Lo siento, no es agradable enjuiciar la labor profesional de
la gente, pero el árbitro del partido disputado ayer domingo entre el Valencia
y el Cádiz MIENTE, quiero pensar que por negligencia más que por perjudicar a
un equipo. En el acta del encuentro escribe que Diakhaby "discutió con un
contrario sin llegar a insultos ni a la amenaza".
Resulta muy sorprendente que hoy día, cuando todos los
partidos pueden ser vistos por millones de personas y grabarse sus imágenes, no
existan mecanismos para solventar lo que se falsea en las actas o, siendo menos
impulsivo, se matice y se arregle lo que se ha reflejado incorrectamente.
La fotografía, o mejor dicho 'fotofija' del momento, desvela
que el jugador valencianista coge por el cuello a José Mari, capitán del Cádiz
CF. La situación se produce tras una entrada del gaditano a otro valencianista
en un lance del partido, jugada en la que Diakhabi no interviene.
Vamos por partes. El 'frame' sirve para corroborar algo muy
claro: que una agresión es algo muy distinto a una discusión, porque cuando se
discute puede haber violencia física (siempre injustificada, más aun en el
deporte) pero no necesariamente agresión. En el momento en el que se produce
contacto físico estamos ya hablando de agresión, lo dice bien clarito el
diccionario de la RAE. No es cuestión de ponernos a hacer nuevos capítulos de
'Barrio Sésamo' para aprender la diferencia entre 'cerca' y 'lejos' como nos
enseñaba Supercoco, icono de nuestra más tierna infancia, simplemente se trata
de recordar que la agresión es ese escalón más arriba por el cual se produce un
daño físico injustificable, mientras que la discusión es "defender [dos o
más personas] opiniones o intereses opuestos en una conversación o un
diálogo", RAE dixit.
Ni Diakhaby dialoga con José Mari y ni lo siguiente, aun más
importante para continuar comprobando que Isidro Díaz de Mera Escuderos mete la
pata con su acta o no ha querido saber nada de complicaciones: no se produce
discusión alguna porque el sujeto este se acerca a José Mari y sin mediar
palabra por parte del amarillo, lo agarra por el cuello y lo tira al suelo. Es
decir, querido trencilla, que en algo sí has sido exacto con tu resumen oficial
de los hechos: no se producen insultos ni amenazas... porque simple y
llanamente el defensor valencianista no media palabra para insultar o amenazar,
sino que se va directamente al cuello del centrocampista del Cádiz para cogerlo
como un pavo en los días previos a Nochebuena. En eso sí llevas razón, jomío.
Alguien debe enviar este fotofija y este vídeo al Comité de
Árbitros. El gabinete jurídico del Cádiz, aun a sabiendas de las escasas ganas
de que los órganos competentes tengan ganas de comerse la cabeza -y menos aun
con el reincidente Diakhaby, que ya se le conoce y no solo en Cádiz- debe dejar
constancia histórica y documental de que el acta de este partido no refleja la
realidad y de que José Mari ha sufrido una clara agresión, que dista mucho de
ser una diálogo con opiniones contrapuestas, es decir, una 'discusión'. Y hay
que hacerlo por el bien no solo del club, sino del fútbol y del deporte en
general, para que queden en evidencia individuos que ensucian las
competiciones. Aunque si ya hace justamente un año acusó a un jugador del Cádiz
de insultarle con soflamas racistas y la profunda investigación reveló que no
había sido así, ¿qué podemos esperar de un tipo que te mira con esos ojos que
se ven en la foto? Yo le hubiera sacado la tarjeta roja solo por mirar de esa
manera a un compañero de otro equipo.