
La Noria lo presenta Jordi González, que por si alguien se pregunta cómo es posible que a Jorge Javier Vázquez le den el Premio Ondas por hacer de moderador sin moderar y otros no lo tengan, que sepan que al presentador del programa de las sábados por la noche de Tele 5 ya se lo han concedido en dos ocasiones. Al menos nos consolamos con ese dato. De todas maneras, lo de los premios no deja de ser algo muy tocapelotas en estos tiempos. Ahora mismo aparece en pantalla Pilar Rubio porque ha recibido un Micrófono de Oro. Y la Pantoja como una diva en la ceremonia de esos premios. Qué coño sabrá ese oscuro personaje de lo que es la profesión radiofónica,...
En realidad no quería reflexionar sobre premios como el Nobel a Obama, paladín de las injusticias universales. Lo que me tiene con arcadas de fatiga es escuchar la expresión 'Legionarios de Cristo' en televisión desde hace cuarenta minutos. Escucharla no sólo catódicamente, sino en el mundo. Me da repugnancia los casos de pederastia llevados a cabo por el tipo ese que manda ahí, pero me da la misma grima saber que el Vaticano permitió en 1941 que una orden religiosa se llamara 'Legionarios de Cristo'. Como si Jesús hubiera necesitado, necesitara, militares. El diccionario de la RAE deja a las claras que el concepto etimológico de la palabra 'legionario' es total y absolutamente militar. Si Jesús hubiera tenido militares a su lado para propagar sus enseñanzas, le hubieran dado para el pelo a la panda de amiguetes que fueron a Getsemaní a prenderlo. Rebanarle una oreja a un sicario era lo menos que le podía haber pasado al grupito. Jesús se rodeó de doce chavales, un puñado de piojosos, un niño apenas quinceañero que fue Juan el Evangelista, que tuvo los dos cojones que no demostraron otros, un club de fieles mujeres entre los que se encontraba una prostituta y dijo diáfanamente que quien tocara a un niño más vale que se colgara una piedra de molino al pescuezo y se fuera al carajo. Pero de ahí a militarizar su ideología, nada menos que con legionarios, va un trecho. Así que el Papa podría aprovechar que está loco por reorientar a los mal llamados 'Legionarios de Cristo' y, tras expulsar de su seno a un puñado de hijos de puta degenerados, cambiar el nombre a la congregación para que no nos de asco a los que creemos que el cristianismo debe despojarse de terminología que suena tan casposa como ultra, muy peligrosa, anacrónica, inadecuada y tan alejada de los postulados reales de Cristo.