En el Día Internacional del Cáncer Infantil, me viene a la memoria una deliciosa película de Antonio Mercero, 'Planta cuarta'.
Si algún cineasta ha demostrado su afinidad con los niños y jóvenes a la hora de contar y rodar sus historias ha sido Mercero, con dos ejemplos preclaros en televisión y cine: 'Verano Azul' y 'Planta cuarta'.
Basada en la obra teatral 'Los pelones' de Albert Espinosa, el recordado Mercero presentó en el Festival de Málaga de 2003 (en la fotografía estamos él y yo el día del pase de prensa) este filme sobre las aventuras de un grupo de chicos hospitalizados con cáncer. Sus días transcurren entre pruebas, dolorosos tratamientos, momentos de añoranza por la vida cotidiana exterior, pero también instantes de travesuras, de carreras de sillas de ruedas por los pasillos, de deseos en el despertar sexual, de superación y sobre todo de convivencia y compañerismo, con un líder encarnado por Juanjo Ballesta, para superar la enfermedad.
Una historia entrañable, con momentos brillantes y otros tendentes a la lágrima fácil, pero con el toque personal que Mercero fue capaz de aplicar a historias de esta índole.
La banda sonora original fue compuesta por Manuel Villalta, y es probablemente su mejor creación para el cine, medio en el que ha compuesto partituras para películas como 'Nada en la nevera' o 'El oro de Moscú'.
Su tema principal impera a lo largo del metraje del filme desde que aparece en los créditos de inicio, una sensible composición con el piano como instrumento protagonista del que surge una melodía muy pegadiza en la que se entremezcla la emotividad con el espíritu ingenuo de los protagonistas. A muchos les puede recordar el tema de apertura de créditos que Alan Silvestri compuso para 'Forrest Gump', con cuyo piano el compositor también quiso dejar la impronta de la ingenuidad del personaje interpretado por Tom Hanks.
En el vídeo que os muestro, y tras el tema principal, os recuerdo la secuencia de los niños cuando visitan la incubadora de bebés, para el que el compositor emplea otro bello tema que inicia con instrumentos de viento como la flauta y la trompa, si bien vuelve a dejar el protagonismo al piano.
Muy reseñable es la tercera secuencia del vídeo, el momento de desesperación en el que el personaje de Ballesta se pregunta porqué no pueden disfrutar como los chicos que se encuentran en el exterior del hospital. Para ello, Villalta demuestra su buen hacer, empleando el tema principal pero semitonado, sustituye varias notas que le aportan ingenuidad y ternura al tema para, con tan solo cambiar sus tonos, transformar la música en una composición triste, desgarradora, apropiada para el momento. Con un par de variaciones sobre el tema principal, todo cambia.
Es la magia de la música y saber emplearla para su finalidad.