Es evidente que el Cádiz CF está tomando decisiones equivocadas de un tiempo a esta parte. No hablo en el ámbito deportivo porque los resultados de las medidas en este aspecto se ven claramente por semana en cada partido. Me refiero a lo institucional, estratégico y mediático.
Cuando la afición anda crispada por motivos más que justificados, la imagen de unidad del club no puede basarse en la insistencia en la construcción de un innecesario estadio, iniciativa hasta inmoral en los tiempos en los que estamos; las miradas puestas en Uzbekistán para potenciar allí "la formación futbolística" (estamos como para formar a la gente 'futbolísticamente') o Ben Harburg-Míster Marshall berlanguiano.
La última ha sido de una torpeza extrema y hace tan solo unas horas: la convivencia navideña del club en una plaza de toros y foto de familia en el tendido. A mí no me gustan los toros, tampoco los prohibiría, pero en tiempos complicados en los que todo el mundo juzga lo que haces porque los resultados en lo importante están siendo desastrosos, ir a una plaza de toros es provocar reacciones adversas, especialmente cuando tienes un lindísimo estadio o si quieres hacer provincia hay campos de fútbol hasta en el último pueblo gaditano.
Ya sabemos que, cuando la pelota no entra, las cañas se vuelven lanzas en un club de fútbol. Eso lo viví yo hace ya quince años precisamente en el seno de esta entidad. Por eso ahora es conveniente no poner el trapo rojo delante del morlaco para evitar las cornás. Y perdón por el símil facilón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario