martes, 11 de octubre de 2011
Verano azul, treinta años después
Hoy hace treinta años que empezó a emitirse 'Verano Azul'. La presentación de la tercera temporada del periódico, su próxima edición y la exposición fotográfica de la Familia Quijano que estamos montando me impide ir a celebrarlo en Nerja, donde van a disfrutar de una serie de actos que se prolongarán hasta mañana miércoles, entre ellos la emisión del primer capítulo con los protagonistas presentes y un debate público.
Será sumamente complicado que se dé otra ocasión en la que puedan acudir juntos los actores que hace tres décadas eran unos niños y hoy son adultos a los que la vida les ha deparado caminos distintos que 'Verano Azul' logra unir de vez en cuando, especialmente este martes, haciendo partícipe de la conmemoración a Juanjo Artero, María Garralón, Cristina Torres, Miguel Ángel Valero, Gerardo Garrido y especialmente Miguel Joven. El actor que encarnaba al travieso Tito se ha convertido en el mejor embajador que pueda tener Nerja y es el principal auspiciador del encuentro de estos dos días, al que desgraciadamente ya no podrá asistir Antonio Ferrandis. Tampoco puede hacerlo Antonio Mercero, cuya salud es delicada. Sería también entrañable ver desfilar ante nuestros ojos, treinta años después, a aquellos maravillosos secundarios: los padres de los niños, Frasco, el 'Gran Massip', 'Barrilete' el policía municipal, el alcalde, el cantante Bruno... Algunos han fallecido, otros no siguieron los vínculos y varios quizá acudan a los actos que harán de Nerja un auténtico lugar de fiesta y añoranza, entre ellos Ayo, cuya paella en su chiringuito es cita obligada para los visitantes de la bella localidad malagueña y que siempre lo recordaremos con aquellas frases en el capítulo 'Pancho Panza' cuando el jovencito enamorado de Bea le roba su hermosa yegua.
Este pasado verano estuvimos en Nerja. A pesar de que el barco de Chanquete expuesto es una réplica con varios detalles imperdonables no coincidentes con el original -destruido en su día por la estrechez de miras de las administraciones-, resultó emocionante visitar el parque donde se encuentra, la original idea de rotular las calles con los nombres de los protagonistas de la serie o los pilares con los azulejos en los que están reflejados los títulos de los capítulos. Fuimos a las calas de Maro buscando allí donde la crecente voz partida por el dolor de Pancho advertía de la muerte de Chanquete a la pandilla mientras Mercero daba precisas instrucciones a María Garralón para que soltara el balón al aparecer corriendo aquel sobrino de lechero de pueblo que vio el universo del mundo durante un verano gracias a ocho nuevas amistades. Recorriendo las calles de Nerja busqué afanosamente con la vista los lugares donde aquel grupo heterogéneo de chiquillos tomaba helados compartiendo los chupetones del mismo cucurucho; la taberna de Frasco donde un arquetipo de chulo setentero sacó del bolsillo lo peor que el ventero podía ver en su local; busqué las mariposas negras de Julia pirueteando por subidas y bajadas que daban a la casa circunstancial de la pintora y, casi como si se constituyera en un lugar de oración por todo lo que me aportó en mi infancia y juventud, encontré el enclave donde, mirando hacia el mar, se hallaba La Dorada. Imaginé la oficina circunstancial de Promovisa que destruyó a tiros Francisco Sánchez Pollack, el puerto imposible de donde salía Buzo relatando sus penas y en ocasiones, el hospital donde Ferrandis rió sin parar mientras aquel tipo enyesado sufría el martirio de las cosquillas de los niños más sinverguenzas de todo Nerja. Busqué infructuosamente el ciclomotor verde que Carlos Larrañaga regaló a Cristina Torres, Desita. "¿Sabe lo que le digo? Que usted no es ningún chollo...".
En el parador quise ver a Bruno con su conjunto impoluto de camisa y pantalones blancos y el impagable grupo de baile tras él. El chico no era otro que el cantante Gonzalo, que por aquel entonces tenía cierto y limitado éxito con sus temas. Alzaba la vista para ver a nuestros diablillos encaramados a un árbol fastidiando el rodaje de su vídeoclip y, de regreso para coger el coche camino de Cádiz, prometí volver pronto para disfrutar de las sensaciones que me produciría en octubre ver al equipo reencontrado. Ahora me resulta imposible, pero llevo en el corazón a todos sin conocerlos personalmente a la mayoría y en mi interior una serie capital en varias generaciones, especialmente la mía.
Fue hace unos años cuando, cubriendo el Festival de Cine de Málaga para mi programa de radio, conocí a Antonio Mercero y compartimos una charla en una cafetería. Allí le hice ver mi particular visión de algunos personajes de 'Verano Azul' y su trasfondo social e incluso retorcidamente sexual de varios de ellos. Nunca sabré si su amable sonrisa fue una manera de mostrar su complicidad y asentimiento o una respuesta educada a mis disparatadas reflexiones.
Este verano, tras volver de Nerja, hemos revisado todos los capítulos. Hemos llorado nuevamente con la sevillana del adiós, el vello se ha erizado como preludio cuando la lluvia caía en un capítulo postrero sobre las mesas y veladores estivales, anunciando el título de la canción del Dúo Dinámico. He apretado los dientes al volver a oír la frase "Jovencitos, agua va" en aquella casa siniestra en boca de un mago vencido por el acohol y hemos preparado la mente para el capítulo más setentero del momento, para aquel particular '2001' cristiano que era 'El visitante'. "Me diste tu naranja. Yo necesitaba esa naranja. Cuando se tiene, se da; cuando se necesita, se toma".
Que hoy disfrutéis, Miguel. Que resurga en ti el espíritu de Tito, inseparable de Piraña encarnado por Miguel Ángel Valero, cuya familia conozco al ser de San Fernando. Larga vida a 'Verano Azul', a su creador, a sus actores, a su equipo, a Carmelo Bernaola por su banda sonora que nos hizo silbar a generaciones enteras y emocionarnos con el bellísimo tema principal de 'Beatriz mon amour'. Un abrazo y nos hablamos en facebook.
lunes, 10 de octubre de 2011
Punto Radio deja de emitir en Cádiz
Punto Radio Cádiz deja de emitir, decisión que afecta a profesionales como Manolo Camacho. Mi apoyo más decidido a él y a quienes, ejerciendo estupendamente su tarea diaria, se ven afectados por decisiones provocadas por situaciones que, en numerosas ocasiones, las adoptan los culpables de que los números no cuadren.
Hay empresas y medios de comunicación que echan el cerrojo debido a la cadena de decisiones erróneas o disparatadas adoptadas por sus propietarios o accionistas mayoritarios. Otros periódicos, emisoras o televisiones cierran porque a la estrechez de miras de sus máximos responsables se unen los esquiroles incapaces de soplarles al oído y decirles de una vez por todas que ese no es el camino y que, si lo va a ser indefectiblemente, ahí te quedas con tu bazofia impresa, radiada o televisada. Un buen ruido de sables, políticos molestados y brazos caídos de cien trabajadores a las nueve de la noche evitando que salga el periódico al día siguiente no hay empresario de pacotilla que lo aguante. Total, si no vais a cobrar de todas maneras... Pero no, algunos creen desde tiempos lejanos que salvarán su culo bajo el ala del capullo que destroza puestos de trabajo y emponzoña el periodismo con sus subproductos. Tan culpable es el que lo edita como el que lo escribe, tan cobarde el que echa a gente con cartitas como el que no levanta la cabeza ni un teléfono para apoyar a sus compañeros largados que terminarán siendo también compañeros de la calle con el tiempo.
Creo que este último no es el caso de Punto Radio y el alma mater en Cádiz de esta emisora, Manolo Camacho. Ni es mi primo, ni hemos tomado copas juntos ni se conocen nuestras parejas. No le debo nada ni él a mí, con la excepción de la mutua caballerosidad y llamar a las cosas por su nombre. Se trata de honestidad, además de profesionalidad. Y sin haber compartido confesiones inconfesables en mesa y mantel -alguna encorsetada comida de trabajo sí-, Manolo Camacho me parece un tío que se viste por los pies. Es un profesional del que las ondas no puede prescindir, ante tanta mediocridad y borreguismo. Estoy seguro de que alguien valorará su labor emprendida durante estos años y contará con sus conocimientos. Si Punto Radio alcanzara el centenar de currantes en Cádiz, lo animaría a emprender acciones de verdad, no a crear estériles grupitos cerrados en facebook. Algo similar a los colegas de Onda Jerez, pero con un puntito más contundente. Es el idioma de hoy día, qué le vamos a hacer. A otros ni se les escucha porque siempre tiemblan cuando hablan y si lo hacen jamás será para echar cojones, sino para seguir escondidos o mirar para otro lado hasta que los cuervos que crían les saquen los ojos.
Mucha suerte, Manolo. Tú sí la mereces como la merecieron otros que supieron emprender sus propios caminos, obligados por la situación, capaces de tener iniciativas a pesar de las dificultades.
Hay empresas y medios de comunicación que echan el cerrojo debido a la cadena de decisiones erróneas o disparatadas adoptadas por sus propietarios o accionistas mayoritarios. Otros periódicos, emisoras o televisiones cierran porque a la estrechez de miras de sus máximos responsables se unen los esquiroles incapaces de soplarles al oído y decirles de una vez por todas que ese no es el camino y que, si lo va a ser indefectiblemente, ahí te quedas con tu bazofia impresa, radiada o televisada. Un buen ruido de sables, políticos molestados y brazos caídos de cien trabajadores a las nueve de la noche evitando que salga el periódico al día siguiente no hay empresario de pacotilla que lo aguante. Total, si no vais a cobrar de todas maneras... Pero no, algunos creen desde tiempos lejanos que salvarán su culo bajo el ala del capullo que destroza puestos de trabajo y emponzoña el periodismo con sus subproductos. Tan culpable es el que lo edita como el que lo escribe, tan cobarde el que echa a gente con cartitas como el que no levanta la cabeza ni un teléfono para apoyar a sus compañeros largados que terminarán siendo también compañeros de la calle con el tiempo.
Creo que este último no es el caso de Punto Radio y el alma mater en Cádiz de esta emisora, Manolo Camacho. Ni es mi primo, ni hemos tomado copas juntos ni se conocen nuestras parejas. No le debo nada ni él a mí, con la excepción de la mutua caballerosidad y llamar a las cosas por su nombre. Se trata de honestidad, además de profesionalidad. Y sin haber compartido confesiones inconfesables en mesa y mantel -alguna encorsetada comida de trabajo sí-, Manolo Camacho me parece un tío que se viste por los pies. Es un profesional del que las ondas no puede prescindir, ante tanta mediocridad y borreguismo. Estoy seguro de que alguien valorará su labor emprendida durante estos años y contará con sus conocimientos. Si Punto Radio alcanzara el centenar de currantes en Cádiz, lo animaría a emprender acciones de verdad, no a crear estériles grupitos cerrados en facebook. Algo similar a los colegas de Onda Jerez, pero con un puntito más contundente. Es el idioma de hoy día, qué le vamos a hacer. A otros ni se les escucha porque siempre tiemblan cuando hablan y si lo hacen jamás será para echar cojones, sino para seguir escondidos o mirar para otro lado hasta que los cuervos que crían les saquen los ojos.
Mucha suerte, Manolo. Tú sí la mereces como la merecieron otros que supieron emprender sus propios caminos, obligados por la situación, capaces de tener iniciativas a pesar de las dificultades.
miércoles, 5 de octubre de 2011
100.000 millones para un escudo antisimiles
Siempre creí que la caída del muro de Berlín había servido para algo más que el macroconcierto que Roger Waters ofreció sobre sus ladrillos destruidos interpretando 'The Wall'. Nunca le perdonaré que permitiera a Cindy Lauper cantar 'Another Brick in the Wall', imagino que Waters es partidario de matar las cosas cuando son suyas, pero lo relevante de aquello fue el esperanzador listado de consecuencias mundiales que conllevaría la desaparición de una pared construida para separar a la humanidad en pleno siglo XX, todo un ejemplo de lo sonrojante que resulta existir siendo persona.
Como no aprendemos ni a bombas -y la frase viene como pedrada en ojo de boticario-, vivimos en pleno siglo XXI y la OTAN ha anunciado la creación de un escudo antimisiles que costará 100.000 millones de euros. Espera, que llevo suelto en el bolsillo del pantalón, el que no tiene boquete. Medio mundo jodido con la crisis y estos deciden jugar al 'Raid Over Moscow' de US Gold para Spectrum, muy en boga a mediados de los ochenta, cuando los nacidos por entonces ya se han convertido en padres y madres. Debe ser que estamos en manos de fanáticos de los vídeojuegos, porque estos casposos viven anclados en hacernos creer que Albania, Rumanía o Polonia aún tienen una estrella roja marcando solapas de uniforme, actualizados en países tan preocupantes para España como Corea del Norte -en Camposoto caerá el primer misil, fijo- y quieren volar las cúpulas soviéticas destrozando un teclado, o toda esta inmoralidad se convierte en la segunda fase de un experimento como el de la Compañía Umbrella en 'Resident Evil', distribuyendo un virus por todo el mundo mundial que no revive a los muertos, sino que los hace palmar en vida arruinados en sus bolsillos y que se hace llamar crisis y que no deja de ser una mentira para que los ricos ganen más y nosotros vayamos vagando por las calles con la mirada y la cartera perdida. Otra razón no puede existir, porque un mundo en crisis no destina 100.000 millones de euros a poner cohetes mirando hacia Rota, nunca mejor dicho.
No sé qué pensará la duquesa de Alba de los misiles en fila india -o paquistaní, seamos imparciales- y de un escudo tipo laboratorio de energía fotoatómica donde guardaban a Mazinger Z y que se activaba cuando un bruto mecánico daba porculo por aquellas colinas del Fujiyama. Es importante saber su parecer, dado los miles de imbéciles que, como borregos seriados, hacen de palmeros de una momia anacrónica convertida en ejemplo reductivo de la España más terrateniente con derecho a roce inmediato con el monarca de turno. Aunque quien bala y pasta bien, al son de los inmorales, quien puede abandonar su poltrona sin alterarse el próximo 20 de noviembre porque encontraría un curro ideal en el anuncio de Seguros Verti, es Rodríguez Zapatero, que comparece hoy junto a los hijos de puta del escudo antimisiles, colocándose así en la primera fila de la modernidad.
País este, cuyos dirigentes siempre tendrán tal complejo que les pierde una foto al lado del todopoderoso efímero, desde Hendaya hasta las Azores.
Información de esta mierda en http://politica.elpais.com/politica/2011/10/05/actualidad/1317802582_270373.html
Como no aprendemos ni a bombas -y la frase viene como pedrada en ojo de boticario-, vivimos en pleno siglo XXI y la OTAN ha anunciado la creación de un escudo antimisiles que costará 100.000 millones de euros. Espera, que llevo suelto en el bolsillo del pantalón, el que no tiene boquete. Medio mundo jodido con la crisis y estos deciden jugar al 'Raid Over Moscow' de US Gold para Spectrum, muy en boga a mediados de los ochenta, cuando los nacidos por entonces ya se han convertido en padres y madres. Debe ser que estamos en manos de fanáticos de los vídeojuegos, porque estos casposos viven anclados en hacernos creer que Albania, Rumanía o Polonia aún tienen una estrella roja marcando solapas de uniforme, actualizados en países tan preocupantes para España como Corea del Norte -en Camposoto caerá el primer misil, fijo- y quieren volar las cúpulas soviéticas destrozando un teclado, o toda esta inmoralidad se convierte en la segunda fase de un experimento como el de la Compañía Umbrella en 'Resident Evil', distribuyendo un virus por todo el mundo mundial que no revive a los muertos, sino que los hace palmar en vida arruinados en sus bolsillos y que se hace llamar crisis y que no deja de ser una mentira para que los ricos ganen más y nosotros vayamos vagando por las calles con la mirada y la cartera perdida. Otra razón no puede existir, porque un mundo en crisis no destina 100.000 millones de euros a poner cohetes mirando hacia Rota, nunca mejor dicho.
No sé qué pensará la duquesa de Alba de los misiles en fila india -o paquistaní, seamos imparciales- y de un escudo tipo laboratorio de energía fotoatómica donde guardaban a Mazinger Z y que se activaba cuando un bruto mecánico daba porculo por aquellas colinas del Fujiyama. Es importante saber su parecer, dado los miles de imbéciles que, como borregos seriados, hacen de palmeros de una momia anacrónica convertida en ejemplo reductivo de la España más terrateniente con derecho a roce inmediato con el monarca de turno. Aunque quien bala y pasta bien, al son de los inmorales, quien puede abandonar su poltrona sin alterarse el próximo 20 de noviembre porque encontraría un curro ideal en el anuncio de Seguros Verti, es Rodríguez Zapatero, que comparece hoy junto a los hijos de puta del escudo antimisiles, colocándose así en la primera fila de la modernidad.
País este, cuyos dirigentes siempre tendrán tal complejo que les pierde una foto al lado del todopoderoso efímero, desde Hendaya hasta las Azores.
Información de esta mierda en http://politica.elpais.com/politica/2011/10/05/actualidad/1317802582_270373.html
jueves, 29 de septiembre de 2011
Cartel de la tercera temporada
Ya tenemos cartel para la nueva temporada, que comienza el 16 de octubre. Antes, el 14, tendrá lugar el acto de presentación del periodo 2011/2012 de SAN FERNANDO COFRADE con un homenaje a la Familia Quijano, conformada por generaciones de fotógrafos indispensables para conocer la Semana Santa isleña desde finales del siglo XIX, con una glosa que correrá a cargo del licenciado en Historia Fernando Mósig Pérez y la inauguración de una exposición fotográfica con imágenes inéditas históricas de la Semana Santa isleña.
miércoles, 28 de septiembre de 2011
No tenéis verguenza
Leo la noticia siguiente en Europa Press: MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) - "El Rey considera que España tiene por delante un futuro de "bastantes" sacrificios derivados de la crisis económica, según ha comentado en el Congreso.
A su llegada al Palacio de la Carrera de San Jerónimo para asistir a un almuerzo organizado por el presidente del Congreso, José Bono, con los máximos representantes de los poderes del Estado, Don Juan Carlos fue preguntado si augura un futuro de sacrificios para España: "Bastantes, muchos", respondió a los periodistas.
El jefe del Estado, que asegura sentirse "muy bien" después de su última operación, se ha sumado este miércoles por primera vez a los tradicionales almuerzos del llamado 'Club de los presidentes' que periódicamente viene reuniendo desde 2008 a las principales autoridades del país.
A la cita están convocados los presidentes del Congreso y del Senado, José Bono y Javier Rojo, en representación del Poder Legislativo; los presidentes del Tribunal Constitucional, Pascual sala, y del Consejo del Poder Judicial, Carlos Dívar; y el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en su calidad de máximo representante del Poder Ejecutivo.
Bono, a quien correspondía organizar esta nueva reunión --la anterior la convocó en julio Pascual Sala en la desde del TC--, invitó también al fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido".
Es extraordinario, estoy encantado y orgulloso. Nuestro monarca augura que vamos a estar hasta el cuello más aún y que lo que viene es para tirarse por los bloques, como decimos en Cádiz. Viva el sacrificio, vamos todos a secundarlo y a partirnos el pecho por nuestra Expaña (Bono dixit), el gran sistema y la civilización occidental. Pero lo que me hace sentir más ilusión ante las previsiones borbónicas y lo que de verdad me hace sacar pecho en este país por las autoridades de la foto es que se habla de sacrificios y de que no vamos a tener donde caernos muertos... en un almuerzo. Es decir, que a las miles de familias que ya no tienen prácticamente para comer se les advierte de que la cosa estará jodida del todo mientras esta gente se sientan y no a engullir una whooper con queso, precisamente. Nosotros comemos, vosotros que sepáis lo que se os viene encima.
No tenéis honor. No tenéis verguenza.
lunes, 26 de septiembre de 2011
Dejadme en paz
Tantos años, tantas generaciones, luchando por ser libres en el único concepto que puede tener esta extraordinaria palabra, para ahora, de un tiempo acá, imperar las coacciones, prohibiciones, dictaminarnos qué tenemos que hacer gracias a decisiones inútiles y convertir el país en un compendio de reinos taifas en los que cada uno hace las leyes a la manera de las minorías cancerígenas antagónicas a la necesaria unidad para salir de un Babel hecho jirones en su economía, en su amor propio, dividido de nuevo en dos mitades: los nacionalistas centrípetos y los centrífugos, los de las fosas y los que abrieron las zanjas, los taurómacos y los ecologistas, los orantes en los colegios y los aconfesionales extremos,...
No soy aficionado a los toros, lo expliqué en mi blog hace varios años. Tampoco me gusta en demasía el whisky y no bramo reclamando su prohibición. Y eso que mata más que un estoque y también aplaudimos mucho cuando se lleva al gañote. La salvajada de la caza de los atunes en la almadraba quita las ganas de volver a Barbate, pero a todos nos gusta el morrillo en el plato, y quien prefiere el solomillo de ternera no se encadena en un barco costero reclamando no hacer daño al bicho. Moraleja: como atún o carne cuando me salga de los cojones, bebo whisky o Barceló según me apetezca y no piso las gradas de un ruedo si no van conmigo las corridas. De toros, se sobreentiende. Así que os lo ruego: dejadme en paz de una puta vez.
Volviendo a la república federal inconfesa y anárquica en lo que han convertido España: recordad que lo contrario de la fuerza siempre será la desunión. Así le luce el pelo a un país destrozado y choriceado. Tanto gilipollas suelto preocupándose de los toros de cuatro patas en lugar de los de dos...
No soy aficionado a los toros, lo expliqué en mi blog hace varios años. Tampoco me gusta en demasía el whisky y no bramo reclamando su prohibición. Y eso que mata más que un estoque y también aplaudimos mucho cuando se lleva al gañote. La salvajada de la caza de los atunes en la almadraba quita las ganas de volver a Barbate, pero a todos nos gusta el morrillo en el plato, y quien prefiere el solomillo de ternera no se encadena en un barco costero reclamando no hacer daño al bicho. Moraleja: como atún o carne cuando me salga de los cojones, bebo whisky o Barceló según me apetezca y no piso las gradas de un ruedo si no van conmigo las corridas. De toros, se sobreentiende. Así que os lo ruego: dejadme en paz de una puta vez.
Volviendo a la república federal inconfesa y anárquica en lo que han convertido España: recordad que lo contrario de la fuerza siempre será la desunión. Así le luce el pelo a un país destrozado y choriceado. Tanto gilipollas suelto preocupándose de los toros de cuatro patas en lugar de los de dos...
martes, 20 de septiembre de 2011
'Telebasura': renovarse o morir
Antena 3 ha anunciado la supresión del programa DEC de su parrilla de programación. Conforme han transcurrido estos meses, el espacio incluido en lo que determinados sectores califican de 'televisión basura' se ha quedado con unos exiguos 800.000 espectadores en la noche de los viernes. A priori podría extraerse como conclusión que Telecinco le gana la batalla con su 'Sálvame de luxe', pero creo francamente que el problema de fondo es otro.
Vaticino una caída en picado de espectadores de programas de esta índole. No tengo reparos en admitir que tengo el televisor encendido de fondo en numerosas ocasiones, mientras trabajo, con programas de este tipo, en las tardes en las que las horas transcurren sin parar de escribir páginas del periódico, actualizar la web o maquetar. Las truculentas y rocambolescas historias que protagonizan espacios como 'Sálvame' y el frikismo de sus personajes, así como la inteligencia de profesionales como Jorge Javier Vázquez, convierten estos programas en simples y consecuentes sucesores de lo que cadenas emitían hace veinte años. Por entonces no hablábamos de basura, pero esperábamos ansiosamente los culebrones de la malvada Angela Channing, los devaneos de Cristal y las estupideces que le ocurría a Melissa Gilbert en 'La casa de la pradera'. Ahora es lo mismo, pero con personajes de carne y hueso. Jane Wyman ha dado paso a Belén Esteban, que es un cacho de bulto interpretativo al lado de la oscarizada mujer de Ronald Reagan, pero para que el personal disfrute con historietas de familias peculiares hace el mismo o más papel que la todopoderosa protagonista de Falcon Crest y no se necesitan las extraordinarias bandas sonoras de Lalo Schifrin.
Lo que sí sucede es que hasta el más mínimo programa de la dudosamente acertada llamada 'telebasura' tiene un guión, como mandan los cánones televisivos y audiovisuales en general, y los guionistas están comenzando a fallar. Toda la mentira se nota, y es como ver 'Séptima Avenida' y comprobar en cuadro los focos y los pinganillos de los actores. Y eso pasa factura. Se está dando un vertiginoso empobrecimiento de las ocurrencias en estos programas, se insiste machaconamente sobre los mismos temas y los realitys como el de 'Acorralados' es una ópera bufa demasiado artificial donde todo está amañado. Como los anteriores, pero sin rubor en descubrir el pastel. Se ha descendido además a infiernos ya desmadrados, donde los propios participantes-actores se enfrascan en broncas para desenfrascarse a las pocas horas, lo que fulmina el arquetipo del personaje en el juicio de valor del espectador, y lo soez se impone en el lenguaje de manera continua, sin jugar su papel llamativo, acompañado de scrolls de textos plagados de erratas ortográficas. Quienes se sientan en el sofá a ver esto empiezan a estar cansados de esta degeneración de la televisión distendida y no me extrañará nada que antes de final de 2011 se produzcan descensos imparables de audiencia que terminan por obligar a reinventar la 'telebasura'. El paulatino y decidido auge de programas diametralmente distintos o concursos como 'Ahora caigo' afianza aún más mi afirmación.
Vaticino una caída en picado de espectadores de programas de esta índole. No tengo reparos en admitir que tengo el televisor encendido de fondo en numerosas ocasiones, mientras trabajo, con programas de este tipo, en las tardes en las que las horas transcurren sin parar de escribir páginas del periódico, actualizar la web o maquetar. Las truculentas y rocambolescas historias que protagonizan espacios como 'Sálvame' y el frikismo de sus personajes, así como la inteligencia de profesionales como Jorge Javier Vázquez, convierten estos programas en simples y consecuentes sucesores de lo que cadenas emitían hace veinte años. Por entonces no hablábamos de basura, pero esperábamos ansiosamente los culebrones de la malvada Angela Channing, los devaneos de Cristal y las estupideces que le ocurría a Melissa Gilbert en 'La casa de la pradera'. Ahora es lo mismo, pero con personajes de carne y hueso. Jane Wyman ha dado paso a Belén Esteban, que es un cacho de bulto interpretativo al lado de la oscarizada mujer de Ronald Reagan, pero para que el personal disfrute con historietas de familias peculiares hace el mismo o más papel que la todopoderosa protagonista de Falcon Crest y no se necesitan las extraordinarias bandas sonoras de Lalo Schifrin.
Lo que sí sucede es que hasta el más mínimo programa de la dudosamente acertada llamada 'telebasura' tiene un guión, como mandan los cánones televisivos y audiovisuales en general, y los guionistas están comenzando a fallar. Toda la mentira se nota, y es como ver 'Séptima Avenida' y comprobar en cuadro los focos y los pinganillos de los actores. Y eso pasa factura. Se está dando un vertiginoso empobrecimiento de las ocurrencias en estos programas, se insiste machaconamente sobre los mismos temas y los realitys como el de 'Acorralados' es una ópera bufa demasiado artificial donde todo está amañado. Como los anteriores, pero sin rubor en descubrir el pastel. Se ha descendido además a infiernos ya desmadrados, donde los propios participantes-actores se enfrascan en broncas para desenfrascarse a las pocas horas, lo que fulmina el arquetipo del personaje en el juicio de valor del espectador, y lo soez se impone en el lenguaje de manera continua, sin jugar su papel llamativo, acompañado de scrolls de textos plagados de erratas ortográficas. Quienes se sientan en el sofá a ver esto empiezan a estar cansados de esta degeneración de la televisión distendida y no me extrañará nada que antes de final de 2011 se produzcan descensos imparables de audiencia que terminan por obligar a reinventar la 'telebasura'. El paulatino y decidido auge de programas diametralmente distintos o concursos como 'Ahora caigo' afianza aún más mi afirmación.
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