El sábado se cumplieron 33 años desde la primera vez que me puse delante de un micrófono en los inicios del programa #UltimoEstreno, que permaneció en antena hasta 2005.
Estaba a menos de tres meses de cumplir los 21 años. ¡Cómo he cambiado y aun más han cambiado las cosas! No existía internet, puerta abierta para fórmulas mucho más directas de llegar a la gente; la mayoría de las discotecas, tanto de la emisora como la mía, estaban formadas por vinilos y muchos menos CD, y en definitiva, la gente escuchaba la radio porque había otro concepto de ofrecer, pero sobre todo, de recibir la comunicación.
Aquel primer programa de #UltimoEstreno aun no tenía este nombre -fue una propuesta varios meses después de Pepe Bouza, jefe de programación por entonces-, se emitía a las diez de la mañana de los domingos, a mí en ocasiones se me notaban los efectos de las noches de los sábados pero la magia del cine pronto conectó con el programa y sobre todo con los oyentes.
El 15 de octubre de 1989 se habló de las películas que ese viernes había estrenado el Cine Almirante de San Fernando, el único existente: 'Arde Missisipi', 'Pesadilla en Elm Street 4' y 'Monkey Shines', llamada absurdamente en España 'Atracción diabólica'. íbamos bien atrasados como era habitual, porque la peli de Alan Parker se estrenó en nuestro país en marzo -casi siete meses antes-, la cuarta secuela de Freddy Krueger en abril y la de George A. Romero en junio. De las películas en la TV esa semana venidera hablamos sobre 'El hombre elefante', 'Río rojo' y una cosa que se llama 'Navidad en una casa de citas', un espanto italiano erótico de los setenta con Ernest Borgnine y Françoise Fabian como protagonistas, lo que resultaba ideal para ir ya presentando lo sarcástico y vitriólico como una de las señas de identidad del programa al comentar películas.
Y ese programa existió y existe. Está conservado en esa cinta cassette en mis archivos que se puede ver en una foto sobre el disco de 'Memorias de África' y el CD de Vangelis, dos de los que se pincharon aquella mañana dominical. Pero esa grabación jamás volverá a ver la luz, así que no os frotéis las manos pensando que existe la posibilidad de escuchar semejantes inicios radiofónicos tan patéticos.
Me gusta recordar la radio cada 15 de octubre. Allí tuve compañeros de otros programas que se convirtieron en amigos y aun lo son, le di la oportunidad de participar compartiendo micrófonos a un montón de gente que la mayoría jamás agradeció y siempre fue mi medio de comunicación preferido. Que lo recuerde no significa que lo eche de menos. En absoluto. Jamás regresaría a una emisora de radio convencional hoy día y así lo pienso desde hace ya muchos años. Ya nada es lo mismo...
Mi labor en #UltimoEstreno en Youtube, en las web en las que escribo y mi participación en el mundo del cine desde otros ámbitos distintos a la crítica me copan sobradamente. Y por supuesto estoy mayor, trato de no hacer lo que no me apetece, no hago nada gratis para promocionarme porque a estas alturas no lo necesito ni me pone ancho ir saludando a la gente y tengo demasiadas muescas en mi piel como para soportar depender de los antojos de un-a jefe-a inútil. Las únicas gilipolleces que uno aguanta casi con 54 años son las propias y porque no se tiene más remedio. Eso también hay que ganárselo, claro, depender de uno mismo.
En estas fotos se me ve en aquel Último Estreno radiofónico de finales de los ochenta y principios de los noventa. Solo hecho de menos tener pelo y solo me arrepiento de una cosa: de no haberme largado muy lejos siendo tan joven por haber confiado en proyectos que jamás se hicieron realidad de la manera que algunos prometieron. #UltimoEstreno