Aurora Guerra tiene entre sus virtudes como guionista haber sido la creadora de la serie con mayor número de capítulos emitidos en televisión: 'El secreto de Puente Viejo', un drama de época que viene a sumarse a las producciones basadas en otros guiones de su autoría como 'Arrayán' o 'Acacias 38', además de una serie de capítulos de 'Aquí no hay quien viva'.
martes, 25 de enero de 2022
Aurora Guerra, guionista de 'El secreto de Puente Viejo' y 'Arrayán': "Censura en mi línea editorial no he sufrido, pero 'no pises este callo' sí que me lo han dicho"
sábado, 22 de enero de 2022
Se ve otra cosita
Mira que le han llovido críticas a Fede San Emeterio hasta hace... no sé, creo que unas horas o así. Hasta cierto punto es lógico porque si un equipo tiene cada fin de semana más mala cara que un chino vomitando, lo lógico es darle un chute de futbolistas con ínfulas y de élite. Pero el pedigrí amarillo rara vez ha venido por los nombrecitos, sino por fajarse bien a la hora de pelear en el campo y dejarse la piel en él para cubrir con huevos lo que el dinero hace posible en clubes ricachones. Y este parece ser el caso del centrocampista cedido por el Valladolid, que me recuerda mucho a aquel Roberto Suárez de allá por los años 2003 a 2005, jugador de lucir menos que las luces de Navidad de Cádiz en la época Kichi pero imprescindible en el necesario trabajo sucio del centro del campo para destruir o crear, que es lo que ha hecho hoy San Emeterio, entre otras cosas. Porque el gol de Salvi viene de la presión que el cántabro ejerce (¡oh, presión arriba del Cádiz! ¿La recuerdan?) hasta lograr que el balón llegue a Alejo que hace el regate de su vida (al menos desde que está en el Cádiz) y le pone la pelotita al siete.
Hablando de Alejo, el fútbol es así de impredecible, nadie daba un duro por él y ahora está ahí por pesado, a base de desesperar a los contrarios, gritar como un desollao cuando le rozan para que árbitro pique y pite una falta y sobre todo, meterle el dedo en el ojo hasta al apuntador del otro equipo, que terminan cabreados tras acudir al capote. Por cada tarjeta a Alejo por bronquista, dos al otro equipo. Nos vale por el momento.
Hoy hemos vuelto a demostrar que en las primeras partes somos como los televisores vanguard antiguos de válvulas, ¿se acuerdan? Aquellos que había que encenderlos con media hora de antelación para que se calentaran antes de ver 'Ese señor de negro' o 'Los Botejara'. No nos activamos ni de coña y dejamos ver que no somos precisamente virtuosos del balón. Ni falta que hace si, tras aguantar el arreón, dejamos que el contrario se calme tras pegar sus bocaos al aire y en las segundas partes nos quitamos los complejos, demostrando que defender es compatible con presionar en la línea de arriba para soltar la caña y dejar que Negredo haga lo que mejor sabe hacer. ¿Recuerdan lo que dije el otro día? Pues eso.
Insisto en que, si nos traemos un delantero solvente dentro de nuestro estilo, la situación se revertirá. Porque repito que no me gusta el Choco ni como amigo, no vaya a ser que le dé coraje que pase por su lado y me pise o me pegue un codazo aunque sea sin querer.
lunes, 17 de enero de 2022
'Belfast', de Kenneth Branagh
No cometáis el error de pensar que #belfast es una película localista sobre el conflicto irlandés entre protestantes y católicos y que vamos a ver un filme de violencia callejera y tensión política. No digo que, obviamente, no aparezcan ambas cosas, pero la última película de Kenneth Branagh es mucho más que eso. Es un homenaje a quienes sufren cualquier tipo de diáspora contado a través de los ojos de un niño que en ningún momento provoca repelencia. Son los ojos del propio director que refleja la amargura de la intolerancia vivida en sus carnes y en su tierra, trasladables -insisto- a otros escenarios. Está tan acertadamente contado que el pequeño se hace hombre en su interior. "¿Tú qué es lo que quieres hacer?", es la pregunta que aparece estratégicamente a lo largo del filme en boca de sus abuelos cuando surge el espinoso tema de abandonar la capital irlandesa, idea promovida por su padre. Buddy solo quiere que la niña de la que está enamorado le coja las flores que le regala, ir a la luna, al cine y matar dragones imaginarios. Conforme avanza el metraje, el pequeño se verá obligado a cambiar sus respuestas y madurar ante los acontecimientos.
martes, 11 de enero de 2022
La Academia de Cine, ajena a la difusión telemática de sus actos
Te lo cuento en este 'En corto y de paso' subido al canal #UltimoEstreno de Youtube: https://youtu.be/OXVfVns3SlM
lunes, 10 de enero de 2022
'El páramo'. ¿Dónde está el guión?
Existen dos maneras de rodar una película de terror. Las buenas son las que cuentan con un guión de verdad que provoca una sucesión de efectos-patrones emocionales dirigidos al espectador para acojonarlo. Las malas se olvidan de la historia que cuentan porque, simplemente, no hay nada que decir, y dado que hay que hacer algo durante dos horas, engañan al personal con una sucesión de efectos especiales, de sonido y oscurecemos la pantalla para que estos timos se vean lo menos posible.
A pesar de la cosecha que tenemos desde hace décadas de buen cine de terror catalán, el recién estrenado David Casademunt no ha optado ni siquiera por el efectismo tradicional, sino que ha preferido confiar el éxito de su ópera prima a los resultados que te aportan los profesionales que trabajan para ti. Pero por mucho que cuentes con una preciosista fotografía, encuadres de paisajes tan pretendidamente perfectos que resultan fríos, una banda sonora notable (las connotaciones con 'El bosque' de James Newton Howard se me aparecieron como un fantasma, provocándome la película al menos sensaciones por vez primera) y otras excelencias técnicas que hoy día tanto han avanzado, si no hay guión, no hay película.
Te lo cuento en la videocrítica con la que inauguramos el año 2022 en el apartado de análisis de películas en el canal #UltimoEstreno.
Ah, y unos apuntes iniciales al gatillo fácil que tenemos con tanto 'actor maestro' y películas 'obras maestras'.
Pincha en el enlace y ahí la tienes o en la imagen superior: https://www.youtube.com/watch?v=q_QhZGIjsp8
martes, 4 de enero de 2022
40 años del ZX Spectrum. II: Emilio Salgueiro
Emilio Salgueiro era un talento precoz. Con tan solo 15 años -nació en 1970- ya era un portento ideando programas para los ordenadores de la época, primero el ZX Spectrum, después convirtiendo sus juegos para el Amstrad, el MSX, Commodore...
Junto con Enrique Cervera creó varios de ellos que enviaron para probar suerte a Dinamic, la casa de software más sonada a mediados de los ochenta en España y que habían lanzado juegos como 'Camelot Warriors', 'Sgrizam' o 'Abu Simbel Profanation'. Dinamic había dispuesto una división que hizo llamar 'Future Stars', que tenía como objetivo servir de plataforma de lanzamiento a jóvenes valores con productos experimentales y de menor precio de venta en el mercado. Cuando los hermanos Ruiz comprobaron la calidad del material enviado por Emilio y Enrique a mediados de 1986, decidieron que aquellos juegos deberían llevar el sello Dinamic directamente.
Gracias a Emilio Salgueiro salieron al mercado títulos sagrados del software español, como 'Phantomas', su segunda parte y 'Freddy Hardest'. Aquellos juegos contribuyeron a olvidar el bache que Dinamic comenzó a sufrir cuando sus seguidores se mostraron bastante fríos con la salida de títulos que no convencieron como 'West Bank' y especialmente 'Olé toro'. Podemos decir que la empresa salió adelante gracias a Emilio Salgueiro y a varios nombres más, pero sin olvidar que el primero creó el 'Freddy Hardest', uno de los grandes éxitos de todos los tiempos para ordenadores personales.
Emilio Salgueiro había nacido en San Fernando. Conoció a Enrique Cervera en Castellón y, tras un periodo en esta ciudad, regresó a la localidad gaditana, donde había estudiado en el Instituto Wenceslao Benítez. Intercaló también sus estudios con algunas estancias en Alemania, donde realizó tareas investigadoras en computación paralela, lógica difusa, visión artificial e inteligencia artificial. De hecho, obtuvo algunos resultados meritorios, que le permitieron publicar algunos artículos en el campo de robótica y, más concretamente, en visión artificial. Finalmente volvió a San Fernando y empezó a trabajar como investigador en la Universidad de Sevilla.
Emilio, a quien conocíamos en Sirius y nos contaba y adelantaba cosas de los juegos que Dinamic iba a publicar, murió en 1996, con tan solo 26 años. Lo atropelló un coche cuando iba con su bicicleta, vehículo que utilizaba habitualmente.
En 2021 se han cumplido 25 años de la muerte del isleño Emilio Salgueiro. Ni en su momento, ni ahora, se le ha reconocido en su tierra natal, en su localidad o en su provincia, lo que fue capaz de hacer como visionario de la informática y de la cultura de los videojuegos. Es más, estoy convencido de que no hay un político, ni un mandamás responsable de la cultura institucional, que sepa quién fue Emilio Salgueiro. Ni siquiera para haber puesto en marcha un patronato, una fundación, un fondo cultural o una institución incluso juvenil, que hubiera creado un premio a nivel estatal para jóvenes talentos de la programación y que hubiera puesto en el punto de mira a San Fernando en un ámbito que, desde hace años, sabemos que es el futuro. Desde la creación de software general hasta la industria del videojuego, que mueve hoy día millones de euros. Haber contado con patrocinadores para esta iniciativa solo hubiera sido cuestión de trabajar. Trabajar en lo que se conoce, en lo que se supone que se sabe, inventar, contar con quienes conocen el paño de las cosas... ¿Les suena a algunos y a algunas?
'El contador de cartas'
Me entra la risa floja cuando leo o escucho alguna crítica comparando 'El contador de cartas' con 'Taxi Driver'. Que el guionista de esta última haya dirigido este coñazo y que entre la larga lista de sus productores ejecutivos esté Scorsese ya parece que son motivos para darle pedigrí a este adefesio con dos grandes problemas, colóquenlos en el orden que quieran: el personaje principal no me dice nada y lo que cuenta la película, en realidad toda ella, me importa un carajo.
Ya ni entro en el hecho de que un reputado guionista como Schrader me quiera hacer creer que el tío entra en la casa del personaje de Willem Defoe tan pancho (quien la ha visto ya sabe a lo que me refiero, el resto ni idea, por lo que no hago spoiler) y si quiere que eche una lagrimita con la uña postiza de ella y el dedo de él pegados al cristal no sé cuantos minutos en el culmen del romanticismo más barato dentro de una película tan inconexa y sucia.