
No logro entender cómo en la actual situación mundial de crisis, por mucho que este diminuto país viva en su teórico cuento de hadas, se celebre una boda real de costes inmorales en la que se han distribuido cientos de botellas de champán a mil euros cada una. Me asquea que Europa sufra como lo está haciendo mientras este tipo y su marioneta femenina -si yo fuera mujer, jamás sería monárquica- se gastan mil euros en menos de un litro de champán multiplicado por lo que ustedes quieren sumar de la cantidad de esta bebida que puedan imaginar. Curiosamente, este mismo principito anunció, hace dos años, que un proyecto de expansión de un barrio adicional necesario para reorganizar territorialmente el Principado quedaba suspendido 'sine die' debido a la crisis mundial. Y ahora, champán de mil euros para todos.
Debe ser que el mundo está loco. O lo estoy yo. Como hay democracia, que gane la mayoría, a ver qué opina...
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