Me parece estupendo que salgan los restos de Queipo de Llano de la basílica de la Macarena, pero es muy repugnante hacer política panfletaria con ello.
Frases como "gracias a este Gobierno" sobran, especialmente en el marco que nos ocupa (un recinto sagrado, una institución religiosa de por medio, distintas sensibilidades) y demuestran el uso partidista que desgraciadamente se hace de decisiones acertadas y que ensombrecen el fin para que el se adoptaron.
Me resulta sorprendente que Espadas haga política tan rastrera -y tan torpe- con este tema habiendo sido alcalde de Sevilla. Es un claro ejemplo de cómo la propaganda de partido se antepone a la discreción, elegancia y, porqué no, respaldar la decisión, las leyes que quieras, pero sin soflamas partidistas que demuestran el nivel político actual y seguramente darán pábulo a quienes querían que los restos del golpista siguieran allí.
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