Hoy se entregan los Goya del cine español.
La muerte de Carlos Saura mediatizará la ceremonia, pero la vida sigue. Creo que será una noche exitosa para 'As Bestas' que, dicho sea de paso, me parece la mejor película de las nominadas. En 'Alcarrás' no pasa nada y el cine siempre tiene que contar algo, es una condición congénita, y además, hacerlo sin aburrir, todo lo contrario a este enorme truño. Con 'Cinco lobitos' me duele mucho la cabeza escuchando llorar a la criatura todo el rato y no llego a conectar con ella. Y francamente creo que 'Modelo 77' va a irse casi de vacío.
Me gustaría que Iván Palomares se llevara el Goya por su música en 'Las niñas de cristal', que es lo único que me mete en la película junto con Mona Martínez, inmensa en su papel pero ni siquiera nominada.
Y, como también ocurre en todos los premios del mundo, la incongruencia reina en las categorías de mejor película y mejor director. Que alguien le explique a Carlos Vermut porqué puede ser el mejor director de cine español del año pero su película, 'Mantícora' (excelente, por cierto) ni siquiera estar nominada. Todavía en España al menos existe la categoría de mejor dirección novel, donde han metido a la directora de 'Cinco lobitos', pero si fueran los Oscar, el director que nominan su película pero no a él se queda con la cara injustificadamente partida. Porque si, por poner un ejemplo, en 1989 se llevó la estatuilla 'Paseando a Miss Daisy', lo lógico y justo es que también se la llevara Bruce Beresford, su director... que ni siquiera estuvo nominado. Es decir, un insulto en toda regla a quien crea, dirige, adapta y conceptualiza una obra, en este caso una película. En ese mismo año Oliver Stone se hizo con el Oscar a la mejor dirección por 'Nacido el 4 de julio', pero este peliculón no se llevó el premio porque ganó la parida de Beresford. "Es usted el mejor director por su película, pero hay otra película mejor que la que usted ha hecho". De traca.
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