martes, 11 de abril de 2023
Fernando Sánchez Dragó y 'La última tentación de Cristo'
domingo, 9 de abril de 2023
Ian Bairnson
Ha muerto Ian Bairnson.
Su nombre estaba directamente relacionado con el de Alan Parsons. Fue el guitarrista de 'The Alan Parsons Project' en todos los discos publicados por esta banda y, tras su disolución, continuó tocando y componiendo temas para los discos en solitario que ha venido editando Alan Parsons.
Bairnson, enfermo desde hace varios años, nos ha dejado cuando tenía 69 años de edad. En 1982 fue fundamental su presencia entre los componentes de The Alan Parsons Project porque la gran canción 'Eye in the Sky' jamás hubiera visto la luz si no hubiera sido por Bairnson, que animó a Parsons a incluirla en el disco cuando éste estaba a punto de rechazarla porque no le convencía. Hoy día, es el tema de la banda que más la representa.
En 1999, Ian Bairnson compuso varias canciones para el disco de Alan Parsons 'The Time Machine'. Una de ellas era un sentido y pequeño tema elegíaco dedicado a su perra Gemma, una border collie enormemente brillante e inteligente y que le acompañó casi siempre en las sesiones de grabación. Como el propio Parsons ha dicho en sus palabras tras saber de su muerte, Bairnson era un gran amante de los animales. "He pasado un tercio de mi vida con este perro", le dijo en una ocasión. El título del tema era 'The Very Last Time'. Una canción ideal, interpretada por Graham Dye -también habitual del grupo- para despedir al guitarrista, como así lo ha expresado Alan Parsons.viernes, 7 de abril de 2023
Pedro Manzano
Manzano, miembro de la Red de Expertos del Proyecto Campus de Excelencia Internacional en Patrimonio Cultural y Natural concedido por el Ministerio de Ciencia e Innovación desde el año 2010, es un destacado profesional del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) de la Junta de Andalucía. Su trabajo trasciende el importante fenómeno de la fe de millones de personas a través de la fisonomía de las imágenes, porque estamos hablando de la conservación de tallas, en numerosas ocasiones, esculpidas siglos atrás, de un gran valor artístico, que conforman el patrimonio cultural de incalculable valor que poseemos gracias al legado de grandes escultores. Manzano ha restaurado imágenes de las hermandades del Gran Poder de Sevilla, de Santa Marta, la Carretería, de otras provincias andaluzas y españolas con imágenes de gran valía, y en San Fernando las del Cristo de la Vera-Cruz, el de la Expiración de la hermandad del mismo nombre, el Señor Yacente del Santo Entierro o el crucificado de la Salud, dos de las joyas del convento del Carmen. En breve acometerá la restauración de Nuestro Padre Jesús Nazareno.
Este señor, del que hoy y anoche hablan los comentaristas de Canal Sur constantemente en su retransmisión de los cortejos procesionales de la madrugá sevillana por lo hecho en la Esperanza de Triana, es de San Fernando. En Sevilla se dice en ocasiones, incluidos algunos medios, que Manzano es de la capital hispalense, pero no. Nació en San Fernando, tiene parte de su familia en esta ciudad y estrecha vinculación con su lugar natal. En octubre de 2010, el periódico SAN FERNANDO COFRADE le dedicó un homenaje por su trayectoria.
martes, 4 de abril de 2023
Ryuichi Sakamoto
sábado, 25 de marzo de 2023
Remake de 'Vértigo'
La gente, escandalizada ante el anuncio del remake de 'Vértigo', cuando quien lo haga tiene una estupenda oportunidad para arreglar algunas incongruencias y chapuzas de la película de Hitchcock, con la que me entra la risa floja cuando dicen ya no sólo que es una obra maestra, sino que está entre las cuatro o cinco mejores de la historia del cine.
Y es que, queridos amiguetes, la mayor chapuza de Hitchcock no fueron aquellas conocidas transparencias tras los coches ni en las persecuciones, por mucho que lo hayamos pensado desde siempre y que, en realidad, solo es un asunto técnico al que al director y a mí me importan un rábano ante el descomunal talento que demostraba Hitchcock en sus películas. Lo más churretoso es tratar de hilvanar la compleja trama de 'Vértigo' durante casi dos horas para resolverla con un susto de una monja que aparece como si de una película de serie B se tratase, hacerle dar a la Novak un grito y pegarse un pellejazo, mientras la monja se santigüa y Steward abre las manos como si ambos estuvieran en una obra de teatro del colegio o los hubiera tallado un imaginero para un paso de Semana Santa. Y al carajo, se acabó la película. Si esta inverosímil y abrupta manera de terminar algo es propio de una obra maestra, entonces cualquier película de los hermanos Calatrava es mejor que ET.
Lo de la Novak, aparte de justita de talento en el filme, es también para hacérselo mirar. No tanto ella como vestirla de esa manera, maquillarla, reconvertirle el rostro, ponerle esas cejas... Ya es cuando la atracción de Scottie por Madeleine/Judy no se la cree ni Forrest Gump.
Por cierto, si yo salvo a una majarona de morir ahogada y no la conozco de nada, no la llevo a mi casa. La llevo a la suya, que para eso su marido está además al tanto del temita en cuestión.domingo, 19 de marzo de 2023
¡Cómo está el servicio! John Dankworth y 'El sirviente'
El cine experimentó en 2019 el fenómeno de la irrupción de Parásitos. El cineasta surcoreano Bong Joon-ho presentaba una película con dos atrayentes características para el público: el contenido social evidenciado en la diferencia de clases que siempre vende en pantalla y el manierismo oriental en la forma de mostrarlo y especialmente en resolver una solvente aunque efectista cinta avalada por dos de los premios más mediáticos que existen en la industria cinematográfica: la Palma de Oro de Cannes —era además la primera película surcoreana que obtenía esta distinción— y el Oscar de Hollywood. Curiosamente, Parásitos vence la batalla del año a Érase una vez en… Hollywood, la película de Quentin Tarantino, cuando en determinados momentos bastante identificables parece que el director de Kill Bill es quien se encuentra tras la cámara del filme surcoreano, aunque justo es decir que Tarantino suele beber de las fuentes formales del cine oriental en una buena parte de su filmografía.
El hecho es que
los ríos de tinta y los debates coparon periódicos, televisiones y radios, así
como redes sociales, con las andanzas y las folletinescas y teatrales
usurpaciones de los miembros de la familia Kim.
Quienes se entusiasmaron
con el guión de Parásitos tienen que
apuntar en su agenda dos películas fundamentales en el caso de que no las hayan
visto: La criada (1960), de Kim Ki-young,
coreano para más señas, y El sirviente
(1963), de Joseph Losey. Ambas nos cuentan la aparición de personas que, en su
condición de mayordomos o cuidadores, invaden el espacio de sus señores hasta
el punto de arruinarles la vida. Como podrá comprobarse, nada nuevo bajo el sol
o, en este caso, delante del objetivo.
El 19 de marzo
de 1963 se estrenaba El sirviente. Losey
había abandonado Estados Unidos, perseguido por comunista, y se asentó en Reino
Unido donde encontró a su actor-fetiche, Dick Bogarde, que se puso a sus
órdenes para rodar esta turbadora película en la que Losey demuestra una
asombrosa capacidad para convertir su cámara en nuestros ojos y desfigurar
estéticamente lo que observamos con el fin de contribuir a la degradación de
los personajes del filme.
El sirviente roza la calificación de obra maestra, y
su banda sonora contribuye a ello. Está compuesta por John Dankworth, un autor enmarcado en el género del jazz que no sólo
trabajó para el cine y cuyo género también marcó la mayoría de sus partituras
para la pantalla. A pesar de la aspereza y claustrofobia que, en ocasiones,
rezuma El sirviente —como debe ser—,
el jazz siempre marca el estilo de su música.
En el vídeo disfrutamos
de una semblanza de la música de la película de Losey. Se trata de una banda
sonora que, como en muchos casos entonces, no sólo acompañaba a las imágenes
apoyando o describiendo lo que sucede ante nosotros, sino también conformada
por temas que se ubican en el inicio de secuencias en las que se dividen etapas
de momento-tiempo distintos en el filme.
Comenzamos por
los créditos, con el elegante tema principal iniciado con cuatro notas que, aun
pareciendo que acompaña a unas imágenes apacibles, no deja de sugerir cierta
inquietud. Aún lo escuchamos con tranquilidad... Una sensación que desaparece
en la segunda secuencia que enlazo, donde encontramos al mayordomo Barrett
sentado en la cocina. Ya ha logrado ser contratado, engañar al pijo, decorarle
su nueva casa y en la cocina, sin ser visto, adopta actitudes desdeñables. Al
escuchar el tema que suena, es el mismo que el principal... pero John Dankworth
le ha cambiado el tono, una nota y ya no suena apacible, sino intrigante. ¡Está
describiendo al sujeto que tenemos en pantalla! Aparece el señor y la música
sigue desempeñando su papel...
Joseph Losey hizo también mucho teatro, precisamente en la siguiente secuencia se aprecian las influencias escénicas. Los apuestos Tony y Susan van a visitar a otra pareja en su mansión y fíjense, tras el barrido del paisaje, la manera de entrar del mayordomo y la disposición de los personajes. Al espectador le invade la plena sensación de que se acaba de abrir el telón. La música es tan teatral como precisamente la de La huella, de la que hablábamos en capítulos anteriores, en la que no faltan toques de «alta sociedad».
Los pies, los grifos, el péndulo del reloj..., son elementos simbólicos de El sirviente. La siguiente secuencia es inconmensurable. Se trata de la estrategia de Vera para conquistar al señor. Primero, Losey y Dankworth no utilizan música. ¡Una constante gota de agua cayendo vale para tensar al espectador! Ya se encargará el score de dar calor cuando en el espejo veamos que Tony ha sucumbido a las faldas cortas de Vera.
Como apunte
anecdótico: John Dankworth se casó con Cleo Laine, que es quien canta la
canción de la siguiente y tórrida secuencia en un glorioso blanco y negro. También
está compuesta por él.
La degradación
en esa casa llega a tal extremo que mayordomo y señor juegan al escondite. La
música, turbadora, contribuye a ese clima. ¡Y la secuencia termina con un grifo
y las gotas de agua!
No podemos
obviar otro elemento cinematográfico francamente extraordinario de El sirviente como es la fotografía, de
Douglas Slocombe. Las secuencias seleccionadas en el vídeo relativas a la
música también son perfectamente válidas para justificar el extraordinario
trabajo de quien fuera el director de fotografía de películas tan icónicas como
El león en invierno o las tres
primeras de la saga de Indiana Jones (En
busca del arca perdida (1981), Indiana Jones y el templo maldito (1984)
e Indiana Jones y la última cruzada
(1989), cesando entonces su actividad por sus crecientes problemas de visión.
Douglas Slocombe falleció en 2016, con nada menos que 103 años, y ganó el BAFTA
a mejor fotografía por El sirviente
en 1964.
miércoles, 15 de marzo de 2023
'Historias de la radio' en el Festival de Málaga 2023
'Historias de la radio', aquella maravillosa película dirigida por José Luis Sáenz de Heredia en 1955, fue homenajeada ayer en el Festival de Cine de Málaga, donde #UltimoEstreno estuvo gracias a nuestro colaborador José Muela, que asistió al coloquio posterior en el que participaron Adriana Ozores, Javier Gutiérrez, Pepón Nieto, Valeria Camporesi (directora de la Filmoteca Española) y Juan Antonio Vigar, director del festival.
De este encuentro os hemos montado distintas intervenciones muy interesantes.