Sería muy injusto si dejara pasar 2024 sin agradecerle públicamente todo lo que me ha dado y, con ello, el cariño demostrado por mucha gente en esos momentos en los que han visto la luz varios de los proyectos más importantes que he llevado a cabo en mi vida y que ya me han marcado para siempre.
Ha sido el año del nacimiento de mi libro «Las bandas sonoras para despedir los días». El 1 de febrero, cuando daba a conocer su publicación en las instalaciones de la Universidad de Cádiz, me emocionaba al ver un salón repleto de amigos y amigas, buen preludio de once meses maravillosos, de felicitaciones, entrevistas y apariciones del libro en medios de comunicación a todos los niveles, de sucesivas presentaciones, de tantas muestras de afecto, de estupendas discusiones amistosas con apasionados de la música de cine sobre acuerdos y desacuerdos sobre lo escrito...
Un libro jamás muere, como el recuerdo de las personas que habitan en nosotros, y en su juventud vive los tiempos más vertiginosos y apasionados, así que esto no acaba y el próximo 15 de enero lo presento en Jerez de la Frontera. Hablaremos de ello en estos días.
Y 2024 ha sido el año del estreno de «Los últimos del Tívoli». El Festival Internacional de Cine de Benalmádena me subió en una nube porque, tras meses de mucho esfuerzo e inconvenientes, veía la luz mi primer documental, y en un marco inmejorable rodeado de gente estupenda. Las películas tampoco mueren, y queda un largo recorrido en 2025 para ella que se inició públicamente aquel 23 de octubre inolvidable con el objetivo de mostrar una cruda realidad laboral.
Dos imágenes, la de febrero y la de octubre, que resumen un año al que agradezco todo lo que me ha dado. Y en los tiempos que corren, de absoluta falta de respeto a la intimidad, de exposiciones públicas de momentos inolvidables con quienes están a tu lado en el día a día que corren el riesgo de ser utilizados por envidiosos infelices para meter las narices en tu vida, me reservo los maravillosos instantes con mi pareja, mi familia, mi particular gente cercana inconfesable, sin los que sería imposible cumplir sueños. Ni los de 2024 ni los que vienen.
Feliz entrada de año a todos y, por extensión, felicísimo 2025.
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