Cumpleaños de un amigo
Hoy, 2 de julio, es el cumpleaños de mi amigo David. Se borró de facebook y del resto de redes hace tiempo, se la pelan las redes. Hace bien. Pero yo tengo que escribirlo aquí porque, independientemente de lo que a unos u otros les pueda importar que alguien cumpla años, lo significable es que a David le perdí la pista con 14 años cuando nos fuimos del colegio Argantonio. Casi cuarenta años después, en 2021, nos reencontramos. Desde entonces es el ejemplo de amistad más sencilla y verdadera de la que puedas disfrutar. Porque, al final, todo esto se resume en beber muchas cervezas, volver a recorrer las calles sin el uniforme del colegio pero con camisetas frikis y entrar en los bares que aún puedan quedar abiertos desde entonces y donde jugábamos a las recreativas, mandar fotitos al grupo de whatsapp y pelearse a puñetazos en Pinillos, allí al lado del colegio, como hacíamos de pequeños, aunque ahora el suelo no sea de tierra y no podamos jugar al fútbol utilizando las maletas de los libros como postes de las porterías.Claro que la amistad también es que te pregunte constantemente cómo va la venta de tu libro, venir a las presentaciones sin que yo se lo pida, apuntarse el primero a ir a ver a Benalmádena mi película sobre el Tívoli cuando se estrene sin parar de preguntar cómo va el montaje y embajonarnos en momentos en los que nos contamos mierdas de problemas del día a día. Nada que no se ahogue con cervezas. "Servesa ya ome" es el mantra en whatsapp cuando hay problemas en nuestros mundos.Así de simple es la amistad.
Felicidades, querido.
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