'El buen patrón' es en teoría un drama social cuyos crecientes toques de comedia negra la hacen navegar entre las aguas de la denuncia social y el humor. Delicada y fina línea que confiere a la película una intrascendencia muy injusta con el verdadero tema que trata: la explotación laboral reflejada en un empresario sin escrúpulos y la maraña urdida alrededor de este tipo de sujetos: trabajadores pelotas, díscolos, empleado víctima de un ERE o la jovencita que pretende meterse en la cama con él, elementos todos ellos sustanciosos para construir una película valiente, áspera y que deje en pelotas a todos esos 'generadores de empleo' timadores que lanzan el manido discurso de "todos somos empresa" menos, claro está, en el sueldo y en derechos laborales.
Fernando León vira tanto a la comedia utilizando recursos ya trillados que parece que estamos viendo una película de Álex de la Iglesia. Quizá el problema sea mío, que aun espero el filme que haga un director -y un productor- con las pelotas en su sitio para mostrarnos la mierda de sistema laboral que tenemos porque, al fin y al cabo, León solo pretendía con esta medianía utilizar el ultracapitalismo para divertir. Eso sí, Bardem está inconmensurable.
Ya tenéis la videocrítica de 'El gran patrón' en el canal #UltimoEstreno de Youtube con la que España pretende ingenuamente colarse entre las cinco finalistas a los Oscar a mejor película extranjera.
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