Vale que Muñiz Ruiz hizo un arbitraje mamarrachero cuando le vino en gana. También vale que el Rayo tiene a Isi, a Álvaro (¿les suena el tipo?), a Trejo, a Falcao que ni lo han necesitado, y nosotros tenemos a jugadores clarísimamente inferiores en calidad a éstos. Exceptúese a Ledesma por razones obvias.
Si nos ponemos a pensar que con esa plantilla los de Vallecas están por encima del Sevilla, que no tardará en despertar, o el Celta, que a pesar de sus mermas con respecto al año pasado estarán al final más arriba, imagínense si les puede llegar la camiseta amarilla al cuello a nuestros jugadores. Los aficionados ya no tenemos pescuezo porque lo encogemos para ver si en er yersi nos cabe la cara y así no nos la ven, avergonzados ante este desastroso Cádiz.
Decía que valen cosas como atenuantes que barran para casa. La segunda tarjeta a Alcaraz, el otro día con el Girona en lugar de ocho minutos aquello fue más largo que 'Lo que el viento se llevó'... Por cierto, caraja marca de la casa: sacamos una falta en el 98' y le damos un balón bombeadito al portero gerundense (o como se les llame a estos). Saca el nota y gol de ellos al minuto y medio.
En definitiva, que vale lo que vale. Y que queda mucho Liga también vale. Queda tanta competición como para arrastrarnos por los campos de Dios como venimos haciendo nada menos que durante ONCE partidos. Con alguna flauta dando un par de notas cual burro por aquello de la conocida fábula de Iriarte -el futbolista no, el escritor-, caso del miércoles pasado, pero en general el concierto, desde agosto y ya vamos camino de noviembre, es un desastre absoluto.
Lo que digo, que todo esto, y más, vale. Y en el otro lado está lo que no vale. El ying y el yang ese. Y esta plantilla no vale. Como conjunto es espantosa, por separado y en cada caso podemos ser más benévolos, pero vuelvo al inicio: si el Rayo tiene su actual plantilla y le costará no caer del puesto 13 ó 14, imagínense dónde podemos acabar nosotros. Nos saldremos de la tabla por abajo de la manita de algún otro equipo porejito, cada cual que piense en el que le dé más coraje.