fotografía que es José Luis Alcaine. Con la excepción de algunas apariciones fugaces de Agustín Almodóvar y otros familiares del cineasta manchego, la película es de Tilda que sostiene una historia que Jean Cocteau escribió en 1930 y después sería llevada a la ópera en los años cincuenta y en 2013 al cine con un cortometraje con Sophia Loren de protagonista. Ya Anna Magnani ('Roma cita aperta') había hecho lo mismo a las órdenes nuevamente de Rossellini y también Ingrid Bergman (Casablanca) bajo la curiosa dirección de Ted Kotcheff, solvente realizador que años después rodaría 'Acorralado' con Stallone.

Un único pero a tanta belleza de planos picados, de estética que nos recordará a Von Trier y su 'Dogville', del fuego apresurado calcinando el pasado tortuoso de la protagonista: que el corto se hace corto.

domingo, 25 de octubre de 2020

"Duelen los cuernos cuando crecen"


En el enfrentamiento que mantiene el obispo de Cádiz con el sacerdote y amigo Rafael Vez Palomino -situación bastante triste además de sonrojante para la Iglesia, por cierto- me llama poderosamente la atención que por vez primera el Obispado utilice como argumento de tanto peso en defensa de Zornoza las declaraciones y opiniones expresadas por el presbítero en medios de difusión digitales y en redes sociales.

Lo que los miembros de la iglesia, y especialmente los cofrades, han venido leyendo desde hace ya nada menos que casi dos décadas en diferentes plataformas de internet dejando al descubierto las situaciones que padecen numerosas hermandades de toda Andalucía; los insultos antes y después de los cabildos de elecciones; las calumnias con cobardes seudónimos; gente con responsabilidades en juntas de gobierno escribiendo barbaridades y, en definitiva, alimentando la basura, jamás fueron tenidas en cuenta para velar por el cumplimiento de la Ley de Dios en organizaciones eclesiales cuyos componentes deberían dar ejemplo fraternal y solucionar sus problemas con diálogo y acercamiento siempre en el ámbito de lo privado.
Se han presentado documentos de escandaloso contenido difamatorio a este obispo en momentos muy graves que, desgraciadamente, sufren numerosas cofradías, y han sido tirados a la basura, a veces desde el mismo despacho de los directores espirituales, otras en el Secretariado Diocesano y, en definitiva, se ha mirado para otro lado como si la reiteración de muestras de odio públicas fuera "cosas de chiquillos" en la Iglesia, algo que quizá pudiera ser así si estuviéramos hablando de quinceañeros en proceso de maduración. Pero no ha sido el caso y lo sabemos.
Ahora, cuando las supuestas difamaciones en redes afectan al propio Zornoza, se utilizan para tratar de despojar a un sacerdote de su oficio, que no -por imposible- de su vocación. Largos años mirando hacia otro lado cuando se alertó del daño que causaban tantas repugnancias escritas y quienes lo permitían y alentaban, que en ocasiones han sido hasta premiados con diferentes privilegios no solo dándole pregoncitos y palabrería barata en atriles, sino también en el ámbito de lo laboral, y ahora el obispo viene a censurarlo y utilizarlo como argumentario porque él mismo lo sufre en sus carnes... Tan sorprendente como triste para quien aun conserve la ingenuidad en todo lo que rodea a estos asuntos 'religiosos' que contemplo desde la grada hace ya bastante tiempo.

"Duelen los cuernos cuando crecen", que le decían a Imanol Arias en 'Tiempo de silencio'. O cuando te interesa.



jueves, 22 de octubre de 2020

Marge Champion: Blancanieves y su bamboleo



Walt Disney siempre tuvo de inocencia infantil en sus películas lo que yo de defensor de Donald Trump. Solo alguien muy corto no sería capaz de comprobar hasta dónde era capaz de llegar el tío Walt cuando crea a Minnie Mouse a finales de los años veinte y la pone a correr huyendo de dos huevos fritos y una salchicha, un príncipe enamorado besa a una muerta en un claro ejemplo de necrofilia o una mujer enloquece a siete hombres (enanos, pero hombres) que babean cuando la ven y además los mete en la cama con mucho amor.
Son solo tres ejemplos, podemos estar hasta mañana escribiendo al respecto de una escuela que aprendió bien la lección. Muchos años después de Disney muerto, el mundo fliparía con una película de la factoría en la que, además de discutir sobre aquello de "la belleza está en el interior", un candelabro se lía con una plumera tras una cortina entre otras cosas subliminales nada infantiles.
Hoy me quedo con lo de Blancanieves y sus hombrecillos por razones obvias. No era de extrañar que, para conseguir ese movimiento de la protagonista, Disney requiriera una mujer en condiciones para copiarle su sinuosidad. Entre las excelencias de la película, siempre me quedé absorto, desde pequeño, con Blancanieves meneando su cuerpo de esa manera, hasta saber que había sido esta mujer que ahora ha fallecido quien 'dio vida' a semejante dibujo animado que ríase usted de Jessica Rabbit, tan ordinaria ella.
Desde mi infancia hasta hoy mismo, mi atrofiada mente quiso convertirme en enano para que Blancanieves me diera las buenas noches. Porque como decía Raúl Arévalo en esa extraordinaria película que es 'Los girasoles ciegos' sobre Maribel Verdú..."es que se bambolea". #UltimoEstreno

Informa el colega en esto del critiqueo cinematográfico Juan Luis Sánchez: