miércoles, 5 de octubre de 2011

100.000 millones para un escudo antisimiles

Siempre creí que la caída del muro de Berlín había servido para algo más que el macroconcierto que Roger Waters ofreció sobre sus ladrillos destruidos interpretando 'The Wall'. Nunca le perdonaré que permitiera a Cindy Lauper cantar 'Another Brick in the Wall', imagino que Waters es partidario de matar las cosas cuando son suyas, pero lo relevante de aquello fue el esperanzador listado de consecuencias mundiales que conllevaría la desaparición de una pared construida para separar a la humanidad en pleno siglo XX, todo un ejemplo de lo sonrojante que resulta existir siendo persona.

Como no aprendemos ni a bombas -y la frase viene como pedrada en ojo de boticario-, vivimos en pleno siglo XXI y la OTAN ha anunciado la creación de un escudo antimisiles que costará 100.000 millones de euros. Espera, que llevo suelto en el bolsillo del pantalón, el que no tiene boquete. Medio mundo jodido con la crisis y estos deciden jugar al 'Raid Over Moscow' de US Gold para Spectrum, muy en boga a mediados de los ochenta, cuando los nacidos por entonces ya se han convertido en padres y madres. Debe ser que estamos en manos de fanáticos de los vídeojuegos, porque estos casposos viven anclados en hacernos creer que Albania, Rumanía o Polonia aún tienen una estrella roja marcando solapas de uniforme, actualizados en países tan preocupantes para España como Corea del Norte -en Camposoto caerá el primer misil, fijo- y quieren volar las cúpulas soviéticas destrozando un teclado, o toda esta inmoralidad se convierte en la segunda fase de un experimento como el de la Compañía Umbrella en 'Resident Evil', distribuyendo un virus por todo el mundo mundial que no revive a los muertos, sino que los hace palmar en vida arruinados en sus bolsillos y que se hace llamar crisis y que no deja de ser una mentira para que los ricos ganen más y nosotros vayamos vagando por las calles con la mirada y la cartera perdida. Otra razón no puede existir, porque un mundo en crisis no destina 100.000 millones de euros a poner cohetes mirando hacia Rota, nunca mejor dicho.

No sé qué pensará la duquesa de Alba de los misiles en fila india -o paquistaní, seamos imparciales- y de un escudo tipo laboratorio de energía fotoatómica donde guardaban a Mazinger Z y que se activaba cuando un bruto mecánico daba porculo por aquellas colinas del Fujiyama. Es importante saber su parecer, dado los miles de imbéciles que, como borregos seriados, hacen de palmeros de una momia anacrónica convertida en ejemplo reductivo de la España más terrateniente con derecho a roce inmediato con el monarca de turno. Aunque quien bala y pasta bien, al son de los inmorales, quien puede abandonar su poltrona sin alterarse el próximo 20 de noviembre porque encontraría un curro ideal en el anuncio de Seguros Verti, es Rodríguez Zapatero, que comparece hoy junto a los hijos de puta del escudo antimisiles, colocándose así en la primera fila de la modernidad.

País este, cuyos dirigentes siempre tendrán tal complejo que les pierde una foto al lado del todopoderoso efímero, desde Hendaya hasta las Azores.

Información de esta mierda en http://politica.elpais.com/politica/2011/10/05/actualidad/1317802582_270373.html

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