viernes, 18 de julio de 2008

Que no se queden en el tintero

Para que no se queden en el tintero, aun corriendo el riesgo de ser un pesado con el extraordinario congreso de música de cine celebrado en Úbeda, hoy cerraré las referencias a él apuntando, junto con la crónica de la conferencia del compositor Patrick Doyle, otros actos que tuvieron lugar acompañados de varias fotografías.

Ya lo reflejé en su momento, pero no me gustaría pasar por alto algo a lo que parece que pocos le han prestado atención: el concierto público de la Agrupación Musical Ubetense con temas de películas y el cierre del recital con el himno de la asociación BSO Spirit, adaptado por el músico gaditano José Dopico. La fotografía que véis demuestra además la belleza de una ciudad como Úbeda.

Esta otra foto corresponde al concierto estrella del sábado, con la particularidad de que se ve a Joel Mcneely dirigiendo (creo que no he subido ninguna foto de este acto con él llevando la batuta) y sentados, a la izquierda en primera fila, Alberto Iglesias junto a David Doncel. En la fila de la derecha están Patrick Doyle, el productor Robert Townson, Brouce Brougton y con camisa blanca, John Scott. Si os fijáis en la parte superior de la imagen, a la derecha, veréis a Fernando Velázquez con camisa blanca y chaqueta negra a medio colocar conversando con otra persona, aguardando el momento de subir al escenario para dirigir El orfanato.


Justo y merecido homenaje quiero ofrecer con esta fotografía a los organizadores de la gala de los premios Goldspirits a las mejores bandas sonoras y compositores del año. Conservando el espíritu de estos pasados años (y que no decaiga), tienen menos verguenza que una chirigota del Carnaval gaditano. Hacen números humorísticos y caústicos sobre compositores, bandas sonoras sospechosamente parecidas, proyectan montajes que este año han sido desternillantes como el de las monjas de Sister's Act con la música de La profecía o Espartaco con la canción de Horner-Celine Dion de Titanic y se visten con trajes de películas para representar momentos estelares. Los compositores presentes se parten de la risa y nosotros también. Al final de la gala, salieron a saludar al público.


Fernando Velázquez se llevó el Goldspirit a mejor compositor revelación, entregado por la delegada de Cultura del Ayuntamiento ubetense, Elena Rodríguez, mientras que Roque Baños (abajo) recogía varios premios como el de mejor compositor del año y mejor compositor español. Aseguró estar más nervioso recogiendo el Goldspirit que el Goya y bromeó en varias ocasiones. Roque está muy a gusto asistiendo a este congreso desde hace dos años.




jueves, 17 de julio de 2008

Música no cinematográfica

Muy interesante el concierto que, dentro del IV Congreso Internacional de Música Cinematográfica Ciudad de Úbeda, ofrecieron los compositores el viernes 11 de julio en el auditorio del Hospital de Santiago dedicado a piezas que han escrito que no corresponden al mundo del cine. Un buen número de compositores no sólo se han volcado en hacer scores, sino que también son autores de partituras contemporáneas o piezas que no están confeccionadas para acompañar a secuencias ni escenas del celuloide.

En estas imágenes vemos algunos momentos del recital. Brouce Broughton, al piano, ofreció más de media hora de música y demostró su talento en este ámbito. Sus piezas fueron las más interesantes y estuvo acompañado por varios músicos excepcionales. En sus obras para piano y violín contó con un virtuoso como es David Quiggle (lo podéis ver en la fotografía siguiente), y en la Variación para flauta y piano se vivió uno de los momentos más esperados de la noche, ya que al citado instrumento pudimos ver a Joel McNeely. Es la fotografía que corresponde a la apertura. Por su parte, Veselin Todoreov interpretó la trompeta en la pieza Oliver`s Birthday for Trumpet and Piano. También lo véis en las fotos.

El siguiente personaje que podéis observar cantando en actitud mística es Konstantin Fertl. No tratéis de saber quién es. La gracia está en que es director de cine y a una de sus películas le puso música Christoph Zirngibl, que está en la foto tocando el piano y que era en realidad el invitado. Al parecer su colega, aparte de dirigir cintas, sabe cantar, así que a Úbeda vino a ofrecer sus gorgoritos en una pieza de Zirngibl.

También ofrecieron obras de su autoría Christopher Slaski, Marc Vaillo y Carles Cases, además de Fernando Velázquez, que lo véis en la última fotografía sonriendo al observar la partitura mientras trataba de tocar el chelo. Y es que el viento jugó una mala pero leve pasada al compositor de El orfanato y sus partituras volaron justo cuando Marc Vaillo iba a comenzar a tocar el piano y él acompañándolo. En ese gesto divertido lo pillé cuando pudo dominar los pentagramas...



martes, 15 de julio de 2008

¡Monstruario del congreso! (II)

Seguimos con esta 'interesante' exposición de lo más granado del congreso desde un apolíneo punto de vista...

Hércules y sus dos leones...


Esas gesticulaciones son provocadas de tanto recordar escenas de obras maestras como Top Secret, Aterriza como puedas o series televisivas que van desde Lost hasta Amar en tiempos revueltos....


El ratón Pérez también quiso asistir al congreso ubetense, no sabemos si para entablar conversación con la protagonista de Ratatouille, filme flamante ganador de tres premios Goldspirits este año.

El buen desarrollo del concierto del sábado provoca imágenes como esta en algunos de los organizadores durante una de las piezas de Doyle. Las cámaras lo recogen todo, hasta la merecida felicidad por el trabajo realizado.


Un recordatorio del pasado año 2007 para establecer las morbosas comparaciones. Luis sigue igual tanto física como mentalmente, es decir, continúa con su problema de 'Zimmeritis' aguda. Sergio tiene menos pelos un año después... en barbilla y bigote.

¡Monstruario del congreso! (I)

Paréntesis entre las 'solemnes fotos' del almuerzo del congreso para pasar un rato divertido. No hace falta comentar nada al ver estas imágenes. Ni siquiera decir quiénes son cada uno. Y espero que me enviéis más vosotros (arrozamargo.blogspot@gmail.com) para publicarlas, porque sé que en algunas cámaras hay joyas inolvidables (¡Asier, tiembla!). Así podremos completar este Monstruario de Úbeda 2008.


El almuerzo de clausura (IV)

Congresistas y organizadores comparten mesa en el almuerzo de clausura del evento.


Alguno de los componentes del equipo organizador no tiene reparos en servir cava a sus colegas y a los aficionados...


Una de las mesas del almuerzo celebrado en el hotel Ciudad de Úbeda.


En la mesa se observan a Alberto Iglesias (Hable con ella, Volver, El jardinero infiel), ubicado a la derecha, mientras que en el centro con camiseta negra se ve a Carles Cases (El porqué de las cosas, Vivir o no) y a la izquierda, mirando a la cámara con gesto masticador, David Doncel.


Brouce Broughton y yo tras intercambiar unas palabras sobre la relevancia de este congreso.

El almuerzo de clausura (III)

Otra de las mesas de congresistas e invitados al IV Congreso Intercional de Música de Cine Ciudad de Úbeda.


Una mesa más. Merece la pena observar además que a este encuentro anual asisten aficionados de todas las edades.


La mesa donde se sentaron Patrick Doyle y Christopher Slaski (Beyond the Sea, Semen una historia de amor), a los que se les puede ver a la derecha junto al director de cine Juan Antonio Bayona (El orfanato).


Otro grupo de aficionados y participantes en los actos del congreso.


Un grupo de aficionados degustan el postre. Uno de ellos parece totalmente satisfecho, a tenor de su saludo...

El almuerzo de clausura (II)

David Doncel se dirige a los presentes antes de entregar el galardón a Brouce Broughton.


Fernando Velázquez y yo tras el almuerzo. Curioso diálogo el sábado, instantes justo antes del concierto: "JC: -¿Todo preparado, Fernando? F: -No, pero ahí está la gracia de estas cosas...". Y salió fenomenal...


Imagen de una de las mesas del almuerzo con congresistas e invitados.


Imagen de una de las mesas del congreso, en concreto la mía.


Otra panorámica de una de las mesas del almuerzo.

El almuerzo de clausura (I)

Patrick Doyle (Mucho ruido y pocas nueces, Atrapado por su pasado, Frankenstein) entona una partitura con miembros del coro Ziryab tras el almuerzo de clausura del congreso.


John Scott (Marco Antonio y Cleopatra, El final de la cuenta atrás) es todo un caballero y magnífica persona. Se acercó a las mesas a brindar con nosotros por la música de cine.


Brouce Broughton (El secreto de la pirámide, Tombstone, Rescatadores en Cangurolandia) recibe el galardón de BSO Spirit por su presencia en el congreso desde hace ya dos años y como presidente de honor del evento de manos de David Doncel, coordinador.


¿De qué hablarían Roque Baños (Alatriste, No somos nadie, Segunda piel, Los crímenes de Oxford) con Patrick Doyle al acabar el almuerzo? Buena charla tenían casi apartados del resto...


Brouce Broughton ofrece unas emotivas palabras a los presentes tras recibir la característica estatuilla de BSO Spirit, que representa al gran compositor Jerry Goldsmith. Su mujer lo observa con mirada de satisfacción. Tras él, el compositor Joel McNeely (Voluntad de hierro, Mulan II, Air Force One), disfrutando del momento en un segundo plano.

En próximas horas hablaremos de los encuentros que mantuvimos con los compositores Patrick Doyle y Fernando Velázquez, que son algunos de los que faltan por comentaros la crónica de manera similar a los textos subidos en estos pasados días. Además, hay que decir algo de los ganadores en la gala de los Goldspirits de 2008 y de la ceremonia en sí. Impagables los vídeos y desternillante el coro de Sister´s Act con la música de La profecía... ;-)

Por lo pronto, os subo las fotos del almuerzo de clausura del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda: compositores, las mesas, etc. Lo haré en varias tandas. Los videos los colgaré en próximas horas en mi apartado del youtube.

lunes, 14 de julio de 2008

Dopico adaptará 'El orfanato' a banda

El músico José Dopico Doncel, uno de los responsables departamentales de la Banda Municipal de Música de San Fernando (Cádiz), tendrá a su cargo la adaptación e instrumentación para banda de la música original de la película El orfanato, escrita para orquesta por el compositor Fernando Velázquez.

Así lo acordaron ayer ambos músicos en el transcurso de una toma de contacto mantenida durante las últimas horas de celebración del IV Encuentro Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda. Mi buen amigo y excelente músico José Dopico recibirá en próximas semanas la partitura en Sibelius, uno de los programas informáticos empleados por los profesionales para trabajar con mayor comodidad, y a partir de ese momento tendrá una ardua tarea por delante. Ya nos lo dijo ayer el propio Fernando Velázquez: "Es que adaptar y escribir para banda no es nada fácil", porque los instrumentos de la orquesta deben ser 'transformados' en los que poseen las bandas y conservar la mayor fidelidad posible, entre otros muchos vericuetos de los que realmente saben profesionales como Fernando y José.

Estas son algunas de las satisfacciones que dan encuentros como el de Úbeda, tanto profesionales como personales. Me alegro mucho por Dopico porque tiene un trabajo que quedará para la historia cuando en muchos lugares del mundo se interprete la extraordinaria música de Fernando Velázquez, ofrecida por una banda. Jose ya ha escrito este año la adaptación del himno oficial de BSO Spirit, la asociación que organiza el Congreso, y que para orquesta confeccionó Aritz Villodas.

En la foto, Fernando Velázquez conversa con José Dopico en los prolegómenos del almuerzo de ayer domingo.

Qué de cosas me quedan por contaros de Úbeda. Y amenazo con hacer realidad mi idea de anteayer y que conocen algunos congresistas. Así que preparando una cosilla estoy para que veáis bien completo lo que ha sido el congreso este año...

domingo, 13 de julio de 2008

Concierto apoteósico





Cuando éramos quinceañeros, sólo en ocasiones nos atrevíamos a escuchar los scores completos en vinilo. Conforme avanzó el tiempo, nuestra cultura musical y el interés por conocer realmente la relevancia de la música cinematográfica en todo su desarrollo y su aportación capital a las imágenes nos hizo comprender hasta los más recónditos temas incidentales.

Éramos muy jóvenes y lo que nos parecía delicioso era grabar una cinta cassette (lo de los discos compactos vendría posteriormente) recopilando temas principales, de amor, "el de la batalla" o el de "aquella secuencia cuando el malvado asesina a la protagonista". Que levante la mano el que no tenga una decena de recopilaciones con los 'main titles' de Ben Hur, Leyendas de Pasión, Cinema Paradiso, Love Story, mucho de John Barry y otros tantos de reconocida asimilación auditiva de John Williams o Jerry Goldsmith.

Aquellas joyas, que eran el reflejo de nuestra selección particular y que nos hacía alcanzar el orgasmo musical una y otra vez, me vinieron anoche a la mente conforme se desarrollaba el extraordinario concierto que, bajo el título de 'Un saludo a la música de cine' y ofrecido por la Orquesta Filarmonía con el Coro Ziryab, se constituyó en el momento culminante del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda.

Es probable que me quede en mi vida por cubrir un buen ramillete de conciertos en congresos o eventos similares. Pero lo vivido anoche resultó único y quizás irrepetible, porque fue lo más parecido a aquellas recopilaciones de las que hacía mención anteriormente. Aún con el vello erizado, resulta difícil explicar que lo vivido en el bellísimo patio del Hospital de Santiago ubetense fue un tarro de esencias, de perfumes, mucho más allá que cualquier concierto que pueda ofrecer una orquesta con la obra de un solo compositor. Anoche rememoraba lo vivido hace ya una década en Sevilla con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en homenaje a Patrick Doyle, o el concierto a Georges Delerue,... pero lo de Úbeda ha sido distinto.

A ver quién es capaz de contener tanta emoción cuando recibes en tres horas las sensaciones producidas, en una sola noche, escuchando en directo Tombstone de Joel McNeely; Con la muerte en los talones de Bernard Herrmann bajo la batuta también de McNeely; la overtura de Mucho ruido y pocas nueces, el propio Patrick Doyle dando con su voz la introducción al Non Nobis Domine de Enrique V, el emotivo homenaje a Basil Polidouris con la interpretación (extraordinaria) de La caza del Octubre Rojo o la belleza y elegancia de Marco Antonio y Cleopatra de John Scott, acompañada de la suite de El final de la cuenta atrás. Cuántas ocasiones hemos revisitado la película en aquellos años ochenta frente al televisor, impresionados por la banda sonora y su leit motiv... Quién nos iba a decir que íbamos a conocer a Scott en persona, que junto con Doyle fue quien más cosechó aplausos del público, dirigiendo una orquesta frente a nosotros, delitándonos con los sones que acompañaban al portaaviones Nimitz en la pantalla...

Eso sucedió este sábado en Úbeda. Y con ellos, con los clásicos, la presencia de Roque Baños, Fernando Velázquez disfrutando hasta casi levitar dirigiendo su partitura para El orfanato con el rostro que véis en una de las fotografías que acompaña a estas letras.

No hay palabras. Sí las hubo, las emotivísimas de Robert Townson, director artístico de congreso verbi gratia al estratégico y acertado nombramiento otorgado por los chicos que capitanea David Doncel, que puede estar enormemente satisfecho después de haber superado con nota la organización del concierto que, para bien o para mal, es el evento de mayor repercusión de todo el congreso a nivel promocional y ciudadano.

Mención especial para la Orquesta Filarmonía, mucho más suelta que en la ocasión anterior, seguramente con más horas de ensayo y con algo fundamental en estos casos que se apreció a legua: el entendimiento con los compositores-directores desde el primer momento, en días pasados, lo que hizo que las piezas sonaran excepcionalmente, con unas trompas brillantes, una percusión complicada en temas como La creación de Frankenstein, compuesto por Patrick Doyle o la excepcional complicidad entre Roque Baños y el coro en Los crímenes de Oxford. Vaya forma de dirigir tiene nuestro amigo Roque. Para mí no es nada nuevo, pero una vez más lo refrendé. Vaya manera de recuperar los compases de algunos músicos de la orquesta sin que apenas fuera perceptibles ligeros y pequeños desfases. Vaya cómo utilizó la batuta John Scott. Vaya fidelidad y cariño en Pascual Osa, director de la orquesta, dirigiendo las piezas de Doyle. Cómo sonó Shadows of Empire bajo la batuta de su creador, Joel McNeely, preludiando sus notas con la famosa fanfarria de Star Wars,...

Mención especial también para el preludio del concierto, con la entrega de la distinción Francisco de los Cobos al Mérito en las Artes para el compositor español y varias veces nominado al Oscar Alberto Iglesias. El galardón lo ha instituido el Ayuntamiento de Úbeda, que está muy implicado con el Congreso al ser consciente del potencial que supone este acontecimiento para la ciudad. Iglesias se dejó fotografiar con aficionados y agradeció el galardón, animando a los organizadores a continuar con esta bendita locura iniciada hace cuatro años.

Pocas noches tan maravillosas he vivido en mi vida, y no me refiero exclusivamente desde el punto de vista musical. Desde la atalaya de la zona superior del claustro, donde nos apostábamos los periodistas y fotógrafos, mi vista se nubló en varias ocasiones y, rendido de emoción, me pellizqué para continuar trabajando para vosotros y mis periódicos. Por cierto, gracias a Información Úbeda por colocar ayer una foto mía en su portada con la imagen de la Agrupación Musical Ubetense en el concierto del jueves. A vuestra disposición, que para eso somos colegas del mismo grupo.

En próximas horas continuaré contándoos la ingente cantidad de cosas que están aún en el tintero. como la conferencia de Patrick Doyle, el concierto de música no cinematográfica del viernes y, naturalmente, el almuerzo que tenemos dentro de un rato con todos los compositores antes de partir hacia nuestros respectivos puntos de origen. Me prometí contaros el congreso cronológicamente, pero las emociones vividas con determinados eventos me han provocado una anarquía temporal que espero me disculpéis.

Foto 1: John Scott, con su elegante camisa blanca, en el centro de la orquesta, recibe los aplausos de un auditorio de pie que emocionó al compositor y director.
Foto 2: Alberto Iglesias y el alcalde de Úbeda aguardan el momento del inicio del acto mientras conversan.
Foto 3: Alberto Iglesias recibe la distinción Francisco de los Cobos de manos del primer edil ubetense.
Foto 4: Patrick Doyle, en el estrado central con las manos en los bolsillos, recibe las aclamaciones del auditorio.
Foto 5: Emotivo gesto de Fernando Velázquez mientras dirigía su partitura para la película El orfanato.

sábado, 12 de julio de 2008

Congreso a pleno rendimiento




Ya casi han transcurrido los dos días centrales en el programa del IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda. A un ritmo frenético, apenas hay tiempo para almorzar o dormir cuando desde las diez de la mañana se inician los encuentros con los compositores, los conciertos y los actos paralelos.

Estoy enormemente satisfecho de la disertación ofrecida ayer viernes por Brouce Broughton. El autor de las prestigiosa banda sonora de El secreto de la pirámide entre otras fue nombrado presidente de este Congreso al finalizar el de 2007. Fue la primera vez que Broughton asistía y en esta segunda ocasión se le ve más suelto, con la afabilidad de siempre, pero con mayor locuacidad y una conferencia para enmarcar. A lo largo de 90 minutos explicó lo positivo que fue musicalizar el filme Silverado, cómo poner música a ciertas secuencias como la de la cueva protagonizada por Danny Glover y Scott Glenn y, en la lado negativo, su amarga experiencia con un director que no quiso nombrar por caballerosidad (sabemos que es Peter Hyams) cuando ni por asomo pudo dar con lo que aquél deseaba al encargarle un score "donde lo que quería era que primara los efectos sonoros y de acción" y que le hizo trabajar a destajo y mermar su creatividad por culpa de lo que podríamos llamar realizadores metidos a sabelotodo, entre ellos músico.

Broughton contó con la presencia de Elizabeth Evans, su asistente "y mano derecha" como él la calificó y que durante 15 años trabajó con Henri Mancini y otros ocho con Elmer Bernstein. Una auténtica fuente de conocimiento fueron sus palabras, narrando las experiencias vividas con el compositor de Desayuno con diamantes o Los diez mandamientos, tan distintos entre sí incluso a la hora de trabajar ("A Elmer era imposible interrumpirle en su trabajo para avisarle de algo, era una persona muy seria"). Elizabeth apuntó su experiencia catalogando toda la obra de Bernstein una vez que falleció el compositor de Los siete magníficos, así como lo enriquecedor que resultaba observando la anotaciones en las partituras. Evans también tuvo palabras para Mancini, "un hombre siempre dispuesto a trabajar".

En definitiva, Brouce Broughton a dado la mejor conferencia hasta el momento. Ha sido la cara, puesto que la cruz ha tenido como protagonista a Joel McNeely. Hoy nos ha hecho estar en el Teatro Ideal a las diez de la mañana pero, desgraciadamente, no preparó su disertación para hablarnos de su extensa obra con interesantísimas experiencias televisivas como Las crónicas del joven Indiana Jones, cómo escribir para un libro en lugar de un filme (Shadows of Empire) o su labor con Jerry Goldsmith cuando tuvo que trabajar con él para componer Air Force One. De eso habló apenas varios minutos porque alguien lo preguntó al final, pero McNeely, con toda la buena voluntad del mundo, prefirió orientar su charla a una sola banda sonora, así que se llevó una hora larga hablando de Tinkerbell, la película recientemente rodada sobre Campanilla, el enternecedor personaje de Peter Pan. Desconozco por qué un músico se prepara sólo una conferencia sobre una de sus obras y porqué la organización no le advierte para que no suceda algo que ya ha ocurrido en años anteriores con algún otro. Curiosas las proyecciones de las partituras, más propias para cursos de composición cinematográfica que para conferencias congresuales, así que nos quedamos sin conocer muchas cosas.

Carles Cases: "Que les den a los que me comparan con Nyman"

El compositor catalán habló el jueves sobre su obra. Con este personaje, un tipo ocurrente, chistoso en el buen sentido del término y sincero, me mantiene una relación amor-odio. Es capaz de decir diáfanamente en su conferencia que a él no le gusta el cine, que no es músico cinematográfico o "que les den" a los que le comparan con Michael Nyman cuando hace música minimalista para las películas de Ventura Pons. Eso le honra por hablar sin tapujos, apostillando conceptos sorprendentes como que "yo no me pongo a ver un tío en pantalla (sic) y compongo para eso, qué aburrido. Hago la música antes y que el director ruede después". Obviamente, alguien que hace eso produce un trabajo que se resiente posteriormente en pantalla. No hace falta que el compositor catalán jure que lleva a cabo este método porque viendo la mayor parte de las películas para las que compone se aprecia la escasa relación imagen-música en numerosas ocasiones.

Pero eso sí, es un musicazo por sí solo (sin contar con el cine), un excelente pianista y trabajó ocho años con Lluis Llach, lo que lo prestigia. Nos reímos mucho recordando como anécdota el estreno en Sitges de la película Fotos en 1993, dirigida por Elio Quiroga, cuya partitura escribió, al contar que "era un producto serio pero la gente en el cine comenzó a descojonarse a los diez minutos en el estreno porque era una película muy rara, con unas apariciones de la Virgen y estigmas...Estaba sentado al lado nuestra Tarantino y cuando terminó la película felicitó a Quiroga porque se había reído mucho, así que Elio fue muy inteligente y cambió el sentido del filme sobre la marcha, fue a la rueda de prensa y dijo que había hecho una película disparatada".

Le dije públicamente a Carles Cases que, curiosamente, yo estuve allí, en Sitges, aquel año, y acudí a aquella rueda de prensa. De hecho, tengo fotos con Elio y Mercedes Ortega, la chica protagonista y de, por cierto, buen ver. Y corroboré a todos que lo que había contado Cases era cierto. Nos reímos un rato. Ya colgaré las fotos de aquella disparatada rueda de prensa cuando se presentó Fotos en 1993. "Qué película tan rara, no me acuerdo de la música que hice para aquello", sentenció Carles, del que especialmente me entusiasman sus partituras para los filmes Morir (o no) y El porqué de las cosas, así como Mi nombre es sombra, dirigida por Gonzalo Suárez, un score muy al estilo illarramendi en algunos pasajes.

Me marcho ahora mismo para el gran concierto de esta noche. Después os sigo contando. Quedan muchísimas cosas por narrraros, entre ellas la charla de Patrick Doyle, el gran protagonista hasta ahora del Congreso, los premios de la gala de este sábado por la mañana y la noche de ayer. Necesito tiempo, Dios santo... :-)

Foto 1. Brouce Broughton junto con Elizabeth Evans.
Foto 2. Joel McNeely tocando la flauta en su conferencia con la partitura de Tinkerbell de fondo proyectada.
Foto 3. Joel McNeely y yo.
Foto 4. Carles Cases (i) fotografiándose con un aficionado.

viernes, 11 de julio de 2008

McNeely: "La música de Herrmann es engañosamente sencilla"




Comenzó hoy el IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda de la mejor manera posible: con una mesa redonda en la que el compositor Joel Mc Neely y el productor Robert Townson desgranaron la obra de Bernard Herrmann, uno de los grandes clásicos de la música cinematográfica, autor de una buena parte de las partituras de las películas de Alfred Hitchcock entre otros apasionantes trabajos.

A decir verdad, el Congreso ha comenzado este jueves para todos, pero ya ayer miércoles tuvo lugar un interesante taller de composición de música de cine que viene francamente bien para los que tengan intención de dedicarse al mundo de los scores. Tras la habitual rueda de prensa de presentación del evento por la mañana y la recogida de material y credenciales, el Hospital de Santiago ya presentaba un extraordinario ambiente a las cinco de la tarde, a pesar del exasperante calor que azota Úbeda en estas horas.

Nueva alegría y satisfacción, cada año de mayor tamaño: Sergio, venido de Málaga, y sus cariñosos piques para buscarme la lengua con James Horner; Asier, que teme no poder venir a tomar copas estas noches donde rememorar clamorosas secuencias de Aterriza como puedas o Top Secret al colaborar con los organizadores en diversos actos;... y muchos más, entre ellos David Doncel, al que un sincero abrazo nada más llegar espero que le sirva como apoyo a la ingente labor direccional de este acontecimiento que tendrá que ostentar durante cuatro días.

Y cómo no, gente desesperante. Conrado Xalabarder, que en un mal día alguien decidió que colaborase con este congreso y eso le ha servido para aprovecharse y convertirlo en su cortijo particular en determinados aspectos. Yo no tengo nada contra el crítico de Fotogramas. Es más que probable que sus contactos sirvan para que los organizadores cuenten cada año con algún que otro compositor español, pero alguien debería decirle que lo suyo es hacer crónicas cortas de las bandas sonoras en su revista y no presentar galas, y aún menos con la pasmosa falta de respeto que sufrimos ayer. A ver, para que de una vez por todas quede claro y no perdamos el tiempo ni el espacio de este blog con este asunto: ¿Para qué coño emplea Xalabarder el inglés durante toda la hora de ceremonia de entrega de distinciones a jóvenes compositores promesas -los premios llamados Goldspirits-? Esto es Úbeda, con un 90% de congresistas españoles, varios guiris y algun compositor aislado que acude a este acontecimiento puntual. Si es así y el idioma oficial del Congreso supongo que es el mismo que el de este país donde tiene lugar el evento, ¿por qué tenemos que aguantar a Xalabarder en un inglés además nefasto? ¿Signo de petulancia? Pero si inglés sabemos todos, alma de cántaro. Si fuera sánscrito tendrías cierto mérito. No me molesta por el hecho de que no lo entienda, que no tenemos obligación ninguna de ser bilingües, porque ya me encargué de saber inglés desde pequeño y lo he practicado mucho en los festivales de Sitges o San Sebastián, por poner dos ejemplos. El hecho es que debe ser al revés, Conrado, 'picha', como decimos en Cádiz: tú hablas en español y después si quieres traduces tu frase al inglés para los tres foráneos sentados. Pero ya ni siquiera al contrario, hasta tuviste la desfachatez de decirle a la ganadora que diera las gracias en inglés cuando la chica había comenzado a hablar en su lengua materna, que es la nuestra: el español. ¿Pero de qué va esto, joder? ¿Y por qué te vistes como un tramoyista de un teatro de pueblo para nada menos que presentar una gala? ¿Por qué ese descontrol con la imagen? ¿Por qué parece un loro leyendo?
¿Por qué tantas cosas inexplicables?

Dejemos a Xalabader desbocado y a rienda suelta -todo un problema para el Congreso, insisto- y vayamos a lo mejor del día: la mesa redonda sobre Herrmann.

Joel McNeely ha recuperado un buen lote de partituras de este maestro para remasterizarlas o volverlas a dirigir editando los cds para que así los aficionados puedan conocer más exactamente la obra del gran autor de Marnie la ladrona, La batalla del río Neretva o Vértigo. Ha dirigido sus partituras y sus comentarios merecieron la pena tanto como el titular que nos dio a los escasos minutos de comenzar su alocución: "La música de Herrmann es engañosamente sencilla". Continuaba reflexionando al respecto, apuntando que "a veces veo las partituras y digo 'aquí no hay nada'. Pero no es así...".

Momento brillante la proyección de una secuencia de Con la muerte en los talones en la que Cary Grant espera en una parada de autobús de carretera, antes del famoso tiroteo de la avioneta. Para esa secuencia, Herrmann compuso música que Hithcock jamás quiso utilizar. Vimos la secuencia sin el score incidental, tal y como ha pasado a la historia, y después con la música que finalmente pudo grabar el tándem McNeely-Townson en 2007.

Se produjo un interesante debate y una votación auspiciada por los disertadores: la mitad del auditorio era partidario de la supresión de la música y la otra mitad de que el filme se hubiera quedado tal y como musicalizó Herrmann. El propio Joel era partidario de esto último y Robert de aprovechar el silencio de la secuencia como preludio de la próxima escena con la avioneta.

Particulamente le hice una pregunta capciosa a Townson: Si era defensor de suprimir aquella música que aportaba un constante pero casi imperceptible ritmo de timbal y de suspense ideal para la espera del protagonista, también lo sería para suprimir el frenético tema que Herrmann compuso para la huida en coche de la protagonista de Psicosis ya anocheciendo y diluviando, ya que el caso era muy similar. Cuestión de globalidad y uniformidad de cada película, me contestaron ambos, de ver realmente qué viene después de cada secuencia o previa a ellas para darle ritmo a cada filme. Pues vale.

Townson dijo frases interesantísimas, como en él es habitual. "El propio Hitchcock escribía en escenas de Vértigo textos que decían "Dejamos este escena para el señor Herrmann", indicando que "tenía una forma y estilo que, escuchando varias notas, sabemos que es él. Abarcó una diversidad de estilos y con Ciudadano Kane introdujo un sonido radicalmente nuevo en Hollywood".

Herrmann el arquitecto

Se mostraron en la pantalla las partituras originales de puño y letra de Herrmann para varias bandas sonoras, entre ellas el tema del asesinato de Psicosis. McNeely aseguró que "seguramente él se divertía componiendo sobre la forma de su música en el papel. En Psicosis, las notas conforman triángulos. Creo que componía de forma arquitectónica". Townson apostilló esta reflexión. "Sus notas se apelmazaban cuando llegaba al final del papel, era como un niño cuando se le acaba la hoja", para aseverar McNeely a modo de broma que "antes de leer las partituras de Herrmann yo tenía la vista perfecta y ahora uso gafas".

John Scott y el polémico 'Robin Hood'

Otra de las conferencias destacadas fue ayer la de John Scott. Compositor de Greystoke o la efectiva y espectacular, aunque reiterativa en el filme El final de la cuenta atrás, fue muy duro con la música cinematográfica de hoy. "Hay muy poca originalidad en la música de cine actual. Una película tiene mucha música y te surge una melodía, pero el productor o el director la quitan para que no distraiga de la imagen. Espero que eso cambie", señaló entre otras reflexiones.
Destacó su trabajo para Marco Antonio y Cleopatra, "mi primera oportunidad para trabajar con orquesta y coro. Compuse ese score muy nervioso, me dieron tres semanas para hacerla y era un filme de dos horas y media. Me morí miles de veces, pero aquí estoy", aseveró entre las sonrisas de los asistentes.

La polémica afloró cuando reveló un nuevo proyecto: La película Robin Hood muda rodada en 1922 será estrenada próximamente con música de John Scott. El caso es que, al estar grabada en 18 imágenes por segundo, ha habido que pasarla digitalmente a 24 como el cine actual para evitar esa sensación de velocidad anacrónica que observamos en el cine mudo. Por ello, el filme tiene tres horas. Temerosos de tanto metraje, ni cortos ni perezosos le han metido la tijera para que tenga una duración estándar, que pueda ser proyectada en los cines con un mínimo de garantías de asistencia de público. Le dije a Scott en el debate público que me extrañaba que todo un caballero como él permitiera que se mutilara la obra de un director por el mero hecho de colocarle una nueva música, pero no dio muestras de sentirse arrepentido por esta más que discutible iniciativa ni tener cargo de conciencia. Me replicó argumentando que "en aquellos años se tenía otro concepto del metraje, de la duración...Esto es adaptarlo a los tiempos actuales. Habrá puristas que digan lo que tú estás argumentando, eso lo sé...".

Concierto y adaptación de José Dopico

Abandonamos el Hospital de Santiago para marchar a la plaza Vázquez de Molina, donde la Agrupación Musical Ubetense ofreció un concierto de piezas de música cinematográfica adaptadas a banda. Suenan bien estos músicos, pudimos disfrutar de adaptaciones bien hechas y resueltas por la agrupación como un popurrí de John Williams o Éxodo y otras desafortunadas por la mala labor del arreglista -ajeno a la banda, son partituras buscadas incluso fuera del país- como el caso de Superman. Lo más destacado desde el punto de vista emotivo fue la última pieza, el himno oficial de BSOSpirit y del Congreso, estrenado por vez primera en público y que ha sido arreglado de orquesta a banda por mi amigo José Dopico, un encargo de David Doncel que acertó una vez más. Qué maravilla de adaptación que viste y oíste de pie como uno más y sin que nadie explicara nada en el escenario. Ejem.

Son las tres de la madrugada, os adjunto fotografías de lo que os he contado de hoy y mañana a las diez es la primera de las conferencias sobre la música de Brouce Broughton. Seguiremos actualizando...

Foto 1: La mesa con Robert Townson (i) y Joel McNeely (d) en el debate sobre Bernard Herrmann.
Foto 2: La partitura original del asesinato en la ducha de Psicosis, proyectada para los asistentes.
Foto 3: John Scott durante su disertación.
Foto 4: La Agrupación Musical Ubetense ofreciendo el concierto de música de cine.