Hoy se cumplen 74 años del final de una pesadilla para miles de personas. El 27 de enero de 1945, los soviéticos entraban en Auschwitz para liberar este campo de concentración y de exterminio, ominoso emblema del nazismo y los delirios mesiánicos de su líder.
En estos tiempos en los que parece que el ser humano vuelve a cometer uno de sus errores más frecuentes, el olvido de las consecuencias de sus instintos más repugnantes, estoy convencido de que la solución sería que todo el mundo pudiera viajar a lugares como este. Desde escolares y personas de mayor edad. Que existiera un fondo económico mundial para que las Naciones Unidas nos llevaran hasta allí. A la humanidad entera. A observar, a respirar, a tocar con miedo. A sentir el escalofrío que produce lo que somos capaces de minimizar o incluso negar, mediatizados por los problemas del día a día, influenciados por la trivialidad de quienes lanzan consignas fáciles para volver a cultivar la semilla de odio usando nuestros disgustos, nuestras indignaciones porque las cosas no salgan como queremos y nos hagan buscar culpables por el camino más corto.
No fue hace siglos. Tampoco muy lejos. De hecho, un avión te lleva en cuatro horas a Cracovia desde España. Fue real. Y fue una de las mayores verguenzas de la humanidad.
Auschwitz es un lugar en el que la geometría de sus calles, de sus bloques, está hecha para la muerte. En el que respirar duele porque tienes la sensación de que haces daño y porque te haces daño a ti mismo. No es un ejercicio de autocastigo, nada más lejos de la realidad. En todo caso, pisar su suelo, entrar y salir de los bloques, de los barracones, de las cámaras de gas, es un minúsculo, invisible y testimonial acto de redención en nombre de la humanidad. Y sobre todo, una gran lección de historia para que las generaciones ya no venideras, sino la nuestra -insisto, tan olvidadiza- no vuelva repetir lo que nunca debió suceder.
Os recuerdo que en marzo estrenaré en mi canal de Youtube #UltimoEstreno el documental basado en el rodaje de 'La lista de Schindler' de Steven Spielberg: 'Cracovia, la ciudad invadida', un recorrido in situ por las localizaciones del rodaje del filme sobre el holocausto en Cracovia, captadas en mi viaje el pasado septiembre: Auschwitz, Plaszow, el barrio judío... y la comparativa con las imágenes de la película, además de comentarios, una visión general histórica de Cracovia, etc. y que contará con banda sonora original exclusivamente compuesta para este trabajo videográfico por Francisco Javier Belizón Perez y narraciones del prestigioso locutor y actor malagueño Pepe Marín.
Aquí tenéis el teaser del documental #cracovialaciudadinvadida:
https://www.youtube.com/watch?v=ebgkHGQ43tU&t=6s