Creemos que una banda sonora es buena porque nos cuesta poco trabajo captar la melodía de los temas que suenan en determinadas películas. Los espectadores no tenemos necesidad ninguna -y muy probablemente capacidad- para salir del cine tarareando la mayoría de la música que ha sonado en pantalla. La buena música de cine ha desempeñado su principal papel si, entre otros factores, ha contribuido al incremento de las sensaciones que el binomio director-compositor pretende generar en el espectador. Si además de su papel contributivo la música deja de ser un elemento 'adicional' para convertirse en un elemento narrativo de lo que sucede y del estado anímico de cada personaje -animado o inanimado-, entonces estaremos ante la verdadera música DE CINE. Es su gran diferencia con el resto de músicas, cuyo objetivo es el deleite 'per se' amén de lo que cada compositor musical o letrístico quiera trasladar en ellas.
La música de cine cuenta lo que vemos y lo que no vemos, es la principal y obligatoria premisa de su existencia. Si solo nos sirve como generadora de sensaciones ajenas a su carácter narrativo, no se diferenciará jamás de otros géneros aunque nos guste mucho escuchar los temas en CD, vinilo o en el formato que prefiramos.
Este 'sacrificio' del compositor en beneficio de la imagen aceptando un papel que no solo no es secundario, sino fundamental en una película, no lo han entendido muchos músicos a lo largo de la historia del cine, donde se cuentan por cientos películas sobrecargadas de música, aun siendo temas loables, o inconexos con la narrativa del filme en cuestión. Incluso hay nombres sagrados en el olimpo de los compositores de la música cinematográfica que han pecado por exceso. Hay aficionados que los han perdonado por la innegable calidad de esa música retórica y otros por fanatismo. Sea como fuere, el producto final ha chirriado aunque no se admita o simplemente 'suena bonito' mientras vamos en el coche al trabajo.
Admiro de verdad a los compositores capaces de mimetizar sus obras con lo que vemos en imágenes y que además van más allá, permaneciendo en ese plano -jamás secundario- en el que su música no solo es 'de' cine sino que 'es' cine. Y en este caso hay muy pocos como JERRY GOLDSMITH, que hoy, 10 de febrero, hubiera cumplido 92 años.
Para mí es el compositor de cine por antonomasia. Por su capacidad mimética, sacrificada aun poseyendo muchos más conocimientos de los necesarios para puñados de películas que lo que requerían era lo que él hizo. Por su versatilidad, dualismos en escenarios iguales pero tan dispares: capaz del terror más poliédrico con 'La profecía' o 'Poltergeist', del espacio más inmenso y hermético de 'Alien' tan distinto al de 'Atmósfera cero'. Sobrado para el regreso más solitario y amargo con un origen explicado sonoramente por la trompeta militar en 'Acorralado' o la llegada a un mundo ajeno marcado por el atonismo de 'El planeta de los simios'. Con capacidad romántica para 'Un retazo azul' o 'La casa rusia'.
Jerry Goldsmith nos dejó el 21 de julio 2004. Murió un genio de la música de cine, de la música y del cine. Los informativos de televisión de aquellos días, los de nuestro país, apenas lo citaron. Alguno, en un fugaz recordatorio, mostró su famosa foto dirigiendo la partitura de 'El planeta de los simios' con la máscara de un simio colocada en su rostro. La mayoría ni siquiera lo citaron. Dos días después moría Carmina Ordóñez y nos metieron su fallecimiento hasta en la sopa, con minutos incontables en los espacios de información, no hablo de programas de otra naturaleza, sino los informativos de mediodía y nueve de la noche. Así es como se embrutece un país desde el poder de los medios y así seguimos.
Tuve la suerte de conocer al maestro en Sevilla años antes, cuando en varias ocasiones dirigió conciertos de su propia obra o aquel inolvidable dedicado a Bernard Herrmann -otro grande entre los grandes, aunque no tan versátil como Goldsmith- en el que terminó agotado con la batuta, exclamando al final y en español la frase "Muchas gracias, pero no más música" cuando los espectadores en el Teatro de la Maestranza le pidieron bises de alguna obra del compositor de 'Psicosis' o 'Vértigo'.
Nunca he grabado un programa especial en el canal #UltimoEstreno dedicado a Jerry Goldsmith (en la radio sí hice varios bastante extensos), es una deuda pendiente que además para redondearlo tendré que contar con mi amigo Francisco Javier Belizón, quien me hizo en más de una ocasión ver la grandiosidad de Goldsmith. Pero a lo largo de estos años he colgado videorreportajes en torno a él o a su obra que hoy, a modo de homenaje, quiero enlazaros por si queréis celebrar el cumpleaños del maestro conmigo. Aquí os lo dejo:
Me encantaría que los disfrutaráis, especialmente por un maestro de maestros como fue el inmortal Jerry Goldsmith. Felicidades allá donde estés.