martes, 15 de julio de 2008

El almuerzo de clausura (IV)

Congresistas y organizadores comparten mesa en el almuerzo de clausura del evento.


Alguno de los componentes del equipo organizador no tiene reparos en servir cava a sus colegas y a los aficionados...


Una de las mesas del almuerzo celebrado en el hotel Ciudad de Úbeda.


En la mesa se observan a Alberto Iglesias (Hable con ella, Volver, El jardinero infiel), ubicado a la derecha, mientras que en el centro con camiseta negra se ve a Carles Cases (El porqué de las cosas, Vivir o no) y a la izquierda, mirando a la cámara con gesto masticador, David Doncel.


Brouce Broughton y yo tras intercambiar unas palabras sobre la relevancia de este congreso.

El almuerzo de clausura (III)

Otra de las mesas de congresistas e invitados al IV Congreso Intercional de Música de Cine Ciudad de Úbeda.


Una mesa más. Merece la pena observar además que a este encuentro anual asisten aficionados de todas las edades.


La mesa donde se sentaron Patrick Doyle y Christopher Slaski (Beyond the Sea, Semen una historia de amor), a los que se les puede ver a la derecha junto al director de cine Juan Antonio Bayona (El orfanato).


Otro grupo de aficionados y participantes en los actos del congreso.


Un grupo de aficionados degustan el postre. Uno de ellos parece totalmente satisfecho, a tenor de su saludo...

El almuerzo de clausura (II)

David Doncel se dirige a los presentes antes de entregar el galardón a Brouce Broughton.


Fernando Velázquez y yo tras el almuerzo. Curioso diálogo el sábado, instantes justo antes del concierto: "JC: -¿Todo preparado, Fernando? F: -No, pero ahí está la gracia de estas cosas...". Y salió fenomenal...


Imagen de una de las mesas del almuerzo con congresistas e invitados.


Imagen de una de las mesas del congreso, en concreto la mía.


Otra panorámica de una de las mesas del almuerzo.

El almuerzo de clausura (I)

Patrick Doyle (Mucho ruido y pocas nueces, Atrapado por su pasado, Frankenstein) entona una partitura con miembros del coro Ziryab tras el almuerzo de clausura del congreso.


John Scott (Marco Antonio y Cleopatra, El final de la cuenta atrás) es todo un caballero y magnífica persona. Se acercó a las mesas a brindar con nosotros por la música de cine.


Brouce Broughton (El secreto de la pirámide, Tombstone, Rescatadores en Cangurolandia) recibe el galardón de BSO Spirit por su presencia en el congreso desde hace ya dos años y como presidente de honor del evento de manos de David Doncel, coordinador.


¿De qué hablarían Roque Baños (Alatriste, No somos nadie, Segunda piel, Los crímenes de Oxford) con Patrick Doyle al acabar el almuerzo? Buena charla tenían casi apartados del resto...


Brouce Broughton ofrece unas emotivas palabras a los presentes tras recibir la característica estatuilla de BSO Spirit, que representa al gran compositor Jerry Goldsmith. Su mujer lo observa con mirada de satisfacción. Tras él, el compositor Joel McNeely (Voluntad de hierro, Mulan II, Air Force One), disfrutando del momento en un segundo plano.

En próximas horas hablaremos de los encuentros que mantuvimos con los compositores Patrick Doyle y Fernando Velázquez, que son algunos de los que faltan por comentaros la crónica de manera similar a los textos subidos en estos pasados días. Además, hay que decir algo de los ganadores en la gala de los Goldspirits de 2008 y de la ceremonia en sí. Impagables los vídeos y desternillante el coro de Sister´s Act con la música de La profecía... ;-)

Por lo pronto, os subo las fotos del almuerzo de clausura del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda: compositores, las mesas, etc. Lo haré en varias tandas. Los videos los colgaré en próximas horas en mi apartado del youtube.

lunes, 14 de julio de 2008

Dopico adaptará 'El orfanato' a banda

El músico José Dopico Doncel, uno de los responsables departamentales de la Banda Municipal de Música de San Fernando (Cádiz), tendrá a su cargo la adaptación e instrumentación para banda de la música original de la película El orfanato, escrita para orquesta por el compositor Fernando Velázquez.

Así lo acordaron ayer ambos músicos en el transcurso de una toma de contacto mantenida durante las últimas horas de celebración del IV Encuentro Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda. Mi buen amigo y excelente músico José Dopico recibirá en próximas semanas la partitura en Sibelius, uno de los programas informáticos empleados por los profesionales para trabajar con mayor comodidad, y a partir de ese momento tendrá una ardua tarea por delante. Ya nos lo dijo ayer el propio Fernando Velázquez: "Es que adaptar y escribir para banda no es nada fácil", porque los instrumentos de la orquesta deben ser 'transformados' en los que poseen las bandas y conservar la mayor fidelidad posible, entre otros muchos vericuetos de los que realmente saben profesionales como Fernando y José.

Estas son algunas de las satisfacciones que dan encuentros como el de Úbeda, tanto profesionales como personales. Me alegro mucho por Dopico porque tiene un trabajo que quedará para la historia cuando en muchos lugares del mundo se interprete la extraordinaria música de Fernando Velázquez, ofrecida por una banda. Jose ya ha escrito este año la adaptación del himno oficial de BSO Spirit, la asociación que organiza el Congreso, y que para orquesta confeccionó Aritz Villodas.

En la foto, Fernando Velázquez conversa con José Dopico en los prolegómenos del almuerzo de ayer domingo.

Qué de cosas me quedan por contaros de Úbeda. Y amenazo con hacer realidad mi idea de anteayer y que conocen algunos congresistas. Así que preparando una cosilla estoy para que veáis bien completo lo que ha sido el congreso este año...

domingo, 13 de julio de 2008

Concierto apoteósico





Cuando éramos quinceañeros, sólo en ocasiones nos atrevíamos a escuchar los scores completos en vinilo. Conforme avanzó el tiempo, nuestra cultura musical y el interés por conocer realmente la relevancia de la música cinematográfica en todo su desarrollo y su aportación capital a las imágenes nos hizo comprender hasta los más recónditos temas incidentales.

Éramos muy jóvenes y lo que nos parecía delicioso era grabar una cinta cassette (lo de los discos compactos vendría posteriormente) recopilando temas principales, de amor, "el de la batalla" o el de "aquella secuencia cuando el malvado asesina a la protagonista". Que levante la mano el que no tenga una decena de recopilaciones con los 'main titles' de Ben Hur, Leyendas de Pasión, Cinema Paradiso, Love Story, mucho de John Barry y otros tantos de reconocida asimilación auditiva de John Williams o Jerry Goldsmith.

Aquellas joyas, que eran el reflejo de nuestra selección particular y que nos hacía alcanzar el orgasmo musical una y otra vez, me vinieron anoche a la mente conforme se desarrollaba el extraordinario concierto que, bajo el título de 'Un saludo a la música de cine' y ofrecido por la Orquesta Filarmonía con el Coro Ziryab, se constituyó en el momento culminante del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda.

Es probable que me quede en mi vida por cubrir un buen ramillete de conciertos en congresos o eventos similares. Pero lo vivido anoche resultó único y quizás irrepetible, porque fue lo más parecido a aquellas recopilaciones de las que hacía mención anteriormente. Aún con el vello erizado, resulta difícil explicar que lo vivido en el bellísimo patio del Hospital de Santiago ubetense fue un tarro de esencias, de perfumes, mucho más allá que cualquier concierto que pueda ofrecer una orquesta con la obra de un solo compositor. Anoche rememoraba lo vivido hace ya una década en Sevilla con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en homenaje a Patrick Doyle, o el concierto a Georges Delerue,... pero lo de Úbeda ha sido distinto.

A ver quién es capaz de contener tanta emoción cuando recibes en tres horas las sensaciones producidas, en una sola noche, escuchando en directo Tombstone de Joel McNeely; Con la muerte en los talones de Bernard Herrmann bajo la batuta también de McNeely; la overtura de Mucho ruido y pocas nueces, el propio Patrick Doyle dando con su voz la introducción al Non Nobis Domine de Enrique V, el emotivo homenaje a Basil Polidouris con la interpretación (extraordinaria) de La caza del Octubre Rojo o la belleza y elegancia de Marco Antonio y Cleopatra de John Scott, acompañada de la suite de El final de la cuenta atrás. Cuántas ocasiones hemos revisitado la película en aquellos años ochenta frente al televisor, impresionados por la banda sonora y su leit motiv... Quién nos iba a decir que íbamos a conocer a Scott en persona, que junto con Doyle fue quien más cosechó aplausos del público, dirigiendo una orquesta frente a nosotros, delitándonos con los sones que acompañaban al portaaviones Nimitz en la pantalla...

Eso sucedió este sábado en Úbeda. Y con ellos, con los clásicos, la presencia de Roque Baños, Fernando Velázquez disfrutando hasta casi levitar dirigiendo su partitura para El orfanato con el rostro que véis en una de las fotografías que acompaña a estas letras.

No hay palabras. Sí las hubo, las emotivísimas de Robert Townson, director artístico de congreso verbi gratia al estratégico y acertado nombramiento otorgado por los chicos que capitanea David Doncel, que puede estar enormemente satisfecho después de haber superado con nota la organización del concierto que, para bien o para mal, es el evento de mayor repercusión de todo el congreso a nivel promocional y ciudadano.

Mención especial para la Orquesta Filarmonía, mucho más suelta que en la ocasión anterior, seguramente con más horas de ensayo y con algo fundamental en estos casos que se apreció a legua: el entendimiento con los compositores-directores desde el primer momento, en días pasados, lo que hizo que las piezas sonaran excepcionalmente, con unas trompas brillantes, una percusión complicada en temas como La creación de Frankenstein, compuesto por Patrick Doyle o la excepcional complicidad entre Roque Baños y el coro en Los crímenes de Oxford. Vaya forma de dirigir tiene nuestro amigo Roque. Para mí no es nada nuevo, pero una vez más lo refrendé. Vaya manera de recuperar los compases de algunos músicos de la orquesta sin que apenas fuera perceptibles ligeros y pequeños desfases. Vaya cómo utilizó la batuta John Scott. Vaya fidelidad y cariño en Pascual Osa, director de la orquesta, dirigiendo las piezas de Doyle. Cómo sonó Shadows of Empire bajo la batuta de su creador, Joel McNeely, preludiando sus notas con la famosa fanfarria de Star Wars,...

Mención especial también para el preludio del concierto, con la entrega de la distinción Francisco de los Cobos al Mérito en las Artes para el compositor español y varias veces nominado al Oscar Alberto Iglesias. El galardón lo ha instituido el Ayuntamiento de Úbeda, que está muy implicado con el Congreso al ser consciente del potencial que supone este acontecimiento para la ciudad. Iglesias se dejó fotografiar con aficionados y agradeció el galardón, animando a los organizadores a continuar con esta bendita locura iniciada hace cuatro años.

Pocas noches tan maravillosas he vivido en mi vida, y no me refiero exclusivamente desde el punto de vista musical. Desde la atalaya de la zona superior del claustro, donde nos apostábamos los periodistas y fotógrafos, mi vista se nubló en varias ocasiones y, rendido de emoción, me pellizqué para continuar trabajando para vosotros y mis periódicos. Por cierto, gracias a Información Úbeda por colocar ayer una foto mía en su portada con la imagen de la Agrupación Musical Ubetense en el concierto del jueves. A vuestra disposición, que para eso somos colegas del mismo grupo.

En próximas horas continuaré contándoos la ingente cantidad de cosas que están aún en el tintero. como la conferencia de Patrick Doyle, el concierto de música no cinematográfica del viernes y, naturalmente, el almuerzo que tenemos dentro de un rato con todos los compositores antes de partir hacia nuestros respectivos puntos de origen. Me prometí contaros el congreso cronológicamente, pero las emociones vividas con determinados eventos me han provocado una anarquía temporal que espero me disculpéis.

Foto 1: John Scott, con su elegante camisa blanca, en el centro de la orquesta, recibe los aplausos de un auditorio de pie que emocionó al compositor y director.
Foto 2: Alberto Iglesias y el alcalde de Úbeda aguardan el momento del inicio del acto mientras conversan.
Foto 3: Alberto Iglesias recibe la distinción Francisco de los Cobos de manos del primer edil ubetense.
Foto 4: Patrick Doyle, en el estrado central con las manos en los bolsillos, recibe las aclamaciones del auditorio.
Foto 5: Emotivo gesto de Fernando Velázquez mientras dirigía su partitura para la película El orfanato.

sábado, 12 de julio de 2008

Congreso a pleno rendimiento




Ya casi han transcurrido los dos días centrales en el programa del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda. A un ritmo frenético, apenas hay tiempo para almorzar o dormir cuando desde las diez de la mañana se inician los encuentros con los compositores, los conciertos y los actos paralelos.

Estoy enormemente satisfecho de la disertación ofrecida ayer viernes por Brouce Broughton. El autor de las prestigiosa banda sonora de El secreto de la pirámide entre otras fue nombrado presidente de este Congreso al finalizar el de 2007. Fue la primera vez que Broughton asistía y en esta segunda ocasión se le ve más suelto, con la afabilidad de siempre, pero con mayor locuacidad y una conferencia para enmarcar. A lo largo de 90 minutos explicó lo positivo que fue musicalizar el filme Silverado, cómo poner música a ciertas secuencias como la de la cueva protagonizada por Danny Glover y Scott Glenn y, en la lado negativo, su amarga experiencia con un director que no quiso nombrar por caballerosidad (sabemos que es Peter Hyams) cuando ni por asomo pudo dar con lo que aquél deseaba al encargarle un score "donde lo que quería era que primara los efectos sonoros y de acción" y que le hizo trabajar a destajo y mermar su creatividad por culpa de lo que podríamos llamar realizadores metidos a sabelotodo, entre ellos músico.

Broughton contó con la presencia de Elizabeth Evans, su asistente "y mano derecha" como él la calificó y que durante 15 años trabajó con Henri Mancini y otros ocho con Elmer Bernstein. Una auténtica fuente de conocimiento fueron sus palabras, narrando las experiencias vividas con el compositor de Desayuno con diamantes o Los diez mandamientos, tan distintos entre sí incluso a la hora de trabajar ("A Elmer era imposible interrumpirle en su trabajo para avisarle de algo, era una persona muy seria"). Elizabeth apuntó su experiencia catalogando toda la obra de Bernstein una vez que falleció el compositor de Los siete magníficos, así como lo enriquecedor que resultaba observando la anotaciones en las partituras. Evans también tuvo palabras para Mancini, "un hombre siempre dispuesto a trabajar".

En definitiva, Brouce Broughton a dado la mejor conferencia hasta el momento. Ha sido la cara, puesto que la cruz ha tenido como protagonista a Joel McNeely. Hoy nos ha hecho estar en el Teatro Ideal a las diez de la mañana pero, desgraciadamente, no preparó su disertación para hablarnos de su extensa obra con interesantísimas experiencias televisivas como Las crónicas del joven Indiana Jones, cómo escribir para un libro en lugar de un filme (Shadows of Empire) o su labor con Jerry Goldsmith cuando tuvo que trabajar con él para componer Air Force One. De eso habló apenas varios minutos porque alguien lo preguntó al final, pero McNeely, con toda la buena voluntad del mundo, prefirió orientar su charla a una sola banda sonora, así que se llevó una hora larga hablando de Tinkerbell, la película recientemente rodada sobre Campanilla, el enternecedor personaje de Peter Pan. Desconozco por qué un músico se prepara sólo una conferencia sobre una de sus obras y porqué la organización no le advierte para que no suceda algo que ya ha ocurrido en años anteriores con algún otro. Curiosas las proyecciones de las partituras, más propias para cursos de composición cinematográfica que para conferencias congresuales, así que nos quedamos sin conocer muchas cosas.

Carles Cases: "Que les den a los que me comparan con Nyman"

El compositor catalán habló el jueves sobre su obra. Con este personaje, un tipo ocurrente, chistoso en el buen sentido del término y sincero, me mantiene una relación amor-odio. Es capaz de decir diáfanamente en su conferencia que a él no le gusta el cine, que no es músico cinematográfico o "que les den" a los que le comparan con Michael Nyman cuando hace música minimalista para las películas de Ventura Pons. Eso le honra por hablar sin tapujos, apostillando conceptos sorprendentes como que "yo no me pongo a ver un tío en pantalla (sic) y compongo para eso, qué aburrido. Hago la música antes y que el director ruede después". Obviamente, alguien que hace eso produce un trabajo que se resiente posteriormente en pantalla. No hace falta que el compositor catalán jure que lleva a cabo este método porque viendo la mayor parte de las películas para las que compone se aprecia la escasa relación imagen-música en numerosas ocasiones.

Pero eso sí, es un musicazo por sí solo (sin contar con el cine), un excelente pianista y trabajó ocho años con Lluis Llach, lo que lo prestigia. Nos reímos mucho recordando como anécdota el estreno en Sitges de la película Fotos en 1993, dirigida por Elio Quiroga, cuya partitura escribió, al contar que "era un producto serio pero la gente en el cine comenzó a descojonarse a los diez minutos en el estreno porque era una película muy rara, con unas apariciones de la Virgen y estigmas...Estaba sentado al lado nuestra Tarantino y cuando terminó la película felicitó a Quiroga porque se había reído mucho, así que Elio fue muy inteligente y cambió el sentido del filme sobre la marcha, fue a la rueda de prensa y dijo que había hecho una película disparatada".

Le dije públicamente a Carles Cases que, curiosamente, yo estuve allí, en Sitges, aquel año, y acudí a aquella rueda de prensa. De hecho, tengo fotos con Elio y Mercedes Ortega, la chica protagonista y de, por cierto, buen ver. Y corroboré a todos que lo que había contado Cases era cierto. Nos reímos un rato. Ya colgaré las fotos de aquella disparatada rueda de prensa cuando se presentó Fotos en 1993. "Qué película tan rara, no me acuerdo de la música que hice para aquello", sentenció Carles, del que especialmente me entusiasman sus partituras para los filmes Morir (o no) y El porqué de las cosas, así como Mi nombre es sombra, dirigida por Gonzalo Suárez, un score muy al estilo illarramendi en algunos pasajes.

Me marcho ahora mismo para el gran concierto de esta noche. Después os sigo contando. Quedan muchísimas cosas por narrraros, entre ellas la charla de Patrick Doyle, el gran protagonista hasta ahora del Congreso, los premios de la gala de este sábado por la mañana y la noche de ayer. Necesito tiempo, Dios santo... :-)

Foto 1. Brouce Broughton junto con Elizabeth Evans.
Foto 2. Joel McNeely tocando la flauta en su conferencia con la partitura de Tinkerbell de fondo proyectada.
Foto 3. Joel McNeely y yo.
Foto 4. Carles Cases (i) fotografiándose con un aficionado.