"Cuando ocurren cosas así hay que reaccionar con rapidez", decía a este periódico ayer un beligerante José Luis Cienfuegos, máximo responsable del Festival de Gijón. En efecto, los teléfonos de los programadores de los certámenes cinematográficos nacionales no pararon de sonar el fin de semana. De la perplejidad, se pasó a la reflexión y de ahí a la acción, que ha acabado tomando la forma de un comunicado firmado por el propio Cienfuegos, por José Luis Rebordinos, del Festival de San Sebastián; por Mirito Torreito, del Festival Cines del Sur de Granada; Javier Angulo, de la Seminci; Josetxo Cerdán, del Punto de Vista de Pamplona, y Carmelo Romero, del Festival de Málaga, entre otros.
"Inauguramos un precedente peligroso", asume Rebordinos
"Queremos recordar, además de nuestro apoyo a Ángel Sala, que el filme se ha visto, desde el pasado año, en certámenes de ciudades como Bruselas, Londres, Oporto [donde acaba de ser premiado], Austin, Toronto, Sofía o Puchon (Corea del Sur), además del estreno comercial en cines serbios o su pase en el multitudinario Mercado del Festival de Cannes, sin que nadie haya elevado, hasta la fecha, denuncia judicial alguna contra el filme, sus responsables o sus programadores", mantiene el comunicado.
Antonio José Navarro, programador del Festival de Sitges y uno de los responsables de haber asesorado a Ángel Sala sobre la proyección de la película, manifestó a Público la perplejidad del equipo del certamen ante la situación. Navarro aseguró que la película fue programada en la sesión de medianoche, bajo la advertencia de que el contenido podía herir sensibilidades. Asimismo se pidió el DNI a los espectadores para evitar que entraran menores de 18 años. "La gente que va a Sitges sabe lo que va a ver. Es un festival especializado y nuestro público también lo es", apuntó Navarro, para quien lo inquietante es que "haya asociaciones cívicas que se dedican a coartar la libertad de lo que podemos ver apuntó. Es parte del viejo tópico reaccionario de que si ves una película violenta te vas a volver violento".
"Los festivales deben programar filmes que abran debates", dice Bozzo
Coincide con Navarro José Luis Rebordinos, ahora director del Festival de San Sebastián, y hasta hace unos meses responsable de la Semana de Cine Fantástico y de Terror de la misma ciudad, en cuya última edición se produjo la suspensión cautelar de la proyección de A Serbian Film, después de que la Confederación Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos y Padres de Familia (Concapa) presentara una denuncia.
"Es grave porque se plantea si alguien tiene derecho a prohibir una película que no es apología de un hecho delictivo e impedir a unos ciudadanos adultos verla", afirmó a Público José Luis Rebordinos en una entrevista reciente. "Me preocupa también ahora que soy el director de San Sebastián, porque la pregunta es si a partir de ahora cada vez que haya un festival, una asociación puede denunciar tres o cuatro películas por su excesiva violencia y que esto dé pie a una suspensión cautelar, aunque luego se demuestre que no había delito. Inauguramos un precedente peligroso, propio de unos tiempos en que lo políticamente correcto empieza a ser grave. Entre adultos hay otro debate sobre si la película es buena o no, pero debe hacerse desde la libertad".
Rebordinos asume que "si la película fuera un delito", él mismo la habría denunciado, una afirmación que secunda el propio Antonio José Navarro, de Sitges. "No somos ningunos pervertidos, tenemos hijos. No vamos a programar ningún contenido que suponga un delito, pero hay que distinguir lo que es ficción de lo que no lo es", reflexiona. "¿O vamos a quemar todos los ejemplares de Lolita, de Nabokov?", se pregunta.
(Extraído del periódico 'Público')