Cuando llegues a donde dicen que vamos, acuérdate de dibujar lo que te encuentres y envíalo acá abajo. Será la mejor manera de confirmar que eres un artista inmortal. Gracias por tanto y por estar en mi vida desde pequeño, en mis horas incontables de niño introspectivo que se dedicaba a engullir, solo en mi habitación, las historietas de tus personajes.
Contigo aprendí a reír, a imaginar y a leer. Con eso fui inmensamente feliz porque no me hacía falta nada más para serlo.
Eternamente agradecido con el alma de un niño siendo un adulto que guarda celosamente todo lo que significó felicidad en mi vida.
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