Un buen amigo decorador me comentaba este mediodía, mientras conversábamos alrededor de una copa de manzanilla con Curro Torres e Isidro Aragón Tocino,
que "ya toca". Es la frase que más vengo escuchando desde hace dos
meses en boca de muchísimos isleños. Probablemente solo ambas palabras
bastan para convertirlas en un buen slogan de cara a algunos
acontecimientos y fechas que nos esperan en 2015.
Yo también, como tantos otros, digo que "ya toca". Toca hacer realidad
lo
que estábamos hablando, y también tocan otras tantas cosas. Toca dejar
atrás seis años terribles en los que muchos hemos luchado para salir
adelante, con aciertos y errores, pero sin detenernos ni un solo
instante y mirando al frente. En muchas ocasiones sin saber si el camino
llevaría a algún lugar, si habría luz o un precipicio que a base de
esfuerzo e incluso intuición se ha logrado bordear. Toca respirar
profundamente porque, aun sabiendo que quedan largos trechos por
recorrer, el aire parece purificarse y darte aliento poco a poco.
Toca porque quien confía en ti tiene tu confianza y quien no lo hace ni
siquiera te sirven sus huellas para recordarlo y menos aun seguirlas.
Toca porque hemos sabido valorar lo que teníamos, administrar lo
heredado de otros tiempos, privarnos de lo accesorio, refunfuñar contra
todo como bálsamo ante las dificultades, pero sin hacer daño a nadie.
Toca porque sabemos cerrar puertas dejando gratitud y paz y abrir otras
proponiendo ilusión y experiencia. Toca porque dos mil quince suena a
gloria, a niña bonita como la de la fotografía, a la que también le toca
porque ya es hora de una vez por todas.
Toca porque nos lo
merecemos, qué puñetas... Pero saber que es así solo se descubre con la
perspectiva que te otorga el tiempo, así que hasta que no pasen otros
365 días no podremos decir si nos merecimos este año que suena a solemne
en su primer semestre y tintineante en su segunda mitad. Algo así como
dijeron de Marlene Dietrich, aquella mujer cuyo nombre empezaba como una
caricia y acababa como un latigazo.
Sed felices esta noche y
preparaos con ilusión para el 2015. Y no le faltéis el respeto aunque
venga cargado de nuevos horizontes. Porque ya toca.