En la ceremonia de los Oscars de 2000 se coló una banda sonora que, desde que fuera nominada, parecía tener todas las papeletas para llevarse la estatuilla, aun siendo su autor un compositor no específico para el cine y competir en aquel año con pesos pesados como John Williams, con 'Las cenizas de Ángela', o Thomas Newman, que escribió una muy solvente partitura para 'American Beauty', película ganadora de aquella edición, con cinco Oscars.
Eso sí, el de mejor banda sonora original se le escapó al filme de Sam Mendes. Se 'coló' en este apartado 'El violín rojo', de John Corigliano, un compositor que hoy 16 de febrero ha cumplido 82 años y con solo varios scores en su haber, ya que compone música clásica contemporánea, valga la paradójica expresión.
'El violín rojo' solo tuvo esa nominación. Se trata de una película canadiense con ínfulas pretenciosas y algo impostada aun teniendo algunos momentos de cierta valía, una historia sobre el violín más perfecto del mundo, que juega el papel de elemento principal del filme y que recorre distintas épocas y culturas desde que fuera construido por un maestro italiano transido de dolor por la muerte de su esposa embarazada. Su característico color lo logra al pintar el instrumento con la sangre de la mujer, convirtiéndose desde entonces en un violín 'maldito' que va cayendo en manos de personajes situados en Viena, Oxford, Shangai y Montreal. La mezcla de película histórica con ribetes bastante poco creíbles de filme policíaco y de trueque como desenlace restan valor a un producto de culto limitado en calidad y en público.
'El violín rojo' tenía un hilo conductor que su director, el canadiense François Girard, empleó con aplastante lógica: una banda sonora salida del violín protagonista. Para ello contaron con John Corigliano, que compuso una música basada principalmente en un tema de amarga belleza que suele repetirse en distintos momentos del filme, en algunas ocasiones versionado. En el vídeo de esta noche os ofrezco varias imágenes de la película. La primera, el momento en el que el maestro constructor pinta el instrumento, en donde suena el citado tema. Una segunda secuencia responde a otra composición para el filme con un grupo de alumnos que aprenden y crecen en un monasterio y el joven protagonista de esa historia en Viena es el poseedor del violín rojo. En una tercera secuencia regresamos al tema principal versionado por los gitanos que aparecen en la parte de Oxford, a la que también pertenecen las románticas imágenes del violinista y la mujer y, finalmente, ya en otro momento de la historia del violín, su aparición en la China de Mao.
'El violín rojo' es una rareza de inquietante belleza de un compositor que trató de dar vida y alma con su música a un filme fallido a pesar de sus bondades.
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