Un millón de hogares españoles tiene a todos sus miembros en paro. El 65 por ciento de los empleados del país temen perder su puesto de trabajo, y las previsiones que el Gobierno manejaba para final de año, ya de por sí espeluznantes, se han alcanzado al llegar a la mitad de 2009. Otros muchos datos dados hoy a conocer en la Encuesta de Población Activa (EPA) no los voy a repetir porque cualquiera de vosotros puede consultarlos en los periódicos digitales o ya lo han escuchado a lo largo del día.
Todos estos nefastos resultados aparecen además cuando el diálogo entre Gobierno, sindicatos y patronal está totalmente roto. Da la sensación de que alguien tiene prisa. Puede que el Ejecutivo de ZP para que las centrales sindicales no le planten una huelga general y la patronal para que, a tenor de la aún mayor sangría que se avecina, se reforme el mercado laboral lo más pronto posible, se despida con mayor flexibilidad y más barato. Las negociaciones de este tipo en épocas pasadas han durado semanas, meses, y repentinamente se convoca una reunión urgente una tarde de un viernes de julio... Todo suena muy raro.
A Fernando González Urbaneja le parece que "tenemos que estar de luto" por lo sucedido en estas últimas 24 horas, al coincidir los datos del desempleo y los desatinos del diálogo social. Fernando mantiene últimamente una visión demasiado apocalíptica de todo lo que concierne al Gobierno de ZP. Desde su sonada trifulca con el caso del asesoramiento en RTVE hace ahora cinco años cambiaron las tornas en muchos aspectos de sus argumentos político-periodísticos. Yo no voy a ser tremendista como Urbaneja, porque...¿Qué vamos a dejar para diciembre, cuando se den a conocer las cifras del último trimestre del año, tras los despidos que serán por miles cuando acabe el verano y se caiga el maquillaje del empleo-basura en el sector servicios?
Vamos a acabar el 2009 con datos que pueden provocar un estallido social. Todas las alarmas deberían estar ya encendidas, y Gobierno, sindicatos y patronal deberían tratar de apagarlas cuanto antes con medidas conjuntas. Pero cada cual arrima el ascua a su sardina, mientras da la sensación de que el Ejecutivo de ZP le tiene pillada la medida al populismo del más puro estilo peronista. Decisiones como los cheques bebé y los famosos 400 euros en 2008, los comunicados contra la patronal a las once de la noche, los tocapelotas cambios en la ley del aborto, las inyecciones económicas para el turismo anunciadas hace horas y los poco más de 400 euros para parados de larga duración (¿y después, dentro de un año, qué?) son medidas más propias de gobiernos bananeros que de ejecutivos preparados y con miras a un horizonte que necesita actuaciones de suficiente solidez como para acometer el ciclón devastador que empezó a gestarse hace ya varios años, a notarse en España hace doce meses sin que se reconociera que existía una crisis y aún va a azotar más hasta que acabe 2009.