Joder, cómo están las cosas en el Cádiz CF. Y ya no hablo en el ámbito meramente futbolístico, que es lo que parece que nada más importa a muchos de golpe de pecho y venas marcadas los domingos. Hay otras cosas, y muy importantes. Reproduzco una nota de prensa que me envía el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) sobre la movida con la empleada Ana Valverde. Me limito a plasmarla, no a opinar. Estos del SAT parece que no se andan con remilgos. Y aunque tengo decenas de fotos de aquellos tiempos en los que trabajé con Ana y muchas vendrían como anillo al dedo, voy a tratar el tema gráfico con la misma imparcialidad que el textual, y pongo una foto de uno de los carteles de la campaña
Ahora más que nunca que se gestó en el que fue mi departamento de Medios y Comunicación. Ana se hartó de currar en aquella lucha por no perder abonados tras el descenso a Segunda, en el verano de 2006. Una campaña que seguro que algunos dicen por ahí que fue idea suya. Je.
El SAT también remite las sentencias. Contienen datos enormemente reveladores. Pero lo dejamos ahí.
"CADIZ C.F. 0 – TRABAJADORA 3
Mediante el presente escrito, desde el Sindicato Andaluz de Trabajadores/as queremos denunciar públicamente el grave incumplimiento de normativas laborales en el que continuamente parece recaer la Gerencia del Cádiz CF con algunas trabajadoras de su plantilla.
El ejemplo más grave y reciente de esa transgresión contante de la legalidad lo hemos vivido en la persona de Doña Ana María Valverde González, quien, a pesar de llevar trabajando en el club desde el año 2004 y de tener un contrato por obras y servicios que aún no había finalizado, resultó impunemente despedida en enero de 2009 argumentando
“causas económicas, organizativas y productivas”. Las condiciones en que se realizó el despido fueron tan inaceptables que ni siquiera se le entregó a la trabajadora despedida la indemnización a la que legalmente tenía derecho (2.440,62 euros), ya que, según le manifestó el propio club,
no había dinero para abonársela.La trabajadora obviamente no aceptó el despido y,
tras no encontrar el apoyo necesario en su delegado de personal, se dirigió a nuestro sindicato, donde acordamos presentar demanda solicitando su nulidad y exigiendo el regreso inmediato de la trabajadora a su empleo.
El juicio del caso se celebró el día 1 de abril de 2009 y a él acudieron para justificar el despido de Ana el Presidente del club, D. Antonio Muñoz, el abogado del Cádiz CF (y presidente del consejo local de hermandades y cofradías) D. Martín José García y un “auditor-censor jurado de cuentas” que se llevaron como testigo
para demostrar la presunta crisis económica del Cádiz.
Pero las reiteradas y preparadas exposiciones de tan insignes señores no lograron rebatir los sencillos argumentos de Ana y de su abogado, de tal forma que con fecha de 21 de abril el Sr. Juez titular del Juzgado de lo Social nº 3 de Cádiz dictó sentencia
declarando el despido nulo y condenando al Cádiz C.F. a la readmisión inmediata de la trabajadora. (Cádiz 0 - Ana María 1).
Con una sentencia tan clara, cualquier entidad mínimamente coherente o que, al menos, tuviese un elemental sentido de la justicia habría readmitido automáticamente a Ana con todos sus derechos e, incluso, se habría excusado con ella por lo ocurrido. Pero el Cádiz CF no actuó, desgraciadamente, así. En primer lugar (y aunque no tuvieron más remedio que readmitir obligatoriamente a la trabajadora) no se conformaron con la sentencia y la recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía; obviamente, están en su derecho, pero no nos parece (ante la contundencia de la misma) la actitud más coherente, ni tampoco la mejor opción para intentar corregir lo sucedido. Y, en segundo lugar, tras la obligada readmisión de la trabajadora, lo primero que hicieron con ella fue imponerle forzosamente el disfrute automático de sus vacaciones anuales, con la intención evidente de eludir su presencia y aparentar, así, que no habían perdido nada. Legalmente todo trabajador debe conocer sus vacaciones con, al menos, dos meses de antelación, salvo, al parecer, esta trabajadora del Cádiz, a la que el club aplica una estrategia absolutamente discriminatoria y vergonzosa que, a nuestro juicio, roza ya el acoso y la persecución más evidente.
Desde el SAT, como no podía ser de otro modo, presentamos una nueva demanda por esta nueva agresión. El juicio se celebró, y con fecha de 16 de julio de 2009 la señora juez sustituta del Juzgado de lo Social nº3 de Cádiz dictó sentencia declarando la nulidad del periodo vacacional y condenando al Cádiz C.F. a restablecer el derecho de la trabajadora al disfrute del periodo vacacional para el año 2009. (Cádiz 0 - Ana María 2).
Pero aquí no queda la cosa, tras la readmisión y días antes de la finalización de las vacaciones forzosas (luego declaradas nulas por sentencia judicial firme) la trabajadora recibió del Cádiz
una nueva carta de despido alegando, como vulgar excusa, el bajo rendimiento de la trabajadora. ¡! Pues claro ¡! ¿Como va a rendir la trabajadora estando de vacaciones forzosas? El propio Cádiz C.F reconocía, esta vez, la improcedencia del despido con la clara intención de quitarse de en medio definitivamente a Ana María a cambio de una indemnización a razón de 45 días por año. Pero, ni nuestro sindicato, ni la propia trabajadora estuvimos dispuestos a aguantar esta nueva agresión y presentamos una nueva demanda ante el juzgado, esta vez por evidente vulneración de derechos fundamentales, puesto que Ana María (antes de ser despedida por segunda vez) comunicó a la empresa su deseo de representar sindicalmente a los trabajadores/as del Cádiz, que así lo deseasen, bajo las siglas de nuestro sindicato, SAT. Aunque más que un deseo era una acción de primera necesidad, ante el aluvión de agresiones que estaba recibiendo de la empresa y
el desamparo más absoluto que experimentó por parte de los miembros del comité de empresa (compuesto íntegramente por delegados de CC.OO), los cuales, no sólo no apoyaron a la trabajadora en ningún momento del proceso, sino que, según declaraciones del letrado del Cádiz efectuadas en el primer juicio, estaban de acuerdo con la decisión tomada por la empresa. Para más INRI, el presidente del comité de empresa acudió al segundo juicio por despido como testigo citado por el Cádiz (aunque no les sirvió para mucho). El juicio se celebró, y con fecha de de 25 de septiembre de 2009 el señor Juez titular del Juzgado de lo Social nº2 de Cádiz dictó sentencia declarando el despido nulo y condenando a la empresa a que readmita a la trabajadora en su puesto y le abone los salarios dejados de percibir desde el día siguiente al cese hasta el día anterior a la readmisión. (Cádiz 0 – Ana María 3) ¡! HAT TRICK ¡!
De nuevo el Cádiz pierde un partido, aunque esta vez única y exclusivamente, por la ineficacia y prepotencia de sus dirigentes. La soberbia demostrada, al emperrarse en echar un pulso a las decisiones judiciales y poner de patitas en la calle a Ana María a cualquier precio, les ha llevado a pagar el sueldo íntegro de 9 meses, más pagas y vacaciones a una trabajadora que no ha pisado su puesto de trabajo. No creemos que esta deplorable gestión les haga mucha gracia al resto de accionistas de la entidad. Aunque quien más ha perdido en todo esto es, sin duda alguna, la trabajadora, que lleva casi un año sufriendo las crueles decisiones de estos señores, calvario que ha repercutido sensiblemente en su salud física y mental.
Para nuestro sindicato lo ocurrido con esta trabajadora es totalmente inaceptable. No se puede comprender que un club con la imagen pública del Cádiz, que hace bandera constantemente de su gaditanismo y que llama sin cesar al esfuerzo y apoyo de todos los gaditanos/as tenga, sin embargo, esta forma de actuar con una trabajadora gaditana que sólo aspira a mantener su trabajo y ganar un sueldo dignamente (¡¡quien se puede creer que los presuntos problemas económicos del Cádiz se iban a resolver despidiendo a una trabajadora “mileurista” contratada para “venta de entradas”!!). Y aún menos normal resulta, siempre desde nuestro punto de vista, que esa práctica sea defendida por una persona que, como Presidente del Consejo Local de Hermandades y Cofradías, tantas veces ha exaltado en sus intervenciones el respeto, la tolerancia y la caridad entre los seres humanos. Si no recordamos mal, Jesús, el del evangelio, el crucificado, el que las hermandades exhiben en sus pasos de Semana Santa, siempre estuvo al lado de los débiles y en contra de los poderosos, defendió a los pobres y no a los ricos.
Lástima que muchos de sus actuales seguidores olviden, al parecer, tan a menudo ese importante matiz.
Desde nuestro sindicato animamos a todos los trabajadores y trabajadoras a, que como Ana María, luchen hasta el final por su puesto de trabajo y a no permitir que un empresario pisotee sus derechos laborales impunemente. En los tiempos que corren, un puesto de trabajo es un bien muy preciado y hay que luchar por él hasta el final aunque el camino, con empresarios tan desalmados, sea largo, duro y tormentoso.
También queremos agradecer públicamente a nuestro letrado Francisco Javier García Páez su dedicación, interés y el buen trabajo realizado esperando que, al menos en este caso, no tenga que volver a intervenir, aunque mucho nos tememos (conociendo el “modus operandi” de estos señores feudales del siglo XXI) que no será así.
Por último nos gustaría hacer una mención especial a la presentadora y algunos comentaristas del programa de Onda Cádiz, “El submarino amarillo” quiénes en un alarde de desinformación supina o en un derroche de servilismo periodístico, comentaron en el citado programa algo así como que “el despido de esta trabajadora era una cosa normal que ocurre todos los días en las empresas”, avalando en todos sus términos la postura adoptada por la empresa. Nos gustaría saber con qué eminentes disquisiciones nos deleitarán ahora tan doctos tertulianos después de conocer el resultado de la tercera sentencia.
SINDICATO ANDALUZ DE TRABAJADORES/AS
(UNIÓN LOCAL DE CADIZ)".