Cambios de aires, especialmente de localización, para el festival de música de cine más importante de España y quizá europeo, a tenor del programa que se desarrolla durante casi una semana. El Festival Internacional de Música de Cine que hasta 2011 tenía lugar en la localidad jiennense de Úbeda se ha trasladado a Córdoba por un cúmulo de circunstancias, desde las desavenencias políticas hasta la necesidad de crecer ante el evento que se había creado y desarrollado durante ya nada menos que siete años.
Córdoba tiene ventajas sobre la bellísima ciudad ubetense: espacios escénicos, capacidad hotelera, estructuras en definitiva, proyección presupuestaria paulatina, concepto cultural sobresaliente de la propia capital cordobesa y su provincia,... Los inconvenientes también existen, quizá el crecimiento provoque que el famoso 'Espíritu de Úbeda' se diluya en cierta medida y aquellas pandillas de frikis músicocinematográficos que nos encontrábamos por las esquinas para terminar todos cerrando bares tarareando 'Star Trek' ya no se crucen en la amplia Córdoba, o el plantel de la organización crezca con caras nuevas y éstas no estén tan contagiadas de aquella filosofía,... No sé, imagino que los organizadores estarán estudiando todas estas circunstancias tras un año de transición complicado. Yo pertenezco a la organización pero sólo llevo el Departamento de Prensa, no incluyo entre mis competencias analizar el festival en el grado que estoy comentando, mi labor ha sido atender a los medios en lo que se ha podido (gracias, Sergio Rivas, por tu apoyo), cubrir los actos desde las diez de la mañana hasta la madrugada diariamente y remitir notas de prensa y fotografías de todos ellos, actualizar redes sociales y otras labores anónimas que te hacen comer un día sí y otro no cuando además los bares están ya cerrados. Cuesta hacerlo en tiempos en los que tienes la cabeza puesta en el futuro laboral más que en fastos de esta índole, pero son unos cuantos años ya y ahora no podía perderme el salto de Úbeda a Córdoba, hacer crónicas para periódicos sin esperarlo (http://www.diariocordoba.com/noticias/cultura/la-mejor-musica-de-cine_726787.html) y especialmente dos circunstancias por las que todo merece la pena: volver a ver a los amigos que has hecho gracias a la música de cine (José Muela, Álvaro, Begoña, Cristina, Israel,....), amistad que ya trasciende por encima de gustos musicales y eventos de esta índole, y el pellizco en el alma que produce que aún se pueda escuchar en directo algo tan grande como el concierto de la productora Tadlow Music el sábado por la noche, con bandas sonoras como 'El Cid' de Miklos Rozsa. Salir de allí tras atiborrarte de bandas sonoras a las tres y media de la madrugada es algo deliciosamente masoquista, especialmente si puedes disfrutar de un score como el que compuso el maestro de origen húngaro cuya hija, Juliet Rozsa, tengo el honor de conocer y le he remitido este vídeo que he colgado. 'El Cid' es una de las cuatro, cinco bandas sonoras de mi vida y os recomiendo enfervorizadamente que disfrutéis de ella.
Ludovice Bource (Oscar de Hollywood 2012 por 'The Artist'), Cliff Martínez, Blake Neely, Mark Isham, Trevor Morris, Richard Bellis, Roque Baños o el grandísimo personaje que es Chistopher Young, compositor de bandas sonoras como 'Homicidio en primer grado' o 'Atando cabos', han sido otros de los compositores presentes este año en el festival. Young, que asegura que en Estados Unidos nadie presta atención a la música cinematográfica, fue capaz de arrodillarse literalmente ante los aficionados en su conferencia y preguntar "dónde almorzáis hoy" para ir con ellos de bares e incluso invitar al personal. Todo un ejemplo de ser humano que disfruta de la vida.
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