jueves, 1 de septiembre de 2011
Títulos de crédito
TVE sigue cortando los créditos finales de las películas. Anoche, en la reposición del segundo capítulo de los hechos acontecidos el 23-F, los dejó hasta el final. ¿Qué criterio sigue la televisión pública para creer que los profesionales que han grabado la serie son dignos de que se conozcan pero los que ruedan las películas no?
martes, 30 de agosto de 2011
'Super 8'
En plena decadencia cinematográfica, en una época en la que los dueños de Hollywood se afanan más en perfeccionar técnicas incómodas para ver películas o en mamotréticos productos en los que le resulta imposible al espectador hallar el punto objetivo de visionado de la acción en pantalla, aparece J.J. Abrams como embajador con cámara en mano de quien se ha percatado de la existencia de un masivo público entre los que me encuentro, ávido de un cine que él mismo hizo tres décadas atrás y cuyo ingenio en todos sus ámbitos ni por asomo ha quedado obsoleto.
No sabría afirmar a ciencia cierta si el miedo a resucitar grupos de chicos como 'Los Goonies', finales como el de 'ET el extraterrestre' o guiños musicales como los de Williams ha imperado por la inoperancia de los directores o por la equivocada idea de que ya no venden historias ¿ingenuas? en productos a los que quizá han pensado sólo les falta un casposo tecnicolor. Lo cierto es que el resquemor siempre ha existido y el talento que rezumaban aquellas producciones de Spielberg de los ochenta ha sido sustituido por comedias zafias de jóvenes descerebrados o aparatosidades de explosiones imposibles.
De ahí la paradoja de 'Super 8': Bajo su apariencia de revival de una época cinematográfica de millones de espectadores treintañeros y cuarentones y una vuelta de tuerca a 'Exploradores' de Joe Dante -todo gira entorno al maestro de 'Tiburón', no lo olviden-, bajo su impronta de pastiche oportunista de la que va desprendiéndose paulatinamente conforme avanza un impecable rodaje en todos sus aspectos, irrumpe una película fresca en la que, tan inteligente ha sido partir conceptualmente de contentar al público de cierta edad -que aporta además mucho dinero al cine- como, en el estricto sentido direccional y guionístico, plasmar actualizaciones que aprueban con nota de momentos memorables en el cine como la marcha del extraterrestre incomprendido más famoso del celuloide, los guiños a George A. Romero o la sustitución de Jonathan Ke Quan 'Data' exclamando "¡Voy a poner tuampaz!" por un Ryan Lee 'Cary', pirómano perdido tan inconmensurable como el resto del elenco infantil, donde brilla especialmente la pareja protagonista.
En definitiva, 'Super 8' hará las delicias de los que tuvieron la suficiente sensibilidad como para guardar en un rincón de su corazón, traspasando las fronteras selectivas de la retina, aquellas inolvidables producciones de goonies, jóvenes Sherlock Holmes, carreras en bicicletas con adolescentes y el maravilloso aderezo de los sones de Williams, Broughton o Horner, que en esta ocasión son 'actualizados' con un Michael Giacchino que se merece la nominación al Oscar sólo ya por el tema de la resolución del filme, y canciones de la época, entre ellas el 'Don't Bring Me Down' de la ELO del que tanto disfrutamos los que ya caminamos lentamente hacia el medio siglo y silbamos entre amigos el 'Fratelli's Chase' de Dave Grusin. El cóctel de este maravilloso, inconfeso pero diáfano revival sobrevive a un debilitamiento progresivo del desarrollo guionístico a mediados del metraje. Todo es perdonable ante un producto inusual y talentoso.
No sabría afirmar a ciencia cierta si el miedo a resucitar grupos de chicos como 'Los Goonies', finales como el de 'ET el extraterrestre' o guiños musicales como los de Williams ha imperado por la inoperancia de los directores o por la equivocada idea de que ya no venden historias ¿ingenuas? en productos a los que quizá han pensado sólo les falta un casposo tecnicolor. Lo cierto es que el resquemor siempre ha existido y el talento que rezumaban aquellas producciones de Spielberg de los ochenta ha sido sustituido por comedias zafias de jóvenes descerebrados o aparatosidades de explosiones imposibles.
De ahí la paradoja de 'Super 8': Bajo su apariencia de revival de una época cinematográfica de millones de espectadores treintañeros y cuarentones y una vuelta de tuerca a 'Exploradores' de Joe Dante -todo gira entorno al maestro de 'Tiburón', no lo olviden-, bajo su impronta de pastiche oportunista de la que va desprendiéndose paulatinamente conforme avanza un impecable rodaje en todos sus aspectos, irrumpe una película fresca en la que, tan inteligente ha sido partir conceptualmente de contentar al público de cierta edad -que aporta además mucho dinero al cine- como, en el estricto sentido direccional y guionístico, plasmar actualizaciones que aprueban con nota de momentos memorables en el cine como la marcha del extraterrestre incomprendido más famoso del celuloide, los guiños a George A. Romero o la sustitución de Jonathan Ke Quan 'Data' exclamando "¡Voy a poner tuampaz!" por un Ryan Lee 'Cary', pirómano perdido tan inconmensurable como el resto del elenco infantil, donde brilla especialmente la pareja protagonista.
En definitiva, 'Super 8' hará las delicias de los que tuvieron la suficiente sensibilidad como para guardar en un rincón de su corazón, traspasando las fronteras selectivas de la retina, aquellas inolvidables producciones de goonies, jóvenes Sherlock Holmes, carreras en bicicletas con adolescentes y el maravilloso aderezo de los sones de Williams, Broughton o Horner, que en esta ocasión son 'actualizados' con un Michael Giacchino que se merece la nominación al Oscar sólo ya por el tema de la resolución del filme, y canciones de la época, entre ellas el 'Don't Bring Me Down' de la ELO del que tanto disfrutamos los que ya caminamos lentamente hacia el medio siglo y silbamos entre amigos el 'Fratelli's Chase' de Dave Grusin. El cóctel de este maravilloso, inconfeso pero diáfano revival sobrevive a un debilitamiento progresivo del desarrollo guionístico a mediados del metraje. Todo es perdonable ante un producto inusual y talentoso.
sábado, 27 de agosto de 2011
Miguel Poveda en San Fernando.
Brillante concierto el de Miguel Poveda la noche del 26 de agosto en la plaza de toros de San Fernando. Tres horas de flamenco y copla a cargo de una voz que, en ocasiones, parece salir del leve golpeo de la boca de una copa de cristal. Elegancia y saber a raudales, sólo lo quedaría crear para acercarse a la perfección. La noche terminó en un coso taurino abarrotado con Rancapino arrancándose entre otros artistas amigos del badalonense. Me refiero al concierto, porque después hubo cena y jaleo hasta casi la mañana en la Venta de Vargas.
Enhorabuena a la Tertulia Flamenca de La Isla, organizadora del espectáculo. La Tertulia con Poveda y la Hermandad de Tres Caídas con Isabel Pantoja han hecho vivir a una Isla que mira a su interior entre dudas.
viernes, 26 de agosto de 2011
martes, 23 de agosto de 2011
jueves, 18 de agosto de 2011
Vía Crucis Diocesano
Os dejo algunas fotografías mías del Vía Crucis Diocesano de Cádiz, el pasado 14 de agosto. Los agnósticos, que lo vean como algo meramente artístico, y los creyentes, que se sientan inspirados. No sé si me resulta más cansino que triste el debate sobre la visita del Papa a España y todo lo que está conllevando. Llamadme cobarde, pero el tira y afloja del partido Barsa-Real Madrid de anoche me parece más cateto y repetitivo aún, y nadie lo dice.
sábado, 13 de agosto de 2011
Cera en la calle
Me resulta extraño que Teófila Martínez y su gobierno municipal abran una polémica tan absurda relativa al uso de los cirios en el Vía Crucis diocesano que se celebrará este domingo. Siempre he considerado muy inteligente a la alcaldesa de Cádiz y tratar de evitar que la cera sea encendida en este cortejo se convierte en una decisión torpe, en primer lugar porque va a crear -ya lo está haciendo- un clima de crispación de los cofrades hacia el Gobierno del Consistorio -máxime cuando se trata de un evento que atraerá a miles de personas a la capital desde por la mañana, dejando en los locales de restauración un buen pico económico-. En segundo lugar, la actitud del Ayuntamiento no se sostiene y crea un peligroso precedente, no sólo un agravio comparativo. Esto es Cádiz y los símiles ya aparecen en internet, de modo que muchos cofrades están preguntándose porqué puñetas no pagan los carnavaleros la basura que generan sus espectáculos fuera de fecha, incluidos el Carnaval estival, sus papelillos, sus botellones y todo lo que conlleva. No soy amigo de comparativas, pero insisto: es lógico que suceda en Cádiz, máxime entre cofrades que no son capitalinos y no viven las carnestolendas tan cercanas. De modo que el Consistorio entra en una dinámica muy peligrosa y con un precedente que creará jurisprudencia actuante para próximos eventos, cuando la solución está clara: cualquier evento público que redunde en beneficio de la ciudad y que obtenga el respaldo de miles de personas que generan beneficios para la localidad, debe ser apoyado por las autoridades locales, llámese cofradías o agrupaciones carnavalescas o aficionados al fútbol, costumbre en la que seguramente dará pánico entrar a la hora de plantarles cara como se ha hecho con el Vía Crucis diocesano. Me pregunto por qué tantos millones de euros para un deporte con un equipo en Segunda B, incluido un estadio nuevo, y cuánto cuesta la limpieza de las barbacoas catetas del Trofeo sin que el Ayuntamiento chiste para pagar a la concesionaria. Y hablando de playas, le propongo a Teófila Martínez que apague durante media hora los innecesarios focos que alumbran a la nada en los kilómetros de paseo marítimo de la capital durante la noche y, con esos miles de euros de ahorro, sufrague un par de máquinas quitaceras interviniendo el lunes.
Finalmente, no estaría de más que alguien asesorara a la primera edil gaditana, ya no en cuestiones ahorrativas, sino en su intento por convertirse en 'monseñora'. Debería aprender cuál es el sentido litúrgico de la cera, el porqué acompaña a las imágenes y saber que no se emplea primordialmente para que podamos estar iluminados por las calles, circunstancia que ni siquiera es el motivo. Desde luego, el Secretariado Diocesano tampoco parece dispuesto a aclarárselo, a tenor lo de visto. Una lástima. Tanto como que algunos maniáticos que ahora les ha dado por criticar todo lo que conlleva el mundo de las hermandades estén aplaudiendo la decisión de evitar el encendido de los cirios para ahorrar. Pero ese es otro tema más amplio. Si fueran sólo unos pocos cirios...
Finalmente, no estaría de más que alguien asesorara a la primera edil gaditana, ya no en cuestiones ahorrativas, sino en su intento por convertirse en 'monseñora'. Debería aprender cuál es el sentido litúrgico de la cera, el porqué acompaña a las imágenes y saber que no se emplea primordialmente para que podamos estar iluminados por las calles, circunstancia que ni siquiera es el motivo. Desde luego, el Secretariado Diocesano tampoco parece dispuesto a aclarárselo, a tenor lo de visto. Una lástima. Tanto como que algunos maniáticos que ahora les ha dado por criticar todo lo que conlleva el mundo de las hermandades estén aplaudiendo la decisión de evitar el encendido de los cirios para ahorrar. Pero ese es otro tema más amplio. Si fueran sólo unos pocos cirios...
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