El cambio horario en esta pasada madrugada en España me ha recordado las películas tan entretenidas en el traslado en el tiempo. Una de las más conocidas fue ‘El final de la cuenta atrás’ (1980).
Recuerdo haberla visto varias veces con mis amigos Juan Ramón Nieto y Enrique Mengíbar en aquellos inicios de los años ochenta y entusiasmarnos silbando y tarareando el tema principal de su banda sonora. Poco podía imaginar por entonces que, con el curso del tiempo, coincidiría en varias ocasiones –festivales, encuentros, algún almuerzo- con su compositor, John Scott.
Supongo que retrasar los relojes una hora no provocará las mismas adversidades que sufrió en el filme el portaaviones Nimitz de la Armada norteamericana cuando, repentinamente y tras penetrar en una tormenta, el comandante Matthew Yelland, interpretado por Kirk Douglas, descubre que el buque se encuentra nada menos que en 1941, en los prolegómenos de la batalla de Pearl Harbor.
John Scott escribe una banda sonora en torno a un principal concepto: el poderoso Nimitz y la aventura que corre al hallarse inmerso en la Segunda Guerra Mundial, para lo que construye una fanfarria de 7+11 notas después de una introducción con llamadas, y que desarrolla hasta lograr un pegadizo tema que, a lo largo del filme lo utiliza con frecuencia, en distintos tonos y con arreglos, contribuyendo al sentido fantasioso de la temática de la película. Scott parece querer centrarse en el disparate que supone el traslado espacio-tiempo en este marco bélico más que apostillar la cinta con música militar, por lo que se tomó en serio su composición pero no lo que se narraba en ella. Hizo bien.
¿Y quién es John Scott? Quizá no reconocido como debiera, sus bandas sonoras se mueven entre el concepto del espectáculo demostrado en ‘King Kong 2’ (1986) o ‘Greystoke: la leyenda de Tarzán’ (1984), así como el relato histórico de delicada belleza como en ‘Marco Antonio y Cleopatra’ (1972), filme dirigido por el propio Charlton Heston en el ocaso de las superproducciones de la Edad Antigua que tanto agradaron a los espectadores en décadas anteriores. Heston encargó la música en principio al español Augusto Algueró, pero no agradó lo que hizo y tanto él como la productora se decantaron por John Scott, un compositor que en su música también demuestra en numerosas ocasiones su origen británico, brillante sinfonista y que, como en alguna ocasión de las que he coincidido con él, admite que fue la influencia que le provocó la música de Bernard Herrmann lo que le hizo decantarse por el cine.
En este vídeo puedes disfrutar del tema principal de ‘El final de la cuenta atrás’, la secuencia final de ‘Greystoke: la leyenda de Tarzán’ y el propio John Scott dirigiendo la banda sonora de ‘Marco Antonio y Cleopatra'.
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