Anoche llegaba a casa. Parece mentira, han transcurrido seis días desde el inicio del trasiego 'in situ' en el Festival Internacional de Música de Cine 'Ciudad de Úbeda'. El ajetreo, el trabajo sucio por decirlo de alguna manera, comenzó hace ya muchos meses. Y cuando desde la planta alta del claustro del patio del Hospital de Santiago, en una noche mágica veraniega en la que todo parece tan armónico, se te eriza el vello con las notas de Espartaco o En el estanque dorado, una es capaz de dar tu modesto reino para que esos momentos jamás acabe.
He compartido ratos y charlas con Michael Giacchino, como se observa en la fotografía, ganador del Oscar por Up (¿De qué discutíamos en ese momento? ¿O entonábamos 'Medal of Honor'?) o el gran Dave Grusin. En los ochenta, siendo adolescente, me quedaba boquiabierto con sus notas para Los Goonies. No podía contener la emoción nada más revisar los créditos de inicio, los primeros minutos de En el estanque dorado y escuchar el piano y cómo preludia la entrada de la orquesta. Este sábado no podía creerme que el compositor de esas dos joyas entre otras, estaba allí, frente a nosotros, acariciando el piano,...
Cuando hice radio durante 18 años gracias a mi programa 'Último Estreno', utilicé en numerosas ocasiones la banda sonora de Dragonheart. Era muy solicitada, y le guardaba un cariño especial porque su estreno en Europa fue en un festival de Sitges a cuya inauguración llegué tarde y nada más entrar en la sala, con maleta aún sin soltar, me impresionó lo que estaba oyendo. El sábado vi a Randy Edelman, su compositor, pletórico, dirigiendo a la Orquesta Filarmónica de Málaga, interpretando Dragonheart.
Ha sido un año especial. El colofón al concierto del sábado, tras unos intensos días, fue el regalo que supuso ofrecer fuera de programa un homenaje a dos compositores muy relacionados con el festival ubetense y que ya no están entre nosotros. Y de Basil Poledouris sonó Conan. Y de Jerry Goldsmith sonó La profecía 3: el conflicto final, con el Coro Ziryab, dirigiendo aquella grandeza el malagueño Arturo Díez Boscovich, del que os recomiendo que busquéis su música sinfónica para el Vía crucis. Y aquí os dejo aquel momento imborrable dedicado a Goldsmith. Tantas cosas por contar, por recordar, tantos amigos y buena gente compartiendo la música de cine en estos días,...
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