sábado, 15 de octubre de 2022
Juanjo Sánchez, del equipo de producción de 'Verano Azul', anuncia en esta entrevista la publicación de un libro sobre la serie para 2023
viernes, 7 de octubre de 2022
La Academia de Cine anuncia un concierto dedicado a la música cinematográfica española el 27 de enero en el marco del FIMUCS de Sevilla
La Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España reitera su apoyo a la música del cine español con el concierto que se celebrará el 27 de enero del próximo año en Sevilla y con el que comenzarán las actividades previas a la gala de los Goya 2023, que tendrá lugar el 11 de febrero en la ciudad hispalense.
En colaboración con el Festival Internacional de Música de Cine de Sevilla (FIMUCS) y la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS), el concierto incluirá creaciones musicales para la gran pantalla de compositores ganadores de Premios Goya. El programa se completará con obras de músicos nominados a los premios impulsados por la Academia de Cine.
Cinéfilos y melómanos podrán disfrutar de esta sesión musical en Sevilla, que se incluirá en la II edición del FIMUCS. Este concierto de música de cine español es una ejemplo de la apuesta de la Academia por promocionar y difundir la música de cine y la industria de la creación y producción de bandas sonoras.
(Nota de prensa que me remite la Academia de Cine de España).Os dejo los enlaces a las dos entrevistas que les hice en la pasada edición de Fimucs a los compositores españoles Ivan Palomares y Marc Timón Barceló, en las que además de hablar de sus respectivas trayectorias, comentaron sus experiencias en el festival habiendo dirigido horas antes la música de Ennio Morricone y John Williams.
https://youtu.be/WKDPAAEqlp4
https://youtu.be/O9A-vjLGv5s
domingo, 2 de octubre de 2022
Zapatos para no olvidar el horror
viernes, 30 de septiembre de 2022
Una empresa rusa nos recuerda el 475 aniversario del nacimiento de Cervantes...¡Con un juego de ZX Spectrum de 16 K!
jueves, 29 de septiembre de 2022
'Blonde': arrebatadoramente imperfecta, cruel y anárquica
Ocurre que, a veces, las películas son como las personas. No excesivamente agraciadas en belleza ni en aspecto, aparentemente vulgares y complicadas de entender nada más establecer el primer contacto. Pero sus defectos se convierten en virtudes al aflorar paulatinamente unas peculiaridades muy particulares y una forma de ser que conforman un acusado carácter personal o, en este caso, cinematográfico.
Es algo que sucede con ‘Blonde’, y entre tantas personas (películas) vulgares que deambulan por el mundo, se agradece enormemente el producto con capacidad de llamar la atención. No es solo por el conjunto de sus anárquicas peculiaridades técnicas (estamos ante una película con secuencias rodadas en 4:3, en panorámica, en blanco y negro, color, distintos etalonados…), sino por obviar las ortodoxas y aburridas maneras con las que se ruedan los biopics. Los famosetes que pasan por la pantalla nacen, se producen, mueren y son aplaudidos tras una retahíla de hechos ordenados en el tiempo que, si carecen de algo de originalidad, terminan por aburrir. No es el caso de ‘Blonde’.Para empezar conviene advertir que esta es una película oscura, sucia, lisérgica y fea en los momentos que debe serlo en función de su naturaleza. Si alguien busca una biografía filmada de Marilyn Monroe con los altibajos de cualquier estrella, con momentos tristes y otros de felicidad y éxito y aplaudir al final, que se vaya olvidando. ‘Blonde’ es una tragedia de cojones, sin concesiones, que termina dejando un malísimo sabor de boca buscado, un relato ficticio –está basado en una novela tanto como en la realidad del personaje- que se regodea en el sufrimiento, sin medias tintas. El espectador termina incomodado ante tanta crueldad ex profeso, ante tanto esfuerzo interpretativo de Norma Jean en su juventud para lograr un papel para que en realidad se fijen en su culo, entre tanto abuso sobre la protagonista desde pequeña, pero especialmente nos removemos en la butaca ante el retrato sin tamices de un repugnante presidente Kennedy, el relato de los embarazos de Monroe y las vistas de cámara desde dentro de su vagina, sus delirios oníricos provocados por el alcohol y las drogas, las respuestas que jamás encuentra a su alrededor y la infelicidad congénita por la falta de su padre que se resuelve en la misma línea de desolación que el resto de lo que conforma esta despiadada cinta.
‘Blonde’ no es una película guapa, rubia y perfecta como era exteriormente Marilyn. Es una cinta con carácter -a veces con costosos esfuerzos por entenderla- con muchas debilidades, surrealista y cruel. Si prefieres la aburrida perfección del biopic, te vas y te pones alguna de Zefirelli. Si te sumerges con Andrew Dominik, prepárate a vivir rodeado de defectos pero apasionadamente y sin conocer límites estéticos ni prejuicios.
Y Ana de Armas. ¡Ay, Ana de Armas..! Véanla y escúchenla en original subtitulada, hagan el favor. Personaje interpretado al milímetro con la voz tanto como con el resto de dotes.
Nos adentramos en ‘Blonde’ en el canal #UltimoEstreno a través de la nueva videocrítica que os dejo en este enlace. Ya sabéis que la película está en Netflix, que por cierto, es una verdadera pena que no pueda visionarse en pantalla grande.
viernes, 23 de septiembre de 2022
'Arde Notre-Dame': ¿Música adaptada al engaño que propone el director?
El obispo Ceballos y los ERE. Que no se olvide esto
Mientras se discute si los Chaves, Griñán y compañía deben disfrutar de un indulto que respaldan mayoritariamente nombres del stablishment -las encuestas demuestran que la gente a pie de calle, incluido el votante socialista, es mayoritariamente contraria a aplicarles esta medida de gracia-, un hombre bueno de la iglesia ha fallecido tras una vida entregada a los demás. Monseñor Antonio Ceballos Atienza fue obispo de Cádiz y Ceuta y, repentinamente, se vio implicado y acusado en una de las muchas causas de los ERE provocadas por la mala praxis del Gobierno de la Junta de Andalucía. El prelado gaditano había solicitado 300.000 euros para pagar a los trabajadores del hospital de San Juan de Dios, transformado entonces en residencia geriátrica. Como se puede leer en las hemerotecas, monseñor Ceballos sufrió un desgaste emocional y físico palpable por aquel sufrimiento del que salió jurídicamente indemne. Pero su salud se vio afectada de tal manera que aquel lamentable episodio judicial lo mermó aun más de lo que ya se encontraba. "He estado a punto de comparecer ante el otro juez, el juez de la Tierra y el Cielo que es Jesucristo, y con la misma sinceridad y transparencia comparezco hoy ante usted", fue una de las frases con las que se dirigió a la juez, sentado en el banquillo, como un reo, acusado ante la posibilidad de haber practicado tráfico de influencias. Por entonces tenía ya 82 años.
La sentencia puso finalmente las cosas en su lugar cuando, entre otras lapidarias conclusiones, la justicia consideró que monseñor Ceballos, en su calidad de obispo, había sido más una víctima que un culpable en aquel caso en el que la juez además recordó en su dictamen que Antonio Ceballos había declarado su "debilidad por los pobres, enfermos y parados".
Ahora que el obispo nacido jiennense pero que quiso ser enterrado en Cádiz ha muerto, llegan las muestras de condolencia de todos los lugares, muchas palabras salidas del corazón de miles de fieles y otras que solo son ripios y puros formalismos de quienes quieren cumplir protocolariamente. En algunos casos, como el Ayuntamiento de Cádiz, ni siquiera eso. ¡Qué falta de tacto, pero sobre todo, de justicia, a secas y poética, ante lo sucedido!
Los políticos que provocaron los desmanes y el descontrol de tantos millones de euros con el caso de los ERE y su entramado deberían pedir perdón públicamente a tanta gente a la que causaron daño, por mucho que dediquen su tiempo completo a justificarse e ir por los medios de comunicación defendiendo, con un concepto bastante maquiavélico del asunto, que lo que hicieron fue por el bien común, esperando si un puñado de varios miles de firmas los salvan de terminar con sus huesos en la cárcel.
Mientras el bueno de Ceballos se consumía en estos últimos años en la única celda que le correspondía, que era la de su modestísimo hogar de las hermanitas de los pobres, algunos de los que ahora ruegan el perdón judicial se han dedicado a presentar libros escritos desde el victimismo y a recorrer espacios donde gimotear y vender una nueva estrategia eximidora de culpa.
Que no se olvide nunca todo esto.