Una niña que le habla a un televisor, un árbol que cobra vida y se lleva a un niño por una ventana, una pareja debatiendo sobre mosquitos poniéndose pomada, una vieja bastante grotesca que posa ante las cámaras y juega con pelotas, unas tumbas de atracción de feria barata...
En realidad no hay muchos motivos para tomarse en serio 'Poltergeist' ni con mucho es una gran película. Es muy probable que su verdadero padre, Steven Spielberg, solo quisiera reflejar como divertimento las pesadillas que sufría de pequeño mientras dormía como él mismo expuso alguna vez y centrarse especialmente en 1982 en el rodaje de ET, que son palabras mayores. Pero a la gente le dio miedo la película, no se detuvo a pensar en su sonrojante guión y fue uno de los éxitos más sonados en el catálogo de producciones del director de 'Tiburón'.
Quien sí se tomó en serio 'Poltergeist' fue su compositor, Jerry Goldsmith. El maestro ya venía de una relevante experiencia en el cine de terror, 'La profecía' (1976) de Richard Donner, por cuya banda sonora ganó además el único Oscar que, incomprensiblemente, recibió en toda su carrera. También, tres años antes, había musicalizado 'Alien', la obra maestra de Ridley Scott, con la que 'Poltergeist' tiene ciertas coincidencias que os expongo en el vídeo que os he preparado esta noche como recuerdo a la actriz Heather O'Rourke, la famosa Carol Anna de la película, que con tan solo 12 años falleció como consecuencia de una estenosis.
Goldsmith compone una extraordinaria partitura basada en dos puntos: su riqueza en los temas incidentales perfectamente dispuestos en el metraje del filme con un gran juego de los silencios y el tema principal, la famosa 'nana de Poltergeist' como la denominamos popularmente, que es el hilo argumental musical del filme. Un tema que aparece al inicio en los créditos, que además del carácter infantil de su estilo compositivo relacionándolo así con Carol Anne, nos adelanta ya que el protagonismo de la cinta recae en una niña en este caso. La presencia de la música en los créditos además nos sirve para comprobar la placidez de aquella urbanización, Cuesta Verde, mostrarnos auditivamente la cotidianidad y jugar incluso con un curioso cambio de ritmo en el tema para acompañar la travesura que la pandilla de niños en la calzada le hacen al tipo que conduce la bicicleta. Esos instantes demuestran que no solo John Williams entiende de bicis en el cine ;-)
Goldsmith refleja con su música los momentos presenciales de Carol Anne aun no estando materialmente en ellos. La transformación de las notas incidentales en el tema principal cuando la madre siente que ella la ha atravesado en la escalera es un buen ejemplo. O la música narrativa-fantástica cuando el hermano de la pequeña recibe explicaciones sobre lo que está sucediendo. Los coros utilizados como apostilla del más allá y los tonos oscuros de las notas en la panorámica de Cuesta Verde cuando se sabe que su subsuelo está lleno de tumbas...
Son algunos momentos que demuestran que, si 'Poltergeist' era un juguete venido a más, Goldsmith lo consideró un vehículo mayor para hacer lo que más le gustaba: colocar las notas exactas para relanzar las imágenes.
Aquí os dejo el vídeo explicativo en mi canal de Youtube, al que os invito a suscribiros.
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