Anoche asistí al concierto de Miguel Poveda en la plaza de toros de San Fernando. Fui a fotografiarle para subir la noticia y las imágenes a la web de SAN FERNANDO COFRADE. Tras escuchar varias canciones del repertorio, salí dispuesto a continuar usando la Nikon D3000. Tenía ganas y recordé el paraje del Faro de Trafalgar, a escasos metros de Los Caños de Meca. Jamás había subido hasta la pequeña colina de aquel cíclope a las doce de la noche, así que pillé el Megane, mis cds de Sabina y Serrat y tiré millas tras cargar el trípode en el maletero.
Fueron dos horas maravillosas y del álbum de fotos os ofrezco esta de hoy. El resto las subiré al facebook en próximas horas. Parece estar captada apenas llegada la noche, pero está hecha sobre la una y media de la madrugada. Veinticinco segundos de exposición entre otros detalles y objetivos y salió una imagen que me gusta por lo que transmite a a los ojos de quien la visiona.
Regresé caminando por la playa gracias a la viva luz que ofrecía la luna. Pasé por rincones olvidados, lugares a los que no todos llegan a pesar de la masificación de la zona, y al fondo de la cuña océana penetrando en la arena, las titilantes luces de Los Caños. Regresé pasadas las tres de la madrugada. No son horas, lo admito. Si no sois ejemplo de locura como yo, os recomiendo un lugar bajo el faro, una piedra que como mascarón de proa sirve para ir delante del mundo, navegando sobre el aire y sobre el mar, un poco antes de las nueve de la noche. A la derecha veréis morir el sol y a la izquierda salir la luna. La noche y el día, al alcance de tus brazos extendidos. Con qué poco soy feliz, coño...
jueves, 26 de agosto de 2010
viernes, 13 de agosto de 2010
El balneario de Torregorda ya no existe. ¿Y ahora qué?
El balneario de Torregorda, en el término municipal de Cádiz aunque estrechamente relacionado con San Fernando, ha dejado de existir. El año pasado por estas fechas escribía sobre las sensaciones que me causaba regresar al menos un par de veces cada verano al lugar donde durante los años de mi adolescencia me daba mis chapuzones, jugaba al fútbol con mis amigos de la época, íbamos andando hasta aquella playa y nos zafábamos de los controles militares de la entrada y en el interior.
Hace ya algunos años que la Armada decidió ceder la explotación del bar restaurante del balneario a una empresa privada, pero este verano ya no está abierto. Desconozco si Defensa no lo ha permitido, si ya no se vendían hamburguesas, raciones y cervezas y no era rentable, o simplemente, se trata de la crónica de un muerte anunciada desde que comenzó el ocaso del poder militar en esa franja del litoral, los altos mandos desmontaron sus casetas, las leyes medioambientales dejaron claro que la playa es de todos y en resumidas cuentas, Torregorda se convirtió en un símbolo más del declive de lo castrense en la zona.
Signo de los tiempos, es indefectible. Y así debe ser. Pero esa decadencia de conceptos ya caducos en muchos aspectos -hoy resulta inconcebible que te reclamen una tarjeta militar por el mero hecho de pasear por una orilla de playa- debe dar paso a iniciativas que permitan extraer los recursos que nos pueden prestar esos enclaves. Anteayer viví una experiencia desagradable no sólo por ver el balneario asqueroso, sucio, derruido en sus techos, abandonado, cuando disfruté allí de momentos inolvidables. Mi sensación fue negativa cuando me pregunté qué va a suceder ahora. Hace casi ocho años, cuando mi profesión periodística me hacía escudriñar diariamente los despachos de los políticos del Ayuntamiento gaditano en busca de noticias exclusivas para el medio en el que trabajaba, mantuve una prolongada conversación con la alcaldesa Teófila Martínez sobre aquel balneario que, no se olvide, se sitúa en término municipal capitalino. Por entonces me comentaba que no descartaba recuperar la zona para la ciudad, y parecía enterada de lo que ya comenzaba a ser un declive de la presencia militar en aquella característica localización.
En una provincia necesitada de equipamientos turísticos, reflexiono al respecto y me pregunto si no ha llegado la hora de negociar con Defensa, recuperar aquello en sus tres cuartas partes -la torre militar seguiría desempeñando su labor obviamente, pero es una mínima parte de todo el terreno allí existente- y habilitar un complejo hotelero con aparcamiento, piscinas, acceso a la playa, adecuado a las características del lugar, llamémosle si es necesario 'con encanto' y generar riqueza en Torregorda. De lo contrario, volveremos a asistir a un declive de algo que todos criticábamos pero que no somos capaces de sustituir por un proyecto reactivador de la economía tan maltrecha que tenemos. Y lo que tenemos es precisamente una zona costera que aún desconoce lo que puede rentabilizar sus paisajes naturales en armonía con las iniciativas humanas en materia de turismo.
Hace ya algunos años que la Armada decidió ceder la explotación del bar restaurante del balneario a una empresa privada, pero este verano ya no está abierto. Desconozco si Defensa no lo ha permitido, si ya no se vendían hamburguesas, raciones y cervezas y no era rentable, o simplemente, se trata de la crónica de un muerte anunciada desde que comenzó el ocaso del poder militar en esa franja del litoral, los altos mandos desmontaron sus casetas, las leyes medioambientales dejaron claro que la playa es de todos y en resumidas cuentas, Torregorda se convirtió en un símbolo más del declive de lo castrense en la zona.
Signo de los tiempos, es indefectible. Y así debe ser. Pero esa decadencia de conceptos ya caducos en muchos aspectos -hoy resulta inconcebible que te reclamen una tarjeta militar por el mero hecho de pasear por una orilla de playa- debe dar paso a iniciativas que permitan extraer los recursos que nos pueden prestar esos enclaves. Anteayer viví una experiencia desagradable no sólo por ver el balneario asqueroso, sucio, derruido en sus techos, abandonado, cuando disfruté allí de momentos inolvidables. Mi sensación fue negativa cuando me pregunté qué va a suceder ahora. Hace casi ocho años, cuando mi profesión periodística me hacía escudriñar diariamente los despachos de los políticos del Ayuntamiento gaditano en busca de noticias exclusivas para el medio en el que trabajaba, mantuve una prolongada conversación con la alcaldesa Teófila Martínez sobre aquel balneario que, no se olvide, se sitúa en término municipal capitalino. Por entonces me comentaba que no descartaba recuperar la zona para la ciudad, y parecía enterada de lo que ya comenzaba a ser un declive de la presencia militar en aquella característica localización.
En una provincia necesitada de equipamientos turísticos, reflexiono al respecto y me pregunto si no ha llegado la hora de negociar con Defensa, recuperar aquello en sus tres cuartas partes -la torre militar seguiría desempeñando su labor obviamente, pero es una mínima parte de todo el terreno allí existente- y habilitar un complejo hotelero con aparcamiento, piscinas, acceso a la playa, adecuado a las características del lugar, llamémosle si es necesario 'con encanto' y generar riqueza en Torregorda. De lo contrario, volveremos a asistir a un declive de algo que todos criticábamos pero que no somos capaces de sustituir por un proyecto reactivador de la economía tan maltrecha que tenemos. Y lo que tenemos es precisamente una zona costera que aún desconoce lo que puede rentabilizar sus paisajes naturales en armonía con las iniciativas humanas en materia de turismo.
viernes, 6 de agosto de 2010
'Invictus' en San Fernando en la 'Noche blanca'
Este sábado 7 de agosto se proyecta 'Invictus', la última película de Clint Eastwood, en el Centro de Congresos de San Fernando. El Ayuntamiento de la localidad gaditana ha organizado lo que viene a denominarse una 'Noche blanca', en la que permanecerán abiertos museos, teatros, centros culturales, etc. hasta altas horas de la madrugada, tendrán lugar conciertos de diversos estilos musicales en diversos puntos de la ciudad al aire libre y se ha tenido la feliz y acertada idea de recuperar las proyecciones cinematográficas veraniegas que tanto éxito obtuvieron hace algunos años. En esta ocasión se ofrece en un lugar que esta mañana, realizando la prueba de imagen y sonido, me trajo recuerdos gratísimos de mi niñez y juventud. Ese edificio congresual fue en su día el añorado Cine Almirante, y en la sala donde hemos proyectado unos minutos del filme protagonizado por Morgan Freeman hemos visionado cientos de películas hasta que la empresa de José Luis Ballester decidió cerrarlo a principios de la década de los noventa. Ahora es un extraordinario edificio domotizado, pero el auditorio principal tiene la misma forma que aquel cine. Y viendo una pelicula en la pantalla, la primera que se proyecta desde que el centro fue inaugurado como punto neurálgico congresual en el corazón de la ciudad, me han venido a la mente tantas y tantas cintas vistas allí.
La película se proyecta a la una de la madrugada. Os la recomiendo enfervorizadamente, en especial para los amantes de Clint Eastwood como director. Dos nominaciones a los Oscar y un historia real sobre la superación del 'apartheid' en Sudáfrica gracias al deporte. Freeman hace del presidente Nelson Mandela. Se ha querido proyectar un filme relacionado con los valores humanos, la igualdad y solidaridad y el ímpetu del pueblo, como elementos relacionados asimismo con el espíritu del Bicentenario de las Cortes de 1810 que se celebra en San Fernando este año. La entrada es gratuita. Y si antes quieres ambientarte con la música de cine, la Banda Municipal ofrece un concierto de bandas sonoras en el atrio del Ayuntamiento, a escasos metros del Centro de Congresos, con temas tan extraordinarios como 'Las trece rosas', 'Parque jurásico' o 'Silverado'. Será a las 23.45 horas.
La película se proyecta a la una de la madrugada. Os la recomiendo enfervorizadamente, en especial para los amantes de Clint Eastwood como director. Dos nominaciones a los Oscar y un historia real sobre la superación del 'apartheid' en Sudáfrica gracias al deporte. Freeman hace del presidente Nelson Mandela. Se ha querido proyectar un filme relacionado con los valores humanos, la igualdad y solidaridad y el ímpetu del pueblo, como elementos relacionados asimismo con el espíritu del Bicentenario de las Cortes de 1810 que se celebra en San Fernando este año. La entrada es gratuita. Y si antes quieres ambientarte con la música de cine, la Banda Municipal ofrece un concierto de bandas sonoras en el atrio del Ayuntamiento, a escasos metros del Centro de Congresos, con temas tan extraordinarios como 'Las trece rosas', 'Parque jurásico' o 'Silverado'. Será a las 23.45 horas.
jueves, 5 de agosto de 2010
Días torcidos
Hay días que suceden cosas inexplicables y surgen preguntas que no tienen respuesta. Entonces más vale que las horas transcurran rápidas y ya mañana... aparecerán otros interrogantes que tampoco sabrá nadie contestar. Porque, veamos,... Llevas unas fotos en un lápiz óptico a que una maquinita automática te las imprima en Carrefour, que cierra a las diez de la noche, y cuando vas a darle al aparatito, está apagado.
-"Oiga, ¿la máquina de fotos...?"
-"No, es que se apaga a las diez menos cuarto".
-"Ah, entonces ustedes cierran a las diez menos cuarto".
-"No, no, a las diez".
-"¿Pero no me está diciendo que la máquina se apaga a menos cuarto?".
-"Sí, pero el local se cierra a las diez".
-"¿Y no ponen ustedes un cartel advirtiendo de que la máquina se apaga antes?"
-"No, es que cerramos a las diez...".
Y así sucesivamente. Conversación de besugos, de manera que ya saben. Si quieren sacar algunas fotos de la maquinita del Carrefour, caso omiso al horario porque un cuarto de hora antes te la fulminan.
Es como ir al banco y tratar de pagar en un ingresador. Jamas creí que pudiera fallar un mecanismo para darle dinero a un banco, eso es lo último para sus intereses que puede joderse del sistema informático o como queramos llamarlo que controla todo eso de organizar los cuartos de una entidad financiera. Pues falla. Y tanto. Media mañana por lo menos, calculé yo.
Después vas a entregar un pantalón a la lavandería rápida (je) de otro centro comercial para una boda este sábado. Lo llevas el martes, pero te dicen que hasta el jueves de la siguiente semana no puedes recogerlo sin la pamplina de mancha que tiene en un pernil, fruto de una gamba rebozada saltarina en un acto reciente. Es decir, que para lavar un pantalón, diez días. Y eso que es tintorería rápida. He cambiado de traje para el casorio de la pareja que ha tenido la gentileza de invitarme.
Lo mejor es que, después de ir al edificio de Hacienda en Cádiz para recoger un certificado de estar al corriente de pago con ellos y hacerlo dos veces por un error de la administración, se te quede el coche tirado porque la batería ha ido por tabaco. En Renault dicen que un coche con capota es que chupa mucha energía si la quito algunas veces y esas cosas. O sea, que el (carísimo) coche, ese que me tiene con el agua al cuello unos añitos, es la repolla de vacilón y bonito, pero la batería es como para un Mini Morris. Pregunto en mi ignorancia si es que no se hacen baterías potentes para estos coches y así evitamos mi cara de gilipollas esperando una grúa. Pero no, no hay respuesta convincente.
Para completar la jornada, creo que ya encontré el motivo por el que Orange te regala un Nokia no recuerdo ahora el modelo exacto, con cámara de 5 megapixels y todo lo que quieran vendernos, por el simple hecho de cambiarte de compañía. Yo lo hice en marzo pasado, dejé Movistar tras muchos años y me fui a los naranjas. Y como decía, ya sé porqué regalan un terminal: resulta una auténtica mierda y la pantalla se ha ido también a comprar tabaco. No veo nada, ni puedo llamar, ni ver quién me telefonea, ni manejar el menú,... Y no me he bañado en la playa con el móvil encima, que conste.
A ver mañana qué toca, porque insisto: hay días en los que la humanidad se levanta torcida.
-"Oiga, ¿la máquina de fotos...?"
-"No, es que se apaga a las diez menos cuarto".
-"Ah, entonces ustedes cierran a las diez menos cuarto".
-"No, no, a las diez".
-"¿Pero no me está diciendo que la máquina se apaga a menos cuarto?".
-"Sí, pero el local se cierra a las diez".
-"¿Y no ponen ustedes un cartel advirtiendo de que la máquina se apaga antes?"
-"No, es que cerramos a las diez...".
Y así sucesivamente. Conversación de besugos, de manera que ya saben. Si quieren sacar algunas fotos de la maquinita del Carrefour, caso omiso al horario porque un cuarto de hora antes te la fulminan.
Es como ir al banco y tratar de pagar en un ingresador. Jamas creí que pudiera fallar un mecanismo para darle dinero a un banco, eso es lo último para sus intereses que puede joderse del sistema informático o como queramos llamarlo que controla todo eso de organizar los cuartos de una entidad financiera. Pues falla. Y tanto. Media mañana por lo menos, calculé yo.
Después vas a entregar un pantalón a la lavandería rápida (je) de otro centro comercial para una boda este sábado. Lo llevas el martes, pero te dicen que hasta el jueves de la siguiente semana no puedes recogerlo sin la pamplina de mancha que tiene en un pernil, fruto de una gamba rebozada saltarina en un acto reciente. Es decir, que para lavar un pantalón, diez días. Y eso que es tintorería rápida. He cambiado de traje para el casorio de la pareja que ha tenido la gentileza de invitarme.
Lo mejor es que, después de ir al edificio de Hacienda en Cádiz para recoger un certificado de estar al corriente de pago con ellos y hacerlo dos veces por un error de la administración, se te quede el coche tirado porque la batería ha ido por tabaco. En Renault dicen que un coche con capota es que chupa mucha energía si la quito algunas veces y esas cosas. O sea, que el (carísimo) coche, ese que me tiene con el agua al cuello unos añitos, es la repolla de vacilón y bonito, pero la batería es como para un Mini Morris. Pregunto en mi ignorancia si es que no se hacen baterías potentes para estos coches y así evitamos mi cara de gilipollas esperando una grúa. Pero no, no hay respuesta convincente.
Para completar la jornada, creo que ya encontré el motivo por el que Orange te regala un Nokia no recuerdo ahora el modelo exacto, con cámara de 5 megapixels y todo lo que quieran vendernos, por el simple hecho de cambiarte de compañía. Yo lo hice en marzo pasado, dejé Movistar tras muchos años y me fui a los naranjas. Y como decía, ya sé porqué regalan un terminal: resulta una auténtica mierda y la pantalla se ha ido también a comprar tabaco. No veo nada, ni puedo llamar, ni ver quién me telefonea, ni manejar el menú,... Y no me he bañado en la playa con el móvil encima, que conste.
A ver mañana qué toca, porque insisto: hay días en los que la humanidad se levanta torcida.
miércoles, 28 de julio de 2010
De toros y uso a la conveniencia
Corren tiempos difíciles para los que tratamos de reflexionar sobre las cosas y los hechos sin utilizarlos para la conveniencia personal o ideológica. A estas alturas es lógico que muchos nos aburramos y tiremos por la calle de enmedio, es decir, lo que en gaditano se llama "no meterse en ná". Pero entonces, a ver quién pone los puntos sobre las íes.
El debate nacional se centra ahora en la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Surgen los pareceres, las antítesis en los planteamientos, los pros y los contras de decisiones de este tipo,... Y yo con las narices hinchadas de tanta utilización de las cosas por unos y por otros. Porque, a ver, es obvio que el espectáculo del toreo con toda su parafernalia arroja elementos artísticos que siempre hemos debido tener en cuenta, y ello ha influido en otras artes que han bebido de la estética, la música o el léxico taurino. Me gusta un pasodoble bien escrito, las filigranas, los trajes y hasta ese instrumento tan repugnante como es una banderilla, aunque me agradan más las picantes enlatadas terminadas en un trozo de pepinillo. Me gusta el lenguaje taurino, tan rico y concreto, las crónicas de los periódicos con su argot particular... Pero coño, tantos elementos de valor o de oropel en función de su valía no debe ocultarnos la vista del trasfondo del espectáculo, así que seamos claros y digamos que todo eso se centra en martirizar a un animal de la manera más salvaje que podamos imaginarnos, con saña además, que para eso se utilizan a lo largo de una faena y estratégicamente elementos casi mortales destinados a joder al toro y desangrarlo. Y aunque las bandas de pueblo toquen bien lo de 'Manolete' y las niñas estén muy atractivas de mantilla luciendo palmito, abajo, sobre el albero, un ser vivo se mueve a trompicones mientras la sangre le chorrea por sus manos y patas, vomita por la boca, se le clava un estoque que ríase usted de Vlad el empalador y la gente aplaude tan paradójico espectáculo.
Yo comprendo a los defensores de lo que llaman fiesta nacional, aunque deberían no utilizar más este término, porque ya no sabemos qué es nacional y qué no. Lo entiendo por tradición, por el arte anteriormente descrito, por ese rabioso y sentido surrealismo del ser humano que irrefrenablemente nos lleva a manifestaciones racionalmente infundadas pero que están ahí, véase también la Semana Santa o sentimientos interiores reflejados en fiestas o expresiones espirituales. Los comprendo menos cuando dicen que hay que mantener el toreo porque si no es así las plazas habrá que cerrarlas y los empresarios quebrarán. Pues mire usted, tienen un periodo para ir adaptándose a ofrecer otra cosa, porque si mantenemos ese ejemplo, entonces habrá que legalizar el tráfico de drogas, del que viven lo que no podemos imaginar de personal, o la prostitución tal y como está concebida. Son dos casos por decir algo, no se me escandalice nadie. Tampoco vale aquello de alertar demagógicamente sobre la necesidad de matar brutalmente al toro porque si no se practica esta actividad desaparece la especie. Lo de 'La maté porque era mía' o la creación de Frankenstein y hago con él lo que me sale de los huevos no vale en una sociedad moderna. De modo que a lo mejor hay que hacer algo intermedio, reinventar el toreo sin matar al animal salvajemente en unos tiempos ya teóricamente menos primitivos, no sé... Porque comprendo también a los antitaurinos.
La cosa es que resulta imposible analizar con frialdad el asunto porque, como todo en España, se utiliza torticeramente en beneficio de políticos o interesados. Dicho a las claras: una corrida (de toros) me parece una salvajada, así de tajante, pero me indigna que unos politiquillos de tres al cuarto de Cataluña utilicen este argumento para atacar al espectáculo porque 'huele a España'. Es como el Estatut. Todos son ganas de tocar los cojones. Que sí, que mire usted, que los toros son espectáculos brutales y Cataluña es una nación, para usted la peseta, me importa un rábano con bicho dentro como quieran ustedes llamarse. España es un país enfrentado a sí mismo porque lo coyuntural que se proyectó nada más llegada la democracia se ha hecho ley y no hay quien se atreva a tocarlo. Vivimos en una república federal con monarquía, en la que cada autonomía tiene paulatinamente más competencias desproporcionadas en el crecimiento de todo el territorio y la aceleración de cada una de ellas va a su puñetera bola, de manera que el debate sobre lo que somos continuará presente mientras no haya narices de definir con valentía qué puñetas es España política y administrativamente y desaparezcan los tocapelotas. Como los políticos catalanes que utilizan las corridas (de toros) para dar por saco a España. Y eso me jode. Igual que la derecha creando correos en internet anunciando la catástrofe de que España se rompe por cosas como las corridas (de toros) o Rajoy replicando con otro mal uso del asunto, porque hombre, don Mariano, comprendo que como conservador defienda la fiesta ¿nacional?, porque usted y algunos de los suyos son mucho de mujer al brazo con pinta de sumisa, camisas con iniciales, pisacarbatas y gemelos con escudos reales y flor de lis, puro, copa y otros elementos estéticos casposos, pero de ahí a decir que pedirán que el toreo sea declarado "fiesta de interés cultural"... Insisto en que le admito los elementos -siempre secundarios- que anteriormente describí, pero de ahí a llegar a decir que la muerte paulatina de un animal provocada exprofeso y de manera estratégica es "cultura", pues va un trecho, oiga. Pertenecer a un país que como fiesta de interés cultural nacional tiene el ensartar a un animal me sabe mal, para qué le voy a engañar. Como lo de la caza del zorro de los angloamiguetes y otras burradas repartidas por el mundo. Preferiría que usted se ocupara de declarar de interés cultural otras cosas realmente hermosas y sin la presencia de seres vivos destrozados de por medio. Si quiere le digo unas cuantas, aunque seguro que usted las sabe. Pero como se trata de usar a su conveniencia el tema... Justo lo que hacen los otros. Y así estamos, con la casa, el país, la nación o como quieran ustedes llamarlo, sin barrer.
El debate nacional se centra ahora en la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Surgen los pareceres, las antítesis en los planteamientos, los pros y los contras de decisiones de este tipo,... Y yo con las narices hinchadas de tanta utilización de las cosas por unos y por otros. Porque, a ver, es obvio que el espectáculo del toreo con toda su parafernalia arroja elementos artísticos que siempre hemos debido tener en cuenta, y ello ha influido en otras artes que han bebido de la estética, la música o el léxico taurino. Me gusta un pasodoble bien escrito, las filigranas, los trajes y hasta ese instrumento tan repugnante como es una banderilla, aunque me agradan más las picantes enlatadas terminadas en un trozo de pepinillo. Me gusta el lenguaje taurino, tan rico y concreto, las crónicas de los periódicos con su argot particular... Pero coño, tantos elementos de valor o de oropel en función de su valía no debe ocultarnos la vista del trasfondo del espectáculo, así que seamos claros y digamos que todo eso se centra en martirizar a un animal de la manera más salvaje que podamos imaginarnos, con saña además, que para eso se utilizan a lo largo de una faena y estratégicamente elementos casi mortales destinados a joder al toro y desangrarlo. Y aunque las bandas de pueblo toquen bien lo de 'Manolete' y las niñas estén muy atractivas de mantilla luciendo palmito, abajo, sobre el albero, un ser vivo se mueve a trompicones mientras la sangre le chorrea por sus manos y patas, vomita por la boca, se le clava un estoque que ríase usted de Vlad el empalador y la gente aplaude tan paradójico espectáculo.
Yo comprendo a los defensores de lo que llaman fiesta nacional, aunque deberían no utilizar más este término, porque ya no sabemos qué es nacional y qué no. Lo entiendo por tradición, por el arte anteriormente descrito, por ese rabioso y sentido surrealismo del ser humano que irrefrenablemente nos lleva a manifestaciones racionalmente infundadas pero que están ahí, véase también la Semana Santa o sentimientos interiores reflejados en fiestas o expresiones espirituales. Los comprendo menos cuando dicen que hay que mantener el toreo porque si no es así las plazas habrá que cerrarlas y los empresarios quebrarán. Pues mire usted, tienen un periodo para ir adaptándose a ofrecer otra cosa, porque si mantenemos ese ejemplo, entonces habrá que legalizar el tráfico de drogas, del que viven lo que no podemos imaginar de personal, o la prostitución tal y como está concebida. Son dos casos por decir algo, no se me escandalice nadie. Tampoco vale aquello de alertar demagógicamente sobre la necesidad de matar brutalmente al toro porque si no se practica esta actividad desaparece la especie. Lo de 'La maté porque era mía' o la creación de Frankenstein y hago con él lo que me sale de los huevos no vale en una sociedad moderna. De modo que a lo mejor hay que hacer algo intermedio, reinventar el toreo sin matar al animal salvajemente en unos tiempos ya teóricamente menos primitivos, no sé... Porque comprendo también a los antitaurinos.
La cosa es que resulta imposible analizar con frialdad el asunto porque, como todo en España, se utiliza torticeramente en beneficio de políticos o interesados. Dicho a las claras: una corrida (de toros) me parece una salvajada, así de tajante, pero me indigna que unos politiquillos de tres al cuarto de Cataluña utilicen este argumento para atacar al espectáculo porque 'huele a España'. Es como el Estatut. Todos son ganas de tocar los cojones. Que sí, que mire usted, que los toros son espectáculos brutales y Cataluña es una nación, para usted la peseta, me importa un rábano con bicho dentro como quieran ustedes llamarse. España es un país enfrentado a sí mismo porque lo coyuntural que se proyectó nada más llegada la democracia se ha hecho ley y no hay quien se atreva a tocarlo. Vivimos en una república federal con monarquía, en la que cada autonomía tiene paulatinamente más competencias desproporcionadas en el crecimiento de todo el territorio y la aceleración de cada una de ellas va a su puñetera bola, de manera que el debate sobre lo que somos continuará presente mientras no haya narices de definir con valentía qué puñetas es España política y administrativamente y desaparezcan los tocapelotas. Como los políticos catalanes que utilizan las corridas (de toros) para dar por saco a España. Y eso me jode. Igual que la derecha creando correos en internet anunciando la catástrofe de que España se rompe por cosas como las corridas (de toros) o Rajoy replicando con otro mal uso del asunto, porque hombre, don Mariano, comprendo que como conservador defienda la fiesta ¿nacional?, porque usted y algunos de los suyos son mucho de mujer al brazo con pinta de sumisa, camisas con iniciales, pisacarbatas y gemelos con escudos reales y flor de lis, puro, copa y otros elementos estéticos casposos, pero de ahí a decir que pedirán que el toreo sea declarado "fiesta de interés cultural"... Insisto en que le admito los elementos -siempre secundarios- que anteriormente describí, pero de ahí a llegar a decir que la muerte paulatina de un animal provocada exprofeso y de manera estratégica es "cultura", pues va un trecho, oiga. Pertenecer a un país que como fiesta de interés cultural nacional tiene el ensartar a un animal me sabe mal, para qué le voy a engañar. Como lo de la caza del zorro de los angloamiguetes y otras burradas repartidas por el mundo. Preferiría que usted se ocupara de declarar de interés cultural otras cosas realmente hermosas y sin la presencia de seres vivos destrozados de por medio. Si quiere le digo unas cuantas, aunque seguro que usted las sabe. Pero como se trata de usar a su conveniencia el tema... Justo lo que hacen los otros. Y así estamos, con la casa, el país, la nación o como quieran ustedes llamarlo, sin barrer.
lunes, 19 de julio de 2010
ÚBEDA-6
Anoche llegaba a casa. Parece mentira, han transcurrido seis días desde el inicio del trasiego 'in situ' en el Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda'. El ajetreo, el trabajo sucio por decirlo de alguna manera, comenzó hace ya muchos meses. Y cuando desde la planta alta del claustro del patio del Hospital de Santiago, en una noche mágica veraniega en la que todo parece tan armónico, se te eriza el vello con las notas de Espartaco o En el estanque dorado, una es capaz de dar tu modesto reino para que esos momentos jamás acabe.
He compartido ratos y charlas con Michael Giacchino, como se observa en la fotografía, ganador del Oscar por Up (¿De qué discutíamos en ese momento? ¿O entonábamos 'Medal of Honor'?) o el gran Dave Grusin. En los ochenta, siendo adolescente, me quedaba boquiabierto con sus notas para Los Goonies. No podía contener la emoción nada más revisar los créditos de inicio, los primeros minutos de En el estanque dorado y escuchar el piano y cómo preludia la entrada de la orquesta. Este sábado no podía creerme que el compositor de esas dos joyas entre otras, estaba allí, frente a nosotros, acariciando el piano,...
Cuando hice radio durante 18 años gracias a mi programa 'Último Estreno', utilicé en numerosas ocasiones la banda sonora de Dragonheart. Era muy solicitada, y le guardaba un cariño especial porque su estreno en Europa fue en un festival de Sitges a cuya inauguración llegué tarde y nada más entrar en la sala, con maleta aún sin soltar, me impresionó lo que estaba oyendo. El sábado vi a Randy Edelman, su compositor, pletórico, dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Málaga, interpretando Dragonheart.
Ha sido un año especial. El colofón al concierto del sábado, tras unos intensos días, fue el regalo que supuso ofrecer fuera de programa un homenaje a dos compositores muy relacionados con el festival ubetense y que ya no están entre nosotros. Y de Basil Poledouris sonó Conan. Y de Jerry Goldsmith sonó La profecía 3: el conflicto final, con el Coro Ziryab, dirigiendo aquella grandeza el malagueño Arturo Díez Boscovich, del que os recomiendo que busquéis su música sinfónica para el Vía crucis. Y aquí os dejo aquel momento imborrable dedicado a Goldsmith. Tantas cosas por contar, por recordar, tantos amigos y buena gente compartiendo la música de cine en estos días,...
He compartido ratos y charlas con Michael Giacchino, como se observa en la fotografía, ganador del Oscar por Up (¿De qué discutíamos en ese momento? ¿O entonábamos 'Medal of Honor'?) o el gran Dave Grusin. En los ochenta, siendo adolescente, me quedaba boquiabierto con sus notas para Los Goonies. No podía contener la emoción nada más revisar los créditos de inicio, los primeros minutos de En el estanque dorado y escuchar el piano y cómo preludia la entrada de la orquesta. Este sábado no podía creerme que el compositor de esas dos joyas entre otras, estaba allí, frente a nosotros, acariciando el piano,...
Cuando hice radio durante 18 años gracias a mi programa 'Último Estreno', utilicé en numerosas ocasiones la banda sonora de Dragonheart. Era muy solicitada, y le guardaba un cariño especial porque su estreno en Europa fue en un festival de Sitges a cuya inauguración llegué tarde y nada más entrar en la sala, con maleta aún sin soltar, me impresionó lo que estaba oyendo. El sábado vi a Randy Edelman, su compositor, pletórico, dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Málaga, interpretando Dragonheart.
Ha sido un año especial. El colofón al concierto del sábado, tras unos intensos días, fue el regalo que supuso ofrecer fuera de programa un homenaje a dos compositores muy relacionados con el festival ubetense y que ya no están entre nosotros. Y de Basil Poledouris sonó Conan. Y de Jerry Goldsmith sonó La profecía 3: el conflicto final, con el Coro Ziryab, dirigiendo aquella grandeza el malagueño Arturo Díez Boscovich, del que os recomiendo que busquéis su música sinfónica para el Vía crucis. Y aquí os dejo aquel momento imborrable dedicado a Goldsmith. Tantas cosas por contar, por recordar, tantos amigos y buena gente compartiendo la música de cine en estos días,...
jueves, 15 de julio de 2010
Ya estamos en Úbeda
Ya estamos en Úbeda. Comienza la mayor cita internacional anual dedicada a la música cinematográfica. En http://festival.bsospirit.com/ tenéis profusa información al respecto. En el Departamento de Prensa trabajamos cuatro personas que yo coordino. Cinco días de intensa actividad, pero todo el esfuerzo habrá merecido la pena cuando el sábado por la noche escuche en directo Los Goonies con Dave Grusin a la batuta. Quién me iba a decir, siendo un chaval, que conocería al compositor y disfrutaría de esa partitura en vivo,...
La VI edición del Festival Internacional de Música de Cine ‘Ciudad de Úbeda’ ha dado comienzo en la jornada de hoy con la rueda de prensa celebrada en el Hospital de Santiago, en la que ha estado presente el ganador del Oscar de la Academia de Hollywood por su partitura para el filme Up, Michael Giacchino, entre las personalidades relacionadas con este evento que se convierte así en centro neurálgico mundial de la música de cine hasta el domingo.
Junto con la rueda de prensa se suceden ya las conferencias y otras actividades, destacando la gala de entrega de los Premios Jerry Goldsmith que tendrá lugar a las 19 horas en el Teatro Ideal Cinema. Estos galardones constan de siete categorías –largometraje, cortos de animación o acción real, documental, canción, etc.- y en el acto se conocerán los ganadores entre los cinco nominados en cada apartado, jóvenes compositores que se abren camino en la música audiovisual. Asimismo, el Palacio Anguís de Medinilla acogerá esta noche, a partir de las 22 horas, el concierto especial de True Blood con la presencia de su compositor, Nathan Barr, dirigido por otro de los invitados más importantes del festival: Randy Edelman. La cita nocturna se convertirá en una fiesta vampírica con sorpresas para los asistentes.
“Espíritu de hermandad a través de la música”
En la rueda de prensa celebrada esta mañana, el alcalde de Úbeda, Marcelino Sánchez, tomó la palabra para afirmar que la asociación BSOSpirit –organizadora del festival junto con el Ayuntamiento ubetense- ha logrado “un espíritu de hermandad a través de la música, en el que no ha faltado decisión para llegar al sexto año”.
Por su parte, la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Mercedes Valenzuela, indicó que “el festival ha dado a los compositores de la música de cine el protagonismo que se merece”.
También tomó la palabra el director artístico del Festival, el productor Robert Townson, agradeciendo al primer edil de la ciudad y a los ubetenses en general el gran apoyo prestado a este evento, destacando en esta edición su “particular emoción” por el homenaje previsto al gran compositor Alex North.
David Doncel, director del Festival Internacional de Música de Cine ‘Ciudad de Úbeda’, quiso agradecer la presencia de todos en esta inauguración y especialmente la de muchos aficionados a la música cinematográfica en tiempos de crisis “en los que sabemos que destináis vuestros ahorros para venir hasta aquí y participar del espíritu de Úbeda”.
También intervinieron dos importantes patrocinadores del festival, Óscar Arévalo de Espawagen, concesionario de Volkswagen en Úbeda, que quiso demostrar la identificación de esta marca comercial con el evento anunciando que los coches que aportan para el festival llevan rotulados la frase “orgulloso patrocinador”. Arévalo indicó que “son seis años de festival y con vocación de permanencia, como nos sucede a nuestra empresa, y estamos muy orgullosos de prestar nuestro apoyo a esta gran iniciativa”.
Finalmente, José Vicente Morales, director del área de negocios de La Caixa, quiso dejar clara su opinión y aseveró respecto al festival que “se están haciendo las cosas muy bien”.
En la foto, Michael Giacchino, ganador del Oscar 2010 por su partitura para la película de Disney Up, habla con los periodistas en la mañana de hoy jueves.
La VI edición del Festival Internacional de Música de Cine ‘Ciudad de Úbeda’ ha dado comienzo en la jornada de hoy con la rueda de prensa celebrada en el Hospital de Santiago, en la que ha estado presente el ganador del Oscar de la Academia de Hollywood por su partitura para el filme Up, Michael Giacchino, entre las personalidades relacionadas con este evento que se convierte así en centro neurálgico mundial de la música de cine hasta el domingo.
Junto con la rueda de prensa se suceden ya las conferencias y otras actividades, destacando la gala de entrega de los Premios Jerry Goldsmith que tendrá lugar a las 19 horas en el Teatro Ideal Cinema. Estos galardones constan de siete categorías –largometraje, cortos de animación o acción real, documental, canción, etc.- y en el acto se conocerán los ganadores entre los cinco nominados en cada apartado, jóvenes compositores que se abren camino en la música audiovisual. Asimismo, el Palacio Anguís de Medinilla acogerá esta noche, a partir de las 22 horas, el concierto especial de True Blood con la presencia de su compositor, Nathan Barr, dirigido por otro de los invitados más importantes del festival: Randy Edelman. La cita nocturna se convertirá en una fiesta vampírica con sorpresas para los asistentes.
“Espíritu de hermandad a través de la música”
En la rueda de prensa celebrada esta mañana, el alcalde de Úbeda, Marcelino Sánchez, tomó la palabra para afirmar que la asociación BSOSpirit –organizadora del festival junto con el Ayuntamiento ubetense- ha logrado “un espíritu de hermandad a través de la música, en el que no ha faltado decisión para llegar al sexto año”.
Por su parte, la delegada provincial de Cultura de la Junta de Andalucía, Mercedes Valenzuela, indicó que “el festival ha dado a los compositores de la música de cine el protagonismo que se merece”.
También tomó la palabra el director artístico del Festival, el productor Robert Townson, agradeciendo al primer edil de la ciudad y a los ubetenses en general el gran apoyo prestado a este evento, destacando en esta edición su “particular emoción” por el homenaje previsto al gran compositor Alex North.
David Doncel, director del Festival Internacional de Música de Cine ‘Ciudad de Úbeda’, quiso agradecer la presencia de todos en esta inauguración y especialmente la de muchos aficionados a la música cinematográfica en tiempos de crisis “en los que sabemos que destináis vuestros ahorros para venir hasta aquí y participar del espíritu de Úbeda”.
También intervinieron dos importantes patrocinadores del festival, Óscar Arévalo de Espawagen, concesionario de Volkswagen en Úbeda, que quiso demostrar la identificación de esta marca comercial con el evento anunciando que los coches que aportan para el festival llevan rotulados la frase “orgulloso patrocinador”. Arévalo indicó que “son seis años de festival y con vocación de permanencia, como nos sucede a nuestra empresa, y estamos muy orgullosos de prestar nuestro apoyo a esta gran iniciativa”.
Finalmente, José Vicente Morales, director del área de negocios de La Caixa, quiso dejar clara su opinión y aseveró respecto al festival que “se están haciendo las cosas muy bien”.
En la foto, Michael Giacchino, ganador del Oscar 2010 por su partitura para la película de Disney Up, habla con los periodistas en la mañana de hoy jueves.
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