lunes, 7 de mayo de 2018
sábado, 28 de abril de 2018
Martin Scorsese, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2018
La verdad es que resulta complicado elegir las mejores películas de Martin Scorsese. Tanto como pensar si era más justo concederle el premio Princesa de Asturias de las Artes a él o a Ennio Morricone, que era el otro candidato del que más se hablaba.
La teoría nos dice que Scorsese podría haber esperado algunos años más y que Morricone es la última leyenda viva de la música de cine, nacido en 1928 y que desgraciadamente, algún día no muy lejano nos dejará. Pero claro, también tienes a John Williams, que es cuatro años más joven que Morricone, pero con 86 tacos a sus espaldas. Eso sí, es más fácil llevar al italiano a Oviedo que al compositor favorito de Spielberg, que después de 20 años sin pisar suelo europeo, nos ofrecerá en octubre un concierto en el Royal Albert Hall de Londres al que tendré la inmensa dicha de asistir.
Me enrollo y no llego a donde quería. ¿Por dónde iba? Ah, sí... Si tuviéramos que elegir lo mejor de Scorsese, ¿con qué nos quedaríamos?
Con seguridad, en todas las listas entraría 'Taxi Driver', no habría dudas. Casi también 'Toro Salvaje', ambos peliculones. Algunos se olvidarían injustamente de esa joya que fue 'Jó que noche' (absurda traducción de 'After Hours') y, a partir de ahí, están quienes elegirían 'Uno de los nuestros' (yo no lo haría) o 'Gánster de Nueva York' (aun menos entre mis favoritas). No entiendo esa indiferencia hacia 'Casino', que personalmente sí la tengo entre lo mejor de lo mejor de Scorsese, con esa filigrana de montaje, esas corales interpretaciones inconmensurables y ese inicio con los títulos de crédito (Saul Bass, ¿quién si no?) que parece reventarnos la película en cuanto De Niro le da la vuelta a la llave al entrar en el coche. ¿A quién se le ocurre jodernos al personaje nada más empezar? A Scorsese. O a otro grande, como Brian de Palma en 'Atrapado por su pasado'. Directores con licencia para hacer lo que quieran porque las dos horas que vienen después, o el tiempo que necesiten, son para enmarcarlas en lo mejor rodado en toda la historia del cine.
Pues eso. Y 'El lobo de Wall Street', con sus delirios, grandezas y miserias, me parece también de lo mejor de Scorsese.
Luego están los remakes o continuaciones, como 'El color del dinero' o la sobrevalorada 'El cabo del terror'. Y peñazos, que las hay. 'Kun Dun', 'Silencio' o 'La última tentación de Cristo', película con la que tengo una relación amor-odio. Interesantísimo guión, historia sobre la dualidad de Cristo y su papel humano o redentor, atrayente hasta límites extraordinarios pero cinematográficamente lineal. Maltratada por sectores retrógrado-cazurros a los que ya estamos acostumbrados, la banda sonora de Peter Gabriel es una auténtica maravilla.
En fin, que si a Scorsese se le puede calificar de algo además de magnífico director, es de cineasta sumamente interesante, dúctil y talentoso.
En fin, que si a Scorsese se le puede calificar de algo además de magnífico director, es de cineasta sumamente interesante, dúctil y talentoso.
Y tú, ¿con cuáles te quedas de Martin Scorsese?
jueves, 26 de abril de 2018
Revoluciones en pijama
El mundo solamente ha cambiado cuando la gente se ha echado a la calle. Ahora pretendemos encabezar las revoluciones y solucionar los problemas comiéndole minutos (y horas en algunos casos) a las jornadas laborales sentados delante de un ordenador, o con el pijama puesto, mientras alguien nos prepara la cena.
Nos han dado una gran plataforma, un caos 'enredado' para que nos creamos más libres y conocedores de lo que sucede a nuestro alrededor sin ni siquiera analizar los porqués y tener los suficientes -y necesarios- elementos de juicio cada vez que tecleamos. Y la libertad no consiste en tener los instrumentos para poder hablar, sino en el ejercicio práctico de lo que defendemos, sin trabas y con todas las consecuencias, haciendo así efectivo el cambio que exigimos. Lo demás es el chocolate del loro.
De hecho, esto que estoy escribiendo no sirve para nada. Hasta el momento, internet solo ha servido para hacer una revolución en las formas. Pero no necesitamos estilistas, sino gente de ideas y de acción. Y militar en la acción es ya, amigo mío, más complicado.
lunes, 23 de abril de 2018
Alejandro Sanz y Camarón de La Isla, protagonistas de dos documentales que esperan el éxito en taquilla
Tiempo de documentales y sobre dos grandes figuras de la música, ambas españolas. El Festival de Málaga de Cine Español ha preestrenado la película 'Lo que fui es lo que soy', una visión bastante amable de la vida de Alejandro Sanz en la que se nos muestra al joven que quiso ser "uno entre un millón" ante su incrédula madre hasta llegar a la cima del éxito. Buen montaje, testimonios que no osan enturbiar la vida del autor de algunas de las mejores canciones de la música española contemporánea, demasiados planos aéreos y, en definitiva, un trabajo dirigido por cuatro nombres, -Óscar García Blesa, su biógrafo autorizado; Mercedes Cantero; Gervasio Iglesias y Alexis Morante- al servicio de un Alejandro Sanz que hará las delicias de sus fans, que encontrarán reflexiones del autor que merecen la pena en frases que salpican un producto escasamente comprometido con lo que se echa mucho en falta: opiniones del propio autor de 'Corazón partío' sobre sus problemas con personas que le han rodeado en estas más de dos décadas, nombres que no aparecen y sus trasiegos pasionales. No se trata de embadurnar de salsa rosa la cinta, pero sí de introducir aspectos que descaradamente no se han querido tocar.
Aquí tenéis, en mi espacio en Youtube, la crítica a 'Lo que fui es lo que soy':
El viernes 20 de abril se preestrenó, también en el marco del festival costasoleño (¡qué tiempos de aquellos primeros años que personalmente cubría cuando lo dirigía Salomón Castiel y no creíamos que aquello iba a crecer tanto!) el segundo documental que os comento: 'Camarón: Flamenco y Revolución', en esta ocasión tras la cámara uno de los realizadores de la película de Alejandro Sanz: el algecireño Alexis Morante. Con la producción de José Carlos Conde, el filme dedicado al genio del cante nacido en La Isla de San Fernando se estrenará en los cines el 1 de junio, de modo que esperaremos a hablar de ella cuando se acerque la fecha. Sí os comento que, tras su premier en Málaga, la ciudad natal de Camarón acogerá la segunda de las proyecciones antes de que se distribuya en los circuitos comerciales en junio. Este preestreno en San Fernando será entre el 15 y el 30 de mayo y os iré informando. Quienes vieron 'Camarón: Flamenco y Revolución' en Málaga hablan bastante bien de ella. Se ha recopilado mucho material inédito y hay bastantes cosas que el espectador disfrutará, especialmente los amantes del flamenco y los seguidores de José Monje Cruz.
Para que conozcáis un poco más cuáles son los detalles de esta nueva producción dedicada a Camarón de La Isla y haceros más llevadera la espera, os ofrezco el dosier promocional de la película que me remite José Carlos Conde y así váis entrando 'en faena' y aumentando las ansias por verla. Está en formato PDF y pesa 12 megas, tened un poco de paciencia al descargarlo :-)
martes, 17 de abril de 2018
'Ready Player One', el sueño de una sola generación
He sido perezoso en el tiempo a la hora de opinar sobre 'Ready Player
One'. Me temo que, a pesar de ser una película de cabecera para los
cuarentones, su valentía desde el principio mostrando sus cartas, su
apabullamiento visual y la oportunidad de 'darle un joystick' al
espectador para transformarlo en un jugador, no va a ser tomada en serio
por las generaciones de antes y después de quienes rozamos los
cincuenta.
En este nuevo vídeo de 'Último Estreno' te explico el porqué y algunas otras cosas de un Spielberg dedicado a un público concreto y que, supongo, asume el riesgo que ello supone. #ReadyPlayerOne #ÚltimoEstreno
En este nuevo vídeo de 'Último Estreno' te explico el porqué y algunas otras cosas de un Spielberg dedicado a un público concreto y que, supongo, asume el riesgo que ello supone. #ReadyPlayerOne #ÚltimoEstreno
viernes, 23 de marzo de 2018
El sueño imposible
Soy tan egoísta con Él que no hubiera dado la más mínima
concesión a la duda, al debate. Sé que eso no estaría bien, pero lo he dibujado
en mi imaginación tantas veces cimbreando lo justo por el celaje del cielo de
La Isla, que aquella impresión de niño se transformó en ilusión de adolescente
y en fijación de adulto. Un imposible, como los amores de la infancia; un sueño
como todos los que tenemos: hecho realidad en nuestra mente sin interferencias
de los demás, ni siquiera propias. Un déjate llevar por lo que anoche creó la
mente sin prisa por despertar.
Y le pongo ruán morado y esparto, y hombres y mujeres
mayores de 18 años sin calzar, portando cirios infinitos al cuadril, tan
interminables como los capirotes más largos del mundo. Y un paso tallado de
filigranas por mi amigo Manuel Guzmán que no se pareciera a ningún otro salido
de sus manos y ni siquiera de las del maestro, como le gusta a Manolo llamar a
su padre. Algo único e irrepetible, dorado con 24 kilates y sin las prisas que
hoy ganan a la paciencia, a las cosas hechas para escribir la historia. Con
solo dos jarras a cada lado para varias piñas de lirios morados, que se está
perdiendo el color penitencial. Un paso que sale de rodillas por el medio punto
del Carmen, sin que se oiga un cargador, sin ni siquiera dar oportunidad a
saber quiénes son. Como tampoco conocer quiénes se ocultan tras los antifaces
con baberos hasta la última hebilla del cinto. Sin guantes, para que se vean
las arrugas de las manos maduras, de quienes llevan mucha vida caminada y
sufrida con el rostro por delante para que se lo partan. Sin música, para no
distraer los sentidos. De cuatro a ocho de la tarde el Sábado Santo. Cuatro
horas bastan para no dejar huérfana la Semana Santa isleña el día de mayor luto
del año, que pide para sí una humanidad necesitada de reflexión; un dolor
callado en la calle que marca la cuaderna maestra de la ciudad, por donde va y
por donde regresa, adivinándose su escorzo entre una gran nube de incienso
provocada por un grupo de turiferarios cuarentones que no alzan la vista del
adoquinado. Y tal como pasa ante nuestros ojos, se va. Y tal como sale, se
recoje. Y hasta el año próximo sigue en su ornacina, con la excepción de su
triduo de Dolores. Y una junta de gobierno a la que no se la ve, ni se la oye,
ni se la conoce. Ni carteles, ni pregones, ni extraordinarias, ni certámenes, ni asambleas de
cargadores, ni casetas, ni verbenas, ni entrevistas, ni polémicas... Eso para
los demás.
No hay más. No es tan difícil. Un sueño de un cofrade como
yo, descreído y que hace tiempo dejé de ser de este mundo. Un imposible hecho hermandad que solo
sucede una vez al año en mi mente. Y que no puede venir nadie a fastidiarlo
como seguramente, si se llevara a efecto, ocurriría ante estos tiempos tan
convulsos y de tan bajos vuelos. Así que me quedo con mi ideario, que nadie
puede arrebatarme, y lo tiño con el azul y negro del Jueves Santo, el de toda la
vida. Un soñar despierto que colma mis anhelos cofrades. Con eso ya me basta
aunque el sueño, ese sueño en concreto, jamás se haga realidad.
domingo, 4 de marzo de 2018
Noche de los Oscar
Noche de los Oscar. Me vienen a la memoria tantos años retransmitiendo
nada menos que ocho horas de programa en 'Ultimo Estreno' cuando
llegaban estas madrugadas tan apasionantes para los que amamos el cine.
Entre los colaboradores habituales, el gran Carlos Pumares. Era un fijo
cada noche de los Oscar en mi programa y hablábamos un rato por
teléfono mientras la alfombra roja. En teoría de lo que iba a suceder
poco después, pero ya sabéis que Pumares era-es indomable. Toda la entrevista es una anarquía pura, un dislate, un maravilloso desastre y un "darvuader" por ahí impagable. Pero conforme avanzamos hay titulares de peso a cada 30 segundos. Ya lo veréis.
Cuando coincidía que iba a Hollywood a cubrirlos se buscaba garitos
para recibir la llamada y el jaleo de fondo formaba parte de la magia de
la noche. Siempre le agradeceré su predisposición y su comportamiento
conmigo durante tantos años.
Eran noches de muchas anécdotas en el
estudio con mis colaboradores y con otras circunstancias. En 1994 la
ceremonia terminó a las 07:55 h. y yo hacía la mili (soy viejo, qué le
vamos a hacer) y en Capitanía tenía que estar a las 08:00 horas. Y allí
no había flexibilidad que valga. Cuando llegué, el jefe de guardia me
había estando escuchando. Menos mal.
Se podría hacer un libro entero. No es mi intención aburriros, pero sí deleitaros con algo de hace nada menos que quince años.
Aquí tenéis la entrevista en directo a Carlos Pumares en el programa
especial de los Oscar en el año 2003. En aquella ocasión estaban 'en el
ajo' películas como 'Chicago', 'El pianista', 'El señor de los anillos:
las dos torres', 'Las horas', Gánsters de Nueva York'... Nuestro gran
Pedro Almodóvar (mal que les pese a ciertos sectores) como director por
'Hable con ella'... ¡Y nos parecían unos Oscar flojos!
Bueno.
Disfrutad de alguien que nos acompañó durante muchas noches de estudio
en el instituto, en televisión y con el que he compartido festivales
inolvidables:
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