Con esta mala pinta y un paño caliente en la cabeza me encuentro después de haber visto 'Dune' en estos días y, encima, en un pleno ejercicio de sadomasoquismo, me ha dado por repasar la cosa aquella que hizo David Lynch en 1984. No es de extrañar que cuando le hablen de ella mire para otro lado y diga que el engendro ese fue cosa de otros, que no le dejaron hacer lo que él quería.
Yo no voy a escribir nada sobre este nuevo mamotreto padecido en el cine, mejor os dejo en el canal #UltimoEstreno de Youtube la videocrítica y ahí os cuento devaneos varios sobre la nueva versión y la de Lynch, probablemente y en conjunto dos de las películas más horteras y feas del cine contemporáneo.
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