5 de mayo de 2020.
Tal día como hoy, pero de 1957, se fundaba la Hermandad de la Misericordia de San Fernando.
Es un aniversario vacío como lo fue la Semana Santa. A mediados de marzo comenzábamos a vivir la actual situación, provocada por el COVID-19.
A Aurora, hace unos días, se le ocurrió una buena manera de insuflarnos esperanza, ánimo, alegría, solidaridad, fe... Conceptos que, unidos a tantos otros, solo nos lo pueden dar, tras estos casi dos meses de confinamiento, Nuestro Padre Jesús de la Misericordia y María Santísima de la Piedad.
La necesidad de sentirlos cerca mueve montañas, de agradecerles tantas décadas de vida de hermandad, de habernos conocido hace ya sus años gracias a Ellos, de disfrutar de las amistades conjuntas... pero sobre todo de rezarles por las miles de víctimas mortales que ha provocado esta pandemia, por nuestras familias, por nuestros hermanos y amigos, algunos de ellos que han visto muy de cerca este virus.
Así que, con un ramo de flores enlazado con los colores azul y negro, hoy hemos depositado nuestra dádiva a los pies del Señor. Como un regalo de aniversario, como un gesto de gratitud por seguir dándonos fuerza para vivir.
La Iglesia de la Pastora permanece cerrada desde hace más de mes y medio. Entrar allí por petición expresa y gracias a la generosidad de nuestro párroco, Luis Palomino, y del hermano mayor de la Misericordia, Jesús Fernández Aranda, que cariñosamente nos han permitido este gesto durante unos minutos, ha sido como si el tiempo se hubiera detenido a mediados de marzo. Cosas que permanecen como se quedaron en aquellos momentos; las dolorosas continúan vestidas de hebreas, de tiempo cuaresmal; pequeños detalles... Un claro ejemplo de que la responsabilidad en forma de evitaciones de riesgos se ha cumplido.
Gracias de corazón. En nuestras oraciones van las de casi un millar de hermanos de la Misericordia... y millones de devotos agrupados o repartidos en su fe por tantos rincones de La Isla y de mucho más allá, desde donde llegan las plegarias al Nazareno pastoreño de rostro indeleble desde que alguien tocado por Dios esculpiera su rostro hace casi tres siglos, Alfonso lo hiciera carne en madera y la Virgen de la Piedad fuera concebida, hace ya 45 años, por el niño imaginero.
Muchas felicidades, Misericordia.
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