domingo, 6 de julio de 2008

Quiénes apuestan... y quiénes no.

Parece que sí hay instituciones públicas que, afortunadamente, le prestan importancia al cine y a la música cinematográfica. Mientras algunos ayuntamientos han decidido que el séptimo arte hay que relegarlo de su programación de ocio estival a pesar de siete años de éxito, la Diputación Provincial de Cádiz sí muestra la suficiente sensibilidad como para ofrecer un atractivo programa que conjuga cine y música de manera acertada. Cierto es que estamos a años luz de otros lugares donde se apuesta realmente por eventos de relevancia a la hora de ofrecer a los ciudadanos espacios de los que también viven nuestros placeres y gustos. Alguien parece empeñado en que sustituyamos nuestro amor al celuloide por la nada o alguna que otra casposa ¿iniciativa?, o que formemos parte de los que deben gustarnos por narices ¿artistas? que ofrecen medio centenar de conciertos en mes y medio, teniéndolo hasta en la sopa, o nos traguemos lo que quieren las emisoras comerciales. De nuevo pan y circo. Y la basura sin recoger.

Pero de eso hablaremos mañana, que el asunto tiene sustancia. Antes voy a consultar con un par de amigos abogados, incluyendo el mío, y a buscar jurisprudencia en internet durante esta madrugada, porque si pago impuestos para que me limpien los contenedores de la puerta de mi casa, ¿puedo negarme a abonarlos cuando no lo hacen? ¿Tengo que ser objetivo prioritario, pagar los daños colaterales de no sé qué puñetas de disputas entre una empresa y sus trabajadores? ¿El Ayuntamiento de San Fernando se va quedar mirando y va a pronunciar esa sonrojante frase tan propia del liberalismo salvaje que le gusta practicar a algunos de que "es-un-conflicto-empresa-empleados-y-ahí-no-entramos?" ¿Usted que me gobierna me ve cara de imbécil cuando me dice eso o el imbécil es usted? Déjeme que vaya preparando un pliego de descargos para escribirlo con runas góticas, o si lo prefiere en perfecto andalusí, y le adelanto un texto que diga algo así como "es-un-conflicto-que-me-importa-un-carajo-porque-yo-pago-para-que-me-quiten-la-mierda-de-la-puerta-o-si-no-no-suelto-un-euro".

Pero de esto ya hablaremos largo y tendido mañana. Les decía que la Diputación de Cádiz sí parece sensibilizada con el cine. Durante julio y agosto ha programado un interesante ciclo de proyecciones en el que las protagonistas serán las películas dirigidas por el italoamericano Francis Ford Coppola. El padrino, La Conversación o Bram Stoker Drácula serán algunas de las cintas que podremos ver... y oír. Porque además de volver a deleitarnos con estas joyas, lo más importante es el afortunado atisbo de la institución provincial por mostrarnos la relevancia de la música en el cine y, aunque parece que queda mucho para que podamos ser civilizados en este aspecto y organizar conciertos de bandas sonoras a cargo de orquestas y conferencias de críticos de música cinematográfica o mesas redondas, menos da una piedra, por lo que podremos deleitarnos con las proyecciones de las películas de Coppola preludiadas este martes día 8 de un concierto en directo. "Para recordarnos que debemos asistir a las proyecciones con los oídos bien abiertos, el ciclo arranca con un concierto del quinteto de cuerda de la Orquesta Manuel de Falla, que interpretará fragmentos de las bandas sonoras de las películas programadas, con obras de Nino Rota, Carmine Coppola o Wojciech Kilar". Así reza el programa anunciado en la cartelería distribuida por Cádiz (por cierto, muy acertado el cartel anunciador, que les reproduzco arriba). Si quieren más información, la encontrarán en http://www.dipucadiz.es/

No pierdan ni un instante porque la entrada es por invitaciones. Allí nos vemos. Y en próximos días, el jueves para ser más exacto, comienza el IV Congreso Internacional de Música de Cine Ciudad de Úbeda, al que asisto los cuatro días como periodista acreditado y friky consumado para cubrir todo lo que va a acontecer en esta maravillosa localidad jiennense. Me llevaré el portátil, así que todas las noches, desde el jueves, les dejaré aquí la crónica del día con fotos y entrevistas a los compositores. Vaya gozada, porque tienen anunciada su presencia maestros como Patrick Doyle (Sentido y sensibilidad, Frankenstein), John Scott (El final de la cuenta atrás), Joel McNeely (Regreso a nunca jamás), Roque Baños (No somos nadie, Alatriste) o Brouce Broughton (El secreto de la pirámide), entre otros. El equipo de jóvenes que dirige David Doncel ha creado un 'monstruo' en Úbeda que vi nacer hace cuatro años y que se ha convertido en el encuentro cinematográfico musical más importante de España. Asistir y en un futuro colaborar más estrechamente con ellos va a ser un placer. Más información en http://congreso.bsospirit.com/

jueves, 3 de julio de 2008

El nuevo canon

Mamelucos y talibanes no temblaron a la hora de destruir obras de arte. Apéndices nasales de grandes efigies, entre otros atributos, quedaron arrancados de cuajo como los colosos fueron a dar con sus bloques de piedra en el suelo para siempre jamás. Ahora llega una nueva hornada de borricos pardos que no usan pico y pala (eso aún menos) para acabar con los cánones de belleza ideados por los creadores de nuestra civilización. Vayan preparando sus retinas porque lo armónico y elegante es ahora lo que prima en forma de mal gusto y grasa, así que aprovechen para ir este verano a Italia a pesar de la crisis y contemplen el David antes de que los horteras que marcan las nuevas tablas de la ley le apliquen el bombillo bicicletero a una de las orejas de la obra de Miguel Ángel y se muestre como ven a partir de ese luctuoso momento.

El triunfo de la Selección Española de fútbol sirvió para algo más que inculcar un coyuntural sentido patrio y hacernos los gallitos delante de los hooligans, tiffosi o cualquier grupo radical de otro país que brama a muerte a favor de las selecciones de sus naciones. Comprobé que ganar la Eurocopa sirve para que los bares hagan una caja más que apetecible en una noche de domingo, que las barracas se hinchen a vender pistachos o que ahora todo el mundo arrase las tiendas donde poder comprar banderas españolas corroídas por los ratones durante años, porque ya me dirán quién puñetas adquiría una bandera patria antes del domingo. ¿Para ponerla en el jardín como hacen los americanos? Aquí no hay vergeles, sino patios de vecinos en los que seguro que algún vecino hijoputa te la manga a los diez minutos de colocarla. Y para nada, sólo por el mero hecho de fastidiar, después la utiliza la madre para limpiar con Netol. Eso sí, algún amante de las procesiones sí compra insignias rojas y gualdas una vez al año para la procesión del Corpus. Menudo negocio el de Confecciones El Siglo, si tuviera que depender de vender banderas españolas...

Ganar la Eurocopa sirvió para un cachondeo que no se lo pensaba ni Luis Aragonés. Está bien salir de la monotonía diaria, que el pueblo se divierta con el despótico concepto ilustrado del pan y circo, que para eso la plebe está amargada, no puede pagar su hipoteca, su coche, subsiste explotada en el trabajo o los más jóvenes lo pasan mal estudiando todo el día.

Pero se la da circunstancia de que la mayoría de los que contemplo dando vueltas como posesos en la noche que ganamos la Eurocopa (título apropiado para una pretenciosa película) nos deja entrever algo a lo que tenemos que encontrar contestación: O esta sociedad está lleno de horteras que siguen al nuevo Miguel Ángel o sólo salen los angangos y canis a la calle.

Bienvenidos a la fiesta futbolera. Todos a la calle, con el mismo chándal comprado en Los Gitanos que también usan para dar una vuelta el sábado por la noche. Que no falte el cordón de oro y el anillo camaronero. La camiseta del hermano pequeño no le está bien, pero es lo mismo, las prominentes barrigas aparecen por las calles dejando ver ombligos peluseros y por encima de ellos los colores rojo con ribetes amarillos; a las espaldas todo un compendio de números y nombres.

Qué de gente fea, coño. Los hay feos, como yo, pero peor es estar contrahecho o sin acabar. Hay gente mal hecha y otros que parecen que no fueron terminados o se pasaron con el material. Qué de gritos ordinarios en los bares, que de niños pequeños herederos del más aberrante angangismo que ha invadido las ciudades y aprovechan estas oportunidades para hacerse ver más allá de lo que ya los sufrimos. Qué de churros tatuados en las rabadillas y tangas sobresaliendo por los chándals manchados de lamparones. Qué de tetas prominentes de niñas con rabillos de los ojos embadurnados de negro. Qué de hipopótamas escotadas y qué de enanos con colgantes berreando.

Debe ser problema mío, tendré conciencia de clase, aunque el pijerío me repugne igual que los horteras que saturan nuestra sociedad. Ahora los pijos han dado una vuelta de estilo. Pijos y derechas han guardado las corbatas en los cajones, lo que se lleva es chaqueta y camisa abiertita por arriba, nada de trozo de tela vertical colgando del pescuezo. Mariano Rajoy era el único que llevaba corbata en el congreso-teatro del PP, el resto tenían muy bien aprendido el nuevo método de modernización pepera y acercamiento al pueblo. Ya tienen solucionado el problema de la carestía de votos, de lejanía del pueblo: se denosta la corbata y santas pascuas. Algo así como Felipe González y su estratética y estudiada chaqueta de pana en tiempos más revueltos. Manda cojones.

miércoles, 2 de julio de 2008

Cuidadito, Bibiana

Cuidadito, que están hurgando en las heridas. Quizás lo sepas, pero el que avisa no es traidor, es sólo un avisador. El peculiarismo de tus intervenciones y apariciones en estos meses ha servido también para que tus enemigos (de la derecha, me refiero, de los otros hablaremos en próximos días) ya no sólo traten de atacarte con argumentos políticos.

Sé cautelosa. Periodistas de una conocida revista a nivel nacional andan como locos buscando qué hacías de joven, quiénes son tus ex novios, de dónde has salido y de paso intentar saber si eras buena vecina y cualquier resquicio personal e intransferible con el que puedan hacerte daño.

Intereconomía va por ti, poniendo a sus huestes a llamar por teléfono como locos a periodistas gaditanos y a todo aquel susceptible de que diga algo que puedan usar en tu contra.

Átate los machos. O las machas, como desees.

lunes, 30 de junio de 2008

¿El nuevo Opus Dei?

El periodista de El País Jesús Rodríguez publica un extraordinario trabajo sobre Kiko Argüello (http://www.elpais.com/articulo/portada/Kiko/colera/Dios/elpepusoceps/20080629elpepspor_3/Tes/). Os recomiendo que no os lo perdáis, no sólo por el contenido, sino por la excepcional manera de redactar una radiografía tan concreta del personaje en cuestión.

El Vaticano ha dado su espaldarazo al movimiento neocatecumenal que fundara en su día este líder mesiánico y grandilocuente en sus reflexiones. Tras años en los que los denominados 'kikos' se han movido subterráneamente en la Iglesia expandiéndose desde sus bases al instalarse como comunidades en las iglesias de las más recónditas poblaciones, su estructura piramidal ha servido para que Benedicto XVI los haya admitido como entidad oficial de evangelización eclesial.

¿Conforman los 'kikos' el nuevo Opus Dei de la Iglesia? Un somero repaso a la trayectoria de los neocatecumenados sirve para corroborar las sorprendentes coincidencias entre ambos movimientos, con la diferencia de que resulta chocante que en el siglo XXI podamos asistir al crecimiento de tendencias de esta índole en el seno de la Iglesia y más aún en la sociedad.

No voy a censurar a los neocatecumenados con la misma crueldad que ellos emplean en condenar a la mayoría de los mortales, entre otras cosas porque existe la Misericordia de Dios, virtud que muchos parecen no querer emplear o no son capaces por su dificultad y que personalmente, por afinidad cofrade, trato de practicar. No obstante, es probable que mis comentarios de hoy sirvan para ganarme sus iras que ellos creen divinas, algo que me importa un rábano con bicho dentro.

Lo que resulta obvio es que no beneficia para nada a la Iglesia y a su progreso hacia lo social el refrendo de un grupo que admito está rodeado de ínfulas críticas que pueden considerarse exageradas en ciertos aspectos, pero que todos, incluido su fundador que se jacta de ello, sabemos que conforman el ala más ultraconservadora de la Iglesia.

Si los cristianos tenemos que dar respuesta hoy día a lo que la sociedad nos exige, no sé qué puñetas hacemos garantizando oficialmente comunidades donde los textos de sus ceremonias se retrotraen al dogmatismo más casposo, sus conceptos morales son sectarios y las cuentas económicas de su cúpula permanecen en el más estricto de los secretos. En la experiencia más cercana, todos hemos vivido la desestabilización provocada por estas comunidades en templos de la Diócesis gaditana, sus exacerbados ataques a las entidades religiosas que consideran más "progresistas" (entre ellas movimientos católicos obreros y hermandades) y la semilla de la crispación generada ante la fagocitación de todo lo que supone la estructura y organización parroquial.

Flaco favor hace el Vaticano validando una facción que bien pudiera ser investigada por la comisión en el Congreso que analiza las sectas en España. En estos pasados años no dudaron en advertir sobre la peligrosidad de determinados grupos como los testigos de Jehová o los mormones. ¿Acaso son más nocivos que los neocatecumenados, observando la trayectoria hilvanada por éstos?

Millón y medio de seguidores, presencia en más de un centenar de países, medios propios de comunicación y discursos en los que impera la condena expresa a la homosexualidad, "que es una enfermedad que se cura" (Argüello dixit), así como construcciones faraónicas o ataques a las chicas por llevar faldas o el ombligo al aire. No lo extraigo de El País. También, pero conozco casos personalmente.

En definitiva, más vacuidad para una Iglesia que necesita soplos de aire fresco reales que parecen no interesar al Vaticano, más ocupado en que la "doctrina de la fe", de la que siempre ha entendido mucho Benedicto XVI, persista por siempre.

jueves, 26 de junio de 2008

Noche de tele con Ninette y Lucía

Anoche era una buena ocasión para disfrutar del televisor. Gruñiendo ante lo que se ve también se disfruta porque se extraen conclusiones con el objetivo de aprender cada día un poco más.

Los alemanes ganaron su partido ante los turcos imitando a Italia, es decir, si hacer apenas nada. Por cierto, ¿alguien ha visto alguna vez, o al menos desde hace treinta años, un encuentro futbolístico con cuatro jugadores barbudos? Hasta en el equipo teutón conté uno. Ya creíamos que a los del balón sobre el césped no les salía pelo en la cara, como tampoco hemos visto jamás un soldado romano en una película con rostro tupido. Los habría, digo yo...

Lo más interesante llegó tras la semifinal de la Eurocopa. Dos películas españolas, dos, como anuncio taurino: Ninette y Lucía y el sexo.

Lo del calificativo de interesante utilizado al principio es en clara referencia a Elsa Pataky y Paz Vega, porque como ejercicios cinematográficos más vale no hablar demasiado. José Luis Garci tiene un gusto por el costumbrismo que no es nada nuevo, y como cineasta me parece único en España desde el punto de vista estilístico y como director coral. ¿O acaso es algo que sólo posee Pedro Almodóvar? Pero no entiendo cómo el director de extraordinarias cintas pudo hacer un filme de nefastas interpretaciones y cuyo magnífico físico de la Pataky es apenas lo único salvable.

A mí Asignatura pendiente me parece lo mejor de Garci, con esa honestidad en cada uno de los ámbitos de la película, desde un rodaje donde el espectador tiene todo lo que contempla tan mascado como la misma vida y sin pirueteos extraños, hasta un guión que es tan real como un templo. Y vaya final... Volver a empezar era menos sustancial pero más proclive a los halagos, y ello se vio en forma de premio en lo más alto de la meca del celuloide. Y de otros productos suyos como Las verdes praderas o El abuelo me quedo con momentos de gran brillantez.

Por ello no me explico este ejercicio de adaptación novelística con alguna ínfula acertada -el padre de Ninette tocando la gaita, el amigo encarnado por un gran Enrique Villén-, pero que no deja de ir cayendo conforme avanza el metraje hasta el tedio y una resolución deficientemente adaptada del texto literario. Eso sí -y no me acusen de machista que no van por ahí los tiros-, lo de Elsa Pataky es absolutamente glorioso desde el punto de vista estético.

Lo otro de la noche también lo es, aunque para disfrutar de Paz Vega, tanto actoral como físicamente, les recomiendo mejor Carmen, de Vicente Aranda. Lo de Lucía y el sexo hubiera quedado bien como un cortometraje, porque lo que hace Julio Medem no deja de ser un corto ampliado, con estilo de rodaje propio de éstos, que se pierde en los minutos en los que una historia exagerada va recorriendo unos vericuetos demasiado artificiales. Y cada vez me confirmo más en manifestar mi sorpresa ante los que consideran al compositor Alberto Iglesias como un maestro, por mucho que haya estado nominado a dos Oscar. Vaya partitura. Tan mala como el resto de lo que ha escrito. Y me las he tragado casi todas en las películas y en CD, que conste. Tanto es así que sufrí a Iglesias en los Encuentros de Música de Cine de Sevilla, en un concierto, y dentro de varias semanas tengo entrevista con él y unas conferencias en el marco del Congreso Internacional de Música de Cine de Úbeda. De esta cita ya les contaré en próximos días algo más de lo que les ha adelantado estos últimos meses. Ya espero con ansiedad esos conciertos y charlas con John Scott, Patrick Doyle, Fernando Velázquez o Joel McNeely. De este último estoy repasando ahora Shadows of Empire, la banda sonora que compuso para un libro que se basaba en La guerra de las galaxias. Hay que tener bemoles para escribir una partitura para un libro.

martes, 24 de junio de 2008

Ruido

Ahí los tienen, enfrentándose por cuáles son los logos más atractivos para los fastos de 2012 en Cádiz. Viva La Pepa y abajo la pena, la misma que padezco al ver tanto oropel con estériles resultados.

Quedan dos años para que San Fernando acoga la celebración del bicentenario, que al paso que vamos se quedará en unos juegos deportivos y, cómo no, una procesión magna con todos los pasos de Semana Santa en la calle cual pasarela Cibeles pero por la calle Real. Eso si no está manga por hombro con las obras del polémico tren tranvía. Y, a decir verdad, con respecto a la magna, todos los pasos tampoco. Sé de varias hermandades que no se prestarán a esta exhibición ideada por políticos para manipular el verdadero sentido de fe de las imágenes. Una tengo claro que no estará allí. Así lo dice el artículo 29 de su Reglamento de Régimen Interno, que no permite la salida de sus titulares para eventos "que no sean de naturaleza y carácter estrictamente religioso".

Para entonces es difícil saber si la sociedad isleña ya habrá colmado el vaso de su paciencia. Y la gaditana, dos años después, para qué hablar. Estamos en un 2008 para olvidar, en el que cada semana nos desayunamos en los periódicos expedientes de regulaciones de empleo y despidos. De Dragados a Altadis, de Delphi a los pequeños y medianos comerciantes. ¿Tendremos ganas de exhibiciones de imágenes para el 2010 al ritmo de desangre que llevamos? Es probable que llegados ese momento nos hayamos cansado de tanto paso en la calle fuera de su fecha. Como también es posible que nos importe un pimiento cuál será el logo final para Cádiz 2012, entre otras cosas porque los ciudadanos están más preocupados en querer pensar que sus políticos van a reactivar esta nefasta situación económica, empresarial y social antes que celebrar doscientos años de una constitución que a nadie le interesa conocer. Podemos preguntar en la calle a cincuenta gaditanos quién reinaba en España en el año 2012, vamos a partirnos de la risa, por no llorar, con las respuestas...

Si lo desean me pueden llamar demagogo. Pero la gente no quiere fiestas, ni vestirse de soldaditos franceses con fusiles de juguete y señoras con delantales y madroñeras para dar vueltas por las ciudades gaditanas mientras suena la banda del pueblo. Y menos dentro de dos años ante la que va a caer. Sabe Dios a cuánto estará la gasolina en 2010 y lo que costará la factura de la luz en 2012. Pero algunos viven en sus cuitas por quítame allá la palabra Cádiz del logo, pon un barquito y llámale al puente como la tata que va al Carranza. Y si podemos mangar creando cargos públicos políticos, mejor... para ellos.

Alguien quiere vendernos como la panacea y las soluciones para San Fernando la celebración de unos desfiles en 2010 mientras la ciudad se muere, sumida en una creciente pobreza y a la cola del desarrollo provincial. En Cádiz se adivina la inercia del absolutismo y de la dejadez que acabó con el socialista Carlos Díaz, pero ahora no tiene bigote, sino que va de rubia. Aunque para entonces, todos calvos por los efectos del ruido. Ruido de logos, ruido de discusiones políticas por conferencias de liberales inútiles en lugar de golpes en la mesa para crear empleo. Ruido de tambores y trompetas a destiempo. Ruido de cháchara inútil sobre el papel de la Iglesia en el 2012. ¿Y el de ahora, ante la sangría laboral que padecemos? ¿La curia obispal no piensa abrir la boca antes que firmar convenios con Zarrías por utilizar un edificio?

Lo decía Joaquín Sabina. Ruido, mucho ruido...

"Mucho, mucho ruido,
ruido de tijeras,
ruido de escaleras
que se acaban por bajar.
Mucho, mucho ruido,
tanto, tanto ruido.
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final...
Tanto ruido y al final
la soledad.
Ruido de tenazas,
ruido de estaciones,
ruido de amenazas,
ruido de escorpiones.
Tanto, tanto ruido.
Ruido de abogados,
ruido compartido,
ruido envenenado,
demasiado ruido.
Ruido platos rotos,
ruido años perdidos,
ruido viejas fotos,
ruido empedernido.
Ruido de cristales,
ruido de gemidos,
ruidos animales,
contagioso ruido.
Ruido mentiroso,
ruido entrometido,
ruido escandaloso,
silencioso ruido.
Ruido acomplejado,
ruido introvertido,
ruido del pasado,
descastado ruido.
Ruido de conjuros,
ruido malnacido,
ruido tan oscuro
puro y duro ruido.
Ruido qué me has hecho,
ruido yo no he sido,
ruido insatisfecho,
ruido a qué has venido.
Ruido como sables,
ruido enloquecido,
ruido intolerable,
ruido incomprendido.
Ruido de frenazos,
ruido sin sentido,
ruido de arañazos,
ruido, ruido, ruido".

viernes, 20 de junio de 2008

Llega la artificialidad: 'Sexo en Nueva York'

Prepárense para guardar colas interminables esperando ver una de las carajotadas del año. Ya es 20 de junio y se estrena Sexo en Nueva York. Hay quienes la esperan más que si fuera la primera vez que Michael Curtiz nos ofreciera Casablanca, por poner un ejemplo de cine de verdad.

La horrenda serie televisiva llega ahora a la pantalla grande porque, indefectiblemente, tenía que suceder. Si se han realizado versiones para el celuloide absolutamente desafortunadas de series como Starsky y Hutch o Los vengadores, ¿cómo no vamos a sufrir filmes de cosas pretenciosas y artificiales como Sexo en Nueva York?

Estoy solo en el mundo respecto a mi rechazo a la serie, lo sé. Es lo mismo que me sucede con Blade Runner, debo ser el único que se aburre soberanamente al verla. Pero ya estoy acostumbrado a vivir contracorriente en esto del cine sin necesidad de ser un snob, porque mis argumentaciones las suelo exponer de una manera muy diáfana.

Me hace gracia que me digan que no entiendo Sexo en Nueva York porque soy un hombre. Si fuera al revés y afirmara a cualquier mujer que es ella la que no comprende nada porque determinada serie es para hombres, estaría ya marcado con la cruz del machismo y vilipendiado en todos sitios. El cine es universal en su lenguaje y también lo es para los ojos de quien lo ve, independientemente del sexo del espectador de la butaca. Admitamos lo proclive de ciertas historias hacia determinados sectores sociales, pero de eso a decir que una película no se entiende “porque eres un hombre” me parece una afirmación tan insustancial como discriminatoria.

No me gusta Sexo en Nueva York porque es tan mentirosa como vacua. Envuelta en una pretenciosa idea de exponer el mosaico reflexivo que pueden dar de sí cuatro mujeres diferentes, es difícil encontrar en algún capítulo un resquicio de inteligencia en lugar de artificialidad y diálogos forzados para provocar teóricos debates sobre los hombres y el sexo que finalmente se convierten en lo menos importante ante su intrascendencia al primar lo que encierra el trasfondo de la serie: una sucesión de marcas comerciales, mucho glamour que contemplamos como pobres deseosos de imitar el consumismo americano y un insulto a la verdadera espontaneidad, ámbito en que resulta difícil además vencernos a los españoles.Todo esto en cuanto a la serie. La película... imagínense. El beneficio de la duda lo mantendré hasta su estreno para no prejuzgar. Pero si el pilar es esa bazofia que pulula por las televisiones...

Paralelamente a lo engañoso de la ¿base? de Sexo en Nueva York, esta nueva adaptación sirve para recordar otras series llevadas al cine a lo largo de estas décadas con desigual fortuna. Una de las mejores fue El fugitivo (1993). Andrew Davis versionó los episodios que dirigió Roy Huggins contando como principal baza con Harrison Ford como protagonista, y le salió un producto muy entretenido.

Se habla de un futuro rodaje de Mazinger Z, un filme basado en la famosa serie de animación japonesa. Pero conviene recordar que aquel producto televisivo ya tuvo su película en el cine a finales de los 70, Mazinger Z: el robot de las estrellas, un espanto fraudulento que en realidad no era la famosa máquina de Koji Kabuto.

Y otro día hablaremos de Misión imposible, Starman, Fama o Hulk, que ya tiene dos películas, una de ellas también de estreno hoy.

miércoles, 18 de junio de 2008

El género y sexo de Bibiana Aído

Conozco a Bibiana Aído. Es de ese tipo de mujeres con los que cuentan partidos políticos como el PSOE que da gusto comprobar su empeño en hacer valer los valores que, durante años, muchos retros se dedicaron a enterrar.

La diferencia entre una política teóricamente progresista y defensora de la igualdad y una feminista recalcitrante es que la primera conoce cierto refrán chino y la otra no, concretamente aquél que dice que todo el mundo es tonto durante cinco minutos al día y que el secreto radica en no pasarse de ese tiempo. Obviamente, sustituyamos el insulto por cualquier otra labor capaz de realizar el ser humano.

De manera que llega el momento en que la feminista ve las mismas conspiraciones que en su día creían sufrir los fascistas, ella urdida por todo hombre que la rodee, y aquellos por los rojos judeomasones. En definitiva, son tan grotescos unos como otros, porque entre los muchos motivos despreciables que ostenta la radicalidad se encuentra lo ridículo de sus formas y lo estentóreo de sus ademanes.

Está claro que una ministra no puede ser estentórea ni grotesca, porque entre otras cosas va a venir a darles la razón a los que dijeron que para qué puñetas fue nombrada. Pero a Bibiana le pierde situarse en Madrid y continuar con la misma forma de hacer política que en su provincia, en su ciudad, en su barrio o entre sus vecinos. No es lo mismo tener un puntito de radicalidad feminista en una conversación en un bareto de la calle Muñoz Arenillas de Cádiz, o incluso en un evento de difusión provincial cultural en el que se puede lanzar algún exabrupto reivindicativo como algo pintoresco. Una presentación de un acto en un centro cultural o social de un pueblo de mediana población en la provincia gaditana en el que de la boca de Aído como estrella invitada salga el palabro “miembras” resulta todo un ejemplo de simpatía que no va más allá de una gracia anecdótica bien entendida o una reivindicación casera. Pero emplear esta forma de hacer política como ministra en Madrid termina siendo escandalosa por razones obvias. Y a la buena de Bibiana aún nadie le ha explicado esa diferencia, seguramente porque los propios ideólogos de la cúpula de ZP darán por sentado que la gaditana ya traerá esa lección aprendida. Si a ese cambio de chip que aún tiene pendiente Aído le unimos un recalcitrante feminismo…

La metodología radical es propia para los que no tienen el poder, y Bibiana debe saber que ahora ya lo tiene en sus manos, no hay razón para seguir un discurso radical de defensa de la mujer cuando puede actuar con políticas a base de iniciativas que ella misma rubrica con su firma desde el despacho. “Eso es poder”, que decía Oscar Schindler en la extraordinaria película de Steven Spielberg

Yo le recomiendo que ejerza de lo que ya es y deje los modos localistas reivindicativos. Todo ello desde el punto de vista político, porque si entramos en el lingüístico con el famoso femenino de "miembros", entonces le ponemos la guinda a un pastel mal horneado desde el principio.

La propuesta de Aído se fundamenta en la creencia de que las palabras que acaban en –a han de ser femeninas y las acabadas en –o, masculinas. Pero es que la ministra confunde sexo con género. Las cosas en la vida, en la realidad, tienen sexo o no. En particular, la mayor parte de los seres vivos perceptibles pertenecen a especies con sexo, como la nuestra. De ahí que haya sexo mujer o hembra o sexo varón o macho, con independencia de las tendencias sexuales y demás. Pero es obvio que las cosas no tienen sexo, porque como acertadamente dice el lingüista Igor Iglesias, ¿dónde tienen la picha un martillo, un coche o un puente? No haría falta decir que tampoco tienen sexo mesa, moto o farola. Sin embargo, en la lengua estas palabras que carecen de sexo en la realidad, son sustantivos masculinos y femeninos, respectivamente. Por tanto, sexo y género no es la misma cosa, por mucho que coincidan en la mayor parte de los casos donde el referente sí posee sexo.

Puestos a exigir el desdoblamiento genérico, podemos proponer que a la caballa macho a partir de ahora se le llame el caballo. Pero esa –a, con la que acaba "caballa", no es una –a femenina solamente, sino que además es masculina.
También será interesante conocer qué hacemos con la palabra víctima, puesto que de seguir las consideraciones exacerbadas de los que quieren cambiar el lenguaje confundiendo género y sexo, yo sería “víctimo” de un ataque de tos, o en otro caso más llamativo, “periodisto”.

¿Y qué hacemos con la RAE en el caso de juez y jueza? El diccionario define “jueza” como “mujer que desempeña el cargo de juez”. ¿Habría que pedir que se eliminara esa catalogación probablemente machista y tenerlo como prioridad, antes que inventarse “miembra”?

martes, 17 de junio de 2008

"Killo.. Que te he mandado la escupiderita, joé"

Pablo tendrá que aprender a utilizar pronto lo que ven en la imagen. O sus padres, que empiezan ya a conocer los hábitos y las obligaciones (también las satisfacciones) de ser progenitores.

Un mundo nuevo para una pareja a la que aprecio, Israel J. Poveda y Vanesa Perondi, el primero un excepcional fotógrafo capaz de captar con su cámara no sólo la foto de hoy, con la que me sorprendió en mi correo hace varios meses y hemos tenido nuestras risas, sino también momentos cotidianos con una extraordinaria viveza (si alguien tiene dudas puede comprobarlo en http://www.fotosijpoveda.blogspot.com/). Vanesa, por su parte, es una brillante periodista ex compañera en mi periódico.

Muchas felicidades y a disfrutar de vuestro hijo en tiempos duros...

domingo, 15 de junio de 2008

¡Enhorabuena!

Mi más efusiva felicitación al Málaga CF, un equipo que ha realizado un campeonato en el que, a pesar de algún que otro punto perdido sin que estuviera previsto, se ha merecido el ascenso a Primera División. Su historia, su estadio, su calle Larios, su Teatro Cervantes, sus rincones y su provincia,... Málaga es un maravilloso lugar en donde tengo buenos amigos y que hace años se convirtió en mi segunda ciudad como patria después de Cádiz.

Me alegro mucho por este ascenso tratándose además de un equipo andaluz, al igual que la permanencia del Córdoba en Segunda División. Y extiendo mi enhorabuena al Club Deportivo San Fernando y a la Balompédica Linense, dos clubes gaditanos que han logrado también el ascenso a 2ª B.

viernes, 13 de junio de 2008

El alcalde de Morón, nada nuevo bajo el sol

No sé a qué viene tanta escandalera con la decisión del Ayuntamiento de Morón de la Frontera, auspiciada por su alcalde Manuel Morilla y pretorianos que comen del pesebre, de nombrar alcaldesa honoraria de la localidad sevillana nada menos que a la Virgen María Auxiliadora. Por lo visto, esta advocación mariana tiene mucha tradición entre los vecinos del pueblo y el primer edil, perteneciente al Partido Popular, ha tratado de emular al mismísimo Luis García Berlanga con una serie de preparativos y reuniones con su camarilla para celebrar un pleno parafernálico, atacar a los concejales de Izquierda Unida que se opusieron a tamaño dislate y culminar la sesión con unos exabruptos contra las 'hordas rojas' y un cántico religioso acompañado de las beatas del pueblo, todas sentadas entre el público. Lo dicho, que María Auxiliadora ya es ilustre prócer de Morón.

A pesar del disparate, de las bochornosas formas utilizadas por Morilla en el Pleno (encuentren el vídeo en cualquier buscador de internet) y de preguntarme sin saber la respuesta por qué el PSOE sospechosamente no asistió a esa sesión, no comprendo la que se ha liado en toda España. Quiero concienciarme de que quizás haya sido la actitud payasa y propia del alcalde emulando al personaje de don Senén en plena salsa en Amar en tiempos revueltos lo que ha crispado a miles de ciudadanos, más que en realidad el fondo del asunto. Porque si en lo más profundo de la polémica lo que se halla es la cesión de un nombramiento magno a una advocación mariana o la mezcla de la religión con la política, entonces vamos a poner todas las cartas sobre la mesa y dejar de satanizar al alcalde de Morón.

¿Alguien puede decirme qué diferencia existe entre nombrar alcaldesa de una ciudad a María-no-sé-qué y llevar años tratando de que se apruebe un expediente que declara Regidor Perpetuo de una localidad a una imagen, como sucede en muchas otras ciudades españolas?

La escultura de Jesús Nazareno de la capital gaditana es alcalde, y además perpetuo, (con la grima que me entra nada más escuchar esta palabra), de Cádiz. Teófila Martínez va todos los Jueves Santo y le deja el bastón de mando de la ciudad agarradito como el pobre de Cristo puede para que no se le caiga durante las horas de procesión por la ciudad. En San Fernando, hace años que un sector de la población viene desarrollando una iniciativa con el fin de transformarla en decreto de Alcaldía para que la imagen de Jesús Nazareno sea nombrado también regidor perpetuo. En muchas otras ciudades sucede tres cuartos de lo propio. Y nadie publica esa necesidad de separar la religión de lo civil. Es más, ¿qué sentido tiene que en los desfiles procesionales participe la Corporación municipal?

Los socialistas, representantes de la izquierda más moderada, son perfectos conocedores de la relevancia del patrimonio cultural de las hermandades y están en muchos sitios locos por medio utilizarlos como atractivo turístico. Con esa idea podemos ponernos todos de acuerdo. Tú utilizas en tus rutas mi simpecado, mi bambalina frontal y mi paso dorado, te atraigo guiris al pueblo, y tú me das a conocer como hermandad señera y cuando necesite restaurar unas lascas del dorado de la canastilla te voy a pedir un pellizco de lo que ganas con las rutas turísticas que has inventado. Vale la canasta. Seguro que también le suena a triple además a Fernando López Gil, alcalde moral de San Fernando, que hace varias semanas visitaba la casa de hermandad del Nazareno de La Isla para “comprobar el gran patrimonio de esta cofradía”.

Pero de eso a malutilizar las advocaciones, a obligar a ateos a desfilar delante de los santos o ellos mismos a llevar a cabo actos incongruentes y a nombrar a cualquier Virgen como mandamás de una ciudad va un trecho. Y eso no sólo ha sucedido en Morón. Y parece que seguirá ocurriendo, a pesar de que la propia Constitución lo dice taxativamente. Pero aquí aún queda mucho por aprender a distinguir y más aún por respetar las cosas y cada una en su contexto.

miércoles, 11 de junio de 2008

La jornada de 65 horas semanales

Mi reino no es de este mundo, como dijo el otro. Por eso siempre he pensado que el personal debería comenzar a trabajar a los veinte años, dejar de hacerlo a los cincuenta y desde ese momento descansar en el sofá, viajar a Egipto, leer mucho o ver cine para digerir sin sofocos la buena cultura y disfrutar de una vida familiar que se le niega reiterada y sistemáticamente durante la mayor parte de la vida. Eso de sentirse inútil porque te vas a tu casa me parece una enorme estupidez, porque el inútil es el que tiene sesenta y tantos y está haciendo en canelo por algo más de mil euros. O menos. Así, los cincuentones comenzarían realmente a vivir y el desempleo se acabaría, porque muchos jóvenes vendrían a sustituirlos en sus puestos de trabajo.

Treinta añitos currando no está nada mal. ¿Que quién paga a esos jubilados? No me hagan reír. Son preguntas dentro de un sistema actual abocado, por lo que veo, al retroceso que tan bruto pone a algunos gobernantes fascistas europeos, como Berlusconi, uno de los principales auspiciadores de esa gracia que supone ampliar la jornada laboral a las 65 horas. Es decir, que si ya ahora con cuarenta una buena parte de los currantes le echan una decenita más de horas a la semana sin que existan en los papeles, en la nómina, en la vida laboral y sólo presentes en el costillar y la mente del explotado, cuando impongan este nuevo desvarío ya serán setenta y cinco y ochenta horitas dándole al trabajo. Y demos gracias al Señor, que tenemos un empleo.

Un inciso etimológico-histórico para los que ponen cara de creer que estar jubilado es una enfermedad y que, curiosamente, coincide con mis planteamientos. "Jubilado" viene del latín iubilāre, cruzado con jubileo. La jubilación se daba al cabo de cincuenta años de servicios, espacio de tiempo del jubileo, en tiempos de la historia antigua.

El Gobierno español se va a negar a ampliarnos las horas en el turno de intervenciones durante la sesión que tendrá lugar en el Parlamento europeo para aprobar (o no, que diría Esperanza Aguirre) la propuesta salida de algún cretino. Seguramente que cuando el parlamentario español acceda a la palestra, el bareto de la cámara estará a reventar de tipos que cobran seis mil euros al mes y ya tienen decidido lo que van a votar.

Así que, en lugar de debatir cómo paga un trabajador su coche, su hipoteca, la universidad de sus hijos, su semanita de vacaciones en algún hotelito cuando el calor aprieta, los combustibles, el butano, el internet en casa, la comida propia y la del perro, el teléfono y la cuota de hermano de la cofradía más la asociación de vecinos y la Comunidad, lo que ahora pretenden discutir es si los empresarios van a tener más margen de maniobra para putear.

Gobierno, sindicatos, asociaciones profesionales y partidos políticos españoles se han negado a admitir esta propuesta. La iglesia no sé si está por la labor o sigue ocupada en declarar anatema a todo aquel que se meta en la cama con gente del mismo sexo, algo que les debe de tener muy pendientes para no salir a la calle y echar cojones ante la crisis de los pescadores, los transportistas y los que no lo somos, que también tenemos que gastar un buen pellizco en gasolina para ir a trabajar diariamente. Y entre los partidos siempre está el que se señala o el que coquetea con Berlusconi y compañía. El Partido Popular dice que se está manipulando la propuesta de las 65 horas porque sólo es aplicable a “un problema puntual” que padece el gremio sanitario en Europa. Claro, oé. A ver si le ponen una inyección de democracia en vena a algún pepero y la faena la lleva a cabo un ATS a jornada completa, de 65 horitas, para pincharlo mejor,…

En realidad, hagámonos a la idea de que todo tiene solución. ¿Quieren verlo? Me pregunto que para qué quieren tener coche. ¿Hipoteca? Hágase europeo, hombre, alquile una casa donde vivir, nada de tener en propiedad, que en España somos muy egoístas. No mande a sus hijos a la Universidad, si finalmente no van a tener salida laboral. Mejor, ¿ha pensado seriamente si no es más positivo y moderno no tener hijos? Tampoco se le ocurra irse de vacaciones a un hotel, familia que reza unida permanece unida (padre Peyton dixit) en el propio hogar o remojándose en la playa más cercana, que ‘afuera’ no hay nada bueno,… No tenga mascota, que además echa pelos o araña los sofás, déjese de tener canales privados por satélites ni zarandajas televisivas cuando lo mejor es la pública (gratuita y patria) y dése de baja de cualquier hermandad, que eso es un falserío ‘tó’. ¿Lo ve? Ya puede vivir perfectamente. Y si además va a emplear más tiempo en trabajar, ¿para qué quiere más?

martes, 10 de junio de 2008

Ataos los machos

Un ceutí que trabaja en una oficina de extranjería de Almería ha resultado imputado por un delito de calumnias contra Mohamed Alí (en la fotografía) efectuado durante las pasadas elecciones en un foro de internet. La investigación llevada a cabo por la unidad de delitos informáticos de la Policía Nacional ha servido para localizar el lugar desde el que se emitió un comentario en el que se acusaba al líder de UDCE, Mohamed Alí, de estar vinculado a la yihad. Así, tras una infructuosa labor, se pudo saber que dicho comentario se había efectuado desde un ordenador de una oficina de la administración central, averiguándose que el mismo estaba situado en la oficina de extranjería de Almería.

Hasta allí se desplazaron agentes de la Policía para analizar cada ordenador, localizando la IP desde el que se produjo el comentario, conociendo así el titular del mismo que ha confesado que realizó dichas valoraciones como tantas otras al estar continuamente participando en los foros internautas sobre Ceuta, ciudad en la que nació. Tras prestar declaración, el juez ha decidido imputar al citado un delito de calumnias que viene marcado por una connotación más grave: el hecho de que dicho comentario se produjera en periodo electoral. En un principio se intentó archivar la denuncia presentada por el diputado de la UDCE, pero el recurso interpuesto por el mismo evitó que se aceptara la decisión de la primera instancia judicial. Delitos de este tipo pueden ser sancionados con una cantidad económica además de una necesaria rectificación pública.

Lo cierto es que no hay más que echar un vistazo al vigente Código Penal para darse cuenta de que hay muchas formas de meterse en líos a través de un ordenador, ya sea consciente o inconscientemente. Desde violaciones del derecho a la intimidad por realizar accesos a cuentas de correo electrónico ajenas (hasta cuatro años de prisión y multa), hasta el sabotaje informático, que consiste en entrar ilegalmente en sistemas telemáticos para alterar o destruir datos (de uno a tres años de prisión y multa), las injurias o calumnias a través de la red (fuertes multas económicas) o las violaciones del derecho de propiedad intelectual -la denominada piratería informática- que se castiga con prisión de seis meses a dos años y multa. Los expertos advierten que muchos adolescentes consideran estas conductas como meros juegos, mientras que otros se sienten a salvo tras la falsa seguridad de la pantalla del ordenador.

También quedan tipificados los actos consistentes en apoderarse, utilizar, modificar, revelar, difundir o ceder datos reservados de carácter personal que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos, electrónicos o telemáticos. El artículo 197.2 castiga con prisión de 1 a 4 años para el caso de acceso, utilización, etc. y de 2 a 5 años si los datos se difunden, revelan o ceden a terceros. Cuando dichos actos afectan a datos de carácter personal que revelen la ideología, religión, creencias, salud, origen racial o vida sexual, o la víctima fuere un menor de edad o un incapaz, se impondrán las penas previstas en su mitad superior.

El artículo 211 establece que los delitos de calumnia e injuria se reputarán hechas con publicidad cuando se propaguen por medio de la imprenta, la radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante. Puede incluirse perfectamente en este supuesto la difusión de mensajes injuriosos o calumniosos a través de Internet, en especial, en el entorno www que es el más similar a la prensa tradicional. Las penas establecidas pueden llegar a los 2 años de prisión en el caso de la calumnia, y multa de hasta 14 meses en el caso de la injuria. El artículo 212 establece la responsabilidad solidaria del propietario del medio informativo a través del que se haya propagado la calumnia o injuria. En el caso de internet, la responsabilidad civil solidaria alcanzaría al propietario del servidor en el que se publicó la información constitutiva de delito, aunque debería tenerse en cuenta, en este caso, si existió la posibilidad de conocer dicha situación, ya que el volumen de información contenida en un servidor no es comparable al de una revista, un periódico o un programa de TV o radio.

lunes, 9 de junio de 2008

Testamento cofrade

El viernes finalizaba una etapa de mi vida. Tal y como están las cosas, empeoradas verbi gratia a los propios interesados que poco están colaborando en preservar esta expresión plástica de fe, a muchos les resultará poco interesante que decida abandonar temporalmente mi actividad en primera fila como cofrade de la hermandad sacramental de la Misericordia de San Fernando. Supongo que les resultará más sustancioso –si es que algo les agrada de mi blog- conocer mis elucubraciones sobre qué sucederá con Rajoy, el futuro de Obama, mis enfrentamientos con internet o las lacerantes críticas al nefasto cine que se rueda hoy día. Pero ya lo decía Ortega y Gasset, cada uno somos nosotros y nuestras circunstancias, y la cofradía de la Misericordia me viene acompañando a lo largo de mi existencia desde que nací, hace ya casi cuarenta años.

No reniego ahora de ella ni del mundo de las hermandades. Si lo hiciera sería un ingrato y además me engañaría. Pocas cosas llevas en la maleta de la vida, en la que en cuatro décadas portas consigo como bajage y equipaje, que realmente te hayan acompañado durante todo este tiempo. Mi hermandad ha sido una de ellas. ¿Cómo rechazar esa satisfacción? También debo matizar que esta despedida no significa un abandono total del mundo cofrade ni un cambio de camino para acometer otros derroteros, aunque ganas no han faltado en ocasiones ante la vertiginosa y alarmante denegeración que están sufriendo estas instituciones en particular y la iglesia en general.

Pero sobre cualquier creencia escrita y dictaminada por la teoría, y por encima de la carencia de personas preparadas para encauzar un mundo que se pierde entre ufanos de gloria, niños y descerebrados de chateo escondidos tras cobardes seudónimos, sacerdotes insolidarios o sepulcros blanqueados, prima el cariño florecido con la dilatada experiencia de los años, lo vivido en la hermandad y la herencia familiar de un admirable cofrade como es mi padre. Así que me retiro de la primera fila, de los diecisiete elegidos para regir los destinos durante cuatro años, cedo el testigo a otros, algunos y algunas de ellas jóvenes con ansias, de espíritu limpio e ímpetu idéntico al que yo tuve con 23 años, y llega el momento de que sean ellos los que dirijan una institución en San Fernando como es la Misericordia, una gran cofradía con 51 años de historia que logró reunir, en el cabildo celebrado este pasado viernes, a 372 hermanos para elegir entre las dos candidaturas presentadas.

Ahora toca descansar de estos años, de estas pasadas semanas, y aguardar tiempos mejores para la Semana Santa y las hermandades en general, esperar el momento en el que se ponga freno a tanta proliferación de procesiones sin sentido a lo largo del año, de tanta escasa preparación, de directores espirituales como directos responsables de los desmanes que estamos viviendo, que parece tendrán su culminación en 2010, con una procesión magna que hará que contemplemos a nuestros titulares por las calles como modelitos de la pasarela Cibeles, uno tras otro, para ser comparados, criticados, como una fiesta auspiciada además por parte de la clase política de San Fernando, que recurre a la Semana Santa y a sus hermandades para utilizarla como moneda de cambio de votos. Y nosotros, cayendo en la trampa. O participando del escarnio conscientemente. Ya veremos qué sucede cuando la gente se canse de ver santos por la calle a todas horas, especialmente en una sociedad abocada a sufrir una crisis de proporciones gravísimas de aquí a dos años, en la que se pierde empleo constantemente, se desangra de valores, no se llega a fin de mes, no hay recursos para pagar la gasolina del coche, para pagarle a los hijos sus estudios,...

Sea como fuere, prefiero quedarme con lo bueno, que en las últimas horas han sido varias cosas: la voz soberana de los hermanos de la Misericordia y la noche del viernes, tras el cabildo, rodeado de buenos amigos, los que ven en la foto, que no son cualquier cosa. Ahí, copa en mano, compartiendo momentos inolvidables, experiencias y opiniones, están tres hermanos mayores de la Misericordia en décadas pasadas, antiguos dirigentes, próximos miembros de Junta de Gobierno,... escucharnos nuestras historias hasta la madrugada no tiene precio. Ahí aprendes y aún más te reafirmas en que deberán volver los tiempos en los que sucedían las cosas que hoy deseo plasmar aquí como ideas inconexas, como varios ejemplos de las decenas de anécdotas que hacen que merezca la pena vivir 40 años en el seno de una hermandad.

Una parte de ellos llevan más que yo, toda una vida en su cofradía, a sus sesenta y pico de años,... Ahí están. Algunos descerebrados los quieren relegar. Cuánta ignorancia y carencia al no saber valorar el patrimonio humano, mucho más relevante que el material. Otros quieren aprender en círculos menos enjundiosos y proclaman el derecho de estar a la altura de los que ven en la imagen menospreciando la esencia del momento, del lugar, del grupo donde se encuentra la piedra filosofal de esta hermandad para saber dirigirla...

Antes de plasmar el cúmulo de anécdotas que muchos apenas entenderán, es mi deseo elevar un consejo a los nuevos dirigentes de la Misericordia. Lo primero que debéis hacer es gobernar. Decidir. Para eso estáis. Ahora tenéis plena legitimidad para ello. Podéis errar en algunas decisiones, acertar en otras, pero debéis decidir. Gobernar es lo más difícil, lo más complicado en esta vida. Por eso los que no valen abandonan cuando sienten el vértigo del lugar que ostentáis. O hay que relegarlos por su manifiesta incompetencia. Que no os tiemble el pulso. Con decisión, pero con templanza. Sin dudar, pero con serenidad. Con conocimiento, pero siempre rodeados de quienes conocen más que vosotros. Como hermano os lo demando y así os lo exigiré desde mi 'exilio voluntario' para descansar y quizás regresar con más fuerza. Eso lo determinará el tiempo.


"Al padre Arenas no le gustaba ir a Cádiz con su coche. Se detenía en los STOP porque siempre veía llegar uno por los espejos colocados en las esquinas de las calles. Allí se quedaba durante minutos y minutos, aguardando a que el vehículo que observaba cada vez más cerca circulara por delante suya. El problema era que el coche que veía en los espejos era el suyo...".

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"Aquellos jóvenes habían logrado reservar la piscina municipal para celebrar un baile. Era el verano de 1967 y las ilusiones pasaban por conseguir algo de dinero para la hermandad. Prepararon las bebidas, en número suficiente de reservas como para abastecer al público que se esperaba, que era numeroso en este tipo de eventos. Por aquellas fechas, los bailes de verano eran encuentros casi obligados para divertirse en una sociedad en la que apenas existían otras opciones de evasión. Decoraron lo que permitía la modesta economía y abrieron las puertas a la hora prevista. Tras una larga espera, sin que un alma atravesara el dintel de entrada al recinto de la piscina municipal, apareció por la puerta un marinero, que para colmo se pidió una mirinda. Se sentó y se puso a mirar alrededor, seguramente esperando lo mismo que aquellos jóvenes que aguardaban un éxito en un baile que jamás llegó. Pasaron las horas y sólo había entrado el marinero. Se le devolvió el precio de la entrada, que era de 25 pesetas,... y el de la mirinda".

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"Pedro Pérez se había comprado un coche. Era un Seat 600 celeste, hacía pocos días que lo había estrenado. Pedro llevaba a Tito, Diego y Pepe Ponce para una gestión de la hermandad en Cádiz. En la esquina de Manuel Rancés creyó que le daba tiempo a girar para incorporarse a Plaza Mina. Y mira que Pepe se lo dijo, que por allí viene un coche, que se ve en el espejo... El seíta se quedó con un bollo monumental".

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"Volvían de Sevilla en una furgoneta que se había agenciado Jesús Noriega. Bajo una maraña de mantas y telas, colocado horizontalmente para que no sufriera daños, metieron la imagen del Señor tras la restauración de Castillo Lastrucci y emprendieron camino para San Fernando. Por aquella carretera medio infernal, aún lejos de la autopista de peaje que hoy conocemos, comenzó el viaje hacia la iglesia de la Pastora desde el taller del escultor sevillano. En aquellas horas, la Guardia Civil había recibido el aviso de que un peligroso preso se había escapado de una cárcel sevillana y que su búsqueda era prioritaria. La Benemérita desplegó sus agentes por distintos puntos del extrarradio de Sevilla y, lógicamente, por las carreteras que el recluso podía estar utilizando para escapar. En una de las curvas, dos agentes ordenador detenerse a la furgoneta. Cuando les obligaron a abrir la parte trasera, descubieron lo que parecía ser el cuerpo de un hombre oculto y envuelto en mantas. Encañonaron a Noriega y al resto de la expedición, les hicieron ponerse de cara al vehículo, y cuando los guardias civiles creyeron que ya habían descubierto dónde estaba el preso gracias a sus compinches...Apareció debajo de las mantas, la imagen de Jesús de la Misericordia. "Pero esto...¿Qúe coño es?" "Pues ya ve, agente... es que somos cofrades de San Fernando y venimos de ver a Castillo Lastrucci por..." "Lárguense de una puta vez".

miércoles, 4 de junio de 2008

La red no es para mí

No hay discusión posible. El invento del siglo no es la televisión, ni las cosas del señor Albert Einstein -las peligrosas y el resto-, ni siquiera las que han hecho posible que avance la medicina. La piedra angular de la sociedad, y aún lo será más en los próximos años, es internet.

A alguien le dio por crear una red mundial de comunicación gracias a un sistema tecnológico que jamás entenderé porque, entre otras limitaciones, tengo la de ser un negado para las cosas de la ciencia. La primera vez que vi un televisor y me explicaron lo del bombardeo de partículas y el tubo catódico me quedé paralizado al aparato como la niña de Poltergueist en la cartelera, tratando de comprender aquello practicando las altaneras enseñanzas de Santo Tomás, es decir, si no toco, no creo.

Cuando apareció el magnetoscopio, vulgo vídeo, fui tan bruto que, al terminar la primera cinta en la que grabé una película -recuerdo que era Excalibur, de John Boorman, esa joya que no hay quien entienda en la última media hora- quise darle la vuelta como los cassettes de música, y al tratar de introducirla por la supuesta cara B, me cargué el arrastre del Sony.

La primera vez que quise jugar con el ZX Spectrum dejé correr la cinta porque creí que no podría continuar masacrando marcianos o recorrer pantallas en el Manic Miner con el hermano del osito de Bimbo -era igual que el pequeño plantígrado del pan de molde- si no permanecía pulsado el Play. Cuando vi que llegaba a su final, me entraron sudores porque me quedaba muy poco para superar mi récord de principiante y de los nervios me cargué aquel frágil teclado de plástico ya en mis primeras partidas.

Con los canales digitales creí que las películas pornográficas eran gratis y que sólo había que pulsar dos teclas para cumplir un mero trámite que supuse servía para obstaculizar su activación por menores. Cuando llegó la factura me costó medio sueldo, aunque eso sí, ellos y ellas ya eran como compañeros de piso, de las veces que salían los mismos actores haciendo de todo.

Bendito invento el de internet con todas sus ventajas hoy día. Ahora nos jactamos de su uso para "enriquecernos culturalmente" (pomposa manera de decir que nos bajamos música, películas y libros por la puta cara) o de las ventajas de disfrutar de banda ancha, que no es una nueva agrupación musical del pueblo, sino algo como un cable que, al ser tan gordo, puede lanzar muchos datos a velocidad de vértigo. Más o menos.

Pero seamos sinceros, la primera vez que allá por mediados de los noventa comenzamos a conocer internet, lo primero que nos llamó la atención fue chatear. Mi abuela no lo comprendía, y su reacción era lógica. Escribir en un teclado y que en tiempo real lo lea una china de Pekín manda cojones. Si estuviera viva ahora le daría un patatús al ver que no sólo escribes, sino que envías fotografías captadas al instante, puedes ver a la china por una cámara sonriendo con los ojos como dos signos de restar y si hay muy buen rollo hasta te enseña las tetas, algo que personalmente no me provoca la más mínima alteración sexual, y no es que no me agraden los pechos de las chinas, sino porque, a pesar de los avances tecnológicos, no deja de verse como si hubieras copiado mil veces una película en video, o la china en cuestión se queda repentinamente como si hubieras pulsado la pausa, más quieta que cualquier protagonista en un capítulo de Doraemon, y ya el rollo, quieras que no, te lo corta.

La cosa es que todos conocimos internet por el chateo, aquello que realmente era tan teóricamente enriquecedor por lo del contacto con los demás para conocer gentes de todos los rincones del planeta y esos tópicos repetidos durante estos años. Por entonces me resultó divertido y los pocos que participábamos de la red aprendimos muchas cosas unos de otros. Incluso de las chinas, aunque más de las sudamericanas.

Transcurrió el tiempo y no volví a un chat de esos. De hecho, cuando hace ya diez años descubrí el primer sitio en internet para chatear, apenas había otro que le hiciera la competencia, uno se llamaba chat.com y era en inglés con unos monigotes que nos representaba a cada internauta conectado, y el otro inforchat.com. Poco más. Después vendría la eclosión de portales, hotmail, su messenguer y toda esa patulea. A excepción del messenguer, me olvidé por completo del chat, hasta que por un casual y al encontrar un viejo papel con unas anotaciones en su margen, recordé que hacía años me inscribí en uno de esos sitios para conversar con el personal y nunca más volví a entrar.

Picado por la curiosidad, anoche recordé aquellos años mozos de intento de hacer amigos, o al menos conocidos, en internet. Aún funcionaba mi nick, si bien me resultó dificultoso adaptarme a tanta modernidad. Ahora no había muñecos, sino fotos pequeñas de gente conectada, funciones a gusto del consumidor para lanzarle un bocinazo al resto del personal, ponerle una cara con cientos de expresiones, grabarle un mensaje de voz, poner una cam (ya nos hemos ahorrado el resto de la palabra en español) o entrar en cientos de habitáculos de sorprendentes nombres: Desde Cofrades de verdad hasta Jovencitas esperándote, pasando por Sólo gays, Teenagers orientales o habitaciones con el nombre de cada ciudad. No quise entrar en Cádiz, no fuera a ser que me encontrara a otro periodista a algún reputado político y, sirviéndose del anonimato, se complicaran las cosas al aflorar secretos inconfesables.

El caso es que esto ha evolucionado una barbaridad, o quizás degenerado, como cada uno entienda lo que puede sucederte en tan sólo diez minutos: repentinamente apareció una colombiana que aseguraba estar enamorada de ti por el mero hecho de desearle buenas noches cometiendo además un error cronológico, porque allí aún están comiéndose el bollycao de la merienda cuando nosotros tiramos al suelo los cojines de encima de la cama para meternos en ella. Logras escabullirte pero otra amable chica te invita a que la agregues al messenguer, lo haces y aparece una foto en una ventana en la que la susodicha se ve ligera de equipaje. El susto no es ese, sino los tres mensajes que te sugiere escribas a un teléfono para que te enseñe el culo, todo ello al módico precio de tres euros. Al decirle amablemente que no me interesa, y en reiteradas ocasiones porque son más pesadas que los del Canal Satélite cuando te quieres dar de baja, termina por insultarte y desaparece. Menos mal.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra... o tres, así que como una tercera chica tenía pinta de buena gente, terminé agregándola a la nómina de mis contactos. Cuando apareció como conectada, si nick era "¿Sabes una cosa? Sonríe porque Cristo te ama/El único que te perdona los pecados". Si no me creen, ahí tienen la foto para comprobarlo. Así que comenzó una retahíla de buenos principios que ni el mismísimo ET a Elliot, para finalizar aquella homilia cibernética con un "Dios te bendiga", algo que no me cuadraba mucho con los tres euros de la anterior. Del frustrado vicio casi pasé a convertirme en una sucursal del Vaticano, y cuando la chica en cuestión comenzaba a explicarme el milagro de los panes y los peces, le mentí -iré al infierno, estoy convencido de ello- y le escribí que el wi-fi me estaba fallando por culpa de una avería de Ono para, finalmente, eliminarla por siempre jamás. Amén.

Aturdido por lo sucedido, un tipo me abrió una ventana en un privado de esos -que así lo llaman- para decirme que soy muy atractivo, por lo que intuí que quería abrirme algo más. A todo ello me pregunté que cómo podía saber de mi supuesta belleza si en el hueco para una imagen personal yo tenía puesto un fotograma de Slot, el dionisíaco protagonista de la película Los Goonies. Como a mí los hombres no me van nada, al igual que los aduladores sin ni siquiera saber cómo eres, lo ignoré aterrorizado y miré mi ordenador por si tenía cámaras sin yo saberlo o el sujeto me lo había hackeado, pero resultó ser que no.

Ante tamaño despropósito más propio de una película de Jerry Zucker y Jim Abrahams, los maestros de Aterriza como puedas o la grandiosa Top Secret, entré en una sala cuyo título era Política, pero no sirvió de nada porque en aquella fiesta particular entre cuatro estaban escribiendo como loros letras de canciones de Pignoise, algo que con tan sólo leerlo, sin necesidad de oírlo, ya me produce náuseas.

Alentado nuevamente por la curiosidad de acceder a las para mí novedosas opciones como ver los perfiles del personal, urgué en tres de ellos en una sala común, pero podía habérmelo ahorrado. Poemas de Bécquer (qué escritor tan chapucero, Dios santo), fotos de hadas rodeadas de estrellas, dragones mitológicos, brujas de disfraces catetos de Carnaval o panorámicas de ciudades. Pues eso, vaya panorámica...

Desconecté sin saber cómo valorar aquello. Creo que volveré a entrar en un chat de esos dentro de otros seis años, a ver los avances de internet cómo se reflejan por entonces. Por ahora seguiré siendo un Paco Martínez Soria de la red, con mi boina y mi blog a cuestas.

viernes, 30 de mayo de 2008

La crisis eucarística

Los cristianos más seguidores de las tradiciones plásticas y propagadores de la fe mediante las representaciones tangibles -es decir, cofrades y partidarios de los cortejos procesionales, entre los que me incluyo- estamos mirando para otro lado a la hora de reflexionar sobre la grave crisis que envuelve a uno de los dogmas católicos de mayor relevancia. Me refiero a la presencia de Cristo en la Eucaristía.

El fenómeno recesivo no sólo afecta a la Iglesia ecuménica en cuanto que cada vez son menos las personas que comulgan. Las cifras de fieles en misa descienden, y los guarismos son aún más negativos en el caso de los que deciden practicar el sacramento de la eucaristía, ya que, de los que aún observan el mandato de la Iglesia de acudir a misa, cada vez son menos los que se acercan al altar a tomar lo que -cuesta trabajo asimilar el concepto de transustanciación- se supone es el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Como indicaba anteriormente, la crisis de comuniones -las de verdad, no esas de mayo con ínfulas de acontecimientos sociales, de miles de euros de coste y manipulación infantil incluida- también ha alcanzado a los 'cristianos evangélico-plásticos'. Las procesiones de Corpus Christi en las ciudades cada vez son vistas por menos ciudadanos (me niego a emplear el término 'fieles' para todo aquel que ve un cortejo procesional en la calle), el propio clero acude a regañadientes en numerosas localidades y en otras se lanzan la pelota de la organización. Todo ello en grandes ciudades tanto de larga tradición sacramental como en poblaciones de menor tamaño.

Los periódicos reflejan la cruda realidad para los amantes del sacramentalismo y, por ende, la propia Iglesia, que mantiene como piedra angular la figura antiempírica de Jesús presente directamente, sin intermediarios, en la eucaristía. En el ámbito en el que resido, los rotativos se Cádiz, San Fernando, Sevilla,... se preguntan dónde está el público que, conforme han transcurrido los años, van perdiendo a pasos agigantados las procesiones del Corpus Christi.

En una significativa fotografía que he visto en un medio se puede observar las calles que rodean a la Alameda Moreno de Guerra de San Fernando prácticamente vacías, al igual que otras adyacentes con grupúsculos de personas, familias,... Aún recuerdo de pequeño aquellas aceras por donde era imposible transitar ante la masiva presencia de isleños de todas las edades, conveniente y absurdamente separados del cortejo procesional por una hilera de militares de Infantería que hacían pasillo a toda la procesión y, llegado el paso de custodia, se arrodillaban y adelantaban su arma en señal de subyugación a Su Divina Majestad,... Nunca me agradó ver nada relacionado con Jesús el nazareno al lado de instrumentos para matar.

Ya no hay militares, lo que dicho sea de paso, me parece una extraordinaria idea que no ha ordenado un jerarca castrense progresista ni un arcipreste rojo. Lo ha marcado el signo de los tiempos, la evolución, la separación de los poderes más próximos a la calle. Jesús no es más sacramental rodeado de fusiles ni asistiendo a un desfile al paso de la oca, ni una procesión es más solemne por lucir uniformes variopintos.

Lo que es obvio es que estas procesiones están siendo ignoradas por cada vez más personas, y algo tendrá que hacer la Iglesia y las entidades que en ciertas ciudades organizan esta procesión: las hermandades.

Habría que pensar si realmente el modelo de cortejo procesional del Corpus Christi es el acertado, inmersos ya en el siglo XXI y con la que está cayendo. Me pregunto hasta qué punto es necesario que cientos de cofrades hagamos un desfile de modelitos de El Corte Inglés precedidos por nuestras insignias y portando pértigas de poder, ordenados cual ejercicio de maniobras en el Cuartel de Instrucción, mostrando nuestros rostros como escogidos por el dedo de Dios, mientras el vulgo nos contempla desde la acera con sus innumerables prismas cortantes reflejados en sus ojos: los del desempleo, la desesperación por la precariedad laboral, las dudas de fin de mes, los indomables hijos ante una educación hostil avalada por los gobiernos, el precio de la gasolina o, simplemente, si lo que están viendo es 'real' o un pomposo teatro de oropeles plagado de cursis a los que les siguen sacerdotes -cuando acuden- bien alimentados y con cara de pocos amigos.

Deberíamos ir pensando si tiene sentido ocultar nuestro rostro como pecadores en abril para ostentar corbata o escote mes y medio después ante todo el mundo. Quizás la salvación de estas procesiones tan elitistas en las que se han convertido los Corpus Christi se solucionen como a Dios le gustaría, y cuya fórmula infalible no es algo nuevo bajo el sol porque los propios cofrades la practican con otras imágenes y, por cierto, con gran éxito, cuando de vía crucis o rosarios de la aurora se tratan, por poner dos ejemplos.

Me pregunto si Jesús Sacramentado no puede ir acompañado del pueblo, de las gentes sencillas delante de su paso de custodia, alabando con cánticos al Señor, compartiendo la misma fe con fervor y recogimiento, pero con alegría y el gozo de un cortejo de gloria, donde se rezume fervor popular y legítimo, real y sin vacuas ostentosidades, donde tengan cabida los amigos de chaqueta junto a los que prefieren la rebeca, el cofrade anónimo -tal y como lo dictamina el capuz que nos hace ser penitentes anónimos en el momento culmen del año- y el sacerdote de mi parroquia, el militar sin vestir, como va el butanero de mi barrio, que no porta peto rojo para salir en ningún Corpus...

Puede que sea el momento de hacer más sustanciosa, más rabiosamente verdadera, la procesión de las procesiones. Como ocurre entre las sencillas gentes de la fotografía que les aporto hoy.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Territorios Sevilla

Mi buen amigo Paco Martín (extraordinario fotógrafo, mejor persona, amante de la buena música menos cuando le gusta algo de Michael Nyman y perezoso compulsivo cuando se trata de terminar de una vez por todas su segundo libro), viene asistiendo en estos días a los conciertos de Territorios Sevilla, una cita ineludible que se celebra en la capital hispalense con músicos de gran prestigio enmarcados en diversos estilos, desde el chill out hasta cualquier ritmo étnico.
En estas últimas horas me enviaba unas fotos como la que acompaña a estas palabras, y un texto sobre el recital de Gilberto Gil. Se lo dejo a ustedes para que disfruten...

"Gilberto Gil: el mi(ni)sterio de la música

Si la pureza buscara un sentido entre la música, soñaría probablemente con la simpleza, la melodía y, por supuesto, el compás. Saber mezclar exactamente los sonidos y los silencios, como un maestro en alquimia, y eso precisamente fue lo que el pasado jueves pudimos presenciar unos pocos afortunados en el Pabellón Hassan II durante el concierto que brindó Gilberto Gil dentro del XI Festival Internacional de Música de los pueblos, Territorios Sevilla.
Pero la grandeza de este músico va más allá de lo puramente musical, sus palabras nos transportan a un mundo políticamente comprometido, solidario, y sus enseñanzas brotaron tanto de su boca como de su guitarra.


Los que hemos visto a Chano Lobato en recitales de los últimos tiempos, sabemos que, aunque su voz no era la de antaño y su energía limitaba sus esfuerzos, suplía sus deficiencias bajo el manto de la experiencia, contando historias de él, del grandioso Beni de Cádiz, de Matilde Coral… todas en clave de humor. Gilberto cambia la clave de humor por la clave de amor, y nos cuenta sueños de poeta, como Metáfora, una de sus interpretaciones más aclamadas durante el recital, donde hace un fiel reflejo de sí mismo narrando el mundo paralelo del artista como si fuera precisamente eso, una panacea o una metáfora.

El concierto duró algo más de hora y media y fue un recorrido por la vida artística del brasileño, armado con una simple guitarra acústica y sin más ayuda que su voz y el puntual auxilio de su hijo que demostró al público aquello que dicta ‘de tal palo tal astilla’.

Gilberto Gil no sólo mostró su dominio de la bossa-nova y los antiguos ‘palos’ brasileiros si no que impartió su enseñanza musical a través del blues, pop, rock e incluso regae, pero siempre llevado a su terreno, donde el inglés es portugués y viceversa.

Sólo un marco tan incomparable como el antiguo pabellón de Marruecos de la Expo podía hacer justicia para una noche deliciosa donde la luna de mayo en Sevilla se transformó en luna de Salvador de Bahía o tal vez de Ipanema,..

Paco Martín 23/05/08"

martes, 27 de mayo de 2008

Sydney Pollack

Me pregunto cuál sería la utilidad de mi reflexión de hoy si me limitara a decirles que Sydney Pollack ha muerto. Eso ya lo saben. Si les aporto una interminable lista de películas que dirigió a lo largo de su vida tampoco les será de mucho valor. Para eso escriben su nombre en Google y allá va la sucesión de películas que no sólo hizo tras la cámara, sino delante de ella o produciéndolas...

Así que me limitaré a decirles que fue un tipo arriesgado (Danzad, danzad malditos), un extraordinario narrador de historias cotidianas, dolosas y convulsas socialmente (Tal como éramos), un maestro del 'tempo' narrativo muy lejos del vacío preciosista de otros (Memorias de África), un salvador de proyectos inacabados (Eyes wide Shout), un auspiciador de 'revivals' del trasvestismo Wilderiano (Tootsie), un enorme director de acción (La intérprete, Yakuza), un caballero (se dirigió con una reverencia a Steven Spielberg cuando le venció en los Oscar dejando la magnífica El color púrpura sin una estatuilla) y un maestro que supo darle a sus músicos para cada ocasión el lugar que les correspondía: John Barry, Marvin Hamlisch, Dave Grusin, John Williams, James Newton Howard,... ahí es nada.

He escrito varias páginas monotemáticas en los periódicos dedicadas a Sydney Pollack en estos pasados años. Rescataré los textos en próximos días.

Hoy sólo puedo apostillar que ha muerto un grande con mayúsculas. Esta noche volveré a revisar aquella secuencia de Memorias de África en la que Meryl Streep entra en el bar exclusivo para hombres y todos le abren paso, menos uno que permanece sentado y se siente obligado moralmente a ponerse de pie antes del brindis,...volveré a emocionarme al ver a la baronesa arrodillada ante el gobernador, defendiendo a sus nativos:

-"¿Tengo su palabra?"
-.....
-(La esposa del gobernador): "Tiene la mía".

Repasaré ese plano secuencia final de Tal como éramos y el indefectible camino de cada protagonista mientras Pollack abría campo visual subido en la grúa. O el viaje en aquel autobús mortal en La intérprete. Cualquier fotograma de Pollack vale más que decenas de películas actuales.

viernes, 23 de mayo de 2008

Tan fetichista como innecesaria

Me lo preguntaba durante estos meses y, tras visionarla este jueves en su estreno, me corroboro en mi amargo interrogante: ¿Qué necesidad tenían Steven Spielberg y George Lucas de hacer una cuarta entrega de Indiana Jones?

Huelga decir que es ridículo pensar, a estas alturas, en los réditos que aportará en taquilla. Tampoco resultaría sólido elucubrar con un posible ardid de Harrison Ford para encarnar al aventurero, soportando 64 años de edad sobre sus espaldas.

Continuemos buscando un origen a este pleonásmico producto, anacrónico en el tiempo conceptualmente, ya de por sí, y visto el producto, aún más trasnochado. Tampoco parece necesario que John Williams escriba una nueva música porque le haya venido la inspiración. El más preciado músico cinematográfico entre los aficionados también ha plasmado ya en los pentagramas todo lo maravilloso que podía hacer y, camino de los ochenta años, así lo demuestra en Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, con una sucesión de leit motivs que ya compuso hace 28, 24, 20 años, en un amalgama de notas incidentales también de pasmosa similitud a las de los dos últimos filmes de la saga de Star Wars. Eso sí, Williams siempre es un maestro en la apostilla musical a la escena. Presten atención a los sones que escucharán en los inicios del filme cuando abran la gran nave donde custodian aquellas cajas de En busca del arca perdida, porque son las que conforman el score de aquella joya de 1981, o cuando Jones recoge su sombrero del suelo, o el retrato de su padre en la mesa del despacho,...

¿Necesitaría Janusz Kaminski hacer una fotografía para Indiana Jones? Tampoco es motivo para rodar esta veleidad, cuando Kaminski tiene varios Oscar en su casa y ya hizo grandes trabajos de luz en Salvar al soldado Ryan o La lista de Schindler, y ahora se encuentra además preparando su tercer largometraje como director, White Rose.

Michael Kahn es el montador. Ya le dio sentido a las secuencias de Un hombre llamado caballo, Encuentros en la tercera fase, las otras tres cintas de Indiana Jones,...

¿Querrán crear un parque temático con los devaneos ridículos del final de Indiana Jones y la calavera de cristal, que me permito reservarlo para no fastidiarles semejante idea más propia de M. Night Shyamalan cuando hace malas películas (la mayoría de las ocasiones)? ¿Les quedó ganas de rodar otra vez la admirable persecución por las galerías del templo maldito con casi la misma música, pero ahora con un niñato vestido de rockabilly y una gritona ucraniana? (qué originalidad, los malos malísimos son los rusos...).

Ninguna de estas razones las considero de peso para haberme desmitificado aún más la figura de Indiana Jones. Así que me quedan sólo dos: a Spielberg y Lucas les encanta los folletines venezolanos y el fetichismo o han querido divertirse con una obra menor. El primero de los casos lo tengo claro con tanto lío familiar, la reaparición del clon de Carmen Maura y otros ripios que no les puedo adelantar, además de tanto guiño (lo más salvable de la cinta por su amable ingenuidad) que convierten el producto en un codiciado ejemplo, como les indico, de fetichismo para los que se declaren adeptos sin condiciones de la saga del intrépido arqueólogo.

La segunda razón probablemente también. Así que si se trata exclusivamente de pasar el rato sin más pretensiones, quizás le den un aprobado a esta, insisto, innecesaria secuela. Aunque para divertirme prefiero Blanco humano de John Woo, para que no me califiquen de pedante. Eso sí que divertía.

domingo, 18 de mayo de 2008

Vuelve Indiana Jones...¿Para qué?

Si Steven Spielberg no hubiera ya profanado la figura de Indiana Jones en la tercera entrega de la saga, ahora mismo no me llegaría la camisa al cuerpo. Pero ya en La última cruzada vimos un ejemplo de cine de aventuras crepuscular, en el que primó las payasadas con el paraguas de Sean Connery y su insoportable 'junior' cada vez que citaba a su aventurero vástago, a lo que se sumó el rídículo final con templario incluido. Ni siquiera los trepidantes primeros diez minutos, ejemplo de un emotivo flashback al origen de la figura de Indiana, salvaban un producto que distaba mucho de sus dos predecesoras.

Precisamente anoche desempolvé mi estuche en DVD de la trilogía para visionarla nuevamente, pegarme unas extensas horas para volver a comprobar la frescura de En busca del arca perdida, sus excelentes momentos direccionales (la silueta del protagonista en la pared recién llegado al tugurio de Marion, la búsqueda de la chica en los cestos, el guiño-homenaje final a Ciudadano Kane,...), así como reafirmarme en que la segunda de la trilogía, Indiana Jones y el templo maldito, es la mejor con diferencia. Sólo así se explica su excepcional presentación en la sala nocturna con Lao Che y sus secuaces y el adelanto de la enorme y desafortunada misoginia que se destila de este filme ante el tratamiento de la figura de Willy, encarnada por Kate Kapshaw, la actriz que terminaría contrayendo matrimonio con Spielberg. Pero todo es permisible ante secuencias admirables como la de la cena en el palacio con aquella 'serpiente con sorpresa' o el 'sorbete de sesos de mono', en la que el 'macguffin' Hitchcockiano está presente ante el creciente clímax provocado por Indiana y sus sugerencias sobre los sacrificios humanos que según le cuentan protagonizan en el submundo de aquellos oropeles... Ni que decir tiene de la maestría en las secuencias de la persecución de las vagonetas, el puente,..."fortuna y gloria, hijo; fortuna y gloria...". Y punto y aparte para la banda sonora de John Williams.

Ahora llega una cuarta parte. ¿Para qué? ¿Tan mal está el cine como para recurrir a iconos ya escasamente explotables o clásicos? Recordemos que el personaje de Indiana cuenta ya casi con treinta años... ¿Nos va a aportar Spielberg algo más a estas alturas que nos demuestre que es un genio tras la cámara? ¿Necesita hacerlo el director de obras maestras como Tiburón o ET, cuando ya en 1982 demostraba su espíritu visionario, su condición del nuevo Orson Welles en cada escena de aquella historia rabiosamente mesiánica y cristífera del extraterrestre que llega "de arriba", se rodea de sus "jóvenes discípulos", hace "milagros" al curar al dedo de Elliot, es "incomprendido" y perseguido por la masa, muere "y resucita" y termina volando ordenando que "seamos buenos"?

No necesito que Spielberg me demuestre nada. Como ejercicio de mero escapismo, tampoco sería ineludible recurrir a Indiana. John Williams ya ha escrito toda la música que puede escribir a sus ochenta años, nominaciones y Oscar a pares, Michael Kahn ya ha montado todo lo montable por él,... Entonces, ¿cuál es el motivo? ¿Ganar dinero? ¿Spielberg lo necesita? ¿Harrison Ford?

Ya nada me asusta en el cine. Quizás me divierta hasta cierto punto en el estreno del filme. No voy a renegar ahora de un símbolo de mi juventud. Pero sólo quiero saber qué necesidad había de mancillarlo, tanto como han hecho con Alien.

Indiana Jones y la calavera de cristal se estrena hoy domingo en Cannes. Esperemos las críticas, entre ellas la línea directa que tengo con compañeros que cubren el festival. Esta misma noche me han dicho que me llamarán tras verla. Mañana les cuento...

viernes, 16 de mayo de 2008

Algo más que un festival

Cannes ya ebulle en su cita cinematográfica anual. En realidad, es el verdadero festival mundial del celuloide en su más amplio concepto de la palabra. Los privilegiados que acuden a este evento no sólo tienen la opción de ver siete y ocho películas al día como es habitual en una celebración de estas características, que tanto han proliferado en todos los países en los últimos años. Cannes es el verdadero escaparate del cine, es mucho más que una exposición de filmes durante una semana. Después de Hollywood, y rozándole los talones en muchos ámbitos, Cannes es el centro neurálgico de la industria cinematográfica.

Les explicaré porqué. Paralelamente a las proyecciones, la pequeña y carísima ciudad francesa se transforma en el punto de encuentro de cientos de productoras cinematográficas y televisivas que ofrecen lo mejor de sus realizaciones a las distribuidoras y a las majors catódicas, que recorren los stands y despachos viendo las cartas de presentación de nuevas series deTV, filmes, proyectos en definitiva que adquirir para toda una temporada hasta mayo del próximo año.

Es Cannes por tanto un gran show y un enorme negocio. Todo aquel que se precie de producir cine y TV y desee vender sus productos debe acudir, al igual que cualquier productora que quiera ofrecer a sus espectadores lo más avanzado en el mundo audiovisual debe enviar sus profesionales a un lugar y a un festival en el que, por cierto, se acreditan más periodistas que en las olimpiadas. Así que ya ven la importancia que tiene Cannes...

Para los aficionados al cine, lo relevante es observar el panorama de películas en competición o rememorar las grandes cintas que han sido premiadas con la Palma de Oro, queda en un apartado secundario la maquinaria de venta y productiva de la que les hablaba anteriormente. Y como el cine está de pena en cuando a la calidad actual, no puedo evitar recordar títulos de películas que lograron el preciado premio en Cannes a lo largo de las pásadas décadas para reafirmarme en que eso sí que era cine.

En realidad, Cannes nació en 1939, aunque se empeñen en decir que fue en 1946. De hecho, en el primer festival iban a participar 15 países, y películas tan maravillosas como El mago de Oz, Unión Pacífico, de Cecil B. de Mille... pero apareció la guerra y jodió el invento, así que desmontaron el chiringuito, arriaron velas y esperaron a mejores tiempos. Tras finalizar la contienda mundial, Cannes empezó a escalar puestos referenciales hasta convertirse en lo que hoy es: insisto, un gran escaparate.

Fíjense en algunos títulos que ahora, de memoria, recuerdo han ganado la Palma de Oro en Cannes: El tercer hombre, de Carol Reed; Viridiana, de Luis Buñuel; Taxi Driver, de Martin Scorsese; La Misión, de Roland Joffe, denostada en Estados Unidos por el escaso interés que suscitó su temática y recuperada en Europa,... y actores premiados, desde Fernando Rey a Alfredo Landa, Paco Rabal, Marcello Mastroianni, Bette Davis, Paul Newman,... Los españoles siempre hemos tenido una buena relación con los jurados de Cannes.

Foto: cartel del primer festival de Cannes, celebrado en 1946.