“Siento humildad y sobrecogimiento por pisar la tierra que nos dio a Cervantes, Goya, Unamuno, Picasso, Lorca y Luis Buñuel, uno de los más grandes artistas de la historia del cine (...)
El cine siempre es el presente, siempre es el ahora. Las películas de Buñuel están más vivas y son más actuales que los twits, los mensajes esos de móvil. Peter Bogdanovich dice que no existe una película antigua, sino una película que no has visto (...)
Estoy preocupado por el futuro del cine. Me doy cuenta de que el arte siempre es muy frágil, se le trata como si no fuese esencial para la vida. Siempre hay alguien intentando poner al artista o al arte en su sitio, diciendo que es un lujo, una diversión. Pero el arte resiste. Y cuando todo vuelva a su cauce, el arte seguirá ahí, aun en pie, todavía presente, al margen de influencias populares, de la moda de la época. El arte con mayúsculas funciona al margen del contexto.
Sin embargo, el arte es afectado por el clima en el que se crea, y estoy muy preocupado por el ambiente que se está creando alrededor del cine actualmente.
Por un lado, tenemos lo que siempre hemos sufrido: ese constante menosprecio y marginación que ha sufrido el cine, que se le trata de escapismo. Por donde quiera que mires, tenemos imágenes en movimiento 24 horas al día inundando nuestras vidas. Sé que el propio cine lo conforman imágenes en movimiento, pero ahora el cine se ha convertido solo en una corriente dentro de una enorme vorágine de imágenes en movimiento. Tenemos una especie de menú con anuncios, un episodio de una serie de televisión, un vídeo de gatos, de perros o de cualquier tipo de animal, vídeos didácticos, un filme de Almodóvar, Reality Shows, David Lean y su Lawrence de Arabia, etc... y lo que ahora llamamos ‘contenido’, signifique esto lo que signifique. No me gusta esta palabra.
El debate serio sobre el cine, el juicio crítico particularmente en mi país, se ha cortado de raíz, ahora que el cine se está devaluando continuamente y la tecnología permite que cualquiera pueda hacer una película en cualquier lugar, ¿Qué supone esto para los jóvenes? Es posible que necesiten expresarse en una película a través de las imágenes en movimiento, pero ¿qué tipo de inspiración reciben con este ambiente que describo? ¿Cuál será el resultado?
Los valores de nuestro mundo se están erosionando de tal manera que no podemos estar seguros si estamos inspirados por el arte o la búsqueda de la verdad, o simplemente por lo comercial. ¿A dónde pueden acudir para conseguir esa valiosa inspiración? ¿Quien apoya al arte y a los artistas? Y lo que es más importante, el impulso de crear arte que se valga por sí mismo. ¿Cómo cambiamos este clima venenoso que nos rodea por uno en el que un joven artista pueda encontrar la luz que lleva dentro de sí mismo, esa chispa, esa alma, el duende?
Es de vital importancia mantener el arte en un lugar de honor y de estima en nuestra cultura. Es aun más importante respetar la libertad de elección, de pensamiento, de acción que conduce a la creación del arte para darle a los jóvenes la confianza y la capacidad de trazar su propio camino en la vida. (…)
Tenemos a Cervantes, a Don Quijote que luchó contra los molinos de viento. Se ha dicho que aquellos molinos podrían haber representado la tecnología de su época, así que para preservar aquel espíritu, luchó contra esa tecnología. Con esta imagen en mente, uno de los grandes iconos de nuestra civilización, podremos encontrar nuestra manera de conquistar la tecnología para que los artistas puedan utilizarla en lugar de que ocurra lo contrario, cuando la tecnología usa a los artistas.
Acepto este premio en nombre de la libertad y la perspectiva para encontrar la paz, la tranquilidad y la perspectiva para no dejarse llevar por todas esas categorías absurdas actuales, por los juicios triviales, los sistemas de calificación, los pronunciamientos de moda, para poder llegar a ver todo ese camino que conduce a la revelación de lo que no se puede nombrar, sino sentir, para aquellos de nosotros que encontramos la gracia también de expresar a través del arte”.
Y es aquí cuando termina su discurso y se me escapan dos lagrimones.
Por cierto, el pasado mes de mayo dediqué un reportaje precisamente a la figura de Martin Scorsese bajo un premonitorio nombre con respecto al premio Princesa de Asturias 2018. Si os lo perdísteis, os recuerdo su enlace y os invito a verlo: