
No soy aficionado a los toros, lo expliqué en mi blog hace varios años. Tampoco me gusta en demasía el whisky y no bramo reclamando su prohibición. Y eso que mata más que un estoque y también aplaudimos mucho cuando se lleva al gañote. La salvajada de la caza de los atunes en la almadraba quita las ganas de volver a Barbate, pero a todos nos gusta el morrillo en el plato, y quien prefiere el solomillo de ternera no se encadena en un barco costero reclamando no hacer daño al bicho. Moraleja: como atún o carne cuando me salga de los cojones, bebo whisky o Barceló según me apetezca y no piso las gradas de un ruedo si no van conmigo las corridas. De toros, se sobreentiende. Así que os lo ruego: dejadme en paz de una puta vez.
Volviendo a la república federal inconfesa y anárquica en lo que han convertido España: recordad que lo contrario de la fuerza siempre será la desunión. Así le luce el pelo a un país destrozado y choriceado. Tanto gilipollas suelto preocupándose de los toros de cuatro patas en lugar de los de dos...
Estoy totalmente de acuerdo con el post. Más claro el agua. Saludos
ResponderEliminar