La Venta de Vargas trasciende la ciudad donde se encuentra. Es patrimonio gastronómico, del flamenco, del cante, del cine, de la cultura en general.
Yo solo puedo desearles lo mejor a Lolo y a Inma Picardo. El primero, SIEMPRE amable y atento cuando he disfrutado desde hace muchos años comiendo o tomando algunas manzanillas en su barra, y apoyándome SIEMPRE con su colaboración comercial cuando la Venta se anunció durante años en el periódico SFC siendo yo director. Eso jamás se olvida. A Inma, porque fueron años maravillosos los que compartimos en la radio y seguimos en contacto y viéndonos un grupo de 'clásicos' de la emisora. Somos amigos.
Cuando llegue el momento, que sea para bien de cada una de las partes y lo mejor para la preservación de todo lo que significa este lugar, en cuyo reservado dedicado a Camarón nos hemos confesado alguna que otra vez el Jaenada más grande que hemos visto en pantalla.
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