Estoy en el COAC en los pocos ratos libres. A uno le gusta el Carnaval bien hecho, es decir, alguna que otra agrupación, y he comprado mi entrada por internet. Como no grito no sé qué de la Yerbabuena ni soy político, no entro por la cara en el Teatro. Me llevé en el foso una década porque cerrábamos el suplemento allí con José Luis Porquicho, que hacía un magnífico trabajo, y la portada de cada diario, y desde el foso enviábamos el material por la red. Él escribía y yo corregía. El que sabe de Carnaval es él, yo no. A veces iba al foso también para disfrutar, para qué engañarnos, aunque siempre terminaba echando el vistazo a las páginas.
Ahora, en otras lides ajenas al Carnaval, voy al teatro cuando pillo entradas por internet -lo de guardar cola con sofá, manta, ristra de litronas y paquetes de patatas ensuciando lo dejo para los ociosos- y el trabajo me lo permite. En la noche de este pasado domingo allí estuve para presenciar el colorista y ameno coro de Luis Rivero, una nada convincente comparsa de Quiñones y algunos que se visten de mamarracho siguen creyéndose con derecho a subir a las tablas de tan insigne escenario escudándose en el demagógico lema de la igualdad de derechos, que es algo que empieza por uno mismo. Me pregunto si los tipos esos de 'Una chirigota inventá', por un poné, no se escuchan en el garaje o el cuarto en el que hayan ensayado, no tienen novias o madres que les dén unas buenas collejas o si simplemente poseen delirios de grandeza que les invitan a vestir a uno de ellos de marrón con bigote, flequillo y brazo en alto, salir al escenario varios minutos y sus colegas canturrear en una cuarteta la frase "Adolfo Hitler fue el inventor del gas ciudad". Lo peor es que terminan de actuar y hay quienes les aplauden la bazofia cantada y el mal gusto.
Quedan muchos días de concurso, a ver si podemos disfrutar. Echo tanto de menos agrupaciones con mayúsculas, las últimas escritas con letras de oro, aquellas de los años 2000, 2001, 2002,...
lunes, 23 de enero de 2012
lunes, 16 de enero de 2012
Premios incongruentes
Hace unas horas se han dado a conocer los Globos de Oro de este año. Yo es que debo ser duro de mollera, porque no entiendo eso de premiar dos películas y un director que no lo es de ninguna de las ganadoras.
Si fuera el director de las dos galardonadas, me entraría un bajonazo de escándalo, porque aun ganando mi obra, yo no soy el que responsable, según el jurado. Y si fuera Martin Scorsese, me preguntaría qué coño hago ganando un Globo de Oro como director de 'La invención de Hugo' cuando mi película ha importado tres puñetas. Si soy el mejor director, es porque mi película es la mejor, ¿no? A no ser que sinteticemos el concepto de dirección a unos cuantos movimientos virtuosos de cámara.
Si fuera el director de las dos galardonadas, me entraría un bajonazo de escándalo, porque aun ganando mi obra, yo no soy el que responsable, según el jurado. Y si fuera Martin Scorsese, me preguntaría qué coño hago ganando un Globo de Oro como director de 'La invención de Hugo' cuando mi película ha importado tres puñetas. Si soy el mejor director, es porque mi película es la mejor, ¿no? A no ser que sinteticemos el concepto de dirección a unos cuantos movimientos virtuosos de cámara.
jueves, 5 de enero de 2012
El cine actual
"Crecí en una época en la que nos moríamos de ganas de que estrenaran 'El padrino' o 'Alien'. Me gustaba aquel sentimiento, aquellas colas esperando a comprar la entrada... Ya sé que el cine ha cambiado. Todo hoy se centra en franquicias, en juguetes..." (David Fincher)
http://numerof.com/blog/?p=647
http://numerof.com/blog/?p=647
jueves, 29 de diciembre de 2011
A Iñaki Urdangarín
Estimado Iñaki:
Disculpe el tratamiento cercano con el que comienzo esta carta. Quizá debería dirigirme a usted como la jerarquía protocoloria manda, con su correspondiente título nobiliario y reconociéndole que es un Grande de España, como así le ungió su suegro cuando contrajo matrimonio con una de sus hijas. Pero equilibre la balanza antes de considerarme un insolente cortesano de su familia y quédese con mi estimación con la que inicio estas líneas, algo que no encontrará en la mayor parte de su país si decide recorrerlo por puro placer o por dudosos negocios. En realidad tampoco creo que palpe lo que la opinión pública cree de usted porque hace años que decidió pasear por las manzanas de Washington pensando dónde colocar teléfonos, por lo que ya no sé realmente si recuerda cuál es su estado, si España o el DC estadounidense. Su filia hacia uno u otro me resulta indiferente. Quizá usted prefiera el de las manzanas y yo donde aparecen las podridas a diario, donde hace casi cuarenta años salimos a la calle a defender la libertad, donde hasta los más reticentes dieron el paso y bajaron de la acera para sumarse a las mareas humanas que recorrían las calzadas reclamando algo tan sencillo como es el derecho de ser libres. Lo recuerdo cada día y me emociona cada vez que rememoro aquél capítulo de 'Cuéntame', con el primer plano de los pies de Antonio Alcántara y Merche, indecisos a participar,... Aquella gente quería libertad y algunos decidieron que la palabra debía ir unida por siempre a monarquía y a partitocracia, fórmula ilegítima y olvidadiza del sistema existente en España antes de la irrupción del general Franco para unos y estrategia pacífica, conciliadora y actualizada para otros, pero siempre coyuntural y adaptable a los tiempos venideros. Unos y otros, cada cual con su visión de una realidad, tratando de mirar con perspectiva, jamás pudieron imaginar esta amarga patria de hoy día en la que ni siquiera Unamuno hubiera tenido aliento para gritar su dolor por España, manirrota y empobrecida, babélica y catódicamente díscola, zafia en sus gustos, futbolera tenaz como la de la dictadura, nepótica y de justicia de cartón piedra, pero sobre todo, desilusionada y olvidadiza de aquellas aceras, aquellas calzadas,...
No le quiero hablar de política porque entiendo que usted practica la máxima que precisamente mascullaba el dictador a sus ministros entre pasillos. "Haga como yo, no se meta en política". Lo suyo son los negocios, Urdangarín. Los negocios suyos y los de los demás. Pero lo más probable es que en un país en el que gusta prejuzgar se esté cometiendo una injusticia con su persona y sus maneras de dirigir los negocios en los que estaba involucrado. Lo ha dicho su abogado, valedor o valido en este caso de su previsible encogimiento de hombros, con un victimismo impropio de la sangre azul que por transfusión matrimonial debe usted hacer valer. Se está haciendo un escarnio y un juicio paralelo. Fíjese si es así que el propio Rey Juan Carlos lleva seis años moviendo piezas en el tablero ajedrezado paralelamente a los de usted para que tomara tierra de por medio evitando el salpique, la mojadura de la monarquía. Pero antes de llover chispea, que nos advertían las niñas cuando en la intimidad adivinaban aviesas intenciones sexuales de arrebatos temporales.
Fíjese si su suegro prejuzga que lo ha retirado de cualquier vinculación representativa con el régimen monárquico. De manera que si antes de su imputación ya le abandonan en el barco a la deriva en el que está usted subido, imagínese el resto de españoles.
Yo soy uno de ellos, desconocedor de los entresijos de la justicia, de los vademecum jurídicos, de los libros del derecho. Sólo soy un ciudadano al que, aunque no lo crea, me cuesta creer las barbaridades que se le atribuyen y que desde esta mañana, estrechándose el cerco, se le imputan. No he entrado en debate alguno en este tiempo sobre los cargos que pudieran atribuírsele, porque con personalidades públicas como usted debe aplicarse aquella frase de que "no sólo hay que serlo, sino parecerlo". Por mucho que usted defienda su inocencia, el mero hecho de que la duda revolotee sobre su cabeza me resulta ya repugnante y suficiente como para mostrarle mi más absoluta repulsa a un ejemplo más de la descomposición en la que usted, los Blanco, Camps y otros que proclaman su condición de santo a los cuatro vientos están sumiendo a España.
Estimado (es un decir) Iñaki: yo soy un modesto empresario que no firmo mis escritos laborales rubricándolos con mi ducado como usted. Si viera el más mínimo indicio de irregularidad alrededor de mis cuentas, que para usted suman dos manhattan en copa en algún bar de postín de Washington, ya estaría corriendo las de villadiego. Especialmente si mi suego es el Rey de España y mi mujer infanta. Pero mi suegro 'in pectore' es un modesto y honrado cocinero de La Carraca a la que una empresa llamada Piorsa le debe su salario desde hace más de medio año y mi mujer una desempleada. De manera que de mi casa no sale el tufo a sospecha. Así me evito los linchamientos y juicios paralelos de los que habla su valido lamiéndole las heridas.
Hubo un tiempo en el que los reyes y su corte supieron lo que es el honor. "No se puede creer en el honor hasta haberlo logrado. Lo mejor es conservarlo limpio y brillante; es como la ventana por la que debe mirar al mundo", decía Bernard Shaw. Carlos Duclós sentenciaba: "El honor es lo mismo que la nieve: una vez perdida su blancura ya no puede recobrarla". El honor es una actitud moral que nos impulsa a cumplir con nuestros deberes. El honor es respeto y decoro, dignidad y honradez, integridad y consideración.
Le deseo de todo corazón que salga lo mejor parado del lance en el que usted además ha metido a su familia, en tiempos en los que los españoles se hacen cada vez más preguntas sobre ella. También hubo épocas en los que salir airoso era sacrificarse, reconocer el fracaso. Conviértase en un samurai actualizado. Su honor y el nuestro quedarán impolutos.
Con mi afecto que jamás se lo tuve,
JCFM
Enlace externo de interés: http://estaticos.elmundo.es/documentos/2011/12/29/auto.pdf
Disculpe el tratamiento cercano con el que comienzo esta carta. Quizá debería dirigirme a usted como la jerarquía protocoloria manda, con su correspondiente título nobiliario y reconociéndole que es un Grande de España, como así le ungió su suegro cuando contrajo matrimonio con una de sus hijas. Pero equilibre la balanza antes de considerarme un insolente cortesano de su familia y quédese con mi estimación con la que inicio estas líneas, algo que no encontrará en la mayor parte de su país si decide recorrerlo por puro placer o por dudosos negocios. En realidad tampoco creo que palpe lo que la opinión pública cree de usted porque hace años que decidió pasear por las manzanas de Washington pensando dónde colocar teléfonos, por lo que ya no sé realmente si recuerda cuál es su estado, si España o el DC estadounidense. Su filia hacia uno u otro me resulta indiferente. Quizá usted prefiera el de las manzanas y yo donde aparecen las podridas a diario, donde hace casi cuarenta años salimos a la calle a defender la libertad, donde hasta los más reticentes dieron el paso y bajaron de la acera para sumarse a las mareas humanas que recorrían las calzadas reclamando algo tan sencillo como es el derecho de ser libres. Lo recuerdo cada día y me emociona cada vez que rememoro aquél capítulo de 'Cuéntame', con el primer plano de los pies de Antonio Alcántara y Merche, indecisos a participar,... Aquella gente quería libertad y algunos decidieron que la palabra debía ir unida por siempre a monarquía y a partitocracia, fórmula ilegítima y olvidadiza del sistema existente en España antes de la irrupción del general Franco para unos y estrategia pacífica, conciliadora y actualizada para otros, pero siempre coyuntural y adaptable a los tiempos venideros. Unos y otros, cada cual con su visión de una realidad, tratando de mirar con perspectiva, jamás pudieron imaginar esta amarga patria de hoy día en la que ni siquiera Unamuno hubiera tenido aliento para gritar su dolor por España, manirrota y empobrecida, babélica y catódicamente díscola, zafia en sus gustos, futbolera tenaz como la de la dictadura, nepótica y de justicia de cartón piedra, pero sobre todo, desilusionada y olvidadiza de aquellas aceras, aquellas calzadas,...
No le quiero hablar de política porque entiendo que usted practica la máxima que precisamente mascullaba el dictador a sus ministros entre pasillos. "Haga como yo, no se meta en política". Lo suyo son los negocios, Urdangarín. Los negocios suyos y los de los demás. Pero lo más probable es que en un país en el que gusta prejuzgar se esté cometiendo una injusticia con su persona y sus maneras de dirigir los negocios en los que estaba involucrado. Lo ha dicho su abogado, valedor o valido en este caso de su previsible encogimiento de hombros, con un victimismo impropio de la sangre azul que por transfusión matrimonial debe usted hacer valer. Se está haciendo un escarnio y un juicio paralelo. Fíjese si es así que el propio Rey Juan Carlos lleva seis años moviendo piezas en el tablero ajedrezado paralelamente a los de usted para que tomara tierra de por medio evitando el salpique, la mojadura de la monarquía. Pero antes de llover chispea, que nos advertían las niñas cuando en la intimidad adivinaban aviesas intenciones sexuales de arrebatos temporales.
Fíjese si su suegro prejuzga que lo ha retirado de cualquier vinculación representativa con el régimen monárquico. De manera que si antes de su imputación ya le abandonan en el barco a la deriva en el que está usted subido, imagínese el resto de españoles.
Yo soy uno de ellos, desconocedor de los entresijos de la justicia, de los vademecum jurídicos, de los libros del derecho. Sólo soy un ciudadano al que, aunque no lo crea, me cuesta creer las barbaridades que se le atribuyen y que desde esta mañana, estrechándose el cerco, se le imputan. No he entrado en debate alguno en este tiempo sobre los cargos que pudieran atribuírsele, porque con personalidades públicas como usted debe aplicarse aquella frase de que "no sólo hay que serlo, sino parecerlo". Por mucho que usted defienda su inocencia, el mero hecho de que la duda revolotee sobre su cabeza me resulta ya repugnante y suficiente como para mostrarle mi más absoluta repulsa a un ejemplo más de la descomposición en la que usted, los Blanco, Camps y otros que proclaman su condición de santo a los cuatro vientos están sumiendo a España.
Estimado (es un decir) Iñaki: yo soy un modesto empresario que no firmo mis escritos laborales rubricándolos con mi ducado como usted. Si viera el más mínimo indicio de irregularidad alrededor de mis cuentas, que para usted suman dos manhattan en copa en algún bar de postín de Washington, ya estaría corriendo las de villadiego. Especialmente si mi suego es el Rey de España y mi mujer infanta. Pero mi suegro 'in pectore' es un modesto y honrado cocinero de La Carraca a la que una empresa llamada Piorsa le debe su salario desde hace más de medio año y mi mujer una desempleada. De manera que de mi casa no sale el tufo a sospecha. Así me evito los linchamientos y juicios paralelos de los que habla su valido lamiéndole las heridas.
Hubo un tiempo en el que los reyes y su corte supieron lo que es el honor. "No se puede creer en el honor hasta haberlo logrado. Lo mejor es conservarlo limpio y brillante; es como la ventana por la que debe mirar al mundo", decía Bernard Shaw. Carlos Duclós sentenciaba: "El honor es lo mismo que la nieve: una vez perdida su blancura ya no puede recobrarla". El honor es una actitud moral que nos impulsa a cumplir con nuestros deberes. El honor es respeto y decoro, dignidad y honradez, integridad y consideración.
Le deseo de todo corazón que salga lo mejor parado del lance en el que usted además ha metido a su familia, en tiempos en los que los españoles se hacen cada vez más preguntas sobre ella. También hubo épocas en los que salir airoso era sacrificarse, reconocer el fracaso. Conviértase en un samurai actualizado. Su honor y el nuestro quedarán impolutos.
Con mi afecto que jamás se lo tuve,
JCFM
Enlace externo de interés: http://estaticos.elmundo.es/documentos/2011/12/29/auto.pdf
lunes, 26 de diciembre de 2011
Ayuda a quienes no tienen
sábado, 24 de diciembre de 2011
FELIZ NAVIDAD
FELIZ NAVIDAD a todos los seguidores de este blog. Os lo deseo de corazón, invitando a leer estas palabras de las memorias del gran Frank Capra. Seguro que en alguna cadena de televisión nos ofrecen en estos días su maravillosa 'Qué bello es vivir':
"¡Qué tremendo poder tiene la honradez! Los hombres honrados, da igual su raza o su lengua, merecen confianza y amor. Atraen a los demás como el imán atrae al hierro. Un hombre honrado lleva con él su aura, su corona, su ejército, su riqueza, su felicidad y su prestigio. Lo lleva todo en el más noble de los títulos: el de hombre honrado."
"¡Qué tremendo poder tiene la honradez! Los hombres honrados, da igual su raza o su lengua, merecen confianza y amor. Atraen a los demás como el imán atrae al hierro. Un hombre honrado lleva con él su aura, su corona, su ejército, su riqueza, su felicidad y su prestigio. Lo lleva todo en el más noble de los títulos: el de hombre honrado."
miércoles, 21 de diciembre de 2011
La exposición más vista del 2011 en San Fernando
La exposición fotográfica 'La Semana Santa isleña vista a través de la Familia Quijano', organizada por el periódico SAN FERNANDO COFRADE en el pasado mes de octubre con motivo de la presentación de la tercera temporada del rotativo, ha sido la más visitada de todas las habilitadas durante el año 2011 en el Centro de Congresos de San Fernando. Así lo ha confirmado el Ayuntamiento de la ciudad, en un balance hecho público por el concejal Daniel Nieto. Ver nota de prensa.
Con datos concretos facilitados a este periódico por el Consistorio, han sido nueve las exposiciones celebradas en el Centro de Congresos, siendo la más vista la organizada por SAN FERNANDO COFRADE, con un total de 2.420 visitas. Seguida de ella se encuentra una muestra pictórica que recabó la atención de alrededor de 1.900 visitantes, es decir, quinientos espectadores menos que Exposición Quijano, una diferencia considerable. En términos globales del centro -incluyendo uso del auditorio y sala de exposiciones-, el acto de SAN FERNANDO COFRADE fue el segundo con más público de todo 2011 y el primero de ámbito cultural-social.
SAN FERNANDO COFRADE quiere agradecer al público en general y a los cofrades en particular su respaldo a una iniciativa que vino a ofrecer a todos los tesoros fotográficos que posee la Familia Quijano y el Archivo Histórico Municipal.
Recorrido audiovisual por la exposición
Con datos concretos facilitados a este periódico por el Consistorio, han sido nueve las exposiciones celebradas en el Centro de Congresos, siendo la más vista la organizada por SAN FERNANDO COFRADE, con un total de 2.420 visitas. Seguida de ella se encuentra una muestra pictórica que recabó la atención de alrededor de 1.900 visitantes, es decir, quinientos espectadores menos que Exposición Quijano, una diferencia considerable. En términos globales del centro -incluyendo uso del auditorio y sala de exposiciones-, el acto de SAN FERNANDO COFRADE fue el segundo con más público de todo 2011 y el primero de ámbito cultural-social.
SAN FERNANDO COFRADE quiere agradecer al público en general y a los cofrades en particular su respaldo a una iniciativa que vino a ofrecer a todos los tesoros fotográficos que posee la Familia Quijano y el Archivo Histórico Municipal.
Recorrido audiovisual por la exposición
Suscribirse a:
Entradas (Atom)