martes, 21 de abril de 2009

Último Estreno

Un amigo me ha vuelto a decir que echa de menos aquellas noches del programa Último Estreno en Radio La Isla y que desde su desaparición forzada, en junio de 2005, las madrugadas de los martes, jueves y los domingos de sólo bandas sonoras no son lo mismo. Que hay que solucionar ese vacío.

Cada vez que me han venido durante estos casi cuatro años a decirme o a escribirme lo que hoy expongo -decenas de antiguos oyentes y conocidos- siempre he tratado de esbozar una sonrisa no de suficiencia, sino de amabilidad y comprensión hacia una audiencia fiel que mantuvo Último Estreno desde 1989 a 2005, nada menos que 16 años. Durante los meses después de la desaparición del programa de la parrilla de RLI me resultaban tan dolorosas aquellas noches sin mi programa, obligado por las circunstancias de aquella emisora del todo insostenible -ahora es una pálida sombra de lo que llegó a ser hace años- que cuando alguien me preguntaba explicaba vehementemente los motivos de mi marcha: aquella humillante silicona en las teclas del teléfono para que no "se gastara dinero" haciendo entrevistas, el baile de controlistas cuando los había, la alarmante falta de medios, el desprecio a nuevas iniciativas,... entre otras variopintas y numerosas causas propias de cualquier esperpento propio de las películas del tándem Jim Abrahams-Jerry Zucker. Con el paso del tiempo, consideré que ya no merecía la pena ofuscarse explicando las razones de aquella marcha, no precisamente por los oyentes que venían a apoyarme, sino porque siempre hay que mirar hacia adelante y pensar en el futuro, olvidando cosas que, conforme más transcurre el tiempo, te percatas del primitivismo en el que estabas sumido por culpa de terceros. Pero el fantasma aparece estratégicamente, ya que muchos siguen preguntándome por este asunto, incluso gente del cine a nivel nacional con los que mantengo contactos y que pasaron por los micrófonos del programa, interesándose también por mis críticas escritas durante 18 años y cómo tampoco han sido valoradas por algunos asnos.

Hay mucho camino por recorrer en los próximos meses en diversos ámbitos, pero quizá los amantes del cine tengan una sorpresa preparada para el futuro por internet. En unos tiempos en los que los medios en manos de catetos van cayendo por razones obvias -el tiempo todo lo pone en su lugar-, se abren otras ventanas en formatos del futuro que nos proporcionan inimaginables posibilidades. Y si ahora estamos trabajando en una futura radio para el Festival Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda -la que les ha caído nombrándome jefe de comunicación-, el abanico podremos abrirlo en poco meses.

Todo se andará. Incluso todo, y todos, terminan en el lugar que les corresponde.

domingo, 19 de abril de 2009

Anguita y la errónea simbología

El viernes me invitaron a la conferencia que ofreció Julio Anguita en la Facultad de Filosofía y Letras, dentro de los actos organizados por Izquierda Unida en una semana en la que en numerosas poblaciones españolas se ha analizado política y socialmente lo sucedido en la II República Española, que vio la luz el 14 de abril de 1931.

Anguita siempre ha sido un tipo interesante y, a pesar de mostrarse alarmantemente envejecido, sus palabras resultan dignas de mantener un debate político de altura de los que hoy día adolecen muchas de las discusiones entre líderes y cargos más jóvenes que él. En su día escribí en Arroz amargo sobre lo que Julio Anguita asevera respecto a la Monarquía y lo hice cuando José Antonio Barroso comenzó a bramar contra el rey Juan Carlos (http://arrozamargo.blogspot.com/2008/04/la-repblica-desprestigiada.html), algo nada nuevo bajo el sol cuando además muchas de las cosas que dice el alcalde de Puerto Real están escritas en libros que la Justicia ni el poder político secuestran ni sus autores son llamados al orden en la Audiencia Nacional. Debe ser cosa de que, como en este país no se lee, ya pueden incluir los libros los disparates o las incorrecciones políticas más insospechadas que da igual porque los libros no constituyen correa de transmisión para el ciudadano.

Casi trescientas personas asistieron a las dos horas y pico de Charla de Anguita, entre ellos republicanos de toda la vida, curiosos, estudiantes e ilustres docentes, como Alberto Ramos Santana, republicano convencido. A mí Anguita no me tiene que convencer de nada a estas alturas, y menos cuando insiste en afirmar que la República no consiste en darle un billete al monarca actual para mandarlo al exilio y cambiarlo por un presidente aun siendo elegido por las urnas. La República es mucho más que eso, asevera. Y lleva razón. Alcanzado un acuerdo en este sentido, lo que me parece un enorme error y una incongruencia es que el ex líder del PCE alerte sobre los "numerosos errores" sucedidos en la II República y la necesidad de no cometerlos en una tercera y sin embargo, sus colegas de formación reciban a los asistentes a la conferencia con una apabullante decoración de banderas tricolores e himnos trasnochados. En una sociedad a la que hay que llevar el mensaje prestándole una relevante importancia a las formas y la estética, no es comprensible que hablemos de República y lo hagamos relacionándola exclusivamente con la simbología de una II República a la que, precisamente, Anguita criticó con dureza, entre otros factores por la salida de madre de su anticlericalismo. Hubo una I República, de corta duración, en la que la bandera de España no era tricolor, y si los republicanos quieren calar en la sociedad española, debe abandonar simbología accesoria y que recuerdan tiempos convulsos. ¿Acaso no se puede ser republicano y defender la bandera roja y gualda con su escudo republicano como sucedió en la I República? Los izquierdistas de IU y el PCE están cometiendo una torpeza porque ahora es crucial llegar a la sociedad desprendidos de colores y canciones manidas, polémicas y manchadas de sangre, menos que la que se vertió por culpa del águila de San Juan y el lema 'una, grande y libre' pero rezumante de recelo y temor en los españoles. Si el propio Anguita habla de su 'nueva República' bien haría su formación en olvidar la simbología del periodo 1931-1936 porque hay mucho republicanismo y bueno más allá de una época en la que sus propios y carismáticos líderes admiten errores de bulto a la hora de defenderla. El pastel no sólo debe estar apetitoso, sino que su aspecto también debe invitar a hincarle el diente. Y esa asignatura parece que no quieren aprenderla en IU ni en el PCE.

jueves, 16 de abril de 2009

¿Errores de Hacienda?

Yo soy de letras y me siento muy orgulloso de no saber hacer una raíz cuadrada, que me parece algo aburridísimo. Ello no es óbice para que sienta cierto atractivo por cuadrar las cuentas de mi casa y hacer que dos más dos sean cinco en lugar de cuatro para llegar a fin de mes. Sumar las cantidades del coche, el garaje, la hipoteca, el móvil, internet, lo que hay en el frigorífico, la comida del gato y, por supuesto, los intereses filibusteros de los bancos, y compararlo con mis ingresos me produce risa floja, aunque ese primario ejercicio contable me gusta mucho. Debe ser que me va el cuero, el látigo y los pinchos.

No obstante, mis básicos conocimientos de sumas y restas no alcanzan como para ser un erudito a la hora de analizar tantas casillas en la Declaración de la Renta, ni a comprender cómo miles de ciudadanos que cobramos una porquería cada mes o estamos desempleados tenemos que pagar ahora trescientos, cuatrocientos o incluso mil quinientos euros. Soy tan básico que lo único que sé es que te llevas todo el puñetero 2008 currando por una humillante cantidad de dinero en una empresa de mierda y ahora te clavan. Será cosa de las deducciones, los gravámenes, las retribuciones dinerarias, el manguito o la trócola. Pero la realidad es así. Aunque puede que también sea debido a graves errores de Hacienda.

Hoy se ha descubierto que al menos 40.000 borradores remitidos a los contribuyentes contienen errores en las deducciones de vivienda. Se habla de declaraciones conjuntas, pero les adelanto que en próximas horas se descubrirán más fallos. Porque mi declaración es individual y...oh, qué curioso me resulta, aun sin saber de qué va tanto rollo de números: se han olvidado en mi borrador de mi vivienda y su carácter de "habitual", tal y como en años anteriores y como refleja en la fotografía el papelito de la parte inferior. Eso no lo he visto este año en mi borrador. Serán despistes del fisco. Y ya van dos en catorce días. Para pajas de Hacienda estamos...

Más información: http://www.cincodias.com/articulo/fiscalidad/Hacienda-detecta-nuevo-error-borradores-podria-afectar-40000-contribuyentes/20090416cdscdsfic_1/cdspor/

http://www.cope.es/economia/16-04-09--nuevo-error-hacienda-mas-un-millon-borradores-45073-1

martes, 14 de abril de 2009

Gracia gaditana versus burradas

Como nada ni nadie puede ser perfecto a excepción de la Macarena, el Señor de la Misericordia de San Fernando y el jamón serrano, la guasa gaditana también tiene su parte de desesperación. El cachondeo y la agudeza chistosa que lleva a gala legítimamente el gaditano nos sirve para desentumecernos de tanto panorama gris. Son señas de identidad trasladables en ocasiones a otras localizaciones andaluzas. Sólo así se entiende que hace un par de años me topara con un pilote de cemento en el suelo de cierta calle sevillana en plena Semana Santa y un chaval me dijera "ten cuidao, mi arma, que al suelo le ha salío un burto", lo que me hizo descojonarme y que me mandaran a callar delante del paso de palio de Los Estudiantes. En el caso de Cádiz, pues ya véis la fotografía de hoy. Siempre hay que ir presto a empuñar la cámara fotográfica o al menos utilizar el móvil para recoger cosas como la trasera de este ciclomotor, en la que su conductor no sólo nos invita a degustar cierta parte de su cuerpo, sino que nos lo ordena imperativamente. Me dan arcadas de imaginármelo, pero me parto de la risa con la ocurrencia de que le comamos su miembro viril al dueño de la moto, lo escriba además en el culo del vehículo y se quede tan pancho.

Todo esto tiene gracia. Otros lópez son las burradas que se escuchan cuando uno se viste de nazareno y lleva la cara oculta. El Jueves Santo no estaba yo como para permanecer pendiente del personal de la acera, pero alguna pillé. Como aquella individua hablando por teléfono que llegó a decir que "no sé qué paso es, pero estoy en la calle Ancha, vente pacá. Creo que es la Borriquita". Es decir, a las puertas de que a Cristo lo terminen de rematar, las túnicas negras, Jueves Santo y ella dice creer que mi paso lleva un pollino con alegres moscas vespertinas. Bien.

Veinticuatro horas después ya me relajo más. Anónimamente, en las filas del Santo Entierro con mi túnica de ruán y cirio a escasos metros de María Santísima del Mayor Dolor en Su Soledad, soporto como puedo a mocosos que piden cera hasta la desesperación...cuando los cirios están apagados por un jodido viento que me hizo pasar más frío que en la comunión del Yeti. Te das la vuelta hacia el centro de la calle en señal de recogimiento y penitencia personal y el niño te tira del antifaz, del fajín de esparto, de la manga, te da un pisotón y trata de apoderarse del cirio mientras berrea "¿Me da cera?". Me entra complejo de Pat Morita en Karate Kid con aquello de "Dar cera-pulir cera". Mientras tanto, los padres, felices por quitarse de su lado unos minutos a los niños coñazos, comen pipas de girasol y ríen, inconscientes de la relevancia de la jornada que en muchas otras poblaciones se vive con fervor y silencio en la vía pública. Queda tanto por aprender en San Fernando...

Pero vayamos al monstruario oral. Entre otras perlas sufridas en estas jornadas sacras, la frase del Viernes Santo fue la mejor de la Semana Santa. Les juro por Edison que es real. En una de las paradas en plena calle Real, me toca al lado un grupo cuyo cabeza de familia -de no más de 40 años y no menos de 35- sentencia con una máxima pontifical: "Míralos, si es que no pueden encender las velas. Digo yo que, con los adelantos que hay, ¿qué trabajo les costará ponerle una batería al cirio? Le pone una pila dentro y una bombilla arriba y ya está, los penitentes y la procesión iluminá, seguro que les iba hasta a costar menos trabajo y dinero...". Y se quedó tan pancho y orgulloso ante el asentimiento de su prole. País, que diría Forges...

viernes, 3 de abril de 2009

Mis Viernes de Dolores

Hoy es Viernes de Dolores. La liturgia relegó esta jornada en favor de la de septiembre para evitar duplicidad en la conmemoración. Pero los cofrades la mantienen como si fuera un derecho consuetudinario. Y como recordar los dolores de María una vez al año nos parece poco, y como su puñal atravesándole el corazón es doble en nuestro calendario, por dos veces aliviamos su dolor con flores, cera e incienso. De manera que la jornada de este tres de abril se convierten en las veinticuatro horas más marianas de cada año tras el 8 de diciembre.

Recuerdo que mi padre me inculcó la costumbre de visitar Sevilla cada Viernes de Dolores. Con apenas ocho años aguardaba impaciente este día para subirme al coche y emprender carretera hasta una ciudad que te recibe con una rabiosa mescolanza de fragancias y sentidos. La luz es más luz hoy en Sevilla, el trasiego de los templos es distinto incluso al de los próximos días y algunos aprendices de cofrades son más impacientes que aquel niño que fui. Por eso ya hay procesiones de pequeños por los barrios, y sus mayores preparan los pasos de varias hermandades que adelantan a mañana la presencia de la cruz de guía en las calles hispalenses.

Yo compraba velas y una bolsita de incienso con mi dinero ahorrado frente a la iglesia de El Salvador. La cera para dos pequeñas imágenes con las que recorría el barrio isleño de la Pastora nada menos que tres tardes de la Semana Santa junto con la chiquillería de aquellas calles y mis amigos de infancia. De infancia y de ahora en muchos casos, porque las hermandades sirven para muchas cosas y entre ellas para construir nexos fraternales indelebles. Con el incienso trataba de hacer parecer aún más aquellos infantiles cortejos a las procesiones que horas después veía en la calle, cuando los dos pasos los recogíamos hasta el patio de casa de mi abuela y nos apresurábamos para ir a la ducha y no perdernos ni un penitente, ni una insignia, ni un cargador, ni una marcha,...

Fueron muchos años de Viernes de Dolores en Sevilla. Después lo prolongué hasta el fin de semana y aquel ritual lo continué con amigos, novias, chicas inconfesables a las que les explicaba en cada templo cómo se borda un palio, el repujado de un varal y, sentados en un banco de San Lorenzo, cómo el Gran Poder quiso refugiarse una noche en la casapuerta de un despechado. Y ellas escuchaban y dirigían sus ojos ante aquellas desconocidas imágenes, absorbidas por lo recién descubierto.

El trabajo impidió que continuara la tradición del Viernes de Dolores y la trasladé a otros días de la Semana Mayor. En ocasiones voy el primer fin de semana, otras el Sábado Santo y Domingo de Resurrección, siempre el Martes Santo para ver mi hermandad de San Benito,... y la ineludible visita a San Gil. Allí espera Ella, con una insultante y paradójica soberbia, como una mujer que no entiende de la humildad y el sufrimiento que promulgó Su Divino Hijo... Ella está imponente, nada más entrar te apabulla, te invita a sentarte para musitar una oración entre miles y miles atendidas durante estos días. Siempre la Esperanza Macarena...

Mañana marcho para Sevilla y regreso el Domingo por la noche para vivir también intensamente la Semana Santa de San Fernando. Comienza el remolino de sentimientos, la locura de la fe y el corazón. "Tos por iguá, valiente. A esta é".