No entiendo a Izquierda Unida. La coalición quiere que el Congreso recuerde cada 18 de julio el golpe de estado de Francisco Franco y lo condene para "pasar esa página histórica de una vez por todas". Con la que está cayendo y los dirigentes de IU hacen gala de lo mismo que ellos critican. Si Rouco ha recibido el rapapolvo de algunos por decir que la liberalización de los horarios del comercio perjudicará la asistencia a misa los domingos en lugar de denunciar la precariedad laboral, los de la izquierda 'más pura', que ellos se autocalifican, no les van a la zaga.
No se puede estar machacando con fantasmas que hacen pensar que el franquismo es un trauma de niño pequeño que nos hará mearnos en la cama hasta que seamos ancianos. La dictadura de ese sujeto desapareció hace casi cuarenta años, los mismos que él se llevó mandando en España, y los jóvenes ya no saben si tenía bigote o peluquín. Hay otras amenazas, pero están en este mundo, no en la serie 'Cuéntame', y los ciudadanos reclaman soluciones a lo que precisamente han propiciado políticos como los que IU ha tenido desde hace décadas y no ministros de una dictadura periclitada, que diría Antonio Alcántara.
Si los dirigentes de la coalición creen que con este brindis al sol el personal va a apoyarlos, van listos. La gente está hasta los cojones de que les recuerden fantasmas del pasado y quiere dilucidar su futuro. Se equivoca también IU si, difundiendo este mensaje, va a alejar a la ciudadanía de su cada vez más creciente convicción de que este sistema no funciona. Defender una revisión de las autonomías, un rescate competencial del Estado y una gradual supresión de cargos políticos inútiles no es franquismo ni volver a las cavernas. Se llama adaptación a lo que necesita España cuatro décadas después de lo que se inventaron transitoriamente para callarnos la boca. Incluidos los comunistas.
Dejad a Franco en paz, que nadie quiere guerrear con fantasmas.
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