Mi solidaridad, respeto y cariño hacia los trabajadores y trabajadoras del Real Teatro de las Cortes de San Fernando en estos momentos (meses ya) complicados.
Fueron años de trabajo conjunto en su día y siempre con un trato exquisito hacia mi persona, facilitando todas las ideas e iniciativas que surgían en cada instante y desempeñando su labor como he visto en pocos teatros en España.
Los pliegos, las condiciones, etc. que emanan de la administración pública tienen siempre que tener en cuenta dos factores fundamentales: el laboral y el humano, especialmente si la responsabilidad política de esa administración se jacta de defender los derechos de los trabajadores. Las mejoras de los servicios son, en la inmensa mayoría de los casos, compatibles con las personas que ya vienen desempeñando esas mismas tareas sin tacha alguna. Claro que para eso hay que trabajar las cláusulas, siempre dentro de la ley pero protegiendo a quienes dependen de esos puestos... En definitiva, hacer 'política administrativa' proteccionista hacia el trabajador y especialmente hacia el trabajador eficiente. Es obvio que los pliegos -y hablo en todos sitios- se hacen hoy mecánicamente y sin el más mínimo resquicio de humanidad, solidaridad y servicio a la sociedad. Servir a la sociedad también es proteger el trabajo existente. Claro que es más hiriente -y decepcionante- que eso lo practiquen gobiernos que se supone llevan en su ADN la defensa del trabajador.
Un abrazo a todos/as los afectados/as acompañado de esta fotografía de uno de tantos momentos señalados.
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