sábado, 13 de agosto de 2011

Cera en la calle

Me resulta extraño que Teófila Martínez y su gobierno municipal abran una polémica tan absurda relativa al uso de los cirios en el Vía Crucis diocesano que se celebrará este domingo. Siempre he considerado muy inteligente a la alcaldesa de Cádiz y tratar de evitar que la cera sea encendida en este cortejo se convierte en una decisión torpe, en primer lugar porque va a crear -ya lo está haciendo- un clima de crispación de los cofrades hacia el Gobierno del Consistorio -máxime cuando se trata de un evento que atraerá a miles de personas a la capital desde por la mañana, dejando en los locales de restauración un buen pico económico-. En segundo lugar, la actitud del Ayuntamiento no se sostiene y crea un peligroso precedente, no sólo un agravio comparativo. Esto es Cádiz y los símiles ya aparecen en internet, de modo que muchos cofrades están preguntándose porqué puñetas no pagan los carnavaleros la basura que generan sus espectáculos fuera de fecha, incluidos el Carnaval estival, sus papelillos, sus botellones y todo lo que conlleva. No soy amigo de comparativas, pero insisto: es lógico que suceda en Cádiz, máxime entre cofrades que no son capitalinos y no viven las carnestolendas tan cercanas. De modo que el Consistorio entra en una dinámica muy peligrosa y con un precedente que creará jurisprudencia actuante para próximos eventos, cuando la solución está clara: cualquier evento público que redunde en beneficio de la ciudad y que obtenga el respaldo de miles de personas que generan beneficios para la localidad, debe ser apoyado por las autoridades locales, llámese cofradías o agrupaciones carnavalescas o aficionados al fútbol, costumbre en la que seguramente dará pánico entrar a la hora de plantarles cara como se ha hecho con el Vía Crucis diocesano. Me pregunto por qué tantos millones de euros para un deporte con un equipo en Segunda B, incluido un estadio nuevo, y cuánto cuesta la limpieza de las barbacoas catetas del Trofeo sin que el Ayuntamiento chiste para pagar a la concesionaria. Y hablando de playas, le propongo a Teófila Martínez que apague durante media hora los innecesarios focos que alumbran a la nada en los kilómetros de paseo marítimo de la capital durante la noche y, con esos miles de euros de ahorro, sufrague un par de máquinas quitaceras interviniendo el lunes.

Finalmente, no estaría de más que alguien asesorara a la primera edil gaditana, ya no en cuestiones ahorrativas, sino en su intento por convertirse en 'monseñora'. Debería aprender cuál es el sentido litúrgico de la cera, el porqué acompaña a las imágenes y saber que no se emplea primordialmente para que podamos estar iluminados por las calles, circunstancia que ni siquiera es el motivo. Desde luego, el Secretariado Diocesano tampoco parece dispuesto a aclarárselo, a tenor lo de visto. Una lástima. Tanto como que algunos maniáticos que ahora les ha dado por criticar todo lo que conlleva el mundo de las hermandades estén aplaudiendo la decisión de evitar el encendido de los cirios para ahorrar. Pero ese es otro tema más amplio. Si fueran sólo unos pocos cirios...

jueves, 11 de agosto de 2011

La Alhambra y Marruecos





Marruecos pide para ellos la mitad de los ingresos generados por la presencia de visitantes y turistas en la Alhambra. Parece una inocentada, aunque no lo sea. Eso sí, para inocentes, los españoles. Los señores que gobiernan ese país bananero que como un polluelo de ojos malvados se refugia bajo el ala norteamericana deben creerse que somos imbéciles o simplemente, los imbéciles son ellos. No me decanto por una de las dos opciones viendo cómo está el percal también en otros ámbitos. Por lo pronto, y para seguir la bromita de los moros, propongo remitir al reyezuelo vecino y a sus palmeros una carta reclamándole el 50 por ciento del coste de la restauración del patio de los leones que en estos momentos se está llevando a cabo como comprobé el pasado sábado en una visita al maravilloso monumento nazarí. Aquí os dejo la foto y algunas más que hice. Ya de paso, que estos sujetos paguen a la mitad todas las rehabilitaciones que necesite la Alhambra y, con carácter retroactivo desde hace seis siglos, las que se hayan llevado a cabo. De igual manera en la mezquita de Córdoba y por supuesto, el millón de euros que falta para poner en valor el Castillo de San Romualdo de San Fernando, una obra islámica del siglo XII. En Sevilla ya hablaremos cuando tengamos un listado completo de los "monumentos marroquíes" (sic). Y así hasta el último rincón de Andalucía.
A proponer carajotadas no me gana nadie. Bueno, creo que sí...

miércoles, 3 de agosto de 2011

Alan Parsons en España


El ingeniero de sonido y compositor Alan Parsons está de gira y el viernes 5 de agosto ofrece un concierto en la Plaza de Toros de Motril. Lo anuncian como el único concierto que ofrecerá en España el que pusiera su nombre al grupo The Alan Parsons Project, ya que formaba un dúo con Eric Woolfson, fallecido hace varios años, al que realmente le debemos mucho de esas grandes joyas del rock progresivo y sinfónico como 'Eye in the Sky', 'I Robot' o para mí su mejor disco, 'The Turn of a Friendly Card'. En realidad, Alan Parsons ofrece, 24 horas después, otro concierto cerca, en Gibraltar, pero dicen que eso no es España y además lo hace con Simple Minds y otro grupo conocido en su casa a la hora de comer, de manera que me huele a varios temitas sobre el escenario y a continuar la gira. Prefiero un concierto en el que Parsons sea el único protagonista, y hay que aprovechar las apenas tres horas y media que hay en coche desde Cádiz a Motril.

Es una oportunidad ineludible. De pequeño conocí The Alan Parsons Project gracias a las emisoras de radio y a mis amigos Juan Ramón Nieto y Kike Mengíbar, formábamos un trío de gustos musicales -como en todo- muy señalados de una época y un estilo, teniendo cabida Pink Floyd, la ELO, Mike Oldfield e incluso Iron Maiden entre otros. La música ha evolucionado hacia otros estilos, pero como soy muy cerril en ese aspecto, me sigo quedando mucho con esos grupos y el mundo de las bandas sonoras. Me cuesta entrar en nuevos caminos cuando en los que estoy aún me quedan por conocer miles de músicas de películas o espectáculos en directo como el que ofrece Alan Parsons, que en su época dorada, cuando publicó aquellos álbumes conceptuales como 'Gaudí' dedicado al artista universal con la magistral canción 'La Sagrada Familia' de casi nueve minutos, no ofrecía conciertos en directo porque su música era más de estudio, orquestas y cantantes distintos que siempre aparecían en sus discos: Chris Rainbow (giró varias veces con el grupo Camel), Lenny Zakatek o John Miles.

En 2008 pude cumplir el sueño de ver a Roger Waters (piedra angular de Pink Floyd) en directo en Atarfe, también en Granada, al menos como compensación por no haber tenido la oportunidad de disfrutar de la banda entera en su día. Ahora no puedo dejar escapar a Alan Parsons para rememorar temas como el que os ofrezco en este espacio, extraído de su actual gira, concretamente en un concierto en Argentina. Y no me resisto a mostraros la entrada con mi cara de ansioso por oír en directo joyas como 'Time' 'Old & Wise' o 'Wine from the Water', ya de su etapa sin Woolfson. Disculpadme. Ya os contaré al regreso.

lunes, 25 de julio de 2011

El concierto sinfónico del sábado en el FIMMCU 2011



Es sólo un resumen, algo más de tres minutos. Para que os mordáis las uñas. Lo de Chris Lennertz dirigiendo 'Robin Hood' de Michael Kamen merece la pena verlo varias veces. A disfrutarlo. Primer tema, Arturo Díez Boscovich (pura pasión) dirige 'Coraline' de nuestro presidente de honor del festival, Bruno Coulais. Segundo tema, tras las palabras de su compositor, Óscar Araujo -terminó llorando aunque dijera que no pensaba hacerlo porque "soy una mole"-, su magnífica 'Castlevania'. Después, Lennertz, Blake Neely, la música de Mark Isham dirigida por Lennertz, Bean McCreary... Otro año inolvidable. A seguir contra viento y marea.

sábado, 23 de julio de 2011

El VII Festival de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda'



Está siendo estupendo compartir el VII Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda' con compositores como Gabriel Yared o Philippe Sarde. Las miras de este evento hacia los autores europeos en esta edición te hacen descubrir otras perspectivas de la música cinematográfica.


Conozco bien la discografía del francolibanés Yared -en la foto de arriba compartiendo una charla conmigo- porque me parece uno de los grandes compositores del séptimo arte de las últimas décadas, de cuya música emana una exquisita sensibilidad. Su obra más conocida y por la que ganó el Oscar fue 'El paciente Inglés', una gran partitura que la Orquesta Filarmónica de Málaga interpretó en el concierto del viernes con el propio Yared al piano. No obstante, me gustan más otras bandas sonoras que sufrieron la desgracia de estar compuestas para producciones de dudosa calidad como 'Otoño en Nueva York' o 'Mensaje en una botella', película que el propio compositor aseguraba con una mueca "tenerla muy lejana", creo que voluntariamente. Os recomiendo buscar en una buena tienda de música los scores de 'Betty Blue' o 'Adiós Napoleón', con las que también se puede comprobar cómo Gabriel Yared es, junto con el francés Philippe Sarde, los dos mejores compositores que han acudido este año al festival ubetense. Y eso que muchos defenderán a otros que estos días comparten su música con nosotros, como Mark Isham, que también ganó el Oscar por 'El río de la vida' y del que entre otras me agrada mucho 'El ojo público'.


De Sarde conocía 'La caja de música' o 'Tess', pero no había oído tanto como de Yared. Ayer me dejó impresionado con sus grandes partituras para 'Les choses de la vie' o 'Manhattan Project'. Cuando converso con mis amigos aficionados, nos gusta descubrir cómo la música es capaz de hacernos definir inmediatamente a cada personaje, incluido asesinos diversos -un caso diáfano es Jerry Goldsmith e 'Instinto básico'-, un fenómeno que no pertenece al cine contemporáneo, sino a la historia de él. Philippe Sarde comentaba estaba mañana su relación con el director Roman Polanski, ofreciendo en una conferencia -en la que fue recibido con el auditorio en pie- varios minutos de ‘The tenant’ (‘El quimérico inquilino, 1976). El compositor francés vivió 17 semanas en el rodaje para conocer “qué se le pasaba por la mente al director, que no me daba indicaciones de qué tipo de música quería”. Explicó una anécdota que hace grande a Sarde, al afirmar que una noche, mientras cenaban ambos, vio cómo Polanski empleaba uno de sus dedos en rodear el borde de una copa de vino, por lo que Sarde decidió utilizar la armónica de vasos y marimba para la composición, relacionando el sonido del cristal con “la insistencia del personaje por lanzarse al vacío sobre un ventanal”, proyectando imágenes que corroboraban esa conjunción de las notas emanadas de la armonía de vasos con el cristal.


Para la noche de hoy sábado se espera el gran concierto sinfónico. En el gabinete de prensa del festival estamos ya cansados, al igual que el resto del medio centenar de personas que componen la organización. Pero mañana domingo por la noche terminaremos satisfechos de un trabajo ímprobo por amor a la música de cine.

lunes, 4 de julio de 2011

Mónaco y el champán

Vaya por delante que no tengo nada contra Mónaco. Es más, ni nada malo ni bueno. Me importa tres puñetas ese país al que no le encuentro un sentido histórico similar a los que pudiera haber creado Disney para contar historias de princesas anacrónicas y escapistas. Pero aun concitando más interés en mí un rábano con bicho dentro que el Principado monegasco, hay cosas que me cuesta entender. Será por mi tozudez. No resulta tampoco baladí que, teniendo en cuenta que cada uno puede hacer lo que quiera, máxime en un territorio que parece vivir en otra órbita y que no pertenece a la Unión Europea, no perdamos de vista que sus actuaciones repercuten sobre Francia, tienen aplicado el euro como su moneda y al no existir gravámenes de renta, Mónaco es un paraíso fiscal de cojones, con todo lo que ello supone, de modo que conviene tenerle el ojo encima.

No logro entender cómo en la actual situación mundial de crisis, por mucho que este diminuto país viva en su teórico cuento de hadas, se celebre una boda real de costes inmorales en la que se han distribuido cientos de botellas de champán a mil euros cada una. Me asquea que Europa sufra como lo está haciendo mientras este tipo y su marioneta femenina -si yo fuera mujer, jamás sería monárquica- se gastan mil euros en menos de un litro de champán multiplicado por lo que ustedes quieren sumar de la cantidad de esta bebida que puedan imaginar. Curiosamente, este mismo principito anunció, hace dos años, que un proyecto de expansión de un barrio adicional necesario para reorganizar territorialmente el Principado quedaba suspendido 'sine die' debido a la crisis mundial. Y ahora, champán de mil euros para todos.

Debe ser que el mundo está loco. O lo estoy yo. Como hay democracia, que gane la mayoría, a ver qué opina...

miércoles, 29 de junio de 2011

Bernard Herrmann (29/06/1911-24/12/1975)


Hoy se cumple el centenario del nacimiento de Bernard Herrmann, a mi modesto entender el compositor de música cinematográfica más grande entre los clásicos, junto con Miklós Rozsa. Si Hitchcock no hubiera confiado en él para sus películas más notables, el cine del maestro del suspense no hubiera sido el mismo. De hecho, 'Psicosis' sin sus notas, no es prácticamente nada. Su protagonista huye tras el robo, pero lo que suena inquieta al espectador, que asiste incómodo a una secuencia de varios minutos en la que sólo se observa una mujer en coche que incluso sonríe. Sin el score de Herrmann, bien podría conducir camino del supermercado. Pero algo va a suceder. De la misma manera que los violines agudos de la secuencia de la ducha permanecen en directa y cómplice relación con el graznido de los pájaros. ¿Y a qué se dedica Norman Bates en su motel? A disecar pájaros. Qué bien entendió en este sentido la psicología y el papel de la música maestros a los que enseñó Herrmann con su obra como Jerry Goldsmith en impresionantes scores como 'Instinto básico'...

Herrmann era un sieso. Un malas pulgas. A los ocho años recibía clases de violín y su profesor le dijo que no servía para ello. Acto seguido, le partió el instrumento en la cabeza a su instructor y se fue a su casa tan fresco. Herrmann no tenía amigos, hablaban perrerías de él. Pero era grande para lo que hacía. Su última obra, 'Taxi Driver', deja en solfa a los que defienden la idea de que su música quedó anquilosada en un género, en un estilo. En el Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda' en julio de 2008, asistí a un apasionante mano a mano entre el productor discográfico Robert Townson y el compositor Joel McNeely en el que ambos desgranaron la obra de Herrmann con la proyección de varias de sus partituras para facilitar la comprensión de su manera de escribir su música. Os dejo textualmente mi crónica de aquel acto escrita a los pocos días después...

"Joel McNeely ha recuperado un buen lote de partituras de este maestro para remasterizarlas o volverlas a dirigir editando los cds para que así los aficionados puedan conocer más exactamente la obra del gran autor de Marnie la ladrona, La batalla del río Neretva o Vértigo. Ha dirigido sus partituras y sus comentarios merecieron la pena tanto como el titular que nos dio a los escasos minutos de comenzar su alocución: "La música de Herrmann es engañosamente sencilla". Continuaba reflexionando al respecto, apuntando que "a veces veo las partituras y digo 'aquí no hay nada'. Pero no es así...".
Momento brillante la proyección de una secuencia de Con la muerte en los talones en la que Cary Grant espera en una parada de autobús de carretera, antes del famoso tiroteo de la avioneta. Para esa secuencia, Herrmann compuso música que Hithcock jamás quiso utilizar. Vimos la secuencia sin el score incidental, tal y como ha pasado a la historia, y después con la música que finalmente pudo grabar el tándem McNeely-Townson en 2007.
Se produjo un interesante debate y una votación auspiciada por los disertadores: la mitad del auditorio era partidario de la supresión de la música y la otra mitad de que el filme se hubiera quedado tal y como musicalizó Herrmann. El propio Joel era partidario de esto último y Robert de aprovechar el silencio de la secuencia como preludio de la próxima escena con la avioneta.
Particulamente le hice una pregunta capciosa a Townson: Si era defensor de suprimir aquella música que aportaba un constante pero casi imperceptible ritmo de timbal y de suspense ideal para la espera del protagonista, también lo sería para suprimir el frenético tema que Herrmann compuso para la huida en coche de la protagonista de Psicosis ya anocheciendo y diluviando, ya que el caso era muy similar. Cuestión de globalidad y uniformidad de cada película, me contestaron ambos, de ver realmente qué viene después de cada secuencia o previa a ellas para darle ritmo a cada filme. Pues vale.
Townson dijo frases interesantísimas, como en él es habitual. "El propio Hitchcock escribía en escenas de Vértigo textos que decían "Dejamos este escena para el señor Herrmann", indicando que "tenía una forma y estilo que, escuchando varias notas, sabemos que es él. Abarcó una diversidad de estilos y con Ciudadano Kane introdujo un sonido radicalmente nuevo en Hollywood".

Herrmann el arquitecto

Se mostraron en la pantalla las partituras originales de puño y letra de Herrmann para varias bandas sonoras, entre ellas el tema del asesinato de Psicosis. McNeely aseguró que "seguramente él se divertía componiendo sobre la forma de su música en el papel. En Psicosis, las notas conforman triángulos. Creo que componía de forma arquitectónica". Townson apostilló esta reflexión. "Sus notas se apelmazaban cuando llegaba al final del papel, era como un nió cuando se le acaba la hoja", para aseverar McNeely a modo de broma que "antes de leer las partituras de Herrmann yo tenía la vista perfecta y ahora uso gafas".

Os dejo también arriba los créditos iniciales de 'Marnie', todo un exponente de cómo hacer música cinematográfica y manejar las escalas admirablemente.